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La inminente intervención internacional: Desgarrando el silencio, el conflicto Israel-Gaza

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A título personal, por Armando Morquecho Camacho //

En las entrelazadas páginas de la historia moderna, el conflicto perenne entre Israel y Gaza emerge como una cicatriz que no cesa de sangrar. No es sólo un choque territorial; es un despliegue crudo de sufrimiento y desesperación que ha atrapado a generaciones en un ciclo interminable de violencia.

Desde la creación de Israel en 1948, la región ha sido testigo de tensiones territoriales, desplazamientos y una lucha continua por la autodeterminación. La Franja de Gaza, con su densidad poblacional y limitados recursos, se encuentra en el epicentro de este conflicto. Sus habitantes, compuestos en su mayoría por refugiados palestinos, han sufrido las consecuencias de décadas de ocupación, con la tierra, el agua y la libertad de movimiento siendo restringidos de manera sistemática.

En los últimos años, la violencia ha alcanzado niveles críticos. Los ataques aéreos, bombardeos indiscriminados y enfrentamientos terrestres han transformado a Gaza en un campo de batalla, donde la población civil queda atrapada entre las maquinarias militares y las ruinas de sus hogares. Las atrocidades documentadas son escalofriantes, con informes que detallan el uso excesivo de la fuerza, ataques a infraestructuras civiles y pérdida de vidas inocentes, incluyendo mujeres y niños.

Esta violencia ha dejado a la Franja de Gaza en un estado de emergencia humanitaria. Los hospitales, ya abrumados por la falta de recursos y personal, ahora enfrentan una avalancha de heridos. Las escuelas, que deberían ser refugios seguros para los niños, han sido blanco de ataques, destruyendo las esperanzas de educación y estabilidad. Las condiciones de vida han llegado a un punto crítico, con la escasez de alimentos, agua potable y servicios básicos elevando el sufrimiento a niveles inhumanos.

El desplazamiento forzado se ha vuelto moneda corriente. Familias enteras, en busca de seguridad, huyen de sus hogares sólo para encontrarse con condiciones igualmente precarias en los refugios temporales. Este éxodo masivo no sólo representa la pérdida física de hogares, sino que también deja cicatrices emocionales profundas, especialmente en los niños que han sido testigos de la violencia y la destrucción.

El silencio internacional frente a estas atrocidades resuena como una complicidad vergonzosa. La falta de una respuesta unificada ha permitido la impunidad y ha contribuido a la perpetuación del conflicto. La equidad y la justicia, fundamentales para cualquier resolución sostenible, han sido desplazadas por el pragmatismo político y las relaciones internacionales complejas.

La creación de un diálogo directo entre las partes involucradas es esencial. La comunidad internacional debe desempeñar un papel facilitador, proporcionando un espacio seguro donde ambas partes puedan expresar sus preocupaciones y aspiraciones. Este diálogo no solo debe abordar las cuestiones territoriales, sino también las preocupaciones humanitarias y los derechos fundamentales de la población.

Además de detener la violencia, la comunidad internacional debe comprometerse con la reconstrucción y el desarrollo sostenible de la región. La ayuda humanitaria inmediata es crucial, pero también lo es la inversión a largo plazo en infraestructuras, educación y desarrollo económico. Este enfoque integral no sólo alivia el sufrimiento inmediato, sino que también establece las bases para una paz duradera.

De esta manera, la intervención internacional no es solo una opción ética, sino una necesidad apremiante, ya que tal y como señala el autor Israelí, Yuval Noah Harari, el silencio no es imparcialidad, sino una muestra de apoyo al estatus quo, y en este preciso contexto, el silencio solo perpetuará el sufrimiento. Es fundamental que la comunidad internacional ejerza una presión concertada sobre las partes involucradas para un alto el fuego sostenible y, más allá de eso, para comprometerse en un diálogo profundo y sostenido.

Por esta razón, la puntual y concreta intervención de la comunidad internacional, se erige como una imperativa moral. La comunidad internacional no puede permitirse ser un espectador pasivo mientras el sufrimiento persiste, y como consecuencia de ello, la condena unificada debe ir acompañada de acciones tangibles, empezando por un alto el fuego, aunque esencial, es solo el primer paso, ya que en el fondo, se necesita un compromiso continuo para abordar las causas fundamentales del conflicto.

En el desgarrador escenario que pinta el conflicto entre Israel y Gaza, la intervención internacional se perfila como la única senda hacia la redención de generaciones atrapadas en un ciclo ininterrumpido de sufrimiento.

Es imperativo que la comunidad internacional abandone la pasividad y se involucre con determinación, actuando como mediador imparcial y agente de cambio. La construcción de un diálogo genuino entre Israel y Gaza, respaldado por un compromiso sostenible, se presenta como el antídoto necesario para detener la espiral de violencia.

Más allá de la cesación de hostilidades, la reconstrucción y el desarrollo sostenible emergen como pilares fundamentales para consolidar la paz. La comunidad internacional debe comprometerse a largo plazo, no solo para aliviar el sufrimiento inmediato, sino para crear las bases de una coexistencia pacífica y próspera.

En este momento crítico, la obligación moral que pesa sobre la humanidad va más allá de las fronteras trazadas en mapas y de las afiliaciones políticas. Exige una introspección colectiva que nos lleve a reconocer nuestra conexión compartida como seres humanos, más allá de las diferencias culturales o históricas que nos han dividido. La tragedia en Israel y Gaza es un recordatorio contundente de que, como habitantes de un mismo planeta, estamos interconectados en nuestra experiencia de alegrías y sufrimientos.

Trascender las divisiones políticas implica superar las barreras que perpetúan la hostilidad, reconociendo la humanidad en el otro. No se trata simplemente de negociaciones diplomáticas, sino de un cambio de mentalidad a nivel global, donde se priorice la empatía sobre la indiferencia. En este nuevo paradigma, la resolución de conflictos se moldea no solo mediante tratados y acuerdos, sino a través de un entendimiento profundo y compartido de nuestra responsabilidad colectiva hacia la paz.

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La tormenta solar del 10 de mayo: ¿Amenazas del espacio exterior, qué tan próximas están?

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Actualidad, por Alberto Gómez R. //

En lo profundo del vasto espacio, el Sol, nuestra estrella madre, juega un papel crucial en la danza cósmica que rige nuestro planeta. Sin embargo, a veces, su danza toma un tono más agresivo, lanzando chorros de partículas cargadas y energéticas hacia la Tierra en lo que se conoce como Eyecciones de Masa Coronal (EMC).

Estos eventos solares, aparentemente distantes, pueden tener consecuencias profundas aquí en la Tierra, manifestándose en forma de tormentas geomagnéticas, fenómenos que inquietan a científicos y gobiernos por igual.

Hace escasos días, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, más conocida como NASA, y la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) emitieron un boletín de advertencia acerca de una tormenta geomagnética que alcanzaría a nuestro planeta que podría tener fuertes repercusiones.

Este anuncio fue emitido sólo un par de días previos al viernes 10 de mayo, el día que esta tormenta solar llegó a la atmósfera terrestre.

Una tormenta solar, también conocida como tormenta geomagnética, es un fenómeno que ocurre cuando el Sol emite una gran cantidad de partículas cargadas y radiación electromagnética que interactúa con el campo magnético terrestre y la atmósfera superior de la Tierra.

Estas tormentas solares generalmente se originan a partir de eventos en la superficie del Sol, como las eyecciones de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés), erupciones solares y corrientes de viento solar de alta velocidad. Las eyecciones de masa coronal son liberaciones masivas de plasma y campos magnéticos del Sol, mientras que las erupciones solares son explosiones repentinas de energía que liberan radiación electromagnética.

Cuando estas partículas y radiación llegan a la Tierra, pueden interactuar con el campo magnético terrestre y causar una variedad de efectos. Entre ellos, la generación de corrientes geomagnéticas inducidas en la superficie terrestre, lo que puede afectar las redes eléctricas y las comunicaciones, así como provocar auroras en latitudes altas y bajas. (nationalgeographic.com.es)

Aunque las tormentas solares ocurren regularmente, la mayoría de ellas son de intensidad moderada y tienen un impacto limitado en la infraestructura terrestre. Sin embargo, es posible que algún día tenga lugar una tormenta mucho más poderosa que comprometa nuestra supervivencia.

La NOAA utiliza una escala de 5 niveles para clasificar la intensidad de las tormentas solares o geomagnéticas, conocida como la escala G de tormentas geomagnéticas.

La categorización de los niveles de las tormentas geomagnéticas fue desarrollada para cuantificar la intensidad de las perturbaciones geomagnéticas causadas por eventos solares, como las Eyecciones de Masa Coronal (EMC). Estas tormentas geomagnéticas pueden tener un impacto significativo en la Tierra, afectando la magnetosfera y generando fenómenos como las auroras boreales y australes, así como perturbaciones en los sistemas tecnológicos y de comunicación.

La categorización detallada de los niveles de las tormentas geomagnéticas, del 1 al 5:

  1. Tormentas geomagnéticas de nivel G1 (Menor): Estas tormentas son las más débiles en la escala y tienen un impacto mínimo en la Tierra. Pueden causar fluctuaciones menores en las redes eléctricas y sistemas de navegación por satélite. Por lo general, las auroras boreales y australes pueden ser visibles en latitudes más altas de lo normal durante estas tormentas.
  2. Tormentas geomagnéticas de nivel G2 (Moderada): Las tormentas de nivel G2 son más intensas que las de nivel G1 y pueden causar perturbaciones moderadas en las redes eléctricas y sistemas de navegación por satélite. Se pueden observar auroras en latitudes más bajas de lo normal durante estas tormentas, y pueden ocurrir problemas en los sistemas de comunicación de alta frecuencia.
  3. Tormentas geomagnéticas de nivel G3 (Fuerte): Estas tormentas son significativamente más intensas y pueden causar perturbaciones generalizadas en las redes eléctricas y sistemas de navegación por satélite. Se pueden producir apagones temporales en áreas afectadas y pueden haber daños menores en los sistemas de comunicación de alta frecuencia. Las auroras boreales y australes pueden ser visibles en latitudes más bajas de lo habitual.
  4. Tormentas geomagnéticas de nivel G4 (Severa): Las tormentas de nivel G4 son extremadamente intensas y pueden causar daños graves en las redes eléctricas y sistemas de navegación por satélite. Los apagones pueden ocurrir en áreas extensas y pueden durar horas o incluso días. Los sistemas de comunicación de alta frecuencia pueden verse afectados significativamente. Las auroras boreales y australes pueden ser visibles en latitudes inusuales durante estas tormentas.
  5. Tormentas geomagnéticas de nivel G5 (Extrema): Estas son las tormentas más poderosas en la escala y pueden tener un impacto catastrófico en la Tierra. Los apagones generalizados pueden ocurrir en grandes áreas, causando interrupciones masivas en la infraestructura eléctrica y de comunicaciones. Los sistemas de navegación por satélite pueden ser severamente afectados, lo que dificulta la navegación y el posicionamiento precisos. Las auroras boreales y australes pueden ser visibles en latitudes muy bajas durante estas tormentas.

La NOAA advirtió que la tormenta geomagnética que impactó la Tierra desde el viernes 10 y hasta el domingo 12 de mayo alcanzó la categoría 5, nivel extremo, primera vez que ocurre un evento así en 21 años.

Hasta el mediodía de este viernes 10 de mayo, los meteorólogos espaciales de la NOAA habían observado al menos siete eyecciones de masa coronal (CME) procedentes del Sol, con impacto en la Tierra desde el mediodía y hasta el 12 de mayo.

El comunicado advirtió que puede haber impacto en las comunicaciones HF/VHF/UHF, los sistemas GPS, las redes de energía eléctrica, la navegación satelital y otro tipo de tecnologías, y que ya se notificó a los operadores de infraestructura crítica. «Pueden producirse problemas generalizados de control de tensión y problemas en los sistemas de protección. Algunos sistemas de red pueden experimentar un colapso completo o apagones. Los transformadores pueden sufrir daños». (eluniversal.com)

Las autoridades advirtieron sobre posibles apagones o interferencias con los sistemas de navegación y comunicación durante el fin de semana, así como sobre auroras en lugares tan al sur como el sur de California, Texas y Florida, en Estados Unidos, y en estados como Sinaloa, Jalisco, e incluso el Estado de México.

Es la tormenta de este tipo más fuerte que ha llegado a la Tierra desde Halloween de 2003. Aquella fue lo suficientemente fuerte como para provocar cortes de energía en Suecia y dañar transformadores en Sudáfrica.

La actividad solar es tan poderosa que la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, que monitorea el clima espacial, emitió una alerta de tormenta inusual por primera vez en 19 años, que luego se actualizó a advertencia. La agencia comenzó a observar explosiones en la superficie del sol el miércoles, y al menos cinco se dirigieron en dirección a la Tierra. (nytimes.com)

Las tormentas geomagnéticas de nivel 5 son las más intensas de su tipo, con el potencial de provocar estragos en una escala global. Los efectos de tales tormentas podrían ser devastadores para la vida en la Tierra y para nuestra civilización. Los sistemas eléctricos y de comunicación, pilares fundamentales de nuestra sociedad moderna, están particularmente en riesgo. Las sobrecargas en las redes eléctricas podrían causar apagones masivos, dejando a vastas regiones en la oscuridad y paralizando infraestructuras críticas, desde hospitales hasta sistemas de transporte.

Además, los sistemas de comunicación podrían sufrir interrupciones graves, afectando no solo a las comunicaciones cotidianas, sino también a las redes de emergencia y a la capacidad de coordinación durante crisis. Los satélites, esenciales para la navegación, el clima y la vigilancia, podrían ser dañados o inutilizados, alterando nuestra capacidad para prever y responder a desastres naturales y eventos adversos.

Pero los efectos de las tormentas geomagnéticas no se limitan a lo tecnológico. Existen preocupaciones legítimas sobre los impactos en la salud humana, desde el estrés psicológico causado por la incertidumbre y el caos hasta posibles aumentos en las tasas de enfermedades cardiovasculares debido a la exposición a campos electromagnéticos intensos. Además, las economías podrían sufrir enormes pérdidas debido a la interrupción de la producción y la distribución de bienes y servicios, así como a la depreciación de activos tecnológicos.

En última instancia, las tormentas geomagnéticas de nivel 5 representan una amenaza real y creciente para nuestra sociedad. A medida que nuestra dependencia de la tecnología continúa aumentando, también lo hace nuestra vulnerabilidad a estos eventos solares extremos. La preparación y la mitigación de riesgos se vuelven imperativas en un mundo donde las tormentas solares pueden ser tanto una belleza celestial como una amenaza existencial.

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La fertilidad humana está disminuyendo en todo el mundo

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Bioética, por Omar Becerra Partida //

Entendemos por fertilidad es la capacidad para reproducirse o procrear y la infertilidad se trata de una enfermedad del sistema reproductivo masculino o femenino consistente en la imposibilidad de conseguir un embarazo después de 12 meses o más de relaciones sexuales habituales sin protección.

Factores como la alimentación, económicos, contaminantes, creencias, modas, y estrés, son detonantes que facilitan esta enfermedad.

El deseo de ser madres o padres está latente en la mayoría de la población mundial, pero factores ya mencionados han hecho merma en la reproducción natural de la especie humana.

El INEGI indica que en México hay 1.5 millones de parejas que padecen infertilidad. En México, una de cada seis parejas que desean tener un hijo, tienen problemas para concebir, ya sea de manera temporal o permanente.

Pero no todos los casos han sido reportados a los entes de seguridad social del país, ya que muchos de ellos se encuentran en el comercio informal y son tratados en instituciones privadas.

También la falta de un marco jurídico sobre las técnicas de reproducción asistida en nuestro país y el estado de Jalisco han hecho que los datos sean débiles, por la falta de seguridad jurídica en los procedimientos.

Según un estudio publicado por The Lancet: “la fertilidad está disminuyendo en todo el mundo. y, más de la mitad de los países ya observan una tasa de fertilidad demasiado baja para mantener el nivel de su población y en el futuro, las tasas de fertilidad seguirán disminuyendo en todo el mundo.”

Esto aunado a las nuevas tendencias de las generaciones de no tener hijos sino mascotas ha desarrollado una disminución de la población a nivel mundial, según el diario estadounidense The Washington Post publicó que el número de jóvenes que adquieren casas, coches, o tienen hijos ha descendido.

Pero el porcentaje de las nuevas generaciones como los millennials deciden tener animales de compañía, esta generación se destaca por la cantidad de dinero que invierte en cuidar adecuadamente de sus animales de compañía.

Y es que, para muchos de estos jóvenes, las mascotas son como los hijos.

Según un estudio elaborado por la firma de comercio electrónico www.zulily.com, al 83 por ciento de ellos les encanta presumir de la ‘paternidad’ hacia sus compañeros peludos, y demostrarlo con productos como calendarios, tazas o felpudos inspirados en animales domésticos.

Basado en cifras de la Carga Global de Enfermedades, un vasto programa financiado por la Fundación estadounidense Bill y Melinda Gates y destinado a reunir datos de salud de la mayoría de los países los científicos evaluaron las tasas de fertilidad actuales en estos países. En cuanto a las tendencias futuras, tuvieron en cuenta muchas variables predictivas, como los niveles de educación o la mortalidad infantil.

¿Será esto el fin de la especie humana lentamente?

Según sus resultados, para 2050, tres cuartas partes de los países tendrán una tasa de fertilidad insuficiente para mantener su población tal como está. Para 2100, la mayoría de los países se verán afectados.

Sin embargo, la población de los países pobres seguirá aumentando durante mucho tiempo, especialmente en el África subsahariana, con el corolario considerables consecuencias a nivel económico y social.

Conclusiones que deben tomarse con cautela.

Sin embargo, los investigadores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) creen que estas conclusiones deben tomarse con cautela. También publicaron un comentario en The Lancet.

Según ellos, el método utilizado tiene fallos, como la debilidad de los datos actualmente disponibles en muchos países pobres. Además, nos invitan a favorecer los matices y no el sensacionalismo cuando hablamos del descenso de las tasas de fertilidad.

Para estos investigadores, un fenómeno así puede presentar ventajas, para el medio ambiente o incluso para la alimentación, pero también desventajas (sistemas de jubilación, empleo). Sin que sea obvio actuar sobre estas palancas.

En pocas palabras la fertilidad humana está siendo mermada.

FUENTES:

Fertilidad global en 204 países y territorios, 1950-2021, con pronósticos hasta 2100: un análisis demográfico integral para el estudio de la carga global de enfermedades, 20 de marzo de 2024, DOI: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(24)00550-6

Hacia una visión matizada y una respuesta a las tendencias globales de fertilidad, Gitau Mburu, James Kiarie, Pascale Allotey, 20 de marzo de 2024, DOI: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(24)00490-2

La Croix con AFP (21/03/2024)

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Los nuevos paradigmas: Impacto social y emprendimiento sostenible

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A título personal, por Armando Morquecho Camacho //

En el tejido de la realidad global, las interconexiones entre individuos, comunidades y naciones son cada vez más evidentes y complejas. Desde la economía hasta el medio ambiente, pasando por la cultura y la tecnología, nuestras vidas están intrínsecamente entrelazadas en una red de influencias mutuas.

En este intricado entramado, es esencial despojarnos de los estrechos confines del pensamiento individualista y abrazar una visión más amplia y colectiva del mundo que habitamos debido a que nos encontramos en un punto de inflexión donde el reconocimiento de nuestra interdependencia se vuelve crucial.

Cada acción, cada decisión que tomamos como individuos o como sociedad, tiene repercusiones que trascienden nuestras fronteras personales y afectan a otros, ya sea de manera directa o indirecta y este entendimiento nos lleva a comprender que el bienestar de uno está intrínsecamente ligado al bienestar del otro, y que la búsqueda del éxito personal debe ir de la mano con la búsqueda de un bien común más amplio.

Aplicado lo anterior al ámbito empresarial, recordemos que anteriormente el éxito en este rubro solía medirse únicamente en términos de ganancias financieras. Sin embargo, en la era actual, las empresas están adoptando un enfoque más holístico que considera no solo sus resultados económicos, sino también su impacto en la sociedad y el medio ambiente. Este cambio de paradigma ha dado lugar a una nueva generación de emprendimientos que buscan no solo obtener beneficios, sino también generar un impacto positivo en el mundo que los rodea ya que más allá de buscar meramente el lucro financiero, estas empresas están tejiendo un tejido más profundo de compromiso con el bienestar humano y el equilibrio ecológico.

Un ejemplo elocuente es el surgimiento de empresas que han hecho de la sostenibilidad su piedra angular. Desde la utilización de materiales reciclados en sus procesos de producción hasta la adopción de tecnologías limpias y renovables, estas empresas están demostrando que es posible prosperar económicamente sin comprometer los recursos naturales del futuro. Su enfoque no solo radica en minimizar su impacto negativo en el medio ambiente, sino en ir más allá y contribuir activamente a su regeneración y preservación.

Por ejemplo, empresas como Patagonia han demostrado que es posible ser rentable mientras se protege el medio ambiente. Esta marca de ropa outdoor no solo produce productos de alta calidad, sino que también ha adoptado una serie de medidas para reducir su huella ambiental, como el uso de materiales reciclados y la implementación de prácticas de fabricación sostenibles.

Otro ejemplo inspirador es el de la empresa mexicana ECOCE, que se dedica a la recolección y reciclaje de envases de PET. Además de contribuir a la limpieza del medio ambiente, ECOCE también ha creado programas de concientización para promover el reciclaje entre la población, demostrando que el emprendimiento sostenible puede tener un impacto positivo tanto a nivel ambiental como social.

No obstante, muchos inversores aún no están completamente convencidos de los beneficios a largo plazo del emprendimiento sostenible, lo que dificulta el acceso al capital para estas empresas y en este rubro, el acceso al capital es un aspecto crucial para el éxito y la sostenibilidad de las iniciativas empresariales centradas en la responsabilidad social y ambiental.

Por otro lado, la falta de métricas estandarizadas y de un marco claro para medir y reportar el impacto social y ambiental también puede dificultar la evaluación de la viabilidad y el rendimiento financiero de estas empresas. Los inversores suelen basar sus decisiones en datos y cifras tangibles, y la falta de información transparente y verificable sobre el impacto no financiero puede limitar su disposición a comprometer capital.

Otro desafío importante es la disponibilidad de fondos específicos para empresas sostenibles. Aunque cada vez más fondos de inversión están incorporando criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en sus decisiones de inversión, la cantidad de capital disponible para empresas sostenibles aún puede ser limitada en comparación con el total de inversiones disponibles en el mercado. Esto puede dificultar que las empresas sostenibles accedan a los recursos financieros necesarios para crecer y expandirse.

En ese orden de ideas, retomando un poco lo tratado la semanada pasada, es en este punto donde una reforma en materia fiscal podría desempeñar un papel crucial al otorgar incentivos fiscales a las empresas que adoptan prácticas sostenibles y generan un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente, los gobiernos podrían estimular el crecimiento de este tipo de emprendimientos y fomentar una economía más sustentable.

En ese contexto, la importancia de los incentivos fiscales en el contexto del emprendimiento sostenible y el impacto social es innegable. Estos incentivos pueden desempeñar un papel fundamental en la promoción y el apoyo a empresas que buscan integrar consideraciones ambientales y sociales en su modelo de negocio. Al ofrecer beneficios fiscales a las empresas que adoptan prácticas sostenibles, los gobiernos pueden estimular la inversión en proyectos que generen beneficios tanto económicos como sociales y ambientales a largo plazo.

En primer lugar, los incentivos fiscales pueden ayudar a reducir los costos de operación para las empresas sostenibles, lo que las hace más competitivas en el mercado. Esto puede incluir exenciones o reducciones en impuestos sobre la renta, impuestos a la propiedad o impuestos sobre las ventas para aquellas empresas que demuestren un compromiso con la sostenibilidad y el impacto social

Aunado a ello, los incentivos fiscales pueden fomentar la inversión privada en proyectos sostenibles al hacer que sea más atractivo para los inversores dedicar capital a empresas que están trabajando para abordar desafíos sociales y ambientales. Al ofrecer créditos fiscales, deducciones o incluso exenciones de impuestos sobre las ganancias de capital para inversiones en empresas sostenibles, los gobiernos pueden alentar a los inversores a financiar proyectos que generen un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente, al tiempo que obtienen un retorno financiero razonable.

En esa tesitura, los incentivos fiscales pueden ayudar a nivelar el campo de juego para las empresas sostenibles, que a menudo enfrentan desafíos adicionales en términos de acceso al capital y costos operativos más altos en comparación con sus contrapartes convencionales.

En conclusión, los incentivos fiscales desempeñan un papel crucial en la promoción del emprendimiento sostenible y el impacto social al reducir los costos de operación, fomentar la inversión privada y nivelar el campo de juego para las empresas que buscan integrar consideraciones ambientales y sociales en su modelo de negocio. Sin embargo, para que estos incentivos sean efectivos, es necesario implementar una reforma fiscal integral que reconozca y valore adecuadamente las contribuciones de estas empresas y elimine las barreras fiscales y administrativas que puedan obstaculizar su crecimiento y desarrollo.

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