JALISCO
Entre desapariciones y ataques: 2023, Jalisco en la encrucijada de la violencia
																								
												
												
											Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
Durante el presente año 2023 se han registrado en diversas regiones de Jalisco una serie de sucesos criminales que muestran el poder de la criminalidad y a un gobierno completamente rebasado con un saldo rojo para las víctimas y sus familiares cuyo grito de justicia se ahoga en un mar de impunidad.
Estos atentados no solo han dejado un saldo de muerte y heridas físicas, sino también una herida abierta en el tejido social y en la confianza de los ciudadanos hacia su seguridad. Estos actos de violencia ponen en evidencia la complejidad y gravedad de los desafíos que enfrentan los diferentes ordenes de gobierno del Estado mexicano frente a la delincuencia organizada, mismos que se renovarán en 2024, ¿Alguno de los candidatos sabrá qué hacer?
ZAPOPAN
El misterio comenzó a tejerse en la colonia Paseos del Sol. Carlos Benjamín García Cuevas, de 31 años, desapareció el 20 de mayo, dejando atrás un rastro de incertidumbre. Él, quien había invitado a otros a trabajar en el mismo lugar, fue el primero en desvanecerse en el aire.
La ansiedad creció cuando los hermanos Itzel Abigail y Carlos David Valladolid Hernández, de 27 y 23 años respectivamente, también se desvanecieron sin dejar rastro. La comunidad de Zapopan empezaba a sentir el peso de una preocupación que se profundizaría con cada desaparición.
Arturo Robles Corona, 30 años, y Jesús Alfredo Salazar Ventura, 37 años, siguieron el mismo camino enigmático. Todos ellos, vinculados por su trabajo en una misma empresa, se esfumaron como si la tierra los hubiera absorbido.
La angustia de los familiares se intensificó. Beatriz Robles, hermana de Arturo, compartió una pista desgarradora: la última ubicación conocida de su hermano fue en la finca del call center. Incluso proporcionó una prueba irrefutable: una foto enviada por Arturo el 22 de mayo a las 7:44 de la mañana, confirmando su llegada al trabajo.
La desesperación aumentó con la desaparición de Mayra Karina Velázquez Durán y Jorge, reportados el 26 de mayo. El caso de Mayra Karina se complicaba con su pasado, vinculado a una investigación de fraude en 2016.
El epicentro de estas desapariciones parecía ser el call center ubicado en Víctor Hugo 158, en la colonia Jardines Vallarta.
Las investigaciones preliminares de la fiscalía revelaron pistas: videograbaciones, testimonios y otros indicios. Emergió un perfil del call center: una empresa dedicada a la gestión de cobros de deudas a extranjeros y a la venta de tiempos compartidos de hoteles.
La confirmación más sombría llegó el 6 de junio. El Gobierno de Jalisco anunció el hallazgo de restos humanos en una barranca, pertenecientes a los jóvenes desaparecidos del call center. El doloroso descubrimiento puso fin a semanas de búsqueda y esperanza.
TLAJOMULCO
Era una noche cualquiera en la colonia Larios de Tlajomulco de Zúñiga. Sin embargo, cerca de las 21:00 horas, esta tranquilidad se vio abruptamente interrumpida. Sobre una brecha, en la prolongación de la calle Flaviano Ramos, rumbo al balneario San Isidro, se desató un acontecimiento que marcaría un antes y un después en la historia de la localidad.
Una unidad de la Fiscalía, realizando maniobras rutinarias en la zona, fue sorprendida por la detonación de artefactos explosivos.
La magnitud del ataque quedó evidenciada cuando se necesitó la intervención del Tedax, el Agrupamiento Técnico Especialista en Desactivación de Artefactos Explosivos de la Secretaría de Seguridad Pública del estado. Su tarea: determinar la causa exacta de la explosión y buscar otros artefactos en la zona, con la incertidumbre de si se trataba de granadas, minas terrestres u otros dispositivos.
El saldo de este cobarde ataque fue desgarrador: tres miembros de la policía municipal y de la Fiscalía perdieron la vida, y diez personas resultaron lesionadas. Este incidente, descrito por el gobernador Enrique Alfaro como un hecho sin precedentes y un desafío contra el Estado mexicano, sacudió a la comunidad y al país entero.
En respuesta, el gabinete de Seguridad de Jalisco declaró una sesión permanente, comprometiéndose a informar sobre los avances de la investigación. La población, aún en shock, todavía aguarda respuestas.
Este ataque no fue un hecho aislado. Tan solo una semana antes, en el municipio de Teocaltiche, las fuerzas federales habían descubierto un artefacto explosivo de fabricación artesanal en uno de los vehículos incautados tras un enfrentamiento entre grupos criminales. Este dispositivo estaba conectado a la batería del vehículo, listo para detonar al encenderse la unidad.
LAGOS DE MORENO
La noche del viernes 11 de agosto se tiñó de tragedia en el barrio de San Miguel, un sitio conocido por ser un punto de encuentro familiar y juvenil, pero también marcado por la sombra del narcotráfico. Dos vehículos blancos, una pick up y una camioneta cerrada, irrumpieron en la explanada del barrio, rompiendo la calma habitual del lugar.
Más de diez hombres armados descendieron de los autos. Su presencia, intimidante y decidida, captó la atención de varios testigos. Se dirigieron directamente hacia las gradas donde cinco jóvenes, de entre 19 y 22 años, disfrutaban de la noche. No hubo confrontación previa en la carretera ni cerca de la feria local; el ataque fue directo y fulminante.
La explanada, adornada por canchas deportivas y usualmente llena de risas y charlas, se convirtió en escena de un crimen. Una mancha hemática en las gradas quedó como mudo testigo del violento suceso. Estos jóvenes, según informaciones, se disponían a encontrarse con otra persona, o posiblemente dos, cuando fueron brutalmente arrancados de su entorno.
Es de conocimiento público en Lagos de Moreno que, aunque la explanada es un lugar de reunión familiar, por las noches se transforma. Los narcotraficantes ejercen un control férreo sobre la zona, convirtiéndola en un activo punto de venta y distribución de drogas. Jóvenes en motocicletas son una vista común, yendo y viniendo en las oscuras horas nocturnas.
El destino de estos cinco muchachos se tornó incierto esa noche. Uno de ellos, minutos antes del ataque, había contactado a su familia para informar que estaba en camino a casa. Esa fue la última vez que su voz fue escuchada.
Aunque inicialmente la Secretaría de Seguridad de Jalisco no vinculó su desaparición con un acto de violencia, la realidad emergió con crudeza cuando se descubrió que los jóvenes fueron llevados a una finca en el barrio La Orilla del Agua. En este lugar, se grabó un escalofriante video que pronto circuló en redes sociales, provocando conmoción y horror.
ZAPOPAN… LA AVENIDA PATRIA, ¡OTRA VEZ!
El 13 de noviembre, una tranquila mañana en el municipio de Zapopan se vio abruptamente interrumpida por un acto de violencia que resalta la grave situación de seguridad en Jalisco. Carlos Manuel Flores Amezcua, subdirector operativo de la Comisaría Municipal de Zapopan, fue asesinado en una cafetería ubicada en el cruce de las avenidas Patria y Beethoven, en el fraccionamiento La Estancia.
Los hechos ocurrieron a plena luz del día, en un lugar público y concurrido. Según imágenes difundidas en redes sociales, Flores Amezcua ingresó al establecimiento y, en el momento en que les dio la espalda, al menos cuatro individuos que estaban sentados en las mesas exteriores sacaron armas y abrieron fuego. Esta ejecución en frío y calculada ha dejado clara la impunidad con que el crimen organizado puede actuar en el Área Metropolitana de Guadalajara.
Tras el asesinato, elementos de la Policía de Zapopan desplegaron un operativo en la zona, pero hasta el momento y a pesar de los videos de la ejecución y los indicios dejados en el lugar no se han reportado detenciones.
Estos atentados no solo han dejado un saldo de muerte y heridas físicas, sino también una herida abierta en el tejido social y en la confianza de los ciudadanos hacia su seguridad. Estos actos de violencia ponen en evidencia la complejidad y gravedad de los desafíos que enfrentan los diferentes ordenes de gobierno del Estado mexicano frente a la delincuencia organizada, mismos que se renovarán en 2024, ¿Alguno de los candidatos sabrá qué hacer?
Porque los jaliscienses vivimos esperando justicia y respuestas.
En X @DEPACHECOS
