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El primer mensaje polémico de Lenia Batres: Un memorial para repensar sobre la Suprema Corte de Justicia

Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //
En nuestro país era invariable que cuando afirmaba el poder ejecutivo federal, decretaba el poder legislativo o sentenciaba la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJ), el asunto de que se tratara había concluido. Como proclamaban los antiguos: “Roma locuta, causa finita”, que se traduce como “Roma ha hablado, la causa ha terminado”, es decir, cuando un determinado asunto había sido zanjado por alguno de esos poderes, considerados en su ámbito de competencia como la máximo autoridad, del tema ya no había que discutir mayor cosa; en general, eso era expediente concluido.
Pero los tiempos cambian; si esa idea se admitía como regla infalible, desde hace pocos años para acá, resulta que ya no es así, porque las leyes del poder legislativo constantemente son anuladas, acotadas o suspendidas; los mandatos y acuerdos del poder ejecutivo, de igual manera se obstruyen o bloquean; todo lo anterior (y muchas otras cuestiones de los Estados y municipios),se logra por medio del recurso del amparo, materia en la cual la superior potestad corresponde al poder judicial federal.
El panorama anterior acontece bajo un principio: hacer prevalecer la Constitución de la República. Si eso fuese así de sencillo y real, es probable que todo marchara a la perfección, pero resulta que estamos muy lejos de ese objetivo. Jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) junto al aparato que los rodea, no gozan de la confianza del pueblo, así como no la tienen bastantes políticos y funcionarios de todo rango, gran porción de la burocracia y los poderes constitucionales de las Entidades federativas y desde luego de los ayuntamientos y alcaldías. De la misma desconfianza gozan los integrantes de la procuración de justicia y otros entes aplicadores de las leyes, pero eso es tema para otra oportunidad. Por hoy nos ocuparemos de quien encarna más simbólicamente a los órganos administradores de justicia, que es la Suprema Corte de la Nación.
En el siglo pasado, la SCJ fue manejada al antojo de los presidentes de la República. Ellos, tras echar abajo las disposiciones del Constituyente de Querétaro sobre como integrar a la Corte, (los constituyentes le dieron gran juego a los congresos estatales y a las cámaras de la Unión), determinaron que les era más cómodo se conformara según sus conveniencias.
Y junto a los nombramientos de los ministros de la SCJ, los traían de un lado para otros fijando y cambiando sus períodos, atributos, licencias y salarios. De Obregón a Enrique Peña Nieto esa fue la pauta; a veces se lucían, ante la impávida mirada de los factores de presión política, como cuando Zedillo acabó con todo el plantel de la SCJ y tras meses de tener a los mexicanos sin ese máximo tribunal, lo dejó con once ministros, en general nombrados al gusto del mandatario, sus allegados y por transas con grupos políticos que, siendo opositores, sacaron ventajas de la situación.
A partir de 2018, cuando la ciudadanía se volcó en las urnas y resolvió entregar el poder ejecutivo y legislativo (la mayoría de este) a la llamada izquierda, en contraposición a los viejos partidos del PRI, PAN y el mortecino PRD, se experimentó un cambio en el poder judicial, donde es claro que los votantes no tenían ni tienen mayor trascendencia: de ser de discreto perfil, obtuvo relevancia pública, y de su tradicional conducta obsecuente al poder presidencial y del legislativo, se tornó en formidable bastión frente a ellos, impulsado en mucho porque las oposiciones (conglobadas en alianza que alabaron los medios de comunicación, los comentaristas, intelectuales y politólogos orgánicos -otrora muy consentidos por el gobierno- así como porciones del empresariado consentido de los mandamases caídos) acudieron a ellos y tras obtener fallos en su favor, los convirtieron en una especie de aliados virtuales. Esta actitud de la SCJ proyectó la idea de que efectivamente, a título de salvaguardar la ley superlativa, se alineaba en los hechos, a los empeños de los opositores del gobierno, autonombrado de la Cuarta Transformación (4T).
Esa es la posición que se tiene a la fecha, marcadamente más desde hace un año, cuando asumió la presidencia de la Corte la magistrada Norma Lucía Piña Hernández. Por ello, cuando el jueves 4 de este frío mes de enero, tomó posesión de su sitial la nueva ministra, Lenia Batres Guadarrama, hubo muchas expectativas, pues además de ser mujer, ha sido de ideas izquierdistas y es la primera abogada nombrada directamente por el ejecutivo federal, de acuerdo con lo que establece la Constitución. Su designación es entonces, rigurosamente legítima.
Es de hacer notar, que la nueva ministra arribó tras fracasar las fuerzas de la oposición en nombrar, en el Senado, a quien llegaría para sustituir al ahora ministro en retiro, Arturo Zaldívar, quien había renunciado el año pasado. Eso lo que demuestra es la incapacidad de esos actores políticos para llegar a un acuerdo: prefirieron desaprovechar la oportunidad, y dejaron vía franca para que el mandatario federal ejerciera su facultad y designara a la nueva ministra: no les queda ningún recurso para considerarlos, son miopes e impenitentes.
La ceremonia solemne en que se le impuso su toga a la abogada Batres Guadarrama fue sensacional, especialmente por lo que expresó en su estreno como miembro de la SCJ. De allí que el semanario Proceso dijese que “asume como ministra y arremete contra la Corte” (5-ene-2024). Para justificarse de tal encabezado, dice en texto de Diana Lastiri: “el máximo tribunal ha incurrido en excesos al desarrollar sus funciones y consideró que debe autolimitarse y someterse a la Constitución.” Luego agrega la reportera: “la nueva ministra arremetió contra la institución que hoy la recibió…al considerar que, en lugar de enfocarse en defender los derechos humanos y sociales, se enfoca en casos con fuertes implicaciones políticas”, dando como ejemplo cuando conoció sobre la Ley de la Industria Eléctrica y la reforma a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.
Un punto que ha sido evidente es como la SCJ bloqueó normas aprobadas en el legislativo, por meros aspectos de detalle al elaborarlas. Al respecto manifestó Batres Guadarrama, que “La Constitución prevé, en su artículo 17, que las autoridades deben privilegiar la solución de los conflictos sobre los formalismos procedimentales. Y el Poder Judicial no lo está cumpliendo”. Un renglón que hizo que alzaran las cejas los miembros de la Corte, fue el referente a los salarios de ellos y muchos otros funcionarios que cobran indebidamente más que el presidente de la república, contraviniendo el artículo 127 constitucional, enfatizando al respecto: considero nos corresponde acatar la Constitución.
La ministra Batres, con firmeza y valor, declaró que la Corte, se ha extralimitado, haciendo que “el carácter inimpugnable de sus decisiones la ha llevado a confundir jerarquía de la Constitución con jerarquía de la instancia. La Corte se ha colocado por fuera y por encima del trabajo que realiza la Auditoría Superior de la Federación impidiendo efectuar auditorías de desempeño, ejerce poderes que están expresamente vedados en la ley, como el otorgamiento de suspensiones en casos de acciones de inconstitucionalidad en contravención con el artículo 64, último párrafo de la Ley
Reglamentaria de las fracciones uno y dos del artículo 105 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”.
Es finalmente, una gran noticia el que una experta en derecho, pero de pensamiento avanzado socialmente, con verdadera actitud republicana y austeridad intachable, esté en el pleno de la SCJ, tan necesitada de conducirse como genuino tribunal constitucional, pero con tinte a favor del pueblo, de los necesitados y no solo de los potentados, que a la fecha son quienes más han obtenido beneficios para proteger sus intereses. Por eso sostenemos que lo dicho por la nueva ministra, es un memorial que nos induce para repensar el funcionamiento del máximo tribunal de México, que efectivamente, su misión es actuar conforme la Constitución, pero nunca por encima de ella, lo que implica no invadir el espacio de los demás poderes.
Ella, Lenia Batres Guadarrama, la flamante componente de la SCJ, ha sido calificada por muchos organismos y ciudadanos como “Ministra del Pueblo”, a lo cual responde: “es un enorme halago, una misión grande que acepto con honor y con la responsabilidad que merece”. Y eso esperamos todos los mexicanos, pero también deseamos que tal título, lo merecieran los demás miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
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Fernández Noroña y «Alito» Moreno dan sus versiones sobre altercado en el Senado

– Por Mario Ávila
La tarde de este miércoles, al término de la sesión de la Comisión Permanente, justo cuando se entonaba el Himno Nacional, estalló una trifulca entre los senadores Alejandro Moreno (PRI) y Gerardo Fernández Noroña (PT), quien actualmente es el presidente de la Cámara Alta.
Según diversos reportes de medios y testigos en la sala, Moreno acusó a Noroña de negarle la palabra, lo que provocó que se acercara a la tribuna para confrontarlo. El altercado escaló con empujones y golpes mientras algunas voces de los asistentes que intentaban calmar los ánimos fueron ignoradas.
Alejandro «Alito» Moreno afirma que la agresión inició por parte de Noroña, quien lo atacó primero. En una conferencia de prensa, cobijado por sus compañeros de partido, aseguró que fue objeto de provocaciones. Agregó que el presidente del Senado le faltó al respeto a una senadora y por ello reaccionó: “Si no lo educaron, aquí en el Senado lo vamos a educar”.
«Si llegamos a los golpes y a más, eso es lo que ellos (la 4T y aliados) construyeron», dijo sin empacho el líder nacional del PRI, el senador Alejandro Moreno Cárdenas, después de la violencia con la que cerró la sesión de la Comisión Permanente.
«Y nos vemos el domingo», añadió Moreno Cárdenas, en alusión a la sesión donde la Cámara de Diputados recibirá el Primer Informe de Gobierno de la presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo. A Fernández Noroña, lo calificó como «intransigente, intolerante, patán, cobarde y cínico, porque levantó la sesión sin cumplir el acuerdo y negarme el uso de la tribuna».
Por su parte, Fernández Noroña rechazó haber comenzado la agresión y acusó a Alejando Moreno de haberlo golpeado y amenazarlo. Anunció que presentará denuncias penales por lesiones y daños, y también solicitará el desafuero de los legisladores del PRI involucrados.
“Mi actitud es defensiva todo el tiempo, firme, pero defensiva; en ningún momento un solo golpe, muéstrenme un video donde yo le lanzo un solo golpe a Alejandro Moreno … todos los videos acreditan una agresión cobarde a mi persona», dijo en una entrevista para Radiofórmula.
Después reveló textualmente una acusación fuerte contra «Alito» Moreno: “Me dijo: ‘te voy a madrear, te voy a matar’.”
Fernández Noroña anunció también la presentación de una denuncia criminal en contra de cuatro miembros del PRI, encabezados por su presidente, el senador Alejandro Moreno Cárdenas, por las agresiones, golpes, daños y amenazas de muerte que sufrió hoy en la tribuna de la mesa directiva en la antigua sede del Senado de la República.
Confió en que la Fiscalía General de la República, primero les brinde protección personal por las amenazas de muerte que recibieron él y el empleado (camarógrafo) del Senado, Emiliano González; pero también confía en que la Fiscalía solicite el desafuero de los cuatro agresores priistas.
Anticipó que citará a sesión de la Comisión Permanente para el próximo viernes 29 de agosto, a fin de tratar, como único asunto, este hecho violento, que no tiene precedente en la historia democrática del país.
Consecuencias colaterales
El camarógrafo Emiliano González terminó seriamente lesionado tras intentar interponerse durante el encuentro. Fue derribado e incluso pateado, y sufrió golpes mientras estaba en el suelo. Su estado requirió atención médica e incluso se le colocó un collarín.
Este incidente trascendió rápidamente a nivel nacional e incluso internacional, provocando repercusiones inmediatas. Noroña anunció acciones legales y sanciones políticas, mientras que las imágenes del altercado se viralizaron en redes sociales y provocaron críticas desde diversos sectores.
El PRI, desde su enfoque, consideró que Moreno actuó en defensa de la libertad y la democracia, mientras que Morena y PT acusan al senador priista de una agresión directa contra el presidente del Senado.
La confrontación se da en un contexto donde las tensiones entre los partidos son particularmente intensas. En los últimos días, Morena había estado lidiando con polémicas internas relacionadas con declaraciones de Noroña y la revelación pública de que inexplicablemente el presidente del Senado se hizo dueño de una casa de 15 millones de pesos.
Mientras, el PRI busca mostrarse firme ante confrontaciones con otras bancadas.
El episodio en la tribuna del Senado no solo sacudió la convivencia institucional, sino que también profundizó la polarización política que hay en el país.
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Cierra la Permanente con golpes entre Alito Moreno y Fernández Noroña

– Por Mario Ávila
Al cierre de lo que fue la última sesión de la Comisión Permanente, efectuada en la antigua sede del Senado de la República, tras la entonación del Himno Nacional, se enfrascaron a empujones y golpes, el líder de la bancada del PRI Alejandro Moreno y el presidente del Senado Gerardo Fernández Noroña, en donde también resultó agredida la senadora Dolores Padierna.
Al término de la reunión, el coordinador de la bancada del PRI, Alejandro Moreno, subió a la hasta mesa directiva para recriminar al presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, que no te otorgó la palabra y fue cuando «Alito» lanzó el primer manotazo, luego hubo jalones y empujones, que subieron de tono para convertirse después en golpes y patadas, en donde destacó la furia de Carlos Eduardo Gutiérrez Mancilla, legislador del PRI.
La que fue la última reunión de trabajo de diputados y senadores en la comisión permanente se trató un tema álgido en la agenda política que se refería a la traición a la patria, en donde los discursos de los representantes de las fracciones parlamentarias dejaron encendido el ambiente, dado que las posturas de Morena y sus partidos aliados con la oposición de PAN y PRI han sido irreconciliables.
El tema se planteó por la necesidad de discutir las denuncias en contra de la senadora del PAN, Lilly Téllez, quien en una entrevista con el medio estadounidense Fox News, solicitó la intervención de las fuerzas norteamericanas para combatir al narcoterrorismo en México.
En la polémica participó también la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, quien descartó la posibilidad de que se sometiera a la legisladora panista a juicio de procedencia para despojarse del fuero, por la acusación de haber cometido traición a la patria; dijo que le bastaba con que los mexicanos se enteraran quién es quién.
El momento más incómodo de la sesión fue cuando le tocó el turno del uso de la palabra justamente a Lilly Téllez, quien no desaprovechó los 5 minutos para insistir en el mensaje de la necesidad del apoyo y el respaldo de las fuerzas estadounidenses para combatir al narcoterrorismo en México.
Al mismo tiempo, en todo momento siguió haciendo uso de los términos de «narcopartido», «narcomorena», «narcosdiputados», «narcobancada»by «narcosatánicos», lo que encendió los ánimos de la fracción mayoritaria en la Comisión Permanente, que interrumpieron en repetidas ocasiones el discurso de Lilly Téllez, que fue denunciada por una diputada del PT para que fuera enjuiciada como traidora a la patria.
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Mitofsky: Aprobada por el 71.4% de la población, llega Sheinbaum a su 1er. Informe de Gobierno

– Por Mario Ávila
A pocos días de presentar su primer informe de gobierno, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo registra un 71.4% de aprobación ciudadana, de acuerdo con la encuesta nacional realizada en viviendas por la empresa Mitofsky y divulgada por el periódico El Economista.
Este nivel de respaldo ciudadano la coloca como el mandatario-mandataria con la mejor evaluación en la historia reciente de México, además de que el estudio revela que, pese a los retos de seguridad y economía, la percepción sobre su gestión es mayoritariamente positiva: 93% de los mexicanos desea que le vaya bien como presidenta, y 65.8% considera que el país está mejor en comparación con el inicio de su administración.
El 58% de los encuestados afirma que Sheinbaum ha hecho más de lo esperado, mientras que el 36% señala que ha cumplido lo previsto. Entre sus principales logros destacan los apoyos sociales, especialmente a jóvenes y adultos mayores, así como programas en favor de las mujeres y el manejo de la política exterior.
Esta evaluación histórica también revela que el 63.3% de los mexicanos considera que el país va por el rumbo correcto bajo la actual administración, mientras que un 64.4% declara creerle a la presidenta “siempre o la mayoría de las veces”, lo que también la coloca por encima de sus antecesores en niveles de credibilidad.
Por cierto, Jalisco es el estado donde Claudia Sheinbaum obtuvo la cuarta calificación más baja, con 61.1, solo arriba de Guanajuato, CDMX y Sinaloa; mientras que en las entidades donde mejor se calificó su gestión, fue en Campeche (77.5), Tamaulipas (79.4) y Oaxaca (80.9).