NACIONALES
Los pluris: El capricho de la oposición
 
																								
												
												
											Opinión, por Iván Arrazola //
En días pasados los partidos políticos presentaron sus listas de candidatos a senadores y diputados que contenderán por la vía plurinominal también conocidos como “pluris”, en los listados aparecen en su mayoría nombres conocidos, muchos de ellos con trayectorias cuestionables, parece que los partidos perdieron la oportunidad de mostrar que verdaderamente quieren un cambio en México y aprendieron la lección de los errores que cometieron en años pasados.
¿Qué dicen nombres como los de Marko Cortés o Alitro Moreno para la población?, dos liderazgos que pretenden hacer frente al partido dominante y que nuevamente han confirmado que entre sus prioridades se encuentra asegurar el puesto, ya después pensarán en el proyecto de país. Marko Cortés evidenció en días pasados lo mal negociador que es, o un Alito Moreno que exhibe en su discurso su desprecio por la prensa, una de frase que lo marcó fue “A los periodistas no se les debe disparar, papá, deben morir de hambre», esos personajes son los que aparecen en los primeros lugares en las listas de sus partidos para el Senado, y seguramente tomarán las decisiones más importantes de sus partidos en el Congreso, al final con su inclusión en las listas aseguran que durante seis años no serán perseguidos judicialmente.
A esos personajes se suman viejos conocidos para contender por el Senado, Manlio Fabio Beltrones, tres veces diputado federal, dos veces senador, gobernador de Sonora y presidente nacional del PRI; Ricardo Anaya, ex candidato del PAN a la presidencia de la República, que ha estado ausente durante todo el sexenio de López Obrador por el riesgo de ser detenido; Francisco Ramírez Acuña, ex gobernador de Jalisco. Una de las razones que se alega para que estos personajes aparezcan en las listas es que son personajes conocidos que podrían atraer votos y que tienen experiencia, sin embargo, la oposición parece no reconocer que muchos de esos nombres forman parte de una clase política desprestigiada, con un discurso agotado, que dicen luchar por frenar la imposición de Morena, pero al mismo tiempo se niegan a perder sus privilegios.
En las listas de candidatos a diputados, aparecen nombres como el de Rubén Moreira que jugó un papel fundamental para que el PRI votara a favor de la militarización del país, cuando el tricolor votó por la permanencia de la Guardia Nacional hasta 2028, Francisco García Cabeza de Vaca, ex gobernador de Tamaulipas, que abandonó México al concluir su mandato en Tamaulipas ante el riesgo de ser detenido después de perder el fuero como gobernador.
Todos esos nombres lejos de representar algo nuevo representan el pasado, una clase política que no supo estar a la altura de las circunstancias, una clase que no pudo asegurar un mínimo de rendición de cuentas, porque a nadie le convenía, hoy con una mano en la cintura la clase política ante una acusación pide pruebas de sus corruptelas, lo hacen porque saben que nadie los investigará ni perseguirá, a menos que se hagan enemigo de algún gobernante que utilizará el poder de la Fiscalía de su estado o del país para iniciar la persecución.
Es una clase política que no imaginó que la arquitectura de los organismos autónomos y de la independencia del Poder Judicial podría estar en riesgo ante la llegada de un partido dominante. Pensaron que en el país prevalecería la estructura pluralista en la que tantos excesos se cometieron, el dicho de “a rio revuelto, ganancia de pescadores” aplica para el caso de los partidos políticos en México, se repartieron cargos a diestra y siniestra sin pensar necesariamente en los perfiles idóneos, de lo que se trató fue de cuidar la “cuota” del partido, se desviaron recursos, no se castigó, hoy las cosas no son diferentes, pero en su momento los partidos tradicionales tuvieron la oportunidad de construir la arquitectura contra la corrupción y no lo quisieron hacer.
Hoy pretenden ir a una competencia en la que ni siquiera muchos de esos personajes podrán hacer campaña porque se encuentran fuera del país ante el riesgo de que puedan ser detenido.
Hoy se necesitan nuevos rostros, nuevos personajes, que su legitimidad emane de las causas por las que luchan, hoy los colectivos de madres buscadoras, los grupos defensores de derechos humanos, activistas que denuncian la violencia y la inseguridad que hay en el país, deberían de tener un espacio en estas listas. Pero los partidos han hecho su apuesta y es claro que hasta el final pretender retener lo poco de poder y privilegios que les quedan y no piensan compartir el poder con nadie que no forme parte de su círculo de “confianza”.
Dicen que para que algo nazca, algo debe morir, tal vez estamos en presencia de los últimos momentos del débil pluralismo político que queda en el país, tal vez es el momento para que nazcan partidos que verdaderamente aspiren a ser responsivos, que aspiren a seleccionar personas que tengan como preocupación principal atender los problemas del país antes que pensar en su carrera política, que aspiren a ser transparentes y sobre todo que estén a la altura de una sociedad que hoy más que nunca demanda soluciones a los problemas más allá de las ocurrencias y simulaciones.

