NACIONALES
El precio de la ambición enferma

Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //
“La ignorancia y el oscurantismo en todos los tiempos no ha producido más que rebaños de esclavos para la tiranía.”
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Emiliano Zapata.
Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos es un sociópata, o en términos médicos actuales sufre del trastorno antisocial de personalidad. Expliquémonos. 1. Es una persona que tiende a mentir y no conforme con ello, instituyó ese mal al crear sus mañaneras y mantenerlas a lo largo de su gobierno. 2. Es un político dispuesto no solo a quebrantar la ley, sino que lo declaró abiertamente y sin recato alguno cuando nos dijo “no me vengan con que la ley es la ley”. 3. Es un hombre que se comporta impulsivamente de ahí que, ante la toma de consciencia de su fracaso presidencial y el hundimiento de su 4T, recién mandó sus 20 reformas legislativas de evidente rompimiento constitucional, con la intención de, ante su cada vez más evidente derrota, complicarle las cosas al nuevo gobierno. 4. Es un ser que no se preocupaba por su propia seguridad ni por la de los demás de manera al punto de ofrecer abrazos a los delincuentes y tolerar la muerte de los ciudadanos de bien. Por ello, urge que su gobierno termine, Claudia Sheinbaum pierda y Xóchitl Gálvez asuma la presidencia de México.
Estamos a semanas de elegir entre seguirle en la persona de Claudia Sheinbaum o devolvernos las llaves de nuestro destino nacional. Confío en que esta pesadilla acabará.
De mi padre nació mi deseo por adentrarme en las vidas de hombres y mujeres ejemplares, y aprender de sus experiencias, motivaciones y comportamientos; de sus renuncias sobre lo inmediato y lo efímero al retarse por alcanzar lo de mayor trascendencia. Entrever sus creencias, valores y principios, sus sueños y luchas en sus biografías. Para explicarme mejor, hoy quiero traer a nuestra memoria cómo Hernán Cortés, con todos su horrores y errores, mandó quemar sus naves al llegar a nuestras tierras para no tener al regreso a la isla de Cuba como una opción más segura en su aventura que recién iniciaba y solo aceptar emprender el camino hacia el interior de esa tierra que ya se le abría.
Goethe nos dijo: “No hay nada más terrible que ver la ignorancia actuar”. 2024, políticamente, será solo para quienes no le temen a la incertidumbre que se contiene en la democracia activa. Sé de candidatos a cargos de elección popular -presidentes municipales y legisladores- que no renuncian a sus actuales trabajos de gobierno o partido porque simplemente no confían en sus capacidades políticas ni luchan por el triunfo. Son, para mi, expectativas irreales de sus partidos… monedas de cambio sin valor.
Sus mentes no están en el futuro y por ello ya están derrotados. Quienes queremos el gran cambio, no merecemos tan toca dignidad política y tan grande engaño. Los partidos de oposición deberían asumir que ellos deben cambiar primero a profundidad. El triunfo debe merecerse para ganarse y ejercerse limpiamente. No jugar a la ruleta rusa con el poder, y menos cuando la sien por traspasar es la nuestra.
La política tiene como principal propósito el cambiar para superar lo que hoy no nos satisface. Un político debe tener la certeza de que el futuro sí puede estar bajo nuestro control a través del esfuerzo concertado y sin descanso hacia la prosperidad, la libertad y la soberanía en democracia. Un candidato ideal, para el México de hoy, es aquel convencido de tener las capacidades para contribuir al cambio y las demuestra en sus propuestas bien reflexionadas y sustentadas, atrayentes y que enamoran.
Pertenezco a otra generación de políticos o estudiosos de la política; la incertidumbre jamás nos hizo aferrarnos al confort de la mediocridad. Teníamos disposición para comenzar de cero poniendo como escudo a nuestras creencias, principios y valores. Emulando a Emiliano Zapata: Las candidaturas son de quiénes las han trabajado. La poetisa Edith Sitwell nos dijo: “Soy paciente con los ignorantes, pero no con aquellos que están orgullosos de ella”; de estos hay miles en ambos lados de la ecuación política actual en México; ignorantes que medran son su ignorancia. Hoy, nadie debe ofender al ignorante que se refugia en su ignorancia por voluntad. Ignorantes que se cautivan con los cantos de las sirenas.
Suena feo, pero sólo los esclavos y los perros se venden. En Morena, el Verde, PT, Hagamos y Futuro hay hombres y mujeres que conculcaron sus creencias, valores, principios y pasados personales a cambio de candidaturas; ellos, hombres y mujeres, traicionan a la patria y por ello me desprendo de sus tentaciones; no los escucho simplemente. Son como esos gusanos que tanto gustan a López Obrador para pisotear; solo miren a Claudia Sheinbaum hoy y a Marcelo Ebrard ayer. Les ordena y bailan al son de sus delirios. En esos títeres se basa la 4T que ya agoniza. Hoy, la desesperanza de México se regocija con la llegada bimestral de dinero. La desesperanza de Amlo ha muerto. Se vendió y malgastó.
Hoy, la verdadera esperanza de México está en otro lado.