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NACIONALES

El fracaso de AMLO en la lucha contra la corrupción

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

La bandera contra la corrupción fue la narrativa que enarboló Andrés Manuel López Obrador para lograr el apoyo de cerca de 30 millones de mexicanos hace 6 años, junto con el slogan «Primero los pobres» que le permitió romper con el bipartidismo y convertirse en Presidente de México.

El presidente López Obrador ha externado es que «no puede haber desarrollo si hay corrupción, de allí la importancia de combatirla, solamente así se podrán garantizar mayores niveles de bienestar para los mexicanos».

El político tabasqueño afirmó que «acabaría con la corrupción en México», expresión muy temeraria, fuera de la realidad porque por principio, en ningún país del mundo se ha logrado acabar con las prácticas corruptas. Sí se puede acotar, se puede disminuir, es posible establecer orden, pero para lograrlo se requiere un gobierno con transparencia, con rendición de cuentas, que las instituciones funcionen tanto las procuradoras como las administradoras de justicia

¿Cómo se va acabar con la corrupción cuando tenemos al crimen organizado cuyo poder se manifiesta en la mayor parte del país imponiendo su ley de la violencia y que ha dejado en estos seis años una estela roja de cerca de 180 mil homicidios?

¿Cómo hablar de éxito contra la corrupción cuando el 99 por ciento de los homicidios no se esclarecen, cuando la justicia no funciona en México y la impunidad se impone?

El Presidente puede culpar al Poder Judicial que es corrupto y que ha sido el freno que ha tenido para lograr limpiar a México de corrupción, pero lo cierto es que su lucha no tuvo éxito. En el sexto año de su gobierno, cabe preguntarnos los resultados obtenidos en la lucha contra la corrupción en todo un sexenio. Vamos a citar cuatro casos emblemáticos que este gobierno ha centrado para demostrar que en México no hay intocables. Una cosa es construir una narrativa de que se llevará a la hoguera a los corruptos y otra es dar resultados.

1. Qué pasó en la cruzada para acabar con el huachicol.

2. Qué pasó con la corrupción en Pemex centrada en las acusaciones contra Emilio Lozoya, ex director de Pemex y el empresario Alonso Ancira, dueño de Altos Hornos de México, acusado de delito de lavado de dinero y actos de corrupción.

3. Qué pasó con Juan Collado, conocido como abogado del poder, acusado de blanqueo de capitales y delincuencia organizada por la presunta venta de un inmueble de la compañía Caja Libertad.

4. ¿En qué terminó la acusación contra Rosario Robles por la llamada Estafa Maestra?

EL ROBO DE HUACHICOL

Vamos por partes: El caso de la guerra contra el huachicol es un fracaso rotundo. Fue el primer gran conflicto grave en la administración de López Obrador, se trataba de combatir el llamado «huachicoleo», robo de combustible a los ductos de Pemex, era la guerra contra el crimen organizado que habían convertido a Pemex en un gigantesco palacio de saqueo.

Al paso de cinco años los resultados son contundentes: además de las muertes que son decenas por explosiones y cientos o miles por la operación de grupos criminales como sucede en Guanajuato, hay un daño al erario de cuando menos 20 mil millones de dólares. Han sido además asesinados decenas de técnicos por las mafias huachicoleras. Conforme al Informe Nacional de seguridad, en 2022 fueron robados a Pemex 6.1 mil barriles de petróleo por día, aumentando el mercado negro en 70% respecto de 2021.

EMILIO LOZOYA Y ALONSO ANCIRA

La acusación contra Emilio Lozoya por caso Obedrecht y la compra de Pemex de Agronitrogenados a Alonso Ancira es otro de los cinco casos emblemáticos. Este fue uno de los más sonados casos y en este tema es donde se pudo obtener mejores resultados. En la acusación contra Alonso Ancira y Lozoya por la compra a sobre precios por parte de Pemex de la empresa Agronitrogenados se logró detener en España al dueño de Altos Hornos de México y se le trasladó a México. La planta estaba valuada en 58 millones de dólares y Pemex pagó 257 millones de dólares. Ancira estableció un acuerdo reparatorio con Pemex y ha abonado 108 millones de dólares de un total de 216 que acordó pagar para recuperar su libertad.

Emilio Lozoya también fue detenido en España y trasladado a México. En la acusación contra Emilio Lozoya por soborno de Odebrecht de 10 millones de dólares, después de tres años de estar prisionero un juez federal le concedió al ex director de Pemex la prisión domiciliaria. El juicio sigue pero ya no en el reclusorio Norte.

ROSARIO ROBLES Y LA ESTAFA MAESTRA

Después de una batalla que inició en 2019, finalmente un Tribunal absolvió a Rosario Robles por el delito de ejercicio indebido de la función pública en la llamada «Estafa Maestra», en un esquema de corrupción en la que 11 dependencias federales desviaron más de 3 mil millones de pesos a través de universidades. Rosario Robles fue Secretaria de Desarrollo Social y Secretaria de Desarrollo Agrario y Territorial durante el sexenio del presidente Peña Nieto.

EL CASO JUAN COLLADO

Otra derrota que sufrió la Fiscalía General de la República fue la liberación de Juan Collado, el abogado de Enrique Peña Nieto y «de la mafia del poder», según el Presidente López Obrador. Collado no será procesado por el delito de fraude, por los trámites que realizó para desbloquear 76.5 millones de euros en sus cuentas bancarias en el Principado de Andorra.

Después de cuatro años de estar privado de la libertad el pasado 21 de septiembre del 2023 un juez le concedió libertad condicional. El juicio sigue, por loque tendrá que utiliza un brazalete en el tobillo y no podrá salir del país.

¿Cómo calificaría la lucha contra la corrupción, considerando estos cuatro casos y cinco personajes?

Para mi fue un fracaso la lucha contra la corrupción en el sexenio de AMLO.

ENTREVISTAS

Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

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Por Francisco Junco //

“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.

Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.

Un camino desde abajo

Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.

“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.

Retos de una elección sin precedentes

En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.

Dilemas judiciales

Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.

“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.

Una justicia humana y equitativa

Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.

Propuestas claras

¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:

“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.

Deuda histórica con las víctimas

Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.

El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.

En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.

En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.

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CARTÓN POLÍTICO

Herida abierta

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NACIONALES

Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

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Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //

Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.

Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.

Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.

Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.

Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.

La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.

El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.

Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.

Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.

Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.

Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.

Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.

Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.

Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.

A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.

 

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