NACIONALES
Arranque de campañas: Dislates, frivolidades, escándalos; los tres enemigos del presidente que podrían derrotarle

De primera mano, por Francisco Javier Ruiz Quirrín //
EN ESTA TERCERA década del siglo XXI hay una combinación de factores que integran un coctel en el que se puede probar una política y una sociedad en franco deterioro.
A estas alturas es muy difícil creer en los políticos y la sociedad está consciente de este fenómeno, pero se atreve a ser feliz con las mentiras.
En esta cultura de descomposición social las convicciones e ideales han pasado a guardarse en una caja de “archivo muerto”, de tal manera que muchas candidatas y muchos candidatos, exhibiendo un increíble cinismo, se atreven a defender lo que tiempo atrás criticaban severamente.
Vivimos tiempos en que la militancia cambia de siglas partidistas, como cambiar de calcetines todos los días y todo porque la soberbia se ha antepuesto a la lealtad y la disciplina.
El amor a México ha pasado a un segundo plano, porque la primordialidad se manifiesta en el interés estrictamente personal. Ya nadie antepone los grandes intereses de la nación al interés particular.
Por todo esto lo más destacado del arranque de las campañas políticas, es la frivolidad, el escándalo, los dislates en los mensajes de los candidatos. Los planes de gobierno, que los hay, no son del interés de Juan Pueblo.
Por eso se viralizó el error cometido por Claudia Sheinbaum al confundir la palabra “corrupción” por “transformación”. Si se manifestó el inconsciente en ella, la respuesta surgiría de un estudio mental especializado.
Y en el caso de Xóchitl Gálvez, lo que quedó grabado no solo en el papel sino en la anécdota histórica, fue la sangre con la que firmó el compromiso para no desaparecer los programas asistenciales y atacar la inseguridad.
Mientras tanto, las “mañaneras” del Presidente López Obrador continúan destruyendo los pocos valores que nos quedan. Porque ha tenido éxito en dividir a los mexicanos y porque mantiene a poco más de veinte millones de compatriotas que le siguen creyendo, a pesar de las mentiras inocultables que los hechos y la memoria gráfica corrobora todos los días.
Y en otra pista de este escenario nacional, está la delincuencia, que no tendría éxito sin el apoyo “popular”.
Porque Juan Pueblo le ha abierto las puertas y las ventanas de su casa al crimen, en medio de un país sin mayores oportunidades de empleo y con una educación deficiente y valores enviados al olvido.
Y sin duda, demagogos como AMLO tienen éxito porque la ciudadanía se lo permite y ésta última asume esa actitud, porque carece de mayores opciones.
Por eso la degradación social en todo los aspectos lo podemos ver en cualquier esquina. Y en la política, el juego diario se llama “violando la Ley”, con el regreso de los usos y costumbres de la corrupción electoral que odiamos por mucho tiempo en el pasado.
¿Alguien puede negar el “acarreo” en las concentraciones de MORENA?
¿Alguien puede negar que las campañas que iniciaron el pasado viernes 1 de marzo, en realidad habían comenzado hace tres años a inspiración de palacio nacional?
¿Alguien podría contradecir a Marcelo Ebrard, que como aspirante a la Presidencia denunció el uso de dinero público para apoyar la campaña adelantada de Claudia Sheinbaum?
Y todo eso no solo lo ha permitido la ciudadanía, sino que la aplaude y si esa corrupción es fuente de ingresos, la abraza.
El próximo domingo 2 de junio se escribirá un antes y un después en la vida nacional. En este espacio reiteramos que más allá de las siglas partidistas, solo hay dos caminos: El de la Democracia o el de la dictadura.
Si la presunción de la aparente “democracia” en esta “cuarta transformación” ha traído por consecuencia un millón de muertos entre la pandemia de Covid-19 y los más de 180 mil homicidios dolosos, así como 43 periodistas asesinados y 20 aspirantes a cargos de elección popular, muertos por las balas asesinas, ¿se imaginan el régimen de un solo hombre que pudiera ser en el futuro, la concentración en palacio nacional de los otros dos poderes, el Congreso de la Unión y el Poder Judicial Federal?
En un escenario como ese, la teoría de George Orwell en su libro “1984” se haría realidad. Un gobierno opresor y totalitario, con el control del individuo a través del “Gran Hermano”, que no sería otra cosa que el aparato de Estado como dueño de las consciencias y de las vidas de los habitantes del país.
Todavía hay candidatas y candidatos que insisten en que las campañas deberían ser de exposición de ideas y de estrategias para solucionar los grandes problemas del país, pero lo más seguro es que fracasen.
Las calles ahora están en todos los dispositivos a nuestro alcance y las calles se reflejan en las redes sociales.
La frivolidad, los errores, el escándalo, superarán las buenas intenciones.
LOS TRES GRANDES ENEMIGOS DE AMLO
MÁS ALLÁ de los partidos políticos y sus candidatas y candidatos, más allá de los líderes “ocultos” que mueven a la iniciativa privada y a las organizaciones de la llamada “sociedad civil”, el presidente de la república tiene frente a sí a tres reales enemigos que, mal tratados, podrían llegar a derrotarlo…
Uno de ellos, quizá el más poderoso, es Estados Unidos… Como se ha escrito en este espacio, los vecinos del norte han metido su “cuchara” en nuestro gobierno y nuestro territorio, desde que Agustín de Iturbide consumó la independencia de España en 1821 para crear un nuevo Estado: México… Entonces, su embajador Joel R. Poinsett no solo conspiró, sino que fue tal su influencia que impuso como primer presidente a Guadalupe Victoria e incluyó en la redacción de la primera Constitución el nombre oficial: Estados Unidos Mexicanos… Invadió nuestra tierra, se atrevió a colocar su bandera en el asta principal de palacio nacional y obligó a Antonio López de Santa Ana a venderles más de la mitad del territorio nacional… Ayudó a Benito Juárez a derrotar a los conservadores encabezados por Miguel Miramón; amenazó a Porfirio Díaz con invadirnos de nuevo si no dejaba el poder y primero apoyó a Francisco I. Madero y después ayudó a consumar su asesinato… Apoyó a Álvaro Obregón para que apagara el levantamiento de su paisano, Adolfo de la Huerta y como aliado en la segunda guerra mundial “sugirió” a Lázaro Cárdenas, designar como su sucesor a Manuel Ávila Camacho, un hombre con ideas contrarias al socialismo impuesto por el “cardenismo”… Cobró caro a Luis Echeverría sus afrentas por gritar a los cuatro vientos su apoyo a Fidel en Cuba y a Salvador Allende en Chile… Acordó con Ernesto Zedillo la llegada de Vicente Fox a Los Pinos, el primer no priísta en hacerlo… En nuestros días, mantiene una investigación en contra del Presidente López Obrador y las presuntas ligas de este último con el narco… Los “gringos” ya han apretado tuercas… Estaría pendiente en los próximos meses de su reacción final en la sucesión presidencial…
El otro gran enemigo de la “cuarta transformación” es la Iglesia Católica, que recién ha determinado empezar a operar políticamente para mover a la feligresía en contra de la continuidad que ofrece la pupila de AMLO, Claudia Sheinbaum… No es la primera vez que el Clero mexicano influye en los comicios electorales… Apoyó al conservador Partido Acción Nacional en contra del Partido Revolucionario Institucional, sobre todo a partir de la década de los años ochenta del siglo XX… Ahora, es inocultable el agravio de la máxima jerarquía católica en México, luego del asesinato de dos sacerdotes jesuitas en el estado de Chihuahua en el año 2022, más la ola violenta a lo largo y ancho del país, argumento propicio para “recomendar” a los fieles, primero ir a votar y, segundo, reflexionar muy bien su voto, con la sutileza de sugerir hacerlo en contra de quienes promueven el aborto, la ideología de género y abrazan a la delincuencia organizada… Los cardenales mexicanos –máxima jerarquía eclesiástica aunada al arzobispado primado y a la Conferencia Episcopal- han recibido el VoBo de Roma para actuar políticamente en México… Al paso de la campaña, pero sobre todo, un mes antes del 2 de junio, la instrucción para los sacerdotes de todo el país será utilizar el púlpito para “motivar” a los millones de católicos a ejercer “con libertad” su derecho al voto…
El tercer gran enemigo del Presidente es él mismo… Su soberbia, acrisolada, le hace vivir una realidad distinta a la que se vive en las calles de ciudades y pueblos del país… Su candidata, Claudia Sheinbaum, rígida, desangelada y un verdadero hielo en la conexión con Juan Pueblo, reducirá su ventaja con su adversaria, Xóchitl Gálvez… Esto último lo sabe el Presidente, pero está totalmente seguro de ganar y de una manera tan contundente, que piensa alcanzar, como en el 2018, el dominio en las dos terceras partes del total de legisladores en la Cámara de los Diputados y en la de Senadores… La soberbia presidencial, le hace depositar toda su confianza en los 22 gobernadores, en la entrega a palacio nacional que ha mostrado el árbitro, el Instituto Nacional Electoral y en la capacidad de su gobierno para movilizar hasta 25 millones de beneficiarios de los programas asistenciales, suficientes para ganar en un universo de votación del 51 por ciento de los 98 millones con credencial de elector… Es un exceso de confianza que podría resultarle muy caro… En el 2018 el PRI contaba con el mayor número de gobernadores y aun así cargaron con la estrepitosa derrota… En el 2021, la alianza PAN-PRD-PRD le hizo perder la mayoría en el Congreso de la Unión… La campaña apenas comenzó el pasado viernes… Veremos cómo actúan los enemigos del Presidente… Y el propio presidente.
ENTREVISTAS
Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

Por Francisco Junco //
“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.
Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.
Un camino desde abajo
Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.
“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.
Retos de una elección sin precedentes
En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.
Dilemas judiciales
Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.
“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.
Una justicia humana y equitativa
Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.
Propuestas claras
¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:
“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.
Deuda histórica con las víctimas
Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.
El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.
En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.
En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.
CARTÓN POLÍTICO
Herida abierta
NACIONALES
Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.
Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.
Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.
Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.
La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.
El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.
Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.
Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.
Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.
Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.
Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.
Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.
Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.
A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.
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