MUNDO
El desafío para el nuevo presidente de Panamá: Defensa de la migración ordenada y expulsión a indocumentados

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
Hace tres años comentamos en este espacio que iniciaba la migración masiva acelerada más grande en la historia registrada del mundo. En ese entonces algunos amigos me cuestionaron por lo amplio de mi aseveración, pero con base en mis conocimientos y experiencias sobre el tema les aseguraba que esto sucedería por las políticas de Estados Unidos que convertirían a Centroamérica y en especial a México, en una gran estación de paso migratorio indocumentado con todo lo que eso implica.
En sentido estricto nuestro país ha hecho parte de la chamba migratoria a EUU por décadas en esto no hay nada nuevo, antes como policía para desalentar y medio filtrar el flujo al norte y ahora como agente viajero y campamento temporal. Por eso es que antes la mayoría de los migrantes que entraban por tierra sin documentos migratorios a territorio estadounidense eran mexicanos, porque los extranjeros eran expulsados desde aquí antes de llegar al país vecino.
En este punto es importante reconocer que, aunque Estados Unidos no nos lo pidiese, un país por lo general tiene procesos migratorios claros y por lo general los países con economías menos desarrolladas tienden a ser expulsores de mano de obra a otros en los que los ingresos económicos son mejores. Pero en la historia de nuestro país nunca habíamos estado en una crisis migratoria como la que hoy enfrentamos y que en este espacio advertimos hace tres años.
Pero la noticia para nosotros no es nueva, podemos verlos en las calles de casi todo el país, en especial en las zonas fronterizas o en los corredores como el tren de Chiapas a Texas. Vemos grupos inmensos de extranjeros indocumentados que buscan llegar hasta Estados Unidos.
Antes podíamos decir que la mayoría de esos extranjeros provenían de Centroamérica, en especial de El Salvador, pero ahora podemos ver que una gran parte ya no son de esa nacionalidad ni de esa región. Ahora podemos ver también a mucha gente de África, China, Venezuela y Colombia; muchos de estos migrantes llegan por avión a México o también vía tierra desde Panamá, desde la zona llamada Paso del Darién.
Para ese país del centro del continente el tema también ya es un tema de seguridad pública ya que por la frontera de Colombia con Panamá se espera que pasen en este 2024 más de 800 mil personas sin documentos lo que contrasta con los números del 2022 que fueron de 24 mil personas.
Así las cosas, el presidente electo de ese país se ha propuesto poner orden en un tema que divide siempre y cuando uno no sea el afectado. “Con la idea de terminar con la odisea que representa la llamada brecha de Darién, con ayuda internacional iniciaremos la repatriación -es decir deportación- con completo apego a los derechos humanos de toda la gente de ahí” dijo con firmeza José Raúl Mulino quien es recientemente declarado presidente electo de Panamá.
La sierra que mide algo así como 100 kilómetros de ancho y unos 300 de largo, es hogar de organizaciones multinacionales de todo tipo, desde organizaciones humanitarias patrocinadas por la ONU hasta organizaciones presuntamente patrocinadas por la organización terrorista Hezbollah todas conviviendo en campamentos contiguos.
Según algunos periodistas que han ido a conocer la zona, en la selva de El Darién de Panamá las líneas de quién es quién y de la moral son muy borrosas. Desde violaciones seriales hasta tráfico de personas y de drogas son el pan nuestro de cada día, todas amparadas bajo la bandera ensangrentada y prostituída de la “compasión” por la migración sin fronteras.
Históricamente el cálculo de la inmigración y emigración indocumentada ha sido medido con base en reportes de las organizaciones que les asisten o que los detienen, pero eso solo es una parte de la foto.
La verdad es que el número de gente que ha llegado hasta nuestras fronteras y aeropuertos es imposible de saber, tal vez pudiéramos pedir datos al Instituto Nacional de Migración (INM) sobre los números de gente que entró con visas temporales y que no salió por las estaciones migratorias y a esto habría que pedir a las organizaciones de tráfico de personas que nos digan cuántas operaciones de “traslado” han realizado en este periodo, lo que ya sabemos que no va a suceder.
Pero hay una muestra de la demanda existente, esta muestra se puede ver con la llamada aplicación para celular de la autoridad fronteriza de los estadounidense, CBP por sus siglas en inglés. Les aseguro que la cifra oficial le hará pensar que hay un error de dedo en mi documento o que sus ojos no le están diciendo la verdad.
Según información oficial publicada por el medio norteamericano pro Biden CBS News, la llamada “CBP-ONE”, aplicación del gobierno de Estados Unidos modificada hace 14 meses para que la gente, sin importar su nacionalidad pueda aplicar para asilo político desde un celular en México, recibió durante los primeros 12 meses de operación 64 millones de solicitudes, es decir más de 5 millones de aplicaciones al mes.
Según la información esto no significa que sean 64 millones de personas porque en cada aplicación puede uno incluir a su esposa e hijos contando como una sola solicitud. Tampoco implica que haya en México 64 millones de extranjeros sin documentos que han aplicado para entrar a EEUU, pero sí nos muestra que cuando menos hay de manera constante 5 millones de unidades ya sea personales o familiares que desde nuestro país han tratado de entrar a Estados Unidos de Norteamérica en cada mes desde febrero del 2023.
La misma nota indica que diariamente se emiten 1,500 autorizaciones para que esos interesados se trasladen a una de nuestras fronteras con EUA y se presenten a recibir su acceso. Esto indica que más de medio millón de unidades salen de nuestro país de esa forma. Pero esto no es el total ya que muchos de los que no reciben su clave simplemente pagan coyotes y entran por la sierra.
Según otros estudios los cárteles les cobran a los transeúntes de dicha app que no irán por la sierra hasta $800 dólares por cabeza al ver que estos pueden entrar a EUA sin “utilizar” los servicios de “transporte” que ellos ofrecen en miles de dólares.
He visto campamentos de migrantes en los alrededores de La Ciudadela en la Ciudad de México (CDMX), hemos visto en las noticias a grupos armados pasear en camionetas por Chiapas reclutando migrantes para sus bandas y claro, esto es natural porque según información pública una persona en Colombia gana unos 10 mil dólares anuales mientras que esa misma persona en una pandilla que vende drogas en San Francisco, California, gana unos 500 mil dólares anuales.
¿Cuál es la compasión? ¿Dejar que millones de personas sean traficadas por varios países pagando a las organizaciones delictivas y siendo en parte su centro de reclutamiento? ¿Dejar que miles de menores viajen con desconocidos para ser entregados en manos de pedófilos en EUA o en cualquier centro de abuso sexual que se les requiera? Debemos saber que el magneto económico es fuerte pero más fuerte si se confunde la misericordia con la indiferencia o con la complicidad pasiva.
Lo hemos dicho y lo repetiremos, el negocio del tráfico de personas es parte integral del negocio global de las drogas y por eso los que se benefician de uno no harán nada por parar el otro.
No sé si Panamá vaya a poder disminuir ese tráfico que también nosotros estamos dejando fluir de sur a norte, pero sé que la compasión y la misericordia no son el dejar que se cometan abusos con el pretexto de un futuro mejor para los abusados o para los que la libren en ese camino.
Es como decir que la corrupción, la pedofilia, violaciones, abuso sexual, abuso físico y otras conductas similares deben seguir porque muchos no son víctimas de la misma y al final muchos de los que sí son víctimas algo aprenden y llegan a su destino. El fenómeno migratorio de los últimos años no es nada parecido al fenómeno migratorio de nuestros padres o abuelos esto es otra cosa, yo he conocido los dos y lo puedo distinguir sin duda alguna no solo en montos sino en condiciones, causas y razones.
En efecto la migración es un fenómeno natural de la humanidad, pero hay que ver que la migración siempre ha tenido reglas, incluso antes de haber pasaportes internacionales. Lo que resulta más interesante es que sea el propio titular del Departamento de Seguridad Interna estadounidense -DHS, por sus siglas en inglés-, es decir el encargado de sus fronteras, quien hace unos meses haya visitado la zona de El Darién, y según se informó haya llegado con recursos económicos para dar a los campamentos de las organizaciones encargadas de asegurar que esos migrantes lleguen a la frontera de México con su país.
Es como si les pagase para romper la ley de todo un continente patrocinando conductas que nada tienen que ver con la migración sino más bien con otras cosas menos honorables.
Tal vez olvidamos decir que el secretario Mayorkas, titular del DHS, viene del sector privado y hasta hace unos años era parte del consejo directivo de una organización pro migración que tiene oficinas en varios países, entre ellos ahí mismo en la famosa selva de El Darién panameña. Seguro todo esto es coincidencia, cómo va usted a pensar que el desastre humanitario fue provocado… ¡No seamos mal pensados! Si esto es como la guerra, en donde es pura coincidencia que las empresas privadas de armamento en todo el mundo paguen las campañas de los que después promueven a las mismas.
Hablando de otros fenómenos poco comunes ¿Qué tal se vio desde su casa la llamada “Aurora Boreal”? desde Jalisco hasta la Baja y Chihuahua este fenómeno causó furor. Según TV Azteca hace 164 años se vio hasta la CDMX e incluso hace más de 200 años se vio hasta Oaxaca. Eso sí, a las 3 se vio en Jalisco. Parece que el Sol está en tormenta y allá ni quién pueda ir a poner orden.
MUNDO
Cónclave: Ganan terreno los moderados ante los radicales

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
Este miércoles 7 de mayo inicia el Cónclave para elegir al nuevo Papa, cumpliendo con las normas vaticanas que establecen que debe comenzar entre 15 y 20 días después del fallecimiento del Papa, ocurrido el pasado 21 de abril de 2025.
El Cónclave arranca con una misa en la Basílica de San Pedro, seguida del ingreso de los cardenales electores a la Capilla Sixtina, donde quedarán aislados bajo estrictas medidas de secreto. Actualmente, 133 cardenales menores de 80 años participarán en las votaciones, que requieren una mayoría de dos tercios para elegir al nuevo Pontífice. ¿Quiénes son los favoritos para suceder a Francisco?
Entre los perfiles que dividen al Colegio Cardenalicio, los progresistas tienen ventaja numérica, ya que Francisco nombró al 80% de los electores, pero los conservadores y moderados también buscan influir. La gran interrogante es qué tipo de Papa buscan los cardenales: un perfil radical, ya sea progresista o conservador, podría fracturar a la Iglesia Católica, por lo que los moderados ganan terreno como opción de consenso.
El favorito es el cardenal italiano Pietro Parolin, de 70 años, actual secretario de Estado del Vaticano. Considerado un candidato de continuidad moderada respecto al legado de Francisco, Parolin destaca por su experiencia diplomática y su capacidad para unir facciones, aunque algunos cuestionan su falta de carisma y experiencia pastoral directa. Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de Sant’Egidio, lo señala como el principal contendiente y un «candidato de unidad» por su enfoque pragmático.
Otro nombre destacado es el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, de 67 años, apodado «el Francisco asiático». Exarzobispo de Manila y actual jefe del Dicasterio para la Evangelización, Tagle es popular entre los progresistas por su apertura hacia la comunidad LGBTQ+ y su énfasis en la justicia social. Con el respaldo de los cinco cardenales filipinos, su candidatura podría hacer historia al convertirse en el primer Papa asiático.
Del lado conservador, el cardenal húngaro Péter Erdő, de 72 años, arzobispo de Esztergom-Budapest, emerge como favorito. Respetado intelectual con doctorados en teología y derecho canónico, Erdő defiende la ortodoxia doctrinal, oponiéndose a las bendiciones de parejas del mismo sexo y a la comunión para divorciados vueltos a casar. Su experiencia en dos cónclaves previos y sus conexiones con cardenales europeos y africanos lo posicionan como un posible candidato de compromiso para los conservadores.
Otros nombres que resuenan entre los 133 cardenales electores son el cardenal francés Jean-Marc Aveline, de 66 años, arzobispo de Marsella, y el cardenal italiano Matteo Zuppi, de 69 años, arzobispo de Bolonia. Aveline, considerado el favorito de Francisco, destaca por su enfoque en la inmigración y el diálogo interreligioso, aunque su cautela sobre las bendiciones a parejas del mismo sexo podría limitar su apoyo entre los progresistas. Zuppi, por su parte, es un progresista conocido por su labor como enviado de paz de Francisco en Ucrania y su inclusividad hacia parejas del mismo sexo, además de su trabajo con los marginados.
Desde África, el cardenal ghanés Peter Turkson, de 76 años, y el cardenal congoleño Fridolin Ambongo Besungu, de 65 años, representan opciones con posturas más tradicionales. Turkson, defensor de la justicia social y el medio ambiente, podría convertirse en el primer Papa negro en siglos. Ambongo, un líder outspoken en África, critica abiertamente la corrupción y el statu quo, pero su conservadurismo en temas como las bendiciones a parejas homosexuales podría generar división.
Pronto conoceremos al nuevo Papa y líder de la Iglesia Católica, que representa a más de 1,400 millones de fieles en el mundo. La fumata blanca y el anuncio del «Habemus Papam» marcarán el inicio de un nuevo capítulo para la Iglesia.
MUNDO
La moderación sobre el radicalismo

Opinión, por Miguel Anaya //
Durante años, en muchos rincones del mundo, la política pareció perder el centro. Ante el desencanto con partidos tradicionales y líderes que parecían cada vez más desconectados de las necesidades reales de la población, surgieron figuras que ofrecían rupturas radicales. Hombres y mujeres que hablaban con fuerza, que desafiaban las reglas, que prometían sacudir el sistema.
Y durante un tiempo, muchos ciudadanos, cansados de discursos acartonados que no resolvían de fondo las cosas, votaron candidaturas radicales.
El fenómeno no fue exclusivo de una región. En Estados Unidos, Donald Trump desafió el statu quo con un estilo confrontativo que rompió moldes. En Argentina, Javier Milei llegó a la presidencia con un discurso antisistema que canalizó la frustración de millones. En Italia, Giorgia Meloni representó un giro radical con raíces nacionalistas profundas, incluso en Nuevo León se eligió a Samuel García. Estas victorias compartían un mismo origen: la idea de que la política tradicional había fallado.
No solo fueron los errores de gestión o la corrupción los que abrieron paso a este péndulo hacia los extremos. También influyó la imposición de ciertas visiones ideológicas que no terminaron de convencer a la mayoría. Muchos ciudadanos sintieron que los discursos públicos dejaron de reflejar sus inquietudes reales, que los gobiernos se ocupaban más de debates abstractos que de cosas concretas: el precio de los alimentos, la calidad de la educación, la inseguridad en las calles. Ante eso, muchos decidieron voltear al extremo, al que gritaba más fuerte, al que prometía barrer con todo, al que hacía más espectáculo.
Pero esa misma fuerza que los llevó al poder, en muchos casos, también los expuso. Las promesas imposibles, el tono agresivo, la falta de resultados tangibles, los shows montados cada vez más vacíos, terminaron desilusionando a buena parte de sus electores. Poco a poco comenzó el retorno a la moderación. No como una vuelta nostálgica al pasado, sino como una necesidad práctica.
La reciente elección en Canadá es un reflejo claro de este giro. Contra lo impensable hace apenas unas semanas, el liberal Mark Carney, un tecnócrata sin experiencia electoral, venció al conservador Pierre Poilievre, quien había liderado las encuestas durante meses con un discurso duro, directo y populista.
Carney no es un político de carrera, es un economista de prestigio internacional, exgobernador de los bancos centrales de Canadá y del Reino Unido. Su estilo no es carismático ni electrizante. Pero en un momento en que el país enfrenta incertidumbres económicas y tensiones diplomáticas, su figura representó algo muy valioso: confianza, estabilidad y claridad.
Poilievre, por su parte, apostó por una narrativa confrontativa. Atacó al gobierno saliente, prometió recortes masivos y se mostró abiertamente cercano a la agenda trumpista. En tiempos recientes, eso había sido una receta ganadora. Pero esta vez la estrategia no funcionó. La gente no quiso más ruido.
Esa reacción del electorado canadiense no es un hecho aislado. En Francia, el presidente Macron logró frenar a los radicales. En España, el PSOE logró mantener el poder pese a la presión de una coalición entre conservadores y extremistas. Incluso en países donde estas opciones si ganaron las elecciones, hoy enfrentan desgaste acelerado.
¿Por qué? Porque la gente quiere vivir en paz. Quiere que la política se ocupe de lo importante: la salud pública, la educación, la seguridad en las calles, la posibilidad de tener un empleo digno. Ni la revolución constante ni el inmovilismo absoluto ofrecen eso. El equilibrio sí.
La mesura no es una debilidad. Es una forma de reconocer la complejidad del mundo. Gobernar así es difícil, porque implica negociar, escuchar, ceder a veces. Pero también es la única forma sostenible de liderar sociedades diversas y modernas sin vivir en conflicto permanente. Las sacudidas son importantes, pero no se puede vivir en la incertidumbre constante (las caídas de las bolsas de Nueva York nos lo muestran claramente).
Lo de Canadá es una historia que vale la pena contar, no porque sea espectacular, sino precisamente porque no lo es. Es el relato de una sociedad que eligió con la cabeza fría, que prefirió a alguien que no buscó incendiar el país, sino repararlo. Cuando se apagan los gritos y las luces de la espectacularidad, lo que queda son las decisiones y acciones que realmente cambian la vida de las personas.
Quitemos el show de la política, de las decisiones públicas. Pensemos en sociedad, en agendas que favorezcan a la mayoría a largo plazo, seamos empáticos, construyamos desde la comunidad y desde el entendimiento. No es una receta mágica, es un remedio lógico.
MUNDO
God bless you, Mr. Trumpapa

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
A quienes los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco, sentenciaron los griegos antiguos. Si aunamos la soberbia, la locura a la estupidez, podremos comprender la foto que la cuenta oficial del presidente Donald Trump publicó, en la que aparece como el nuevo Papa.
Burlarse de las creencias de la gente, sea cual fuere su religión, no es cualquier cosa. La reacción de los católicos a lo que se considera una blasfemia es una de las primeras manifestaciones de rechazo.
¿En qué cabeza cabe hacer este tipo de “chistosadas”? No es un meme que “alguien” publicó. Proviene de una cuenta oficial de Trump. En momentos donde todavía la grey católica mundial llora la muerte del Papa Francisco y en espera que se nombre al nuevo Vicario de Cristo, se antoja que, efectivamente, lo haya confeccionado y aprobado un loco, ensoberbecido por el poder del imperio otrora amo del mundo.
Roma comenzó su decadencia con los emperadores insanos, con Tiberio a la cabeza; enseguida otro no menos “zafado” como lo fue Calígula; Nerón, el piromaníaco incestuoso con su propia madre; Cómodo, el narcisista, también incestuoso con su propia hermana y el adolescente Heliogábalo, señalado como pedófilo, homosexual, sátiro y que se propuso imponer a su Dios (él nació en Siria y fue proclamado emperador a los 14 años) por encima de los dioses romanos.
¿A qué viene todo esto? Al imperio yanqui, otrora dueño del planeta, sólo le faltaba un “emperador” de la talla de los antes señalados para comprobar la decadencia que vive este “reino” en estos tiempos.
Esta pifia no va a pasar desapercibida. No es una “bromita” cualquiera. Es una declaración de guerra en contra de los católicos y en Estados Unidos de Norteamérica hay millones, sobre todo los de origen irlandés, italiano y latinoamericano.
José Saramago, escritor portugués, escribió en uno de sus geniales textos: “Los dioses, pienso yo, sólo existen en el cerebro humano, prosperan o se deterioran dentro del mismo universo que los ha inventado, pero ‘el factor Dios’ está presente en la vida como si, efectivamente, fuese dueño y señor de ella. No es un Dios, sino ‘el factor Dios’ el que se exhibe en los billetes de dólar y se muestra en los carteles que piden la bendición divina para América (la de Estados Unidos, no la otra).
Y fue el factor Dios lo que se transformó el dios islámico, que lanzó contra las torres del World Trade Center los aviones suicidas contra los desprecios y en venganza por las humillaciones sufridas por creer en ese dios.
Ese factor Dios es terriblemente igual en todos los seres humanos, dondequiera que estén y sea cual fuere la religión que profesen. Ese que ha intoxicado el pensamiento y abierto las puertas a la intolerancia más sórdida, que solo respeta aquello que se le manda creer; el que, después de presumir haber hecho de la bestia un hombre, terminó por hacer del hombre una bestia.
Esa “bestialidad” del hombre surge al volverse irracional y una de las condicionantes para perder la mesura es que “alguien” se atreva a burlarse de su dios, de su religión, de su clero.
Ahmed Salman Ruashdie, escritor hindú, de nacionalidad inglesa, sufrió por años el claustro obligado, luego de la sentencia de muerte que le fue proferida por los altos clérigos islámicos, quienes consideraron que su libro Versos Satánicos atentaba en contra del Islam.
En México no cantamos mal las rancheras. La guerra cristera se dio por varios y variados factores que motivaron a los católicos, sobre todo a los de la zona de Los Altos de Jalisco y el Bajío.
Muerte, destrucción, barbarie, fueron los resultados de esta guerra en la que participaron incluso sacerdotes católicos que desestabilizó la paz social en los años 20.
Donald Trump no es ningún comediante. Adolece de humor y no tiene vis cómica. Por tanto, su gracejada no será sólo anecdótica. Tendrá consecuencias políticas, sociales y quizá hasta económicas.
La grey católica no dejará pasar la oportunidad de arremeter contra Donald. Esa irreverencia, esa blasfemia (así la consideran los católicos) ha dolido en lo más profundo de la sensibilidad de los creyentes.
Entonces, bajo esa óptica, el imperio de los Estados Unidos de Norteamérica ya tiene su “emperador” demente. Ya solo falta ver cómo y cuándo se derrumba, y no por el escándalo que ha generado su meme donde aparece como el Papa, sino por las “locuras” económicas que ha impuesto “su majestad” y que -dicen los enterados de la economía- habrán de regresarse con creces y de manera destructiva a su nación.
¿No tendrá Donald Trump alguien con mediana inteligencia en su staff de asesores como para que le adviertan que su soberbia, su demencia le acarreará la perdición, no solo a su persona, sino a su país? Ahí se deja esa interrogante.
God bless you, Mr. Trumpapa.
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