CULTURA
El controvertido penal: América campeón por decreto
Miscelánea Deportiva, por Esteban Trelles Meza //
Resulta vergonzoso, de un cinismo descarado y arbitrario coronarse sin merecerlo en una final de futbol presumiendo un equipo de época invencible con un plantel basto con jugadores “extraordinarios” plagados de extranjeros, que su guardameta Malagón los salvó de goleadas.
Presumir el Torneo del Mundial de Clubes de la CONCACAF por adelantado fue un trago amargo que debieron asimilar, que desde ese instante y poco antes los americanistas ganaban con lo justo sus encuentros de Liga.
Pachuca lo humilló y lo puso en su lugar haciendo añicos la leyenda del “equipazo“, que es al igual que todos de carne y hueso, gracias al arbitraje neutral extranjero, el encuentro se disputó sin favoritismos marcados que existen siempre para el equipo de la televisora.
Vanagloriarse en una liguilla que jamás nunca fueron superiores a sus rivales (Pachuca, Guadalajara, Cruz Azul), de un equipo sobrevalorado en demasía con su maquinaria mediática de serviles y lambiscones comentaristas, que no solo son partidarios de los cremosos sino del fanatismo apasionado que abundan en todas las empresas televisoras, defendiendo a su equipo a capa y espada.
Aquí no se trata de sentimentalismos personales del que esto escribe, sino de la objetividad y profesionalismo de nuestras crónicas deportivas con argumentos fehacientes, lo cual describimos un hecho real en un terreno de juego.
Sus jugadores, afortunadamente, pecaron de indiscretos o quizá cínicamente en la pregunta de un reportero al defensa Israel Reyes en la jugada del supuesto penal contestando de inmediato, textualmente, “le echamos colmillo”.
A posteriori, analizando fríamente y escuchando voces autorizadas entre árbitros, técnicos y jugadores coinciden en que no fue penal la jugada de Israel, que por otro lado no quiere decir que tengan la verdad absoluta, lo irrefutable es la controversia de una jugada que le otorga un título de Liga a un equipo, que viene a la baja con actuaciones deficientes, fundamentalmente en liguilla.
Ricardo Peláez de extracción americanista, ex – futbolista y directivo, aseveró tajantemente que por ningún motivo y circunstancia la jugada fue penal, árbitros como Arturo Bricio quien trabajó para TELEVISA, obviamente dice que sí lo fue , el árbitro justo Ramos Rizo experto en ESPN señala también que no fue penal, lo mismo que Gilberto Alcalá.
Podemos puntualizar nombres y celebridades en pro y en contra que no nos llevan a nada, el punto es la importancia de una final de campeonato, que el árbitro Marco Antonio “El Gato” Ortiz, marcó de inmediato la falta y el VAR lo conminó a revisarla puesto que encontró deficiencias claras para marcar el penal, dejándolo a su criterio, que obviamente “se sentó en su macho”.
De inmediato la televisora afectada, pasó videos de la final Guadalajara de Almeyda y la UANL, en el que no se marcó un claro penal, que como dicen “hubiera”, y como no existe esa palabra, queda la incógnita del empate, o bien las jugadas de controversia entre Atlas y UNAM en el Estadio Jalisco, tratando de justificar los errores arbitrales.
La gran diferencia que el equipo de Coapa desde su existencia con Azcárraga Milmo, decretó los campeonatos americanistas casi por mandato, en el que se ve involucrado el arbitraje marcando a su favor no solo jugadas controversiales, sino otras a favor del equipo de TELEVISA de manera arbitraria y descarada.
De los 15 títulos contando este ultimo, 8 de ellos son producto del “agandalle”, con decisiones unilaterales que los llevaron al título gracias al arbitraje.
La insistencia de seguir marcando al América como un súper equipo, que por supuesto no lo es, con Ricardo Peláez argumentando que el América jugó a un 70% de su capacidad y aun así logró campeonar, por supuesto que no es así, porque los equipos de enfrente le jugaron sin complejos, y es un insulto menospreciarlos, que Pachuca en dos juegos no le pudo ganar, Guadalajara con un empate y un gol en evidente falta de “ahorcamiento” de Lichnovsky contra “El Chiquete” Orozco, que debieron anularlo por la falta descrita (1–0), con lo justo y trampa ganaron ese encuentro para llegar a la final.
El partido contra la MÁquina, los cruzazulinos fueron superiores sin lugar a dudas en los dos encuentros, que gracias a su guardameta Malagón quien evitó la derrota con sus atajadas y el regalo de la penal por cortesía del árbitro.
En estos encuentros cruciales jamás nunca se vio el poderío del América por lo sobrevalorado y promocionado que lo tienen todos, exagerando al máximo sus comentarios, que en la cancha no lo demostraron a la hora de la verdad.
La parcialidad no se puede ocultar en comentaristas como Carlos Hermosillo, según él cruzazulino pero americanista de closet, Fabián Estay tiene la camisa puesta de sus ex canarios, “El Chaco” Giménez, otro incondicional americanista de closet con las camisetas puestas del Pachuca y Cruz Azul, el renegado “Chiva” Eduardo “Yayo” de la Torre que siempre creyó en el América, ya que su Monterrey que dijo en alguna ocasión era invencible defraudó a todos.
Rubén Rodríguez americanista recalcitrante reconoció a la “Maquina” que fueron superiores, el engreído acomplejado de Gustavo Mendoza, aficionado del Santos de Torreón (nativo de ahí), pero con corazón americanista que se cree el plus ultra del universo con la Tablet en la mano siempre de un conocedor tecnológico virtual, que no tiene criterio propio, presumiendo que su programa es el mejor.
Lo más preocupante y peligroso de los americanistas es su afición misma, con jóvenes inexpertos carentes del conocimiento profundo del futbol, que siguen el ejemplo de sus ídolos como el vulgar y prosaico Julián Quiñones, agarrándose sus genitales, peleando contra la afición contraria en tribuna, que lo más decente es callarlos con la mano en la boca en un gesto de provocación contra el respetable.
La euforia de la obtención del campeonato brincando y gritando como enajenados con cánticos hechos de todos los equipos, que en nuestra propia Perla Tapatía hicieron de las suyas con el pretexto deportivo.
El tapatío “chilango”, piloto de autos Sergio “Checo” Pérez en la obtención de la 14 del América, se unió a la euforia del título en cancha en el Estadio Azteca, que ahora mismo la 15 se encontraba fuera del país.
La farsa de la remodelación del Coloso de Santa Úrsula para el Mundial próximo, tripartita entre México, USA y Canadá, obligó al Cruz Azul salirse del inmueble para mudarse al Estadio Ciudad de los Deportes, para quedarse ellos tranquilamente en su propia casa (que no tiene nada de negativo), solamente el incumplimiento ante las autoridades de FIFA, para ser cancheros y llegar a la final en casa, producto de su liderazgo en la Tabla General.
La dinastía Azcárraga tiene en este último personaje que se da “baños de pueblo” participando en programas, entrevistas y demás, incluido el palco en el Estadio Azteca con demasiado protagonismo a diferencia de su señor padre Azcárraga Milmo, que con mayor categoría no participaba en eventos masivos de su empresa y mucho menos se dejaba ver, un excéntrico multimillonario que fue cauto y discreto.
La vistosidad del junior es manifiesta llegando a juntas de equipos de dueños de la FEMEXFUT en helicóptero, que le hacía segunda el finado Jorge Vergara con su avión privado.
En estos tiempos de barbarie, los magnates empresarios deben ser invisibles por seguridad propia y dejar el ego de lado por la tranquilidad de su vida y de los suyos, en un país convulsionado como el nuestro con muertes y secuestros al por mayor.
Finalmente la intromisión de TELEVISA en el futbol debe terminar, que, como dice la FIFA “Fairplay”, para que las justas sean como dice el Barón Pierre de Couvertin “Lo importante no es ganar, sino competir”.
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