NACIONALES
Los dilemas del poder
Opinión, por Iván Arrazola //
Hay una frase clásica en el cine que dice un gran poder es una gran responsabilidad, con el resultado del domingo el camino ha quedado libre para la 4T, no solo ganaron la Presidencia de la República, tendrán mayoría en las cámaras para aprobar el Plan C, la pregunta es si el Movimiento de Regeneración Nacional estará dispuesto a llevar hasta sus últimas consecuencias la aprobación de dicho plan, ya que al menos esta semana en la que todo debería de ser miel sobre hojuelas después del triunfo, se convirtió en una de las semanas más turbulentas en materia económica ya que los mercados no recibieron con optimismo la noticia del triunfo arrollador de Morena.
Ahora en su discurso el presidente ya no podrá decir que la división de poderes es el principal obstáculo para aprobar sus reformas, en unos cuantos meses el último dique que le podría generar un contrapeso al poder presidencial caerá, cuando Morena pueda proponer y aprobar sin necesidad de acordar con la oposición la posición del ministro Luis María Aguilar que dejará el cargo en diciembre de este año, por lo que tampoco el poder Judicial será un obstáculo.
De manera paradójica ese poder que ha acumulado el oficialismo después de la elección de 2024 le comienza a jugar en contra. Uno de los sellos del actual gobierno ha sido la estabilidad económica, reflejada principalmente en la apreciación del peso, bastaron unos cuantos días y el anuncio de que impulsarán las reformas al poder Judicial y a los organismos autónomos a la brevedad para que los mercados respondieran de forma negativa y el dólar en cuestión de días tocara los 19 pesos.
El presidente López Obrador salió a decir que las reformas se harán porque el poder Judicial está secuestrado y que la justicia está por encima de los mercados, pero los mercados no son como la conversación pública que el presidente está acostumbrado a controlar, ni el anuncio de la ratificación del secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, pudo controlar la reacción de los mercados, por lo que el tipo de cambio siguió al alza.
Esta será una de las primeras pruebas de fuego de la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, que ha pedido que las reformas constitucionales del presidente López Obrador se debatan en parlamento abierto para tomar una decisión, pero por lo visto hasta este momento el presidente no parece hacerle caso y todos los días sale a declarar que las reformas se aprobarán aunque eso tenga un impacto en los mercados, parece que esto se convertirá en la disputa más importante entre el presidente saliente y la presidenta electa previo a que asuma el cargo en octubre
La tradición política marca que el presidente saliente no debe intervenir o tomar decisiones que le corresponderán en este caso a la presidenta entrante. Se recordará el caso de José López Portillo que tomó una serie de medidas que devaluaron la moneda nacional y puso en una posición comprometida a Miguel de la Madrid que recién asumía el cargo. Lo mismo ocurrió en 1994, cuando el presidente saliente Carlos Salinas y el entrante, Ernesto Zedillo, se culparon mutuamente de la devaluación del peso en 1994.
Un gran poder es una gran responsabilidad, porque a partir de las decisiones que se tomen, quien todavía gobierna y quién gobernará muy pronto, cambiarán la configuración del país y con ello se afectarán distintos intereses, pero también la vida de muchas personas. Lo que estará a prueba en los próximos años es si el poder presidencial se puede compartir como pretende hacerlo en los hechos el presidente López Obrador o si la presidenta electa asume el liderazgo y toma el control como corresponde a quien asumirá la titularidad del poder Ejecutivo en unos cuantos meses.
No se puede considerar una transición del poder normal, el peso del líder del movimiento es enorme y eso lo sabe la presidenta entrante, lo que los llevó al triunfo es ese discurso radical del presidente, la ciudadanía les dio su voto para que esos cambios se concreten, lo que de alguna forma justificaba que no pudiera llevar a cabo sus reformas eran los conservadores, los enemigos del pueblo, pero eso se acabó. Si la presidenta electa quiere gobernar lo tendrá que hacer bajo la sombra del líder del movimiento lo que puede generar una disputa por el poder ya antes vista en México.
La 4T ha vivido de mitos, pero ahora serán las realidades la que marquen su gestión, El dilema no es menor, México es un país que se ha insertado en la globalización, su posición como país exportador, como un país receptor de inversiones lo obliga a mantener la certidumbre jurídica, si deciden cambiarlo todo, lo podrán hacer porque tienen el poder, pero puede que si toman decisiones equivocadas terminan afectando la vida de millones de personas.
