JALISCO
Se debe respetar la voluntad ciudadana: No hay elementos jurídicos para anular la elección en Jalisco
																								
												
												
											Columna invitada, por Rubén Ortega Montes //
Sin duda, las elecciones pasadas del 2 de junio de este año en Jalisco fueron diferentes a la gran mayoría de la República, en Jalisco donde gobierna MC y en la República donde gobierna Morena.
¿Por qué pongo esto como inicio de lo que escribo?
Porque en Jalisco prácticamente ocurrió una elección de las denominadas de Estado, aunque ya hemos platicado el Dr. Gabriel Torres y este servidor de que todas las elecciones son de Estado porque se dan dentro del marco y las instituciones del Estado mexicano que se compone de gobierno, población, aunque el territorio se sobrepasa porque va incluso hasta a las embajadas y consulados, aunque se tenga la ficción de qué son propiedad de los países representados.
Pero adentrándonos al análisis, Morena mandó a los representantes que pudieran dar la batalla y ganar el Estado como diera lugar tan es así que se llevaron carro completo en las diputaciones federales, en el Senado por primera ocasión Carlos Lomelí saca esa cantidad de votos que lo hubieran hecho gobernador anteriormente, o alcalde de Guadalajara, sin embargo no lograron el triunfo frente a lo que ellos acusan de ser una elección de Estado, por parte del partido que gobierna Jalisco.
Desde el punto de vista jurídico, no hay supuestos para que la elección se invalide y se ordene la repetición. No se cumplen con los porcentajes que anulándose algunas de las casillas en pugna se llegara a ese ideal que ronda en la cabeza de los morenitas, sobre todo los morenitas de a pie que no aceptan que en Jalisco siempre sea votado de forma inteligente o diferenciado.
No es la primera ocasión que Jalisco vota diferenciado, revisen las anteriores elecciones, por eso hoy que ya los tribunales han declarado incluso que no hay violencia política de género, que el montaje operativo de las bolsas negras en las cuales dentro se apreciaban las bolsas debidamente selladas del Instituto, pero que en la narrativa morenista y super alarmista, trataron de dar una visión e ilusión de haber ganado la elección.
Con argumentos tan simplistas como de que Pablo Lemus salió muy pronto decir que por 20 puntos porcentuales ganaba la elección, que luego los bajó a 10 y al final a seis y terminó con un porcentaje suficiente, pero vamos más allá de los porcentajes que la propia ley pudiera tener y cambiarse con la anulación de las casillas, también teniendo en cuenta que ya se recontaron en 54% de las mismas, voto por voto, y se hicieron en las casillas donde se advirtió algún tipo de irregularidad.
Lo del conteo voto por voto fue el estribillo que hacía López Obrador siempre después de perder una elección, que los votos se recontaran, aunque no estaba en la ley y que apegado a la Constitución que todavía no han logrado desaparecer, se pudo haber realizado puesto que mientras no es el presidente que toma protesta ante la instancia correspondiente para las funciones, sigue siendo un ciudadano y el ciudadano se le permite todo lo que no está prohibido en la ley, pues a él se le permitía el recontar el voto por voto, de oficio no lo puede hacer la autoridad, puesto que la autoridad tiene la limitante constitucional, de sólo realizar actos que la ley le permita,
Estos principios generales de derechos son los que le han dado vida a la institución y sistema jurídico en México, y que funcionó a tal grado que Andrés Manuel nunca fue encarcelado, y si él recordara de una forma agradecida, precisamente la fiscalía en aquel tiempo pidió el desafuero, pidió la orden de aprehensión y fue un juez valiente, el que negó la orden de aprehensión, gracias a un juez constitucionalista, a un juez de amparo, a un juez garantista, Andrés Manuel no cayó a la cárcel y por ende pudo ser candidato en el 2006.
López Obrador con su actitud de no reconocer el resultado electoral en las elecciones del 2006, perjudicó en aquel tiempo con su plantón en Reforma la economía del Distrito Federal, donde colocó sus carpas como lo hacen los circos, y ensució aquella ciudad que él trató de embellecerla, perjudicó al menos su imagen por un gran tiempo para en el ridículo de asumirse como el “presidente legítimo”.
En fin, en 2006 hizo todo cuanto estuvo en sus manos, como hoy lo hace, para destruir las instituciones jurídicas del Estado de derecho que marca nuestro país..
Seguro estoy que esto seguirá ocurriendo, pero mientras este estado derecho siga, las elecciones en Jalisco no se van a repetir, porque no hay supuesto jurídico que los magistrados puedan encuadrar para invalidar y por ende ordenar una nueva elección.
Con el debido respeto que le tengo a muchos personajes que se dejan ver dentro del equipo jurídico electoral y obvio que se compone de grandes personajes que dirigieron instituciones y que merecen mi respeto, en esta ocasión no tienen la razón jurídica y van a tener que enfrentar la derrota ante MC .
Sí fueron elecciones de Estado para que me entienda la mayoría de la gente con la debida acotación para el Dr. Gabriel Torres, lo que sí es cierto es que la sociedad eligió y tendremos como gobernador a Pablo Lemus que ha administrado el gobierno de Zapopan por seis años, y tres en Guadalajara, que proviene de las organizaciones y asociaciones empresariales, con una visión diferente a los políticos tradicionales.
La sociedad jalisciense confía en Lemus, por su carisma, su empatía, por sus resultados como presidente municipal de los dos municipios más importantes de Jalisco; por su forma de comunicarse, por la confianza que inspiró en el voto jalisciense.
Tenemos la confianza que los organismos electorales resuelvan las impugnaciones en tiempo y forma, ratificando la voluntad popular de tal forma que a partir del próximo 7 de diciembre Pablo Lemus asuma la gran responsabilidad de estar al frente de las instituciones de gobierno de Jalisco.
