OPINIÓN
Cáncer de mama: Conocimiento, prevención y enseñanza
Salud y bienestar, por Gabriela Arce Siqueiros //
Queridos lectores, me dirijo a ustedes con el propósito de hablar sobre un tema de gran relevancia y que, desafortunadamente, afecta a millones de personas alrededor del mundo: el cáncer de mama. Esta enfermedad no distingue género, edad ni condición social, y aunque mayormente se asocia con las mujeres, también puede afectar a los hombres.
Mi intención es ofrecerles información clara y precisa, que no solo brinde una mayor comprensión sobre el cáncer de mama, sino que también los motive a adoptar hábitos preventivos y a mantenerse atentos a los signos que puedan requerir atención médica.
¿QUÉ ES EL CÁNCER DE MAMA?
El cáncer de mama se origina cuando las células en el tejido mamario comienzan a crecer de manera descontrolada, formando un tumor que puede invadir los tejidos circundantes o diseminarse a otras partes del cuerpo. Aunque existen distintos tipos de cáncer de mama, los más comunes son el carcinoma ductal, que se desarrolla en los conductos que transportan leche, y el carcinoma lobulillar, que comienza en las glándulas que producen la leche.
Es importante tener en cuenta que no todos los tumores son malignos; algunos pueden ser benignos y no representar un peligro para la vida. Sin embargo, solo un diagnóstico médico adecuado puede determinar la naturaleza de un tumor, por lo que es esencial consultar a un profesional de la salud ante cualquier cambio en los senos.
Factores de riesgo. Aunque el cáncer de mama puede desarrollarse sin una causa aparente, existen varios factores que aumentan el riesgo de padecer esta enfermedad. Estos factores se dividen en modificables, aquellos que están bajo nuestro control, y no modificables, aquellos que no podemos cambiar.
Edad: El riesgo de desarrollar cáncer de mama aumenta con la edad, siendo más frecuente en mujeres mayores de 50 años.
Historial familiar: Tener familiares cercanos (madre, hermana o hija) que hayan tenido cáncer de mama incrementa las probabilidades de padecer la enfermedad.
Mutaciones genéticas: Las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 están asociadas a un riesgo mayor de cáncer de mama. Estas mutaciones pueden ser hereditarias y detectarse mediante pruebas genéticas.
Ciclos menstruales tempranos y menopausia tardía: Las mujeres que comenzaron su menstruación antes de los 12 años o que entraron en la menopausia después de los 55 años tienen un riesgo ligeramente mayor.
Obesidad y sobrepeso: El exceso de grasa corporal después de la menopausia está relacionado con un mayor riesgo de cáncer de mama, debido a que el tejido adiposo produce estrógenos que pueden fomentar el crecimiento de células cancerosas
Consumo de alcohol: Beber alcohol en exceso puede aumentar el riesgo, ya que el alcohol altera los niveles hormonales y daña el ADN de las células.
Falta de actividad física: Las personas que llevan un estilo de vida sedentario tienen mayor riesgo de padecer cáncer de mama.
Uso prolongado de terapia hormonal: La terapia de reemplazo hormonal combinada (estrógeno y progesterona) tomada por más de tres a cinco años aumenta el riesgo de cáncer de mama.
SIGNOS Y SÍNTOMAS
El cáncer de mama puede desarrollarse sin causar síntomas en sus etapas iniciales, lo que hace aún más importante la autoexploración mamaria regular y las mamografías de rutina. A medida que el tumor crece, pueden aparecer algunos signos que requieren atención médica. Estos incluyen:
•Un bulto o engrosamiento en el seno o en la axila.
•Cambios en el tamaño o forma del seno.
•Dolor en una parte del seno que no desaparece.
•Secreción del pezón que puede ser clara, sanguinolenta o de otro color.
•Cambios en la piel del seno, como enrojecimiento, hoyuelos o aspecto de “piel de naranja”.
•Inversión del pezón (cuando el pezón se retrae hacia adentro).
Es crucial recordar que estos síntomas no siempre indican la presencia de cáncer de mama, pero cualquier cambio inusual debe ser evaluado por un profesional de la salud para descartar problemas serios.
DETECCIÓN TEMPRANA Y DIAGNÓSTICO
Uno de los mayores avances en la lucha contra el cáncer de mama es la posibilidad de detectarlo en sus fases iniciales, cuando es más tratable y las tasas de supervivencia son más altas. Las siguientes herramientas son fundamentales en la detección precoz:
Mamografía: Es la prueba de detección más común y eficaz para identificar anomalías en el tejido mamario. Se recomienda que las mujeres a partir de los 40 años se realicen una mamografía anual o bianual, dependiendo de sus factores de riesgo.
Autoexploración mamaria: Aunque no sustituye a las mamografías, la autoexploración mamaria regular puede ayudar a las mujeres a conocer mejor su cuerpo y a detectar cualquier cambio inusual. Se recomienda hacerlo una vez al mes, preferiblemente después del ciclo menstrual, cuando los senos están menos sensibles.
Ultrasonido y resonancia magnética (RM): Estas pruebas complementan la mamografía en casos donde es necesario un análisis más detallado, especialmente en mujeres con senos densos o en personas con un alto riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Una vez que se detecta una anomalía, el siguiente paso es realizar una biopsia para determinar si el tumor es maligno. Durante una biopsia, se toma una muestra de tejido que es analizada en un laboratorio.
TRATAMIENTO
El tratamiento del cáncer de mama varía según el tipo de cáncer, el estadio en el que se encuentra y la salud general del paciente. Las opciones de tratamiento más comunes incluyen:
Cirugía: La cirugía es el tratamiento principal para la mayoría de los casos de cáncer de mama. Existen dos tipos principales: la mastectomía, en la que se extirpa todo el seno, y la tumorectomía, en la que solo se extrae el tumor y una pequeña cantidad de tejido circundante.
Radioterapia: Este tratamiento utiliza rayos de alta energía para destruir las células cancerosas en el área del tumor. Se suele emplear después de la cirugía para eliminar cualquier célula residual que pueda haber quedado.
Quimioterapia: La quimioterapia implica el uso de medicamentos para destruir las células cancerosas. Dependiendo del tipo y estadio del cáncer, puede administrarse antes de la cirugía (quimioterapia neoadyuvante) para reducir el tamaño del tumor, o después (quimioterapia adyuvante) para prevenir su reaparición.
Terapia hormonal: Algunos tipos de cáncer de mama son sensibles a las hormonas, por lo que la terapia hormonal ayuda a bloquear el estrógeno o la progesterona que puede estar alimentando el crecimiento de las células cancerosas.
Terapias dirigidas: Estas son tratamientos más recientes que atacan específicamente las proteínas o genes que fomentan el crecimiento del cáncer. Un ejemplo es el uso de anticuerpos monoclonales, como el trastuzumab, que se dirige a las células cancerosas HER2-positivas.
PREVENCIÓN Y ESPERANZA
Si bien no es posible prevenir por completo el cáncer de mama, adoptar hábitos de vida saludables puede reducir significativamente el riesgo. Mantener un peso adecuado, limitar el consumo de alcohol, realizar actividad física regularmente y someterse a exámenes de detección periódicos son medidas clave. Además, aquellas personas con antecedentes familiares fuertes de cáncer de mama pueden beneficiarse de pruebas genéticas para detectar mutaciones en los genes BRCA y, en algunos casos, considerar intervenciones preventivas.
Hoy en día, el diagnóstico de cáncer de mama ya no es una sentencia de muerte. Gracias a los avances en la investigación y el desarrollo de tratamientos cada vez más eficaces, la tasa de supervivencia ha mejorado notablemente, especialmente cuando se detecta a tiempo. La ciencia sigue avanzando, y con ella, las oportunidades de vencer a esta enfermedad.
El cáncer de mama es una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo, pero con el conocimiento adecuado y la detección temprana, se pueden salvar muchas vidas. Al mantenernos informados y adoptar hábitos saludables, estamos un paso más cerca de vencer este desafío. Recuerden, la prevención es la mejor herramienta a nuestra disposición.
Cuidémonos, estemos atentos y apoyemos a quienes luchan contra el cáncer de mama. Juntos, podemos hacer la diferencia. Me despido de ustedes y les recuerdo que juntos podemos trabajar hacia soluciones que promuevan la salud. Gracias por su atención y su compromiso con este artículo, siempre quedo atenta a sus comentarios.
E-mail: siqueiros.arte@gmail.com
