Connect with us

NACIONALES

La presidenta y la espinosa relación con el Tío Sam

Publicado

el

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

La relación del gobierno de México con Estados Unidos siempre ha sido compleja, nada fácil es convivir y negociar con el imperio que tiende a avasallar. La historia de México así nos lo muestra. Más de la mitad del territorio del país lo arrebató el Tío Sam en el siglo 19.

Desde la fundación como país hace 200 años, la intervención norteamericana se hizo presente. Primero mandó a su embajador plenipotenciario Joel Roberto Poinsett, quien alentó a los grupos liberales de aquella época y así fue como dividió a los mexicanos.

El conflicto del 68 no se entiende sin la intervención norteamericana, cuando se estimuló un conflicto con la paranoia de que se trataba de un movimiento comunista subversivo que intentaba tomar el poder y buscaron a un militar golpista, pero a diferencia de la época postrevolucionaria, no encontraron al chacal émulo de Victoriano Huerta.

¿Cómo será la relación del gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum con el gobierno norteamericano que en su momento expresó su desacuerdo con la reforma al poder judicial, bajo su lógica de que ésta no favorece a la democracia y por el contrario, tiende a una tendencia de un Estado autoritario que no quiere tener contra pesos?

LA HERENCIA DE AMLO

Andrés Manuel López Obrador dejó la víbora chillando a su sucesora en la Presidencia a propósito de la relación tirante con el gobierno de Estados Unidos, nuestro principal socio comercial.

¿Cómo será la relación? ¿Mejorará o empeorará?

Por las primeras señales que ha enviado la Presidenta Sheinbaum, no se vislumbran señales que tiendan a que las relaciones mejoren.

Recordemos que antes de concluir su mandato sexenal, el hoy ex presidente congeló la relación con el representante del gobierno de Estados Unidos en México, Ken Salazar, por las críticas que éste emitió a la reforma judicial que estaba en proceso y que formaba parte del llamado Plan C de López Obrador.

Ya como Presidenta muy pronto la doctora Sheinbaum mandó una señal clara al incómodo embajador del imperio en México. A través del canciller Juan Ramón de la Fuente se le informó al embajador gringo que ya no se verán sus asuntos en Palacio Nacional, esto ahora será por medio de la Cancillería.

Se establecieron una serie de lineamientos, digamos generales. Si quiere tocar algún tema con secretaría de energía porque hay empresarios estadounidenses interesados en invertir y quieren saber la disponibilidad, pues a través de la Cancillería”.

Esto forma parte de lineamientos que se establecieron el pasado jueves 10 de octubre. Y que dijo: “Ordena de manera muy importante en la relación”.

La presidenta, Claudia Sheinbaum adelantó que también el canciller Juan Ramón de la Fuente se reunirá con el embajador de Canadá, Graeme C. Clark.

EL FUTURO DARÁ LA RESPUESTA

El derrotero de las relaciones México-Estados Unidos dependerá de quien gane en noviembre las elecciones presidenciales, si Kamala Harris o Donald Trump.

Las agendas de una y otro son muy distintas. Una es de tendencia progresista, cercana en varios temas a Claudia Sheinbaum, y el otro es de tendencia conservadora- populista.

LOS INTERESES Y LA IDEOLOGÍA

La ideología de la Presidenta Sheinbaum es de izquierda y ha expresado que impulsará el segundo piso de la Cuarta Transformación.

El punto clave es cómo manejará la relación con el país vecino. Hemos señalado que los intereses económicos comunes hacen prácticamente imposible que México pueda llegar a un rompimiento. De acuerdo a esas condiciones en México es casi imposible que se instaure un gobierno políticas comunistas tipo Venezuela, Nicaragua o Cuba.

En el caso del Presidente López Obrador y su narrativa contra el neoliberalismo, su gobierno no cambió ni un ápice al modelo económico.

¿La Presidenta Sheinbaum sí lo hará?

EL PESO DEL T-MEC

La fuerza de la relación entre los dos gobiernos se centra en los acuerdos del T-MEC (Tratado entre México-EEUU-Canadá) que será en julio del 2026 y con el futuro gobierno. El T-MEC tiene una vigencia de 16 años y entró en vigor el 1 de julio de 2020 y busca brindar certidumbre y protección al comercio y a los inversionistas, haciendo más inclusivo y responsable al Tratado de Libre Comercio.

Cabe aclarar que en 2026 el T-MEC no será objeto de negociaciones, simplemente se revisará para que las partes estén convencidos que las acciones de algunos de los gobiernos contraviene el acuerdo.

Y allí se verá qué tanto la reforma judicial se convierte en un factor de diferencias. El gobierno mexicano ha argumentado que se trata de mejorar la justicia, la propia Presidenta lo ha defendido, pero habrá que ver en los hechos qué sucede, si realmente esto genera desconfianza y disminuye la inversión o simplemente forma parte del ruido político y mediático entre unos y otros.

Son interrogantes a las que aún no tenemos respuestas objetivas. Desde una posición ideológica polarizante tenemos muchas opiniones, pero será el tiempo si esas aseveraciones tenían razón o fueron simplemente producto de un miedo o de prejuicios ideológicos.

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.