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NACIONALES

En riesgo el autoempleo: La paradoja de la seguridad social para los trabajadores de plataforma

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A título personal, por Armando Morquecho Camacho //

Como abordé en mi columna anterior, la iniciativa de Claudia Sheinbaum para extender la seguridad social a los trabajadores de plataformas digitales como Uber, Didi y Rappi es una propuesta que ha ganado atención al abordar una de las principales carencias en los derechos laborales de este sector. Dotar a estos trabajadores de beneficios como IMSS, Infonavit, aguinaldo, incapacidades y reparto de utilidades representa un avance significativo en términos de justicia social.

Sin embargo, esta iniciativa también contiene una serie de implicaciones que amenazan con perjudicar a una parte importante de quienes actualmente encuentran en estas plataformas una alternativa viable de empleo.

En una primera instancia, para las plataformas digitales, esta medida representa un desafío financiero y operativo. Al exigir que todos sus colaboradores tengan un contrato formal con acceso a prestaciones como seguridad social, aguinaldo, incapacidades y vacaciones, las empresas enfrentarán costos adicionales que cambiarán su modelo de negocio. Lo que a primera vista parece un avance en derechos laborales podría traducirse en una gran pérdida de autoempleo.

Si esta iniciativa obliga a las plataformas a contratar formalmente a todos sus trabajadores, es probable que se genere un impacto negativo en el empleo. La razón principal es que no todas estas empresas podrán absorber la carga de prestaciones y seguridad social sin reducir su base de trabajadores. Los trabajadores de plataformas dependen, en gran medida, de un esquema flexible, donde pueden elegir cuándo y cuánto trabajar. Si se les exige cumplir con una jornada laboral de ocho horas, sin posibilidad de trabajar en otras aplicaciones simultáneamente, el autoempleo dejará de ser una opción viable para miles de personas.

El problema es claro: estas plataformas, que funcionan en gran parte como intermediarias, podrían preferir ‘’despedir’’ a un alto porcentaje de sus trabajadores antes que asumir los costos y las responsabilidades de tenerlos a todos en nómina. En un mercado donde estas empresas operan con márgenes ajustados y en un sector tan competitivo, la contratación universal podría hacer inviable mantener a tantos trabajadores.

Al mismo tiempo, la idea de que un modelo mixto (empleados y trabajadores independientes) subsista parece poco probable. Si la iniciativa no permite ningún tipo de flexibilidad en el tipo de contrato, el autoempleo, que actualmente brinda un ingreso para miles de personas en México, desaparecería.

Además, la rigidez de esta formalización obligaría a todos los trabajadores de plataformas a regirse bajo un sueldo fijo con prestaciones. Aunque esta estructura les garantiza un ingreso estable, también elimina el incentivo que algunos trabajadores encuentran en la flexibilidad y la posibilidad de trabajar más para ganar más. La velocidad y el número de entregas podrían bajar, y aquellos que prefieren el esquema de comisiones para maximizar sus ingresos estarían en desventaja respecto a la competencia.

Ante esta problemática, una alternativa viable sería que las empresas ofrezcan un sueldo base complementado con pequeñas comisiones por cada servicio prestado. Este enfoque permitiría que los trabajadores no solo cuenten con una estabilidad económica, sino también con el incentivo de generar ingresos adicionales, impulsando la productividad y reduciendo la percepción de rigidez laboral. Al combinar una base fija con comisiones, el trabajo podría adaptarse a las necesidades de ambas partes: brindar seguridad y mantener el atractivo de ingresos escalables.

Este esquema mixto de ingresos garantizaría que los trabajadores no se vieran completamente restringidos a un sueldo mínimo y que las empresas pudieran mantener un modelo sostenible. Además, sería más sencillo para las plataformas gestionar los costos laborales sin despedir a gran parte de su fuerza de trabajo.

En Europa, algunos países han implementado modelos que combinan seguridad laboral con ingresos variables, permitiendo una formalización que no asfixia a las empresas ni a los trabajadores. Este enfoque ha dado buenos resultados, especialmente en economías donde el trabajo por plataformas se ha convertido en una fuente importante de ingresos. Al adaptarse a las características del trabajo digital, estos modelos han logrado proteger a los trabajadores sin eliminar su capacidad de generar ingresos adicionales por sus propios medios.

México podría tomar lecciones de estas experiencias, promoviendo un modelo de formalización adaptable, que equilibre la protección laboral con la flexibilidad que caracteriza a este sector. Es decir, una legislación que no fuerce una contratación estricta, sino que permita esquemas de ingresos mixtos, podría reducir el desempleo que de otro modo podría generarse.

A pesar de los retos, existe un aspecto positivo que no podemos ignorar: Uno de los beneficios clave de la formalización de los trabajadores de plataformas es la posibilidad de construir una fuerza laboral más estable y capacitada, con oportunidades de desarrollo profesional. Al contar con un contrato formal y prestaciones de ley, los trabajadores tendrían más incentivos para permanecer en sus empleos, lo que podría disminuir la rotación constante que hoy enfrentan muchas plataformas. Esto, a su vez, permitiría a las empresas invertir en la capacitación y profesionalización de su equipo, mejorando la calidad del servicio y generando un sentido de pertenencia entre los colaboradores.

Aunque esta propuesta representa un gran avance en términos de derechos laborales, debe manejarse con cuidado para evitar un golpe drástico al empleo. México necesita una reforma adaptada a la realidad de los trabajadores de plataformas y a las limitaciones de estas empresas. Obligarlas a contratar a todos sus colaboradores sin ninguna flexibilidad podría poner en riesgo la fuente de ingresos de miles de personas que dependen de la flexibilidad del autoempleo.

La historia nos ha mostrado que los avances en derechos laborales siempre enfrentan resistencias y desafíos. Sin embargo, obligar a las empresas de plataformas a formalizar a todos sus trabajadores sin considerar la naturaleza de su operación y la realidad del sector puede llevar a consecuencias inesperadas. Quizá lo más diligente en el contexto de una reforma cuya necesidad es innegable, sería explorar un modelo de formalización que, además de garantizar prestaciones y seguridad, permita la combinación de ingresos base y comisiones, adaptándose a la realidad del trabajo digital.

El reto, en esta tesitura, es crear una legislación que proteja sin ahogar, que brinde seguridad sin imponer rigideces, y que ofrezca mejores condiciones sin sacrificar la libertad y flexibilidad que estos trabajadores valoran. La iniciativa es un paso en la dirección correcta, pero para que sea realmente efectiva, debe tener en cuenta la complejidad del mundo laboral digital y las necesidades de todos los involucrados.

 

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JALISCO

Día del Ingeniero: ¿Por qué se celebra hoy?

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Por Redacción Conciencia Pública //

Cada 1 de julio se celebra en México el Día del Ingeniero, una efeméride establecida en 1973 por Eugenio Méndez Docurro, entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, con el respaldo del presidente Luis Echeverría Álvarez.

Se propuso que fuera el 1 de julio debido a que, en esta fecha, pero de 1776, se expidió la Real Cédula para la creación del Real Tribunal de Minería en México, que dio origen a la fundación del centro de docencia e investigación llamado Real Seminario de Minería, donde tuvieron lugar los primeros planes de estudio y textos para las primeras escuelas de ingeniería en América.

Este homenaje reconoce la labor de los profesionales que, mediante ciencia, tecnología y creatividad, diseñan soluciones que impulsan el desarrollo de infraestructuras, productos y servicios esenciales para nuestra sociedad.

En 2025 la ingeniería en México y América Latina vive un momento de transformación gracias a la inteligencia artificial, la ciberseguridad, la automatización y la industria 4.0. Perfiles como ingenieros DevOps/SRE, especialistas en MLOps, arquitectos de datos en la nube e ingenieros en IA están en demanda creciente.

Según datos de AMITI, alrededor del 70 % de las empresas mexicanas están adoptando tecnologías avanzadas, pero un estudio de Manpower Group revela que 45 % de estas empresas enfrentan dificultad para cubrir vacantes especializadas.

Esta brecha muestra tanto la importancia de la formación continua como el enorme potencial de los ingenieros para forjar el futuro económico y tecnológico del país.

Hoy, la celebración no solo destaca el aporte tradicional de los ingenieros civiles, eléctricos o mecánicos, sino que también visibiliza la creciente participación de mujeres en la profesión, impulsada por fechas específicas como el Día de la Mujer Ingeniera (23 de junio) y políticas que buscan la equidad.

Este Día del Ingeniero, más que festejo, es una invitación a reconocer y fortalecer el papel estratégico del gremio en la innovación, sostenibilidad y equidad nacional.

Celebramos a las y los ingenieros que día a día demuestran su compromiso, responsabilidad y servicio para el desarrollo del país.

¿Cuáles son las ingenierías mejor pagadas en México?

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) reveló recientemente datos sobre los salarios promedio de diversas carreras en México. Dentro de esta lista, destacan las ingenierías, que se posicionan entre las carreras mejor pagadas en el país.

A continuación, te presentamos las ingenierías con los salarios más altos, según el IMCO:

1. Ingeniería en electrónica, automatización y aplicaciones de la mecánica-eléctrica

Salario promedio mensual: 22 mil 877 pesos

Esta ingeniería lidera el listado de las mejor pagadas en México. Los profesionales en esta área son altamente demandados debido a la creciente automatización en diversas industrias y la necesidad de integrar sistemas electrónicos y mecánicos para mejorar la eficiencia y productividad.

2. Ingeniería en electricidad y generación de energía

Salario promedio mensual: 22 mil 834 pesos

La generación y distribución de energía es un sector crítico para cualquier economía. Los ingenieros especializados en electricidad y energía juegan un papel vital en asegurar el suministro continuo y eficiente de electricidad, lo cual es esencial para el desarrollo industrial y económico.

3. Ingeniería mecánica y profesiones afines al trabajo metálico

Salario promedio mensual: 21 mil 869 pesos

Los ingenieros mecánicos y aquellos especializados en trabajos metálicos están en alta demanda debido a su habilidad para diseñar, analizar, fabricar y mantener sistemas mecánicos. Sus competencias son cruciales en sectores como la manufactura, la automotriz y la aeronáutica.

4. Ingeniería industrial

Salario promedio mensual: 21 mil 829 pesos

La ingeniería industrial se enfoca en optimizar procesos y sistemas, lo que es esencial para mejorar la eficiencia y reducir costos en cualquier empresa. Estos ingenieros son clave en la mejora continua y la gestión de la cadena de suministro, haciéndolos indispensables en múltiples industrias.

5. Ingeniería de procesos químicos

Salario promedio mensual: 19 mil 624 pesos

Estos ingenieros trabajan en el desarrollo y mejora de procesos químicos utilizados en la producción de bienes y materiales. Su labor es fundamental en industrias como la farmacéutica, la petroquímica y la de alimentos y bebidas, donde la precisión y la eficiencia son esenciales.

Las ingenierías siguen siendo una de las opciones académicas más prometedoras en México, no sólo por la estabilidad laboral que ofrecen, sino también por los atractivos salarios.

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JALISCO

Juan Huerta Péres: Cuidemos a nuestra planta laboral

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Por Francisco Junco //

Durante el Foro para la Implementación de la Semana Laboral de 40 Horas realizado en la Universidad Panamericana, el secretario general de la Federación de Trabajadores de Jalisco (FTJ), Juan Huerta, lanzó una advertencia contundente: una reforma laboral precipitada o mal gestionada podría incrementar significativamente la informalidad en el país.

Huerta subrayó que una transición apresurada a la jornada de 40 horas con pago equivalente a 56 horas debe realizarse de manera gradual, en un plazo de dos a cinco años si fuera necesario, priorizando la protección de la planta laboral mexicana. «No estamos para bollos», afirmó, destacando la fragilidad del mercado laboral actual.

El líder sindical señaló que México enfrenta un panorama económico y laboral preocupante. Con un 54.6% de trabajadores informales, según datos recientes, y una generación de empleo que ha caído un 14.4% entre 2020-2024 en comparación con 2020-2025, la situación exige cautela.

Huerta explicó que las micro, pequeñas y medianas empresas, que generan el 68.4% de los empleos en el país, son el pilar del mercado laboral, mientras que las grandes empresas apenas contribuyen con un 21.5%. Esta dependencia, combinada con una deficiente creación de nuevos empleos, refleja la urgencia de una estrategia bien definida, afectada por la incertidumbre y la ausencia de políticas públicas de inversión de capital sostenible.

Huerta también alertó sobre las proyecciones económicas sombrías para 2025, con el Producto Interno Bruto (PIB) estimado entre -0.2% y 1.4% según el Banco de México, lo que agrava la falta de dinamismo en el empleo. «Actuemos con responsabilidad», instó, proponiendo una implementación planeada, organizada y acordada entre el sector productivo y el gobierno.

De no ser así, advirtió, la informalidad podría aumentar hasta en un 20% del empleo formal, poniendo en riesgo a millones de trabajadores. «Cuidemos nuestra planta laboral», concluyó, enfatizando la necesidad de un enfoque equilibrado para evitar un colapso en el mercado laboral formal.

RESPALDO A REFORMA LABORAL

La CTM en Jalisco expresó su respaldo a una reforma que busca reducir la jornada laboral en México de 48 a 40 horas semanales. Para Juan Huerta Péres, esta transformación es no solo necesaria, sino inevitable. Pero debe realizarse de forma responsable, con una implementación gradual y bajo un enfoque de justicia laboral y sostenibilidad económica.

Durante su participación en el Foro para la Implementación de la Semana Laboral de 40 Horas, realizado en la Universidad Panamericana, campus Guadalajara, Juan Huerta planteó que la CTM se decanta por una reforma constitucional, pero que su aplicación no sea abrupta, sino escalonada y ampliamente negociada.

LA ÚLTIMA REFORMA FUE HACE 100 AÑOS

México, recordó, fue vanguardia en 1917 al establecer constitucionalmente una jornada máxima de ocho horas diarias, cuando la mayoría del mundo aún permitía extensas jornadas de hasta 15 o 18 horas. Sin embargo, hoy ese liderazgo se ha erosionado, ya que mientras países como Francia, Alemania, incluso Colombia y Chile ya operan con jornadas de entre 35 y 40 horas, en México aún se discute la transición, por lo que reconoció que “ahora nos hemos quedado a la saga”.

“Han pasado más de 100 años de distancia de la entrada en vigor del artículo 123 constitucional, de la puesta en vigor de las 48 horas semanales, ahora nos vemos adentrados a una ruta irreversible para alcanzar la jornada de 40 horas semanales. Su promulgación responderá a los principios de justicia laboral, de la necesaria mejora de las condiciones de bienestar integral”, sentenció.

“Así, el mundo del trabajo, del siglo XXI, requiere de una nueva visión del bienestar laboral. Sin duda esto significa redefinir los espacios de la jornada laboral, ampliando el espacio vital del trabajador, el tiempo que requiere para su familia, sus aspiraciones y necesidades emocionales y espirituales, para el descanso y el mismo ocio”, señaló.

LA PROPUESTA

Al mismo tiempo, presentó una propuesta integral que incluye medidas fiscales, salariales y de bienestar, para garantizar que la reducción de horas no ponga en riesgo la viabilidad económica de las empresas ni la generación de empleos formales.

“La Federación de Trabajadores de Jalisco y la CTM Nacional plantean una reforma al artículo 123 constitucional para garantizar dos días de descanso por cinco laborados, como un derecho universal. De la misma manera, la creación de una prima sabatina para quienes laboren ese día, la reducción a 40 horas con un pago de 56 horas y la revisión del esquema fiscal del ISR en horas extras, además de una revisión a la limitación del reparto de utilidades”, subrayó.

“No estamos para bollos. Recordemos que traemos un 54.6% de trabajadores informales. Las micro, pequeñas y medianas empresas generan un 68.4% total de empleos en México y eso no hay forma de cambiarlo ni de ocultarlo. Las grandes empresas solo generan un 21.5% del total de los empleos del país”.

Refirió que, de acuerdo con datos de la OCDE, México es el país que más horas trabaja al año entre sus miembros, pero también uno de los que menos productividad genera. Esta paradoja, señaló, es un claro ejemplo de que la cultura del sobretrabajo no ha sido sinónimo de desarrollo.

Por ello, la CTM ha propuesto cuatro líneas estratégicas para la implementación responsable de la jornada de 40 horas, gradualidad, reconocimiento de la heterogeneidad de la planta productiva, mejora continua de la productividad y el mejoramiento de la calidad de vida del trabajador.

“Las experiencias internacionales, pero fundamentalmente las realidades y exigencias propias, abren los puntos para trazar nuestra hoja de ruta. Insisto, bajo la premisa de ganar-ganar. Tenemos que actuar con responsabilidad e implementar la jornada laboral de forma gradual, planeada, organizada y, sobre todo, acordada entre los actores del sector productivo y el gobierno”, sostuvo.

EL ESCENARIO ECONÓMICO NO ES ALENTADOR

El líder sindical advirtió, sin embargo, que el escenario económico no es alentador y refirió que de acuerdo con datos del Banco de México, el PIB para 2025 podría situarse entre el -0.2% y el 1.4%. A esto se suma una caída del 14.4% en la generación de nuevos empleos comparado con 2024.

“Tenemos una muy deficiente generación de nuevos empleos, por varios factores fundamentales, pero principalmente por la incertidumbre y la falta de una aplicación de una estrategia en materia de una política pública de inversión de capital sustentable”, advirtió.

Para el dirigente de la CTM Jalisco, el debate sobre las 40 horas no debe ser visto como una confrontación entre patrones y trabajadores, sino como una oportunidad de construir un nuevo pacto social.

Precisó la posición de la CTM de apoyar la reforma laboral de las 40 horas con pago de 56 (los siete días de la semana) y de forma gradual, implementándola entre 2 y 5 años, de ser necesario. “Actuemos con responsabilidad e implementemos la jornada de 40 horas en forma gradual, planeada, organizada, y sobre todo, acordada con los actores del sector productivo y el gobierno, de lo contrario, terminaremos mandando a la informalidad otro 20% del empleo formal”.

CUATRO LÍNEAS DE ACCIÓN HACIA UNA HOJA DE RUTA ESTRATÉGICA PARA LA REFORMA LABORAL

Las experiencias internacionales, combinadas con las realidades y exigencias propias de México, sientan las bases para trazar una hoja de ruta fundamentada en el principio de ganar-ganar. La Confederación de Trabajadores de México (CTM) propone un plan estructurado en cuatro líneas estratégicas que buscan equilibrar los intereses de empleadores y trabajadores, adaptándose a las necesidades del país.

  1. Aplicación gradual del modelo: Se propone implementar la reducción de la jornada laboral en un plazo de dos a cuatro años, extensible a cinco si fuera necesario. El objetivo es generar condiciones consensuadas entre empleadores y sindicatos para ajustar la jornada sin comprometer la viabilidad económica ni la productividad de las empresas, asegurando una transición ordenada y sostenible.
  2. Reconocimiento de la heterogeneidad productiva: Dado que la planta productiva nacional varía en escala, retos y características según la industria y tipo de empresa, se requiere una aplicación flexible de la nueva legislación. Esta adaptabilidad reconoce las diferencias regionales y sectoriales, permitiendo soluciones personalizadas que respeten la diversidad económica del país.
  3. Mejora permanente de la productividad: Inspirándose en prácticas internacionales, se busca compatibilizar la reducción de horas con un incremento de la productividad. Esto incluye incentivos dentro de la nueva jornada que eleven el rendimiento laboral. Según datos de la OCDE, México lidera en horas trabajadas anualmente entre sus miembros, pero no en eficiencia. Trabajar más no equivale a ser más productivo, por lo que esta línea prioriza la calidad sobre la cantidad.
  4. Mejora de la calidad de vida del trabajador: Para alinear la reforma de 40 horas con beneficios concretos, la CTM propone modificar el Artículo 123 Constitucional, garantizando dos días de descanso por cinco laborados como derecho universal. Además, se sugiere una prima sabatina para quienes trabajen ese día, el pago equivalente a 56 horas por una jornada de 40, una revisión del esquema fiscal del ISR en horas extras y una amplia reevaluación de las limitaciones al reparto de utilidades, fortaleciendo así el bienestar de los trabajadores y sus familias.
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NACIONALES

Grupo Salinas y la erosión de la justicia fiscal

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

La posibilidad de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) falle a favor de Grupo Salinas, eximiendo al conglomerado de Ricardo Salinas Pliego de pagar más de 74 mil millones de pesos en impuestos, trasciende un simple revés fiscal: representa un agravio directo al pueblo de México.

Esta cifra colosal, que supera el presupuesto anual de 25 estados y el financiamiento de programas sociales esenciales como salud y educación, pone en evidencia una verdad incómoda: el poder económico puede doblegar las instituciones diseñadas para velar por el interés colectivo. En un país donde las desigualdades persisten, este caso no es solo un debate legal, sino un reflejo de cómo las élites financieras influyen en la democracia y erosionan la confianza ciudadana.

La presidenta Claudia Sheinbaum ha calificado un fallo favorable como “la injusticia llevada a la máxima expresión”, y su afirmación encuentra eco en los números. Con 74 mil millones de pesos se podrían construir hospitales como el Agustín O’Horán en Mérida, cuyo costo estimado es de 3 mil millones, financiar el programa de apoyo a mujeres de 60 a 64 años, con un presupuesto de 54 mil millones, o sostener la beca universal para estudiantes de secundaria, beneficiando a millones de jóvenes.

Estos recursos representan una oportunidad perdida para mejorar la calidad de vida de las mayorías, en contraste con el accionar de Grupo Salinas. Este conglomerado, que incluye gigantes como Elektra y TV Azteca, ha acumulado 32 litigios fiscales durante 16 años, retrasando desde 2008 el pago de impuestos que, según la Procuraduría Fiscal, debió saldarse. ¿Es esto justicia o un privilegio camuflado tras tecnicismos legales que solo los poderosos pueden costear?

El trasfondo de esta situación revela una relación alarmante entre el poder económico y el judicial. Durante casi dos décadas, Grupo Salinas ha empleado estrategias como amparos y maniobras dilatorias para evadir sus obligaciones fiscales, una práctica que ha escalado hasta llegar a la SCJN.

Reportes sugieren que ministros como Luis María Aguilar Morales han retrasado resoluciones, dejando expedientes congelados por meses, lo que alimenta sospechas de influencias indebidas. Este problema no es un fenómeno aislado ni reciente; tiene raíces en las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, cuando el emporio comenzó a litigar para eludir impuestos, acumulando una deuda que hoy alcanza niveles escandalosos.

La pregunta se impone: ¿quién protege los intereses de la nación cuando las instituciones ceden ante la presión de unos pocos magnates? La respuesta parece diluirse en un sistema donde la balanza de la justicia se inclina hacia quienes pueden pagar por su defensa.

Sheinbaum ha vinculado las críticas de TV Azteca —un brazo mediático de Grupo Salinas— contra la reforma judicial y su gobierno con un interés claro: preservar un sistema que permita a corporativos evadir responsabilidades fiscales. Este señalamiento no puede tomarse a la ligera. La cadena ha intensificado su narrativa en contra de las iniciativas del Ejecutivo, lo que refuerza la percepción de un conflicto de intereses.

Un fallo favorable a Grupo Salinas no solo legitimaría una deuda impaga, sino que enviaría un mensaje devastador: en México, la justicia se doblega ante quienes tienen los recursos para litigar eternamente, mientras el pueblo carga con las consecuencias económicas y sociales. Este precedente podría abrir la puerta a más empresas para seguir el mismo camino, agravando la erosión fiscal y la desigualdad.

Estos excesos del poder económico, respaldados por complicidades en el ámbito judicial, justifican la urgente necesidad de reformar el sistema. Millones de mexicanos, sin los recursos ni el acceso a un ejército de abogados como el de Salinas Pliego, quedan desprotegidos frente a un sistema que favorece a las élites.

A nivel local, la situación no es distinta. En Jalisco y otras entidades, se han documentado casos de jueces coludidos con funcionarios políticos para reprimir a ciudadanos que denuncian corruptelas, utilizando su autoridad para aplastar voces disidentes. Algunos de estos actores judiciales incluso buscaron el voto popular para perpetuarse en el poder, pero su pasado de complicidad ha sido expuesto, desmantelando su fachada de imparcialidad.

La reforma judicial propuesta por el gobierno actual busca romper con este ciclo de impunidad. Sin embargo, su éxito dependerá de la voluntad política y de la presión ciudadana para garantizar que los nuevos mecanismos no sean cooptados por los mismos intereses que hoy se cuestionan. Se espera que esta nueva etapa trace un horizonte donde la justicia sea verdaderamente igualitaria, sin distinción de clases ni influencias económicas.

En México y Jalisco, urge un sistema renovado donde el poder político y el económico no dicten el rumbo de la justicia, sino que esta responda a los principios de equidad y transparencia.

Este debate sigue vigente, reflejando las tensiones entre poder político y el económico, y el papel que el poder judicial ha asumido en un país en transformación. La ciudadanía debe mantenerse vigilante, exigiendo que la SCJN actúe con integridad y que las reformas prometidas se traduzcan en un sistema judicial que sirva a todos, no solo a unos pocos. Solo así se podrá cerrar el capítulo de los “juegos del poder” y abrir uno donde la justicia fiscal sea un pilar de la democracia mexicana.

 

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