JALISCO
Pablo Lemus ya es nuestro gobernador
																								
												
												
											Desde los Campos del Poder, por Benjamín Mora Gómez //
Desde este viernes 6 de diciembre, Pablo Lemus Navarro, al asumir grandes compromisos, es ya nuestro gobernador. Triunfó de manera transparente y contundente. Las rabietas de algunos pocos nublaron nuestra fiesta en democracia.
Todos lo reconocemos, largo ha sido el andar de Pablo Lemus para llegar a Palacio de Gobierno y a Casa Jalisco. Tres veces presidente municipal (dos en Zapopan y una en Guadalajara) por Movimiento Ciudadano y fue uno de sus contendientes internos al gobierno de Jalisco, sin ser el favorito de Enrique Alfaro. Candidato del único partido que lucho sin alianza.
El reto de Pablo Lemus es gigante: “Por el bien de los jaliscienses” no nos va a fallar. En su toma de protesta nos dibujó un futuro promisorio, de gran infraestructura y cercanía, de seguridad y paz social. Para Lemus la política se ejerce desde el diálogo, el entendimiento y los acuerdos en un contexto -el actual- de discordia, incertidumbre y arrebatos tanto en el ámbito nacional como internacional.
Pablo Lemus parece dispuesto a ser un gran gobernador. Ha cuidado las formas que son fondo en política al integrar a su gabinete. Su estilo es alegre y fresco, y sus decisiones muy bien pensadas. Su gabinete me agrada.
Jalisco está convocado a liderar la atracción de las inversiones extranjeras ante el impasse que se observa en México por los temores que Claudia Sheinbaum alimenta. Tenemos casi todo lo que se requiere para garantizar los mayores éxitos a las inversiones privadas, nacionales e internacionales. Gente noble y buena, mano de obra de alta calidad, obra de mente de excepción, energía eléctrica, agua, extraordinario clima… solo nos falta mayor seguridad sobre la que Pablo Lemus se compromete fielmente. Hay regiones y gobiernos municipales de Jalisco tomados por los delincuentes. En aquellas y ante aquellos no puede haber temor.
En Jalisco, el gobierno de Estados Unidos de Norteamérica tiene su centro de operación más importante quizá de toda América Latina. En la Ciudad de México está la sede de su embajada y en Jalisco su bastión de poder. Con suerte, si los malandros lo lean bien y entenderán que les conviene abandonar las tierras jaliscienses antes de que sus libertades sean coartadas. Donald Trump actuará sin chistar ni un segundo a partir de enero próximo. Sin embargo, el problema de inseguridad es nuestro y no de nuestros vecinos del norte,
Pablo Lemus debería considerar una estrategia de diplomacia hacia los gobiernos de Canadá y Estados Unidos que amainen las tormentas que se tienen con el gobierno de Claudia Sheinbaum. Quizá debiera valorar crear una oficina de diplomacia, protocolo y vinculación global. Desde nuestros hermanamientos con otras ciudades en México y el mundo, debería ayudarnos a llevarlos a nuestra cultura y ampliar nuestras competencias económicas.
Jalisco debe ser el estado mexicano de la legalidad total. El respeto a los derechos humanos no puede ser la excusa para no poner orden frente los delincuentes de armas largas y cuellos blancos; antes bien, debe ser el acicate para ejercer bien y de manera justa todo el peso del poder del gobierno. La fiscalía de Jalisco debe limpiarse y nuestros tribunales estatales protegerse ante la reforma judicial de López Obrador.
México está resquebrajado; Jalisco vive igual realidad. Pablo Lemus debería considerar una amplia estrategia de animación y cohesión social con planes que reavivan la vida en comunidad a partir de la mejor formación de valores y principios éticos y morales en familia, y eventos que nos convoquen al espacio público. Sí es posible.
Es deseable que Pablo Lemus ya tenga un plan de atracción de los más importantes encuentros culturales y de intercambio de experiencias a nivel mundial. Así como tenemos a la Feria Internacional del Libro más importante del mundo, podríamos consolidar los encuentros más destacados en el mundo de la moda, el mueble, la innovación tecnológica, el diseño de ciudades, la medicina y la salud, el uso eficiente del agua, las ciudades fundacionales de la América española, de las universidades, del teatro y el cine, de deportes, la producción agroalimentaria, la industria y el comercio..
Pablo Lemus, Verónica Delgadillo y Juan José Frangie deberían convertir a los días patrios de los gobiernos y pueblos representados por los consulados en Jalisco, en días de fiesta que nos convoquen con muestras gastronómicas, exposición de pinturas y esculturas en un museo local de las naciones, cine, música y danza. Puerto Vallarta y Chapala-Jocotepec, entre otros municipios, podrían sumarse a esta iniciativa. Con esta visión internacionalista, miro la posibilidad de animar un carnaval para Guadalajara diferente a los otros en México y aun mejor que los de Mazatlán y Veracruz.
Deberíamos ampliar nuestros premios a la filantropía a los extranjeros que actúan dentro de Jalisco, y crear el premio Mr. Bird a lo más destacado en turismo internacional. Mr. Bird fue el primero en promover a Ajijic como centro turístico en tiempos de Porfirio Díaz, por sus aguas termales.
Pablo Lemus tiene la simiente para cohesionarnos y animarnos como comunidad. Sin embargo, no olvidemos que Jalisco lo somos y hacemos todos. ¡Cumplamos!
