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LOS PELOTEROS

Ronnie Camacho: Cerca de 500 jonrones en el beisbol mexicano

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Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //

Una leyenda viviente del beisbol mexicano es Ronaldo “Ronnie” Camacho, quien tiene el récord de más cuadrangulares en una temporada en la Liga Mexicana del Pacífico, que son 27, hazaña lograda en1963, para superar al Supermán de Chihuahua, Héctor Espino y a Saúl Villegas en la penúltima serie del rol oficial cuando los tres disputaban quien se quedaba con la corona.

Ronnie lo hizo precisamente en su tierra, Empalme. Ronnie, es junto con Héctor Espino, de los dos bombarderos más poderosos en las dos ligas mexicanas, la Liga Mexicana de Beisbol (Verano) y la Liga Mexicana del Pacífico (invierno).

El poder descomunal de Ronnie lo hizo uno de los dos bateadores más temidos de todos los tiempos en el beisbol mexicano. Entre las dos ligas el llamado “roperón de Empalme” conectó 457 jonrones, 317 en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) y 140 en la Liga del Pacífico.

Le preguntaba a Ronnie en días pasados cuáles de los jonrones gozó más y esto me respondió: “Nada es más hermoso, que escuchar el sonido del impacto del bat con la bola y verla viajar arriba de las bardas».

“Emoción grande cuando superé el récord de Jonrones en 1963. Y ese mismo año, pero en Invierno, el haber implantado el récord de jonrones en la Liga de la Costa del Pacifico (ahora ARCO) CON 27, superando a Héctor Espino y Saul Villegas en la penúltima serie del Roll Oficial. Y fue en mi tierra Empalme, con Rieleros”.

Ronnie recuerda que en aquél mes de febrero, cuando terminaba la temporada, se dio la batalla del jonrón junto con Héctor Espino y Saúl Villegas, una batalla que se libró como nunca antes se había dado en esta liga invernal.

Llegaron a Empalme los líderes de la Liga, Naranjeros de Hermosillo para jugar la penúltima serie del rol regular de cuatro juegos. Ronnie tenía 24 jonrones, Espino y Saúl Villegas estaban empatados con 23 jonrones. En el primer juego Ronnie conecta el jonrón 25; en el segundo juego conecta el jonrón 26 y en el cuarto y último juego logra el jonrón 27.

La serie en Empalme la vieron 15 mil fanáticos de todo el Estado.

Y ese récord de 27 jonrones nadie lo ha roto. Tiene 61 años de implantado. Únicamente la logró empatar la marca el gigantón norteamericano Bob Darwin en la temporada 1971-1972, jugando para Hermosillo, otro gran pelotero que jugaría en MLB con Medias Blancas de Chicago.

Un grandioso pelotero, indiscutiblemente Ronnie Camacho, a quien el Ayuntamiento de Guadalajara, cuando estuvo de interino durante el último año de la administración que encabezó Enrique Alfaro, el orgullo de Tototlán, tuvo a bien hacerle este emotivo homenaje en Palacio Municipal y en el que tuve la oportunidad de dirigir mi mensaje.

UN ÍCONO MEXICANO

Aquí transcribo parte de la crónica que redactó el periodista Diego Morales Heredia en Conciencia Pública: “Para el periodista Gabriel Ibarra Bourjac, el reconocimiento es merecido, a un atleta de alto rendimiento, ejemplo para la juventud, que destacó en el béisbol profesional con su entrega, pasión y compromiso en cada uno de los equipos donde militó, que lo llevó a conseguir records que hasta la fecha siguen vigentes.

“Ronnie Camacho es un ícono mexicano, de los valores que demuestran lo que es tener profesionalismo, cuando hay talento, pasión, entrega, vocación, se puede lograr. A estos grandes mexicanos que son ejemplo para la juventud es oportuno que sean reconocidos”.

Emocionado, Gabriel Ibarra recordó sus inicios en el periodismo, que se dio por su pasión por el béisbol; ahora, de la mano de un alcalde que también disfruta el rey de los deportes y de la peña más beisbolera del occidente, con alrededor de 150 miembros, resaltó Camacho Durán, como un distinguido sonorense, rey de los cuadrangulares en México.

“El vivir la pasión del béisbol y que lo podamos disfrutar con Charros de Jalisco me parece extraordinario, hay que reconocer a esos grandes deportistas mexicanos que son ejemplo, con sus hazañas, con sus aportaciones, como Ronnie Camacho, un distinguido sonorense, mexicano, que simple y sencillamente los grandes reto que se han logrado de cuadrangulares mexicanos es el protagonista”.

LOS RECORDS

Subrayó: “Ronnie en la Liga Mexicana de Béisbol fue quien implantó la marca de más cuadrangulares de 39 jonrones, pero luego en la Liga Mexicana del Pacífico jugó con los Rieleros de Empalme, en esta liga también implantó una marca de 27 cuadrangulares, que tiene 50 años y nadie la ha logrado romper. Entre las dos ligas, conectó cerca de 500 cuadrangulares, de los que más han hecho en el béisbol profesional mexicano”.

Ronaldo “Ronnie” Camacho nació en la ciudad de Empalme, Sonora, el 26 de Octubre de 1953. Su carrera, que duró más de 20 años, cuenta con más de 2 mil 200 juegos como pelotero tanto en México como en los Estados Unidos.

A los 17 años, siendo el más joven del equipo, Ronnie inició en el béisbol en 1953 con el equipo de Fresno en la Liga de California clase C, sucursal de los Cardenales de San Luis. Debutó profesionalmente en la Liga Invernal de Sonora (antecesora de la Liga Mexicana del Pacífico) en 1958, ganando la triple corona de bateo jugando para los Rieleros de Empalme.

Forma parte del Salón de la Fama del Béisbol Profesional de México desde 1983. “Ronnie”, jugó también con las Águilas de Mexicali, los Tecolotes de Nuevo Laredo, Pericos de Puebla, entre otros. Se retiró en 1975, jugando para Aguascalientes.

 

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La sombra de la lesión de Isaac Paredes amenaza a los Astros

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-Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac

La temporada 2025 de los Houston Astros ha recibido un mazazo que resuena más allá del diamante: Isaac Paredes, su tercera base estelar, cayó lesionado el 19 de julio en un duelo contra los Marineros de Seattle. 

En un equipo que lidera la División Oeste de la Liga Americana, pero con los Marineros pisándole los talones a seis juegos, la ausencia de Paredes es un golpe que Houston no puede ignorar.

Paredes, adquirido de los Tampa Bay Rays en 2024, ha sido un pilar indiscutible. Con un promedio de bateo de .259, 19 jonrones y 50 carreras impulsadas en 2025, su guante y su bat han sido vitales para los Astros. 

Pero esta no es la primera señal de alerta: molestias previas en la misma pierna lo obligaron a renunciar al Juego de Estrellas 2025, un sacrificio que buscaba preservar su salud, pero que ahora parece insuficiente. 

La incertidumbre crece mientras el equipo espera evaluaciones médicas definitivas. 

¿Podrá Paredes regresar a tiempo para la postemporada, o será este el fin de su campaña?

El panorama se complica con una lista de lesionados que parece un hospital de campaña: Jeremy Peña (parador en corto), Yordan Álvarez (jardinero), Shawn Dubin (relevista) y Luis Guillorme (tercera base) están fuera, todos en listas de 10 o 15 días. 

Esta crisis obliga a los Astros a moverse rápido antes de la fecha límite de cambios del 30 de julio de 2025.

Nombres como Joey Ortiz (Cerveceros) o el veterano Matt Chapman suenan como posibles refuerzos, mientras Mauricio Dubón y el novato Zach Dezenzo intentan llenar el vacío en la tercera base. 

Sin embargo, ninguno iguala el impacto de Paredes, cuya ausencia podría desestabilizar la alineación en un momento crítico

La afición, que ve en Paredes un símbolo del orgullo mexicano en la MLB, contiene el aliento.

En redes sociales los  usuarios como claman por su pronta recuperación, mientras advierte que sin Paredes, los Astros podrían perder su ventaja en la división. 

La presión recae en Espada y el gerente general Dana Brown para ajustar la estrategia rumbo a octubre, ya sea con refuerzos externos o confiando en la profundidad del roster. 

Pero más allá de los números, la lesión de Paredes es un recordatorio de la fragilidad del deporte: un héroe en el diamante puede convertirse en un espectador en un instante.

Un diamante en pausa, pero no rendido

En el béisbol, como en la vida, los golpes inesperados prueban el temple de los campeones. Isaac Paredes, con su garra y talento, ha demostrado ser un guerrero, pero ahora enfrenta una batalla fuera del campo. 

Los Astros, mermados pero resilientes, deberán reinventarse para mantener vivo el sueño de octubre. Mientras los fanáticos cruzan los dedos, el diamante espera el regreso del mexicano que, con cada swing, lleva el orgullo de un país. Porque en el juego rey, caer no es el final, sino el preludio de una remontada épica.

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Se le agota el tiempo a Julio Urías para regresar a la MLB

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-Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac

Julio Urías se encuentra en una encrucijada en su carrera, con el Trade Deadline del 31 de julio de 2025 como un punto clave para su futuro en la MLB. Si no logra firmar con un equipo de Grandes Ligas antes de esa fecha, opciones como la LMB, la LMP, NPB o las ligas independientes podrían ser caminos viables para mantenerse activo y preparar un regreso triunfal.

El 31 de julio de 2025 marca un hito para Julio Urías: la Fecha Límite de Cambios de la MLB, una puerta que podría abrirse o cerrarse definitivamente para su regreso a las Grandes Ligas.

Scott Boras, su representante, ha expresado que el sinaloense “todavía tiene toda la intención de continuar su carrera. Se está poniendo en forma; obviamente tendrá opciones que están abiertas para él”.

Boras ha comentado que ha recibido ofertas de varios equipos de Grandes Ligas en Estados Unidos, pero aún no se ha concretado nada. Expresamente, el representante de Julio no ha señalado de qué equipos se trata.

Aquellas soberbias actuaciones

Julio Urías, “El Culichi”, es un nombre que resuena con orgullo en el corazón de México: un zurdo de Culiacán que conquistó la Serie Mundial, lideró la Liga Nacional en victorias y se alzó como heredero de Fernando Valenzuela.

Pero hoy, su historia no se escribe solo en el montículo, sino en los tribunales de la vida, donde el talento no siempre es suficiente para borrar las manchas del pasado.

Suspendido hasta el 17 de julio por violar por segunda vez la política de violencia doméstica de la liga, Urías enfrenta un camino espinoso. No basta con su brazo de élite, que en 2021 logró 20 victorias y en 2022 lideró con un 2.16 de ERA. Los equipos no solo buscan pitchers; buscan historias que no ensombrezcan sus rosters.

Urías, con su talento, pudo ser una figura histórica para el beisbol mexicano, inspiración para las nuevas generaciones que sueñan con llegar a la Gran Carpa y alzar los brazos de triunfo, como lo hizo “El Culichi”. Pero sus errores fuera del diamante —dos incidentes de violencia doméstica, el más reciente en 2023— lo han convertido en un “hombre invisible”, como lo llamó el Los Angeles Times. Su castigo de 36 meses de libertad condicional y consejería es un recordatorio de que el béisbol, como la vida, no perdona fácilmente a quienes traicionan la confianza.

Urías tiene opciones: la Liga Mexicana del Pacífico, donde los Tomateros de Culiacán lo recibirían con los brazos abiertos, donde su zurda podría brillar en el invierno. La NPB en Japón, con su disciplina y prestigio, también asoma como un destino para resurgir, como lo hizo Trevor Bauer tras su propio exilio. Pero estas no son solo alternativas deportivas; son pruebas de carácter. ¿Podrá Urías, a sus 28 años, demostrar que ha aprendido, que su brazo no es solo un cañón, sino un símbolo de redención?

La afición mexicana, siempre leal, no lo olvida. En X, las voces claman por su regreso, pero también exigen responsabilidad. El “Culichi” no solo debe convencer a los scouts con sesiones de bullpen; debe ganarse de nuevo el respeto de una comunidad que lo vio como un ícono.

En un mundo donde el poder y la arrogancia a menudo opacan la humanidad, como escribimos alguna vez, Urías tiene la oportunidad de mostrar que el amor por el juego y el compromiso con uno mismo pueden prevalecer.

El 31 de julio no es solo una fecha límite; es un espejo para Julio Urías. ¿Será el pitcher que regrese al montículo con la humildad de quien ha caído y se levanta, o quedará atrapado en las sombras de sus errores?

México lo observa, no solo con esperanza, sino con la exigencia de que sus ídolos sean más que talento: sean ejemplo.

Su próximo paso dependerá de su capacidad para aprovechar estas oportunidades y demostrar que sigue siendo el “Culichi” que brilló en la Serie Mundial.

 

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Julio Urías: ¿Redención o rechazo en Grandes Ligas?

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-Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac

Julio Urías, el talentoso pitcher sinaloense, quedó liberado de la lista de restricciones de la MLB tras cumplir una suspensión por violar la política de violencia doméstica. A sus 29 años, con un récord de 20-3 en 2021 y un anillo de Serie Mundial en 2020 con los Dodgers, Urías es un activo deportivo de primer nivel.

Sin embargo, su historial de dos incidentes de violencia doméstica —en 2019, que le costó una suspensión de 20 juegos, y en 2023, que lo llevó a su salida de los Dodgers— plantea un dilema: ¿merece una nueva oportunidad en las Grandes Ligas?

El caso de Urías trasciende lo deportivo, generando un debate entre quienes abogan por la redención y quienes consideran su historial una barrera insalvable. La pregunta no es solo si un equipo estará dispuesto a firmarlo, sino si puede superar el escrutinio de una sociedad cada vez más sensibilizada ante temas de violencia.

El béisbol, como negocio y espectáculo, no solo evalúa el talento, sino también el impacto social y de imagen que conlleva una contratación.

En el programa de ESPN conducido por Ernesto Jerez, conocido por su icónico “¡A lo profundo… díganle que no a esa pelota!”, se abrió un debate revelador.

Jerez planteó que firmar a Urías no es solo un desafío deportivo, sino un reto de relaciones públicas y responsabilidad social. “Vamos a ver si algún gerente general se atreve a tomar ese riesgo. No se trata solo de firmar a un pitcher; es hacer un trabajo con la comunidad para mitigar el impacto”, afirmó.

Jerez añadió: “Uno cree en las segundas, incluso terceras oportunidades, pero también en que alguien puede cambiar. El problema es que Urías es reincidente”.

Un talento bajo la lupa

Urías ha cumplido con horas de servicio comunitario y, según reportes, está en excelente forma física. Sin embargo, la MLB no solo evalúa el desempeño en el montículo. “Es elegible por las reglas, pero la pregunta es si un gerente general asumirá el desafío”, señaló Jerez.

El precedente de Roberto Osuna, ex cerrador de los Blue Jays, ilustra los riesgos. En 2018, los Astros firmaron a Osuna durante su suspensión por violencia doméstica, y aunque ayudó a llegar a la Serie de Campeonato, el ex gerente general Jeff Luhnow admitió recientemente que fue “la peor decisión” de su carrera. “Pensé solo en ganar juegos, pero el daño a la imagen del equipo fue mayor. No lo haría de nuevo”, confesó.

Este testimonio complica el panorama para Urías. “Es un recordatorio de que el impacto reputacional puede superar los beneficios deportivos”, comentó.

Una tercera oportunidad en un mundo escéptico

El debate en ESPN giró en torno a la posibilidad de redención. “Urías está pidiendo una tercera oportunidad, no una segunda”, señaló Jerez, destacando la reincidencia del pitcher.

Aunque algunos equipos han mostrado interés, la percepción pública es un obstáculo significativo. “No se trata solo de lanzar strikes; es lo que representa para el equipo y la ciudad”, afirmó.

La sociedad actual exige pruebas contundentes de cambio, y como señaló un panelista, “eso no se logra en seis meses; requiere años”.

A pesar del escepticismo, hay voces a favor de Urías. “Todo ser humano merece una segunda oportunidad, incluso una tercera”, argumentó Hugo Castillo en redes sociales, destacando el valor deportivo del pitcher.

A sus 29 años, Urías podría firmar por un salario mucho menor que los 200 millones que exigen otros pitchers estrella. “Deportivamente, es el robo del siglo para un equipo dispuesto a arriesgarse”, opinó Enrique Rojas.

Sin embargo, el consenso es que el “control de daños” es crucial. “Los equipos buscan ser políticamente correctos. Firmar a Urías implica un riesgo de imagen que pocos están dispuestos a asumir”, señaló Ismael “Rocket” Valdez, ex lanzador de Grandes Ligas.

Comparaciones y contextos

El caso de Urías se compara frecuentemente con el de Osuna, pero con matices. “Osuna no mostró cambios tras su suspensión, y eso pesó en Houston. El caso de Urías es más mediático”, explicó Carolina Guillén, panelista de ESPN.

Otros casos, como los de Wander Franco y Trevor Bauer, son menos comparables debido a la gravedad de las acusaciones contra ellos. Aunque Urías está fuera de la lista de restringidos, su desafío no es solo convencer a los equipos, sino a una opinión pública cada vez más exigente.

“Está en buena forma física, pero el problema es social, no deportivo”, comentó un usuario en redes.

Un dilema ético y estratégico

Firmar a Urías plantea un dilema que combina ética y estrategia. “Un equipo que lo fiche debe invertir en una campaña de relaciones públicas para mitigar el impacto”, sugirió Guillermo Celis.

La experiencia de Luhnow con Osuna propone que el costo reputacional puede superar las victorias. “La sociedad no perdona fácilmente, y los equipos lo saben”, afirmó Carolina Guillén.

Para Valdez, el panorama es sombrío: “No creo que lo firmen este año. Necesita demostrar un cambio profundo, y eso toma tiempo”.

Urías enfrenta un camino cuesta arriba. Su talento es innegable, pero su historial lo pone bajo un escrutinio intenso. Un equipo que apueste por él no solo deberá justificar su decisión ante los fanáticos, sino demostrar que el pitcher ha tomado pasos concretos hacia la rehabilitación. Esto podría incluir participación en programas de reeducación, disculpas públicas creíbles y un compromiso visible con causas sociales.

Sin embargo, el tiempo juega en su contra: la percepción pública requiere pruebas de cambio sostenido, no gestos a corto plazo.

Un futuro incierto

En conclusión, el futuro de Julio Urías en las Grandes Ligas depende de un delicado equilibrio. Su talento lo hace atractivo, pero su historial exige un esfuerzo extraordinario para demostrar cambio. Mientras los equipos evalúan riesgos y beneficios, la sociedad observa, esperando no solo strikes, sino pruebas de redención. El camino hacia una tercera oportunidad será largo y complejo, pero no imposible.

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