OPINIÓN
«PRI-MOR»: El llamado de la sangre
Opinión de Francisco Javier Ruiz Quirrín //
Todas las señales conducen a la seguridad de que Alejandro Moreno Cárdenas (“Alito” para sus amigos y “Amlito”, para quienes le saben algo más) Gobernador con licencia del Estado de Campeche, será el próximo presidente del comité ejecutivo nacional del PRI.
El “dueño” del Partido Revolucionario Institucional seguirá siendo Enrique Peña Nieto. ¿Por qué?, porque todos los partidos tienen dueño en México. Y hay muchos que pensamos que se dio un pacto entre Andrés Manuel López Obrador y EPN, desde la campaña por la gubernatura en el Estado de México en el 2017.
El primero aseguró el triunfo sin competencia en el partido del Presidente en turno, a cambio de admitir la derrota de la candidata de MORENA en esa entidad y llevar al triunfo a Alfredo del Mazo Maza.
Pero al paso de los meses el pacto incluyó un seguro de impunidad para Peña y la llegada “aterciopelada” de AMLO rumbo a Palacio Nacional. Nunca antes un Presidente electo había adelantado su periodo constitucional. En los hechos, recibió recursos del erario sin recato alguno.
Hoy el tercer paso de ese pacto se ha consumado. Un tipo arrojado, joven, sin escrúpulos como “Alito”, que en campaña acusó a López Obrador de asesino, hoy es el mejor aliado del primer mandatario de la nación dentro del grupo de gobernadores del tricolor.
Tanto, que ha trascendido que entre ellos existe una “gran amistad”.
Si esta reflexión la trasladamos al escenario actual en el que el PRI permanece mudo, con los brazos cruzados y avalando acciones de gobierno de López Obrador, no será muy complicado concluir que la alianza “PRI-MOR (ena)” es un hecho.
Al final de cuentas el ADN de Andrés Manuel y todos sus seguidores está en el PRI. La diferencia es que el hombre que hoy es titular del Poder Ejecutivo Federal quiere ser un Presidente distinto y asegurar su lugar en la historia como lo tiene Juárez, Madero y Cárdenas.
Para ello ha puesto en práctica el modelo populista de Hugo Chávez. Lo ha hecho con desesperación y de ahí los tremendos nubarrones en la economía mexicana, a tan sólo siete meses de gobierno. Critica al pasado reciente, pero en los hechos quisiera regresar a los años setentas y, en algún aspecto, a la época de Juárez y de Cárdenas.
Él sabe que va a flaquear y sabe que sus fórmulas serán un fracaso. No es tonto. Está enfermo de poder, pero es un hombre de convicciones.
Pronto ya no estará solo. Le ayudará el PRI. Andrés Manuel lo va a considerar como el hermano mayor. Algo así como un mal necesario.
Con mucha tristeza y pesar, pero habrá qué decirlo así: En Sonora, no hay nada ni nadie que pare esta tremenda ola de violencia, que no se circunscribe a una región focalizada en el Estado, sino que se presenta en todos los rincones de nuestra patria chica… No hay día que no haya noticias de alguna muerte violenta y lo más deplorable, es que tengamos conocimiento de fallecimientos como el de un joven de 24 años de apellido Silva, miembro de una familia conocida de servidores públicos… No sabe uno si ponerse a rezar… O a llorar.
