NACIONALES
¿Qué pasará en México después luego del 10 de marzo?

Opinión, por Gerardo Rico //
Durante la semana que recién terminó un amigo ex militar que estuvo en servicio en el Ejército Mexicano durante más de 10 años, me comentó que en los mandos medios de la milicia se corre la versión que miles de sus ex compañeros que por diferentes motivos causaron baja militar, podrían ser llamados a reintegrarse a las filas castrenses, situación que no es oficial.
El motivo: la eventual invasión del Ejército de los Estados Unidos a México, con el pretexto de combatir a los narcotraficantes. El joven ex militar afirma que están conscientes de que una hipotética invasión estadounidense a nuestro país sería para apoderarse de los recursos naturales que tiene México, principalmente el litio.
De acuerdo a la empresa estadounidense Thermo Fisher Scientific, que se dedica a la investigación científica, el litio, el oro blanco, como le han llamado algunos, se ha convertido en un mineral de gran importancia a nivel mundial, por su capacidad de reemplazar al petróleo, incluso también le han llamado “el petróleo blanco”. A finales de 2019, se dio a conocer que México cuenta con el yacimiento más grande del mundo, ubicado en Sonora, de acuerdo con el ranking de Mining Techonology; el reporte señala que cuenta con alrededor de 243.8 millones de toneladas del químico.
En el listado de las diez minas más grandes del mundo, aparece en primer lugar la de Sonora, donde se esclarece que la explotación se llevará a cabo en dos etapas. La primera tendrá una producción anual de 17,500 toneladas y la segunda aumentará su producción a 35,000. Después de la mina de Sonora, sigue la de Nevada que cuenta con 179.4 millones . y Australia con 151.94 millones. El yacimiento de litio se encuentra en el municipio de Bacadéhuachi, Sonora, en los límites con el Estado de Chihuahua.
De acuerdo al Servicio Geológico de Estadis Unidos (USGS) México tiene 1.7 millones de toneladas, aunque la empresa británica Bacanora Lithium apunta que son 8.8 millones de toneladas. El 18 de febrero del 2023 el entonces Presidente Andrés Manuel López Obrador, firmó el decreto de nacionalización del litio precisamente en Bacadéhuachi, Sonora. Baja California, San Luis Potosí y Zacatecas poseen también abundantes minas de dicho mineral.
Pero volviendo a nuestra realidad, es muy posible que el Presidente Donald Trump, dé otro manotazo en la mesa el 1o.de marzo y a través de la amenaza de aumento a los aranceles exija más al gobierno mexicano. Tal vez los 10 mil militares y elementos de la Guardia Nacional desplegados a los largo de la frontera ya no le satisfagan por lo que podríamos regresar a los días de zozobra económica.
El llamado “Zar de la frontera” Tom Homan, advirtió que Trump no dudará en utilizar al Ejército de su país en México si los cárteles mexicanos atacan a sus tropas en su frontera sur. Algo similar a que “si me miras feo te voy a golpear”.
Luego de anunciar la toma de la Franja de Gaza para transformarla en un complejo turístico, de desaparecer la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), decretar la salida de la Unión Americana de la Organización Mundial de la Salud y del Acuerdo de París -que busca limitar el calentamiento global-, de amenazar con sanciones contra personal del Tribunal Penal Internacional (TPI) con sede en Haya que haya participado en causas contra Washington, reservar un lugar en la base militar de Guantánamo, Cuba a los cientos de miles de deportados, entre otras medidas, México no debe esperar mucho después del 1o. de marzo y esperamos que solo quede en un conflicto diplomático.
México se ha caracterizado por su pacifismo a nivel internacional, incluso ha jugado importantes papeles de mediador en conflictos internos de otras naciones y a nivel internacional. Recuerdo la firma de los Acuerdos de Paz entre la guerrilla del Frente Farabundo Martí de Liberaciòn Nacional (FMLN) y representantes del gobierno de El Salvador en enero de 1992 en el Castillo de Chapultepec con la mediaciòn de la Organización de Naciones Unidas )ONU).
Además jugó un importante papel al recibir a miles de chilenos, tras el golpe de estado de Augusto Pinochet a Salvador Allende en septiembre de 1973. Antes, en la década de los años 30, el General Lázaro Cárdenas, recibió a miles de españoles que huyeron de la guerra civil en la Península Ibérica bajo el gobierno de Francisco Franco.
La última invasión de Estados Unidos a México fue en 1914, en el transcurso de la Revolución Mexicana y duró siete meses, cuando se ordenó el ataque al Puerto de Veracruz para impedir que el buque alemán Ypiranga llegara con armas para el gobierno de Victoriano Huerta.
Espero que las especulaciones de mi amigo ex militar solo queden en eso, en meras especulaciones.
MUNDO
China, Japón y México: la batalla global por el internet del futuro con matices locales

– Por José Modesto Barros Romo, Conciencia Pública
El internet de ultra velocidad ya no es un asunto de ciencia ficción, sino un campo estratégico donde las potencias tecnológicas definen su hegemonía. Japón, China y, en menor medida, México, han roto en este año barreras históricas de transmisión de datos, cada uno desde trincheras distintas, pero con un objetivo común: asegurar ventajas en la economía digital del siglo XXI.
Japón sorprendió al mundo al anunciar que sus científicos del Instituto Nacional de Información y Comunicaciones Tecnológicas (NICT) lograron transmitir datos a 1.02 petabits por segundo a través de fibra óptica.
Se trata de un récord mundial que equivale a descargar en un segundo la información de más de 10 millones de videos en alta definición, el equivalente a todo el catálogo de Netflix en un solo segundo.
Más allá de la hazaña técnica, el logro japonés envía un mensaje claro: su apuesta es consolidar infraestructuras terrestres estables y de larga distancia, con la mira puesta en mantener la competitividad industrial frente a China, Estados Unidos y Europa.
El gigante asiático, por su parte, libra otra batalla: el dominio del espacio inalámbrico. China Mobile reveló que en una red experimental de 6G alcanzó velocidades de 280 gigabits por segundo, descargando un archivo de 50 GB (unas 25 películas de mediana calidad) en apenas 1.4 segundos.
A esto se suman proyectos universitarios que exploran transmisiones en frecuencias en terahercios y enlaces satelitales de 100 Gbps, tecnologías que se perfilan como piezas centrales en la construcción de un ecosistema digital global, donde China pretende marcar la pauta a la espera lanzar comercialmente las redes 6G para el año 2030 en todo su territorio.
La estrategia china es evidente: no se conforma con desplegar infraestructura terrestre, busca liderar el futuro de las comunicaciones en el espacio y en el aire, donde se definirá el control de datos y, con ello, el poder geopolítico. De ahí que los experimentos en 6G no solo representen avances científicos, sino una carta de presentación en la carrera tecnológica frente a los estadounidenses, japoneses y los europeos.
México, en contraste, aparece con un logro más modesto pero simbólico. El año pasado la empresa Megacable, en alianza con Nokia, alcanzó 1.1 terabits por segundo en pruebas de fibra óptica de larga distancia.
No es un récord mundial ni una revolución en telecomunicaciones (aunque sí es un hito a nivel Latinoamérica, equivalente a descargar un videojuego como Call of Duty: Modern Warfare III en un segundo). Esta es una señal de que nuestro país busca modernizar su infraestructura digital con miras a los próximos años.
El reto está en si estos avances se traducirán en beneficios reales para los ciudadanos o quedarán como demostraciones técnicas en un país donde millones aún carecen de acceso a internet estable.
La comparación es reveladora: mientras Japón apuesta por la perfección de la fibra, China por la supremacía inalámbrica y espacial, México apenas intenta ponerse al día. El dilema nacional es mayúsculo: ¿apostar por ser solo consumidores de tecnologías extranjeras o trazar un plan estratégico que coloque a la región en la disputa global por la soberanía digital?
Lo cierto es que el internet del futuro no será solo más rápido; también será la nueva frontera de poder. Quien controle las redes de transmisión controlará la información, la seguridad nacional y el desarrollo económico. Japón y China ya están en esa carrera. México, como suele ocurrir, observa desde la periferia.
NACIONALES
México busca frenar autos asiáticos con arancel del 50%

– Por Redacción Conciencia Pública
El Gobierno de México anunció su intención de imponer un arancel del 50 por ciento a los automóviles importados de países asiáticos sin tratados de libre comercio, como China, India, Corea del Sur, Tailandia e Indonesia.
La medida, que representa un salto desde el 20 por ciento actual, busca frenar la entrada masiva de vehículos de bajo costo que, según autoridades federales, ponen en riesgo la competitividad de la industria automotriz nacional.
El anuncio forma parte de un paquete de reformas arancelarias que pretende abarcar importaciones por alrededor de 52 mil millones de dólares.
Además de los automóviles, se contempla aplicar nuevos gravámenes de entre el 10 y 50 por ciento a productos como acero, textiles, motocicletas y juguetes. De acuerdo con la Secretaría de Economía, la estrategia busca proteger más de 325 mil empleos vinculados directamente con el sector automotriz y manufacturero en el país.
La iniciativa surge en un contexto de presiones internacionales. Estados Unidos ha insistido en que México reduzca su dependencia comercial de China, en el marco de la revisión del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC). Washington considera que el ingreso creciente de autos eléctricos chinos, ensamblados a precios muy por debajo del mercado, amenaza con desestabilizar la cadena de valor regional que sostiene al acuerdo trilateral.
El Gobierno de México justifica la medida en el terreno de la defensa comercial, argumentando que los vehículos provenientes de Asia están siendo vendidos por debajo de los precios de referencia, lo cual constituye una práctica desleal.
El arancel del 50 por ciento es el máximo permitido por la Organización Mundial de Comercio (OMC) y colocaría a México como uno de los países más restrictivos frente a las importaciones automotrices chinas.
No obstante, la propuesta aún debe pasar por el Congreso de la Unión, donde se espera un intenso debate entre los defensores de la industria nacional y quienes advierten que un aumento de esta magnitud podría repercutir en la inflación y en el bolsillo de los consumidores.
Aunque el partido en el poder cuenta con mayoría, especialistas prevén que habrá presiones de distintos sectores empresariales antes de que se concrete la votación.
De aprobarse, los nuevos aranceles modificarían de manera sustancial el mercado automotriz en México, elevando los precios de las marcas asiáticas y obligando a las armadoras a replantear sus estrategias de inversión y distribución.
Para el gobierno, se trata de una medida necesaria para proteger a la industria nacional; para los críticos, una apuesta arriesgada que podría tener costos económicos y políticos de gran alcance.
MUNDO
TMEC enfrenta nubarrones económicos: riesgo de estanflación en la región

– Por Redacción Conciencia Pública
La economía de los países del TMEC —Estados Unidos, México y Canadá— atraviesa un escenario de creciente incertidumbre marcado por la desaceleración del crecimiento y las presiones inflacionarias.
Aunque ninguno de los tres socios comerciales ha entrado oficialmente en un proceso de estanflación, los riesgos de caer en este fenómeno se han intensificado en los últimos meses debido a las tensiones comerciales, las tarifas arancelarias y el enfriamiento de la actividad productiva.
En el caso de Estados Unidos, analistas y organismos internacionales han señalado la presencia de un entorno conocido como “stagflation-lite”: una versión leve de estanflación caracterizada por inflación persistente y crecimiento económico débil.
Las tarifas impuestas a México, Canadá y otros socios han encarecido bienes y servicios, lo que eleva los precios al tiempo que limita la competitividad. La Reserva Federal ha reconocido la complejidad del momento, pero evita hablar de una estanflación plena como la de los años setenta.
Canadá enfrenta también un panorama complicado. Su crecimiento económico se ha frenado y diversos sectores productivos anticipan pérdidas importantes debido a los aranceles de Washington. Medidas de emergencia como el programa “Buy Canada” buscan proteger empleos y mitigar el impacto en la industria automotriz y energética, aunque las proyecciones apuntan a la posible pérdida de decenas de miles de empleos si las tensiones comerciales se prolongan. La inflación no ha escalado con la misma fuerza que en Estados Unidos, pero el riesgo de estanflación no se descarta.
México, por su parte, lidia con un crecimiento prácticamente nulo, con estimaciones de apenas 0.4 % del PIB en 2025, lo que coloca al país al borde de la recesión. A diferencia de sus socios, la inflación mexicana se ha mantenido moderada, en torno al 3.5 % anual, dentro del rango objetivo del Banco de México.
No obstante, la combinación de bajo dinamismo económico y presiones externas genera preocupación. El banco central ha optado por recortar tasas de interés en un intento de estimular la economía sin perder el control inflacionario.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y otros organismos han advertido que la política de tarifas en Estados Unidos está generando un “shock de oferta” que afecta no solo al propio mercado estadounidense, sino también a Canadá y México.
El encarecimiento de insumos y bienes intermedios repercute en las cadenas de suministro de la región, golpeando la inversión y elevando los costos para las empresas y consumidores.
En conjunto, el TMEC enfrenta un escenario de alto riesgo: crecimiento bajo, tensiones comerciales y presiones inflacionarias que ponen en entredicho la estabilidad económica regional.
Aunque la estanflación no se ha instalado de manera formal, la combinación de factores actuales mantiene a los tres países al filo de este fenómeno, lo que obliga a sus gobiernos y bancos centrales a buscar estrategias coordinadas que eviten repetir una crisis como la de los años setenta.
👉 Este cuadro ayuda a visualizar rápido que ninguno de los tres socios está formalmente en estanflación, pero todos enfrentan presiones distintas: EE. UU. por inflación, México por bajo crecimiento y Canadá por el impacto de las tarifas arancelarias impuestas por Donald Trump: