NACIONALES
Cómo vamos

Opinión, por Luis Manuel Robles Naya //
En el primer trimestre de este año, los números de nuestra economía no han sido buenos. En el mes de abril se perdieron 47,442 empleos formales inscritos en el Seguro Social y eso es consecuencia de la desaceleración que es casi estancamiento.
En este periodo solo se registró un crecimiento marginal de 0.2%, que es una cifra que queremos creer, aunque hay análisis que lo discuten.
La generación de empleos es lo que nos da una idea del crecimiento y entre enero y abril, se crearon solo 179,289 empleos, lo que no alcanza para compensar los 495,259 que se perdieron en diciembre. Esto es consecuencia directa de la retracción de la inversión, que es la que genera el empleo, y sin inversión no hay crecimiento.
El gobierno de la república sabe que la inversión es necesaria y por ello impulsa el Plan México, lo que se aplaude, pues es el primer esfuerzo programático serio que se ha visto en el gobierno morenista, así como el Plan Nacional de Desarrollo recientemente presentado.
No obstante, los buenos deseos comprendidos en dicho plan, la realidad se impone en el presente y el futuro inmediato no se ve claro. Se ha planteado en ese plan, que México debe diversificar más sus exportaciones, sustituir importaciones con productos nacionales, sin embargo, durante muchos años se construyeron redes de proveeduría con los EUA y es muy costoso y largo el proceso de crear nuevas redes y mercados que suplan o minimicen la codependencia.
Por otro lado, cumplir las metas fijadas en el Plan México requiere de grandes inversiones que el gobierno mexicano no está en condiciones de hacer, mientras que la inversión privada se muestra recelosa y la confianza del mundo empresarial disminuye cada día. Cierto que la incertidumbre provocada por los aranceles anunciados por el Presidente Trump contribuye a la desconfianza empresarial, pero es evidente que las condiciones nacionales influyen más. No basta que en las conferencias matutinas se llame a la confianza, si por otro lado se promueven leyes que favorecen a las empresas del Estado, que hacen injusta la competencia.
La debilidad de nuestra economía no cederá con la centralización de facultades en el Poder Ejecutivo. El peligro inmediato de una recesión o un estancamiento largo en el proceso de crecimiento económico no proviene de los aranceles sino de las propias condiciones internas.
La baja en la creación de empleos no deriva de la amenaza de los aranceles, sino del exiguo crecimiento, o la falta de él que se viene arrastrando desde la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México y de la desacertada atención a los efectos de la pandemia.
Lo que ha venido a sostener la precaria estabilidad económica es el consumo interno el cual se encuentra fortalecido por la inyección de efectivo a través de los programas sociales y el flujo de las remesas. Hay que reconocer que los incrementos al salario están contribuyendo también. El salario medio de cotización aumentó 7.6% fortaleciendo la masa salarial, lo que favorece al mercado interno, haciendo menos perceptible en el día a día, la desaceleración económica. No obstante, el consumo interno muestra señales preocupantes pues en el mes de marzo disminuyó 0.2% respecto al mes anterior y la tendencia a la baja es clara y preocupante.
Más allá de las preferencias políticas o simpatías o antipatías con el régimen actual, está el deseo de que las cosas vayan mejor; nada es más deseable que eso, pues en ello va el presente y el futuro de nuestro país, pero no encuentro muchas razones para el optimismo, al menos en el corto plazo.
El gobierno pone las esperanzas en el Plan México sin tomar en consideración que nulifica las intenciones con las acciones. Anuncia confianza y certidumbre para la inversión, pero no asegura un estado de derecho sólido, con instituciones confiables, tampoco puede garantizar seguridad mientras persista la extorsión, el cobro de piso, el impuesto de la delincuencia y tampoco puede asegurar que existirá la energía eléctrica necesaria ni que el agua estará disponible en los polos naturales de comercio fronterizo o que invertirá más en mejorar la infraestructura de comunicaciones para los nuevos tiempos.
Es mucho lo que se tiene que limpiar y mejorar si aspiramos a reducir la dependencia comercial y fortalecer la planta productiva. Tal vez si el gobierno se concentrara en eso y no en generar las condiciones para perpetuarse en el poder fuéramos más optimistas, pero aún en ese aspecto no se percibe solidez ni certidumbre en la política interna del partido gobernante, mientras la señora presidente busca sostener la pureza de su movimiento en un partido repleto ya de oportunistas y mercenarios de la política. Las cifras están claras y las señales y las acciones difusas, sin manera de documentar el optimismo.
NACIONALES
México en la encrucijada: Innovación como ruta al poderío económico

Actualidad, por Alberto Gómez R. //
El pronóstico de la OCDE para 2025 golpea como un cubetazo de agua fría: apenas un 0.4% de crecimiento. Cifras abstractas que esconden rostros concretos: el empresario que pospone inversiones, la ingeniera que busca oportunidades en el extranjero, la startup que lucha por financiamiento.
Pero en este paisaje complejo, brotan historias esperanzadoras: desde Querétaro, donde jóvenes diseñan prótesis robóticas con impresión 3D, hasta Yucatán, donde campesinos optimizan cosechas con sensores IoT (Internet of Things). México respira contradicciones. Su futuro dependerá de una apuesta audaz: convertir la innovación en el corazón palpitante de su economía.
LA PARADOJA MEXICANA: DEBILIDADES QUE ESCONDEN POTENCIAL
La dependencia comercial con Estados Unidos es un arma de doble filo. Cuando el vecino del norte estornuda, México se resfría. Los aranceles amenazantes sobre autopartes y acero mantienen en vilo a industrias enteras. A esto se suman viejos fantasmas: carreteras que se desvanecen al sur del país, un sistema fiscal que sangra con déficits del 4.9% del PIB que, aunque trata de corregirse, aún falta mucho por hacer.
Pero justo cuando el panorama parece desolador, asoma la resiliencia mexicana. Hay un pulso vital en el consumo interno que no se apaga. Mercados locales reinventándose, pymes que digitalizan sus ventas contra viento y marea. Y esa fuerza joven, vibrante, que llena universidades y talleres: más del 60% de la población tiene menos de 35 años, son manos y mentes ávidas de transformar realidades.
El nearshoring no es solo una palabra de moda. Son camiones cargados de componentes electrónicos rumbo a Nuevo León, inversiones coreanas en Sonora, clusters automotrices que tejen redes inteligentes. México está en el mapa global como nunca. ¿Podrá convertir esta oportunidad en destino?
EDUCACIÓN: EL CAMPO DE BATALLA SILENCIADO
En el corazón de esta encrucijada hay una tragedia silenciosa. Mientras el gobierno anuncia el «Plan México» para ser potencia económica, recorta el presupuesto educativo al nivel más bajo en dos décadas. Las cifras duelen: 3.2% del PIB destinado a educación -cuando debería ser el doble- por debajo de la recomendación internacional de destinar al menos entre el 4% y 6% (BID 2022). Los resultados saltan a la vista en las pruebas PISA: jóvenes mexicanos quedan rezagados en ciencia, matemáticas, pensamiento crítico.
Pero el verdadero drama ocurre tras los muros universitarios. En una universidad tecnológica del centro del país, los laboratorios parecen cápsulas del tiempo: equipos obsoletos, software de hace diez años. El rector, un político con más lealtades partidistas que visión pedagógica, desvía recursos a proyectos cosméticos. Mientras tanto, profesores brillantes abandonan las aulas frustrados.
«Necesitamos directores que huelan el futuro, no calculadores de votos», comenta la Dra. Laura Méndez, experta en innovación educativa. Recuerda el caso de una universidad en Jalisco que rompió el molde: nombró rectora a una ingeniera con experiencia en Silicon Valley. En dos años transformaron los planes de estudio, crearon laboratorios de realidad virtual, y hoy el 90% de sus egresados trabaja en empresas de alta tecnología.
La receta no es secreta: Rectores con historial en innovación, no en campañas políticas, aulas donde se desarmen drones antes que memorizar teorías, estudiantes resolviendo problemas reales de comunidades.
LA TRÍADA TRANSFORMADORA: ACADEMIA, INDUSTRIA Y GOBIERNO
En Monterrey late un ejemplo esperanzador. La alianza entre el Tec de Monterrey, FEMSA y el gobierno estatal creó el distritotec: un ecosistema donde investigadores, emprendedores y empresas conviven en simbiosis. Allí nació una startup que desarrolla bioplásticos con residuos agrícolas. «Sin esa colaboración, nuestro proyecto sería solo un PowerPoint», confiesa su fundadora, Ana Karen Ramírez.
Pero estas historias son escasas islas en un mar de desconexión. Muchas universidades siguen produciendo profesionales para empleos que ya no existen o dejarán de existir en los próximos 5 años. Las empresas reclaman talento que no encuentran. El gobierno lanza programas burocráticos que nadie utiliza.
El modelo está roto. Urge tejer redes reales:
Academia formando en habilidades del siglo XXI: pensamiento crítico, inteligencia emocional, resolución de problemas complejos.
Industria invirtiendo en I+D como apuesta estratégica, no como gasto.
Gobierno facilitando, no entorpeciendo; con políticas claras y estabilidad jurídica.
La historia de éxito de Medtech en Guadalajara lo demuestra: cuando hospitales, universidades y fabricantes de dispositivos médicos alinearon sus esfuerzos, crearon un cluster que hoy exporta tecnología sanitaria a 15 países.
En Oaxaca, comunidades mixtecas instalaron microredes solares que hoy les dan energía limpia y soberanía energética. «Antes pagábamos la luz más cara de México, hoy vendemos excedentes», explica doña Rufina, líder comunitaria. Proyectos así podrían replicarse nacionalmente si existieran políticas agresivas de transición energética.
El campo mexicano es otra frontera inexplorada. En Sinaloa, sensores IoT monitorean cultivos en tiempo real. «Recibo alertas en el celular cuando las plantas tienen sed o enfermedad», cuenta don Ramón mientras muestra su aplicación. Tecnología simple que quintuplicó su productividad.
Y están los 30 millones de mexicanos aún desconectados. Llevarles internet significaría incorporar su creatividad al ecosistema innovador. Como prueba, existen diversos proyectos de innovación en Chiapas y otros estados del Sur de México, por ejemplo, niñas indígenas desarrollando apps para preservar sus lenguas originarias.
EL CAMINO HACIA LA GRANDEZA
México no necesita milagros. Necesita voluntad política y coherencia. Frente a esto, hay decisiones urgentes:
Rescatar la educación técnica: Que las universidades tecnológicas sean dirigidas por pedagogos, no por operadores políticos
Financiamiento inteligente: Premiar a empresas que inviertan en innovación real con beneficios fiscales sustanciales
Estabilidad jurídica: Garantizar reglas claras más allá de los ciclos electorales
LA SEMILLA YA ESTÁ PLANTADA
En un laboratorio de la UNAM, un equipo multidisciplinario desarrolla nano robots que administran medicamentos en células cancerígenas. En un garaje de Tijuana, tres amigos construyen vehículos eléctricos para transporte urbano. En un ejido de Michoacán, jóvenes agro tecnólogos crean biofertilizantes que regeneran suelos.
Estas semillas de futuro ya germinan en suelo mexicano. Regarlas exige romper inercias: dejar de ver la educación como botín político, la innovación como gasto suntuario, el conocimiento como mercancía exportable.
El 2025 puede ser el parteaguas. El año en que México decidió dejar de mirarse en el espejo de sus limitaciones para proyectarse en el lienzo de sus potencialidades. Como escribió Octavio Paz: «La crítica de la pirámide no derriba la pirámide; pero puede impedir que sigamos siendo sus prisioneros». La pirámide del subdesarrollo se desmorona con libros, microchips y sobre todo, con la audacia de reinventarse.
NACIONALES
Aprueba el Senado de México la CURP con datos biométricos: ¿Cómo funcionará?

Por Redacción Conciencia Pública //
El Senado de México aprobó la creación de la Clave Única de Registro de Población (CURP) biométrica como parte de una ley para eliminar trámites burocráticos y modernizar los servicios públicos.
Esta nueva versión incluirá datos biométricos como huellas digitales, escaneo de iris, firma y fotografía, y se utilizará para facilitar gestiones digitales a través de la plataforma de trámites “Llave MX”.
Con esta reforma, todos los trámites ante autoridades federales, estatales, municipales y organismos autónomos deberán realizarse mediante la plataforma digital usando la CURP biométrica.
El gobierno asegura que esto reducirá la corrupción y agilizará los procesos, aunque los partidos de oposición cuestionan la viabilidad técnica del proyecto ideado por la autoirdad federal, emanada de Morena y la 4T.
La CURP biométrica también se empleará para integrar a los ciudadanos al Sistema Nacional de Salud y apoyar en la búsqueda de personas desaparecidas. La Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones sería la encargada de operar esta identificación digital, mientras que el Registro Nacional de Población (RENAPO) quedará alojado en una plataforma única de identidad.
¿Qué es Llave Mx?
La idea de una identidad digital puede sonar compleja, pero en esencia Llave MX funcionará como un perfil digital único para realizar trámites ante el gobierno sin tener que acudir presencialmente. Algo así como un expediente virtual con tu CURP, datos personales y accesos a servicios en línea.
Con esta llave se podrá, por ejemplo, solicitar una beca, corregir un acta de nacimiento o incluso registrarse para ciertos procesos legales. La meta: eliminar papeleo innecesario, filas eternas y múltiples cuentas para diferentes dependencias.
NACIONALES
Alfonso Romo y las acusaciones del Departamento del Tesoro

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
En medio de la polarización política que atraviesa México y la creciente tensión en las relaciones con Estados Unidos, las acusaciones del Departamento del Tesoro de ese país contra tres instituciones financieras mexicanas —Vector Casa de Bolsa, CIBanco e Intercam— por presunto lavado de dinero vinculado a cárteles del narcotráfico deben tomarse con cautela.
Estas acusaciones, que han generado un fuerte impacto en la opinión pública, señalan particularmente a Vector Casa de Bolsa, asociada al empresario regiomontano Alfonso Romo, exjefe de la Oficina de la Presidencia durante la primera mitad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Las acusaciones y su trasfondo político
El Departamento del Tesoro, a través de su Unidad de Inteligencia Financiera (FinCEN), acusa a Vector de facilitar operaciones de lavado de dinero para el Cártel de Sinaloa y el Cártel del Golfo entre 2013 y 2021. Según las autoridades estadounidenses, una «mula financiera» habría lavado 2 millones de dólares para el Cártel de Sinaloa, y se habrían realizado pagos por más de 1 millón de dólares a empresas chinas proveedoras de precursores químicos para la producción de fentanilo entre 2018 y 2023.
Por su parte, CIBanco e Intercam son señalados por supuestos vínculos con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), incluyendo reuniones entre ejecutivos de Intercam y presuntos miembros de esta organización criminal.
Sin embargo, las acusaciones carecen de claridad y evidencia pública contundente, lo que sugiere un trasfondo político. Alfonso Romo, quien fungió como enlace entre el gobierno de AMLO y el sector empresarial, abandonó la administración en 2020 debido a diferencias ideológicas.
Este contexto alimenta la percepción de que las acusaciones podrían estar motivadas por intereses políticos, especialmente en el marco de la política antidrogas de la administración de Donald Trump, que ha clasificado a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas.
La respuesta del gobierno mexicano
El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), reaccionó con prontitud, exigiendo al Departamento del Tesoro pruebas concretas de las acusaciones. Hasta el momento de redacción de este artículo, no se ha hecho pública ninguna evidencia sólida.
La SHCP argumenta que las transacciones señaladas forman parte del comercio bilateral con China, que asciende a 139 mil millones de dólares anuales, y que las irregularidades detectadas son de carácter administrativo, no delictivo.
Por su parte, Vector Casa de Bolsa ha negado categóricamente las acusaciones, destacando sus 50 años de trayectoria y su cumplimiento con los estándares normativos. La institución asegura que las operaciones cuestionadas son legítimas y están respaldadas por el Instituto para el Depósito de Valores (Indeval). Cabe destacar que Alfonso Romo no ha sido imputado directamente, pero su cercanía con AMLO amplifica el impacto político de estas acusaciones.
Politización y presión internacional
No es la primera vez que el gobierno mexicano enfrenta señalamientos de este tipo. En el pasado, la DEA ha insinuado vínculos entre narcotraficantes y la campaña presidencial de AMLO en 2006, acusaciones que nunca prosperaron por falta de pruebas. En el contexto actual, la narrativa de la administración Trump parece buscar presionar al sistema financiero mexicano para que asuma mayores responsabilidades en la lucha contra el lavado de dinero.
Esta estrategia se ve reforzada por la percepción en algunos sectores de México de que Trump representa una alternativa frente a la hegemonía de Morena, en un escenario donde la oposición carece de peso político significativo.
Implicaciones y desafíos
El caso pone de manifiesto los desafíos del sistema financiero mexicano para blindarse contra el lavado de dinero. La sociedad civil demanda mayor transparencia y colaboración internacional para investigar posibles nexos entre políticos, empresarios y el crimen organizado, siguiendo la pista del dinero.
Sin embargo, para desentrañar esta compleja red, es indispensable que tanto el gobierno estadounidense como el mexicano actúen con claridad. La FinCEN debe presentar pruebas sólidas, mientras que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) deben realizar investigaciones exhaustivas para esclarecer los señalamientos.
Conclusión
Las acusaciones contra Vector, CIBanco e Intercam, y la mención de Alfonso Romo, han avivado el debate público en un entorno de polarización y tensiones diplomáticas. Sin pruebas concretas, estas acusaciones corren el riesgo de percibirse como un instrumento político más que como un esfuerzo genuino por combatir el crimen organizado.
México y Estados Unidos enfrentan el reto conjunto de fortalecer la cooperación en materia de inteligencia financiera, pero esta debe basarse en hechos verificables y no en especulaciones que alimenten la desconfianza. Mientras no se presenten pruebas contundentes, el caso seguirá siendo un capítulo más en los complejos juegos del poder.
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