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CULTURA

A McAllen…adiós calles de ladrillo amarillo

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Por Fernando Zúñiga //

Eduardo forjó un Join (Pelo de Ángel). No usaba maquinita, los forjaba a mano de forma pausada, detallista, le gustaba que quedaran como “de fábrica”. Me gustaba verlo en el ritual de separar las colitas, limpiar los coquitos sobre la portada de un disco de yes, enrollar la yerba en la sabanita de papel de arroz y repasar con la lengua el cigarro ya formado y pasármelo para prender. Consumíamos hasta el último mm sin necesidad del matabachas.

Escuchábamos close to the edge (https://www.youtube.com/watch?v=BcDU-vilgic). Afuera, en la noche, llovía. A la distancia el Cerro de la Silla se iluminaba de vez en cuando por algún relámpago.

Bebíamos Bohemia.

en vacaciones de Navidad aproveché para lanzarme hasta San Francisco. Viajé pegado a la frontera por el lado gringo, el raid resultaba más fácil…

pasé por Phoenix y la visité. Su mamá se había vuelto a casar y ahora vivían allí desde hacía 1 año…

estuve 2 días con su familia antes de seguir mi viaje…

de regreso, otra vez en Phoenix, me pidió que la trajera conmigo. Quería vivir en México…su infancia y adolescencia habían sido muy felices allí…

viajamos de aventón hasta Laredo y de allí en bus hasta Monterrey. Llegué justo para iniciar el semestre en el Tec. Septiembre 1973.

mis compañeros de depa aceptaron que viviera conmigo. Rentábamos una casa de 3 recámaras entre 6 estudiantes. Ese nuevo semestre Miguel de SLP no regresaría por enfermedad; hepatitis.

a veces me acompañaba al campus y me esperaba en la biblioteca, le gustaba leer, íbamos de compras para la despensa de la semana y al cine cuando alcanzaba el dinero de mi beca…algún domingo, cuando la chica que nos daba servicio descansaba, cocinaba para los 6…

me dio la noticia de su embarazo…me impactó la noticia…yo daba por seguro que se cuidaba…nunca hablamos al respecto…acepté la responsabilidad de cuidar de ella y del futuro bebé…sentía una alegría serena, optimista…

Sharon tenía 18 y yo 22 años. Empezaba mis estudios de Maestría becado por una institución de gobierno.

me empecé a ausentar aún más de mi novia Ana Laura. Ella había resentido la presencia de Sharon y cierto alejamiento de mi parte…la frecuencia de nuestras citas…

Sharon y yo nos conocimos desde niños, éramos vecinos de la colonia. Su papá trabajaba para una empresa transnacional…

sus papás se divorciaron y ella y su mamá se fueron a vivir a McAllen…

algunos fines de semana la visitaba junto con Jorge, un amigo de ambos…

desde niña a Sharon le atraía Jorge y a mí un amor platónico de adolescencia por su prima Susan que la visitaba desde Houston en vacaciones de Semana Santa, Navidad y los veranos…

su regreso a Monterrey era, en buena parte, reencontrar a Jorge…pero éste se había ido a estudiar a Londres desde hacía un par de años…

ambos decidimos continuar con el embarazo, leíamos libros sobre cuidados de ella y del bebé…

visitamos a sus antiguos amigos que vivían en McAllen…una boda estilo de los 70´s…cannabis, cerveza, cama de agua, Janis, Hendrix, Santana, The Who, Pink Floyd, velas…velas…velas…nos regalaron un par de anillos…

escogimos GOOD BYE YELLOW BRICK ROAD (https://www.youtube.com/watch?v=tdFSheB1BJ4) como nuestra canción de Luna de Miel…

Sharon decidió viajar a Las Vegas a visitar a su papá…

un par de semanas después recibí una llamada de ella…

sobre Monterrey caía un diluvio, rayos, truenos, interferencia en la señal, con mucho ruido en la línea…”tuve necesidad de abortar”…un llanto apagado, lejano, se confundía con el ruido de la línea telefónica…

Eduardo me confesó que esa noche el había fumado mucha marihuana, más de lo acostumbrado y bebido algunas cervezas…no le quedó claro la causa del aborto…o quizá su mente (o su corazón) no lo registró.

Tiempo después encontró una carta breve en su apartado postal: Sharon había decidido ingresar al Ejército como enfermera voluntaria para Vietnam.

me enteré que Ana Laura se iba a casar…obligada por su papá…la desheredaron…salió de su casa…solo se llevó un canario blanco y la jaula que yo mismo había pintado en color rosa como regalo de cumpleaños…

La Semana de Pascua de ese año asistió a la boda de Ana Laura…lucía igual de hermosa, como el primer día que la conoció en el centro de Monterrey un frio mes de enero. Se retiró de la Iglesia sin saludarla.

Hasta la fecha del relato, después de 40 años continúa su amistad. Ambos casados y con hijos. Ana Laura vive en Monterrey y Eduardo en Guadalajara.

FZG Guadalajara VII/2016

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