JALISCO
Crisis de basura en Guadalajara: La ciudad de los desechos, entre la condena y la responsabilidad

A título personal, por Armando Morquecho Camacho //
En 79 d.C., cuando el Vesubio enterró Pompeya bajo un manto de cenizas, las calles quedaron petrificadas en el tiempo con todo y sus basuras. Entre ánforas rotas y restos de comida, los arqueólogos encontraron no solo indicios de la vida doméstica, sino también pruebas de que la basura es un lenguaje silencioso que revela la dignidad –o la miseria– de una civilización. Una ciudad que no puede manejar sus residuos termina por convertirse en su propio monumento fúnebre.
Hoy, Guadalajara es testigo de una tragedia menos súbita, pero igualmente reveladora: una crisis de basura que no sólo huele, sino que exhibe las grietas de nuestra convivencia social y de nuestras instituciones.
Durante décadas, la recolección de residuos se delegó a un concesionario privado que prometía eficiencia, modernidad y cobertura total. Con el tiempo, esa promesa se volvió una caricatura: camiones descompuestos, rutas incompletas y montañas de bolsas negras creciendo en esquinas que se convirtieron en muladares improvisados. El colapso del vertedero de Matatlán fue apenas el aviso más evidente de un sistema que llevaba años desmoronándose. Y, sin embargo, la respuesta institucional tardó tanto que llegó un momento en que el problema dejó de ser una anécdota de servicios públicos y se transformó en un riesgo sanitario.
Es verdad que se está intentando recomponer el desastre. La creación del nuevo sistema municipal de recolección y la compra de camiones propios representan un paso importante hacia la autonomía operativa.
Pero la reconstrucción va mucho más allá de la maquinaria: implica restaurar la confianza de los ciudadanos en que pagar su predial, su impuesto de limpia y sus contribuciones significa algo más que financiar burocracias. Porque cuando la basura no se recoge con regularidad, no es raro que la gente la arroje donde puede: baldíos, camellones o cualquier esquina anónima.
La indignación moral que esto provoca es comprensible, pero a veces roza la hipocresía. Es sencillo señalar con el dedo al que, llevado por la desesperación o la precariedad, tira una bolsa en la vía pública. Es más difícil reconocer que un ciudadano que no encuentra un servicio confiable a menudo termina atrapado en un dilema miserable: acumular basura en su casa o dejarla donde estorba menos.
Hace unas semanas, en medio de este panorama, circuló un video donde la presidenta municipal aparecía exhibiendo a un pepenador que descargaba residuos en un terreno baldío. El tono era de denuncia y escarnio. La imagen se viralizó porque concentraba en unos segundos la narrativa más cómoda: la culpa es de los incivilizados, de los sucios, de los otros.
Pero ese gesto –tan cuidadosamente grabado y difundido– omitía una verdad que no cabe en una grabación de treinta segundos: la basura no es responsabilidad exclusiva de quien la tira. También es responsabilidad de quien, desde el gobierno, ha permitido que la recolección colapse y que la infraestructura de disposición final sea insuficiente. Si hay pepenadores que arrojan bolsas en predios, es porque el sistema entero ha normalizado la improvisación.
El problema de fondo es más profundo que una anécdota mediática. La basura es un síntoma que exhibe la incapacidad de planear a largo plazo y de asumir colectivamente la idea de ciudad. En Guadalajara hemos sido expertos en aplazar soluciones, creyendo que la privatización absoluta resolvería lo que en realidad exigía vigilancia, inversión constante y corresponsabilidad social.
Con los tiraderos clandestinos creciendo como hongos después de la lluvia, con vertederos que llegan a su límite y con colonias enteras que pasaron semanas sin servicio, es inevitable preguntarse: ¿por qué permitimos que esto ocurriera? ¿Por qué la discusión pública se reduce a exhibir a los más vulnerables, en lugar de asumir la responsabilidad compartida que implica gobernar una metrópoli de millones de habitantes?
Desde luego que hay ciudadanos que actúan con irresponsabilidad. Nadie puede negar que arrojar basura a la calle es un acto que daña a todos. Pero también es cierto que hay contextos que fomentan la degradación. Un sistema de recolección estable y confiable disminuye la tentación de convertir cualquier esquina en basurero. Una política de educación ambiental consistente reduce la indiferencia. Un gobierno que no se desentiende de su obligación de supervisar concesionarios evita la acumulación crónica de residuos. Y una autoridad que entiende su papel institucional no necesita convertir a un pepenador en chivo expiatorio para distraer de su propia omisión.
La reconstrucción del servicio es una oportunidad para repensar la relación entre la ciudadanía y el municipio. No podemos aspirar a una ciudad limpia si seguimos esperando que sólo el otro se haga cargo: el vecino, el empleado de limpia, el reciclador informal. Tampoco podemos tolerar que los gobiernos utilicen la vergüenza pública como estrategia de legitimación. La dignidad de la ciudad se defiende con acciones, no con videos que criminalizan la pobreza.
Una ciudad se define tanto por su capacidad de producir como por su capacidad de recoger lo que ya no sirve. Si fallamos en lo segundo, todo nuestro discurso sobre modernidad, progreso y calidad de vida se queda en retórica hueca. La basura revela si somos capaces de cooperar o si preferimos vivir en compartimentos estancos, donde cada quien se lava las manos mientras la podredumbre crece en la banqueta.
Es tiempo de entender que la limpieza urbana no es solo un asunto estético. Tiene implicaciones sanitarias, ambientales y éticas. Cada bolsa de basura olvidada en la calle es un recordatorio de nuestra interdependencia. Nadie se salva de los insectos, los malos olores o la contaminación visual. Y nadie puede declararse inocente cuando la ciudad entera se convierte en un basurero al aire libre.
Por ello, sería importante que, en lugar de repetir la vieja estrategia de encontrar culpables individuales, podamos inaugurar una nueva etapa en la que se hable de corresponsabilidad. El Ayuntamiento tiene que garantizar un servicio de recolección eficaz, transparente y continuo. Pero también tiene que convocar a la ciudadanía a asumir su parte.
El reciclaje, la separación de residuos y el respeto a los horarios de recolección son hábitos que requieren voluntad política para ser promovidos. Y esa voluntad no se demuestra con desplantes mediáticos, sino con políticas públicas sostenidas.
La memoria de Pompeya nos recuerda que las ciudades pueden ser sepultadas por lo que no quieren ver: cenizas, escombros, desechos. Guadalajara aún está a tiempo de evitar que su basura se convierta en el testimonio arqueológico de su fracaso colectivo. Pero ese futuro dependerá de nuestra capacidad de dejar atrás la búsqueda de culpables fáciles y de asumir la responsabilidad común de mantener limpia no sólo la calle, sino también la conciencia cívica.
Al final del día, la basura que generamos es el espejo de lo que somos. Si no queremos contemplar un reflejo de desidia y cinismo, más nos vale empezar a recoger, cada quien, desde su trinchera, todo lo que durante años dejamos abandonado. Porque una ciudad limpia no es la que se barre todos los días: es la que no necesita ser barrida con excusas.
JALISCO
Carlos Eduardo, el primer latido del nuevo Hospital de Tonalá

– Por Francisco Junco
Una nueva vida marcó el inicio de una historia distinta para el Hospital de Tonalá.
A las 9:51 de la mañana de este lunes, el llanto de un recién nacido llenó de alegría las modernas instalaciones del Hospital Rafael González González, en el corazón del municipio.
Carlos Eduardo Zaragoza Rubalcaba se convirtió en el primer bebé en nacer en este espacio, inaugurando no sólo un quirófano, sino una etapa de esperanza para toda la comunidad.
Su madre, Martha Judith Rubalcaba Palacios, de apenas 23 años y originaria de Rancho de la Cruz, llegó al hospital poco antes de las nueve.
Una hora después, rodeada de médicos y enfermeras que la acompañaron con paciencia y ternura, trajo al mundo a su pequeño, quien pesó 2 kilos 360 gramos y midió 43 centímetros.
El padre, Carlos Eduardo Zaragoza Mendoza, de 33 años, observó con emoción cómo su primogénito se convertía también en símbolo de un nuevo comienzo para el Hospital Tonalá.
Este primer nacimiento representa más que un acontecimiento médico: es una señal de vida en un municipio que durante años esperó contar con un hospital propio, cercano y humano.
Y es que apenas el 7 de octubre, el alcalde Sergio Chávez Dávalos anunciaba la puesta en marcha del “Hospitalito Tonalá”, una obra construida con 250 millones de pesos de inversión municipal, sin recurrir a créditos ni apoyos externos.
Hoy, unos días después, su propósito se cumple con la llegada de un niño que ya forma parte de la historia local.
Con el nacimiento de Carlos Eduardo, Tonalá celebra mucho más que la apertura de un hospital: celebra la vida, la esperanza y la certeza de que los sueños colectivos pueden volverse realidad.
En el corazón del municipio, un bebé duerme tranquilo, sin saber que con su primer respiro también comenzó una nueva etapa para su pueblo.
JALISCO
Prepara Guadalajara celebración por el Día de los Muertos

– Por Mario Ávila
Con el objetivo de conservar las tradiciones por el Día de Muertos, el Gobierno de Guadalajara dio a conocer las actividades culturales, turísticas y deportivas que se realizarán a partir del próximo fin de semana.
A excepción del costo que tendrán los recorridos guiados en el Museo Panteón de Belén y de la cooperación con causa para la sexta etapa del serial de carreras, todas las demás actividades serán gratuitas.
La coordinadora general de Construcción de Comunidad en el Gobierno Municipal de Guadalajara, Crystal Zavala López, explicó que la programación de eventos busca que las y los tapatíos se apropien del espacio público.
“Que también sea este pretexto perfecto para seguir tejiendo redes en la comunidad, que sean el pretexto idóneo de seguir conociéndonos unas a otros, seguir conviviendo y que la comunidad tapatía se enriquezca”, expuso.
Por primera vez, se proyectará un videomapping sobre las tumbas históricas del Panteón de Mezquitán, además de que el 25 de octubre será el desfile por el Día de Muertos, de las 18:00 a las 20:00 horas.
El contingente partirá del cruce de Hidalgo y Chapultepec rumbo a Plaza Guadalajara, por lo que habrá restricciones viales en la primera avenida.
El domingo 26 de octubre, se llevará a cabo la sexta etapa del serial de carreras, que partirá de la Unidad Deportiva Rubén Darío a las 6:30 horas. Debido a esto, se prevén cortes a la circulación en avenidas como Providencia, Pablo Neruda y Rubén Darío.
La directora de Turismo, María Plascencia, informó que tienen previstos recorridos turísticos desde el 24 de octubre, principalmente por las tardes, además del desfile.
“Vamos a tener alrededor de 30 contingentes, esperamos alrededor de 2 mil personas en el contingente y llegando aquí, a Plaza Guadalajara, vamos a tener un pabellón con actividades, con pinta caritas, va a haber música”.
Otro recorrido es el de mascotas el lunes 27 de octubre, a las 18:00 horas, en el Centro Histórico, además de los tradicionales paseos por el Día de Muertos, acompañados por una estudiantina, a la Plaza Guadalajara, Presidencia Municipal, Museo Regional, Museo López Portillo y al Museo de las Artes Populares.
JALISCO
Acusa Lemus ser víctima de campaña de desprestigio desde la CDMX

– Por Mario Ávila
En respuesta a la columna de Raymundo Riva Palacio en la que asegura que el gobernador de Jalisco, Jesús Pablo Lemus Navarro, es investigado por el gobierno de Estados Unidos, por haber recibido dinero del Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), todo a través del falso líder sindical Nazario Ramírez, detenido la semana pasada, el mandatario jalisciense acusa que se trata de “una campaña de desprestigio desde la CDMX”.
«Mientras nosotros -dijo-, seguimos recorriendo Jalisco y el reconocimiento a nuestro trabajo sigue creciendo, hay gente muy preocupada en la CDMX que escribe calumnias contra nosotros; buscan desprestigiar nuestro trabajo con puras difamaciones, una guerra sucia absurda y sin sustento’, publicó en su cuenta de X.
“En Jalisco nos conocen desde hace varias décadas, saben que somos gente de trabajo, buena, honesta y que sabemos dar resultados”, planteó el gobernador de Jalisco.
Y pese a que el propio Lemus Navarro, en una entrevista con Carmen Aristegui, se deslindó del líder sindical, afirmando que había coincido con él solo en eventos públicos, pero que no tenía ninguna relación, el periodista Raymundo Riva Palacio, en su espacio de opinión llamado “Estrictamente personal”, aseguró que eso no es lo que piensa el gobierno de Estados Unidos.
Incluso planteó: “La relación con el dirigente sindical Ramírez, es una de las razones por las que lo están investigando por presuntos nexos con el Cártel Jalisco Nueva Generación».
«La aparición de Lemus en las investigaciones estadounidenses genera una mancha, cuando menos de sospecha –por ahora– sobre Movimiento Ciudadano, que se presenta como una alternativa electoral a Morena, PAN y PRI, distanciándose siempre de actos de corrupción y vínculos con el narcotráfico”, agregó en su columna.
Incluso Rivapalacio aseguró: “De acuerdo con las investigaciones en Estados Unidos, la relación entre Lemus y Ramírez se remonta a su periodo como presidente municipal de Guadalajara, cuando el gobernador de Jalisco era Enrique Alfaro”.
Y añadió: «Lemus, presuntamente, forma parte de una larga lista de 300 nombres de políticos, empresarios, artistas y deportistas que le proporcionó el gobierno estadounidense al mexicano, aunque no se encuentra en otra llamada lista más corta –de 12– contra los que desde Washington se ha pedido a México que inicien ya las investigaciones y los sometan a proceso en este país».
JALISCO
Tlaquepaque y Gobierno de Jalisco garantizan conectividad gratuita para fortalecer la inclusión digital

– Por Francisco Junco
El acceso a internet dejará de ser un privilegio para convertirse en un derecho en San Pedro Tlaquepaque. Con ese propósito, el Gobierno Municipal y la Agencia de Conectividad y Acceso a Internet (ACAI) del Gobierno de Jalisco firmaron un convenio para fortalecer la cobertura de Red Jalisco, que brinda conectividad gratuita en espacios públicos del municipio.
La alcaldesa Laura Imelda Pérez Segura destacó que este acuerdo representa un paso firme hacia la garantía de los derechos humanos de cuarta generación.
“El impacto del internet en la vida económica, social, cultural, laboral y política es muy palpable; hemos atestiguado revoluciones en diversos países que nacen justamente a partir de la conectividad”, expresó.
Pérez Segura subrayó que el internet es una herramienta básica para la educación y el acceso a la información, y que esta alianza con el Gobierno estatal da continuidad a un trabajo conjunto en beneficio de la comunidad.
En Tlaquepaque existen actualmente 616 puntos de conexión gratuita, distribuidos en escuelas, centros de salud, delegaciones, espacios culturales, turísticos y en la propia Presidencia Municipal.
Por su parte, Juan Pablo Fernández Ramos, director general de la ACAI, señaló que la conectividad debe entenderse como un derecho.
“Red Jalisco es un aliado para que la sociedad esté preparada; que la conectividad sea un derecho, no un privilegio, y que sea una herramienta de cambio y no solo de comunicación”, afirmó.
Fernández Ramos agregó que este convenio representa “un paso firme hacia el futuro digital” y una acción concreta para reducir la brecha tecnológica.
Con la renovación del acuerdo, se busca fortalecer la vinculación institucional, mejorar la atención de reportes y garantizar la continuidad del servicio para que más tlaquepaquenses puedan acceder libremente a internet.