MUNDO
¿Motivación o resignación? Death Clock, la IA y el negocio de la muerte
-Política Global, por Jorge López Portillo Basave
Antes que nada, he de decir que este título es como veo la idea de una app que fue lanzada al mercado hace un año por Brent Franson con el título “Death Clock”. Según el innovador, la idea es que ingresemos datos de nuestra forma de vida, hábitos, edad, etc. y con la ayuda de la inteligencia artificial se hace un cálculo de la hora y el día en el que dejaremos de estar por estos rumbos.
Según el creador, el saber lo que está mal puede ser de utilidad para motivarnos a cambiar y el nombre sirve para atraer usuarios buscando evitar caer en muertes prematuras o enfermedades crónicas prevenibles como la obesidad que muchos padecemos.
Naturalmente, algunos podemos decir que conocer una fecha puede afectar nuestra inteligencia emocional y predisponernos. Tal vez algún día me meta a esa app, pero no soy fan del nombre, ni de chiste. Pero otros piensan que esta app puede servir también para planear decisiones financieras y no solo de comida o de actividad física. Así, el análisis de los hábitos puede ayudar a saber cuánto debemos ahorrar para alcanzar metas a corto o largo plazo o si debemos cambiarlos.
La app que se lanzó en julio del 2024 tenía una IA con datos de 50 millones de personas con los que basaba su necrófila predicción. En cuestión de días alcanzó 140 mil usuarios y a un año tiene 60 millones de usuarios, con un 64% de hombres que, como sabemos, tenemos menos expectativa de vida que las mujeres.
Para recordar lo que se supone que viven en años los seres humanos por región, debemos recordar que hace 80 años la expectativa era mucho menor que la que hoy tenemos. En el mundo, la expectativa de vida va desde los 81 hasta los 57 años, tomando en cuenta las regiones con promedios más altos, como Europa en contra de las regiones con los promedios más bajos, como África.
Vemos como Mónaco, San Marino y Hong Kong tienen expectativas por arriba de 85 años de promedio y, en general, Europa, Japón y Corea del Sur por arriba de los 80. Del otro lado, los peores son todos en África, con 62 máximos y un promedio de 57.
En México estamos en los 75 y en Estados Unidos en 78. Hace 80 años estábamos en los 50 años de vida, es decir, que hemos mejorado. Pero no parece que lleguemos a los 80 porque la tendencia se ha desacelerado y casi estacionado. Por lo que bien haríamos en ver lo que hacen en Mónaco o en Europa en general o ya de menos en Corea del Sur.
Regresando a los temas de apps y la IA, me llama la atención que el uso de dichas tecnologías ha generado que muchos jóvenes caigan en soledad o depresión creando novias o amigos virtuales, lo que afectará su salud y tal vez sus finanzas. Irónicamente, las apps con IA se han sugerido para lograr que ancianos no se sientan tan solos.
Viendo todo esto, recuerdo cómo hace décadas, cuando se imaginaba la inteligencia artificial, se escribieron guiones para películas como Guerra de las Galaxias, en donde los robots eran casi humanos y, claro, Superman, en donde los difuntos padres del huérfano platicaban con él a través de hologramas de IA.
La vida es hermosa, es un gran regalo de Dios, pero debemos aprovecharla conscientemente para así no arrepentirnos al llegar la hora de partir. Las apps de salud son buenas como los consejos, solo si uno los toma. Yo tenía un tío abuelo que fue un gran cardiólogo y él le advertía a uno de mis hermanos cuidarse porque de lo contrario no llegaría… “ni a los 30”. Años después, mi tío, ya de edad avanzada, falleció y cuando mi hermano llegó a los 30, se reía del médico. Meses después, mi hermano falleció de manera inesperada, pero no inadvertida.
Que tengan una excelente semana y, sea cual sea su hora, que cuando esta llegue, usted pueda decir que no le debe nada a la vida y que la vida no le debe nada a usted. Ame y hágalo saber y sentir. Goce de todo hasta lo malo porque todo pasa hasta lo malo.
Si la vida nos arroja limones, pues hay que hacer limonada. Si uno está en el desierto seguro es difícil convivir, pero si uno está en una ciudad, no debe ser tan difícil tener alguien con quien charlar. Pero hay alguien que siempre escucha y es Dios. Las apps sirven, pero no deben sustituir nuestra convivencia humana y mucho menos la espiritual, que es profundamente sensorial si así lo dejamos ser.
Dicho sea de paso, la idea del “Death Clock” ha hecho que su dueño y fundador tenga un negocio de $2,400 millones de dólares en ventas al primer año de vida… jajaja, qué irónico. Lo dicho, la muerte y hasta su amenaza o anuncio son un gran negocio. Buena idea lo de la app, como un médico, mamá o papá en casa que te digan que dejes de comer porquerías y te pongas en forma. Pero en este caso pagas y por eso tal vez le hagas más caso.
Por cierto, algunos periodistas que utilizaron la app para ver su funcionamiento dijeron estar contentos porque les presionaba y motivaba de forma chusca a hacer cambios positivos. Bueno, ya veremos. Por lo pronto, mejor le digo a otro que la instale, aunque sea de broma, porque también he conocido casos de gente que extrañamente predice su forma de muerte y sin necesidad de la app.
