JALISCO
La 4T y los jinetes del apocalipsis
– Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez
En el próximo apocalipsis del mundo de MORENA, y resto del mundo, que plantean no pocos comentaristas, cabalgan cuatro letales jinetes. Según San Juan, en su capítulo sexenal (mejor dicho, sexto) son cuatro los sellos que, al romperse, liberarán a sendos jinetes de la destrucción.
Los observadores, críticos y no simpatizantes de la 4T y regímenes de la izquierda, pregonan que, como en los escritos del Nuevo Testamento, el Jinete Blanco representa la conquista, la guerra, los conflictos. Que Donald Trump, más que presidente de EEUU es en verdad el Jinete Blanco. Que se deben calificar sus acciones siempre encaminadas a causar zozobra, violencia, desavenencias y conflictos.
Hasta ahora esos apremios se dan sólo en lo referente a los aranceles comerciales en el mundo, pero a México lo ha sacudido con sus declaraciones o las de sus funcionarios, con el escabroso tema de los cárteles criminales (los particulares).
Este Jinete Blanco galopa raudo y veloz sobre el firmamento nacional. Algunos lo han confundido con drones, por cierto. Pero drones que tienen “permiso” para transportarse y vigilar desde el cielo patrio a los maleantes huachicoleros y delincuentes en general que afectan al gobierno norteamericano.
De la mano del primer jinete llega el Jinete Rojo, (también encaja en la descripción de Trump) que trae bajo el brazo la beligerancia. Este jinete ya declaró la guerra a los cárteles de México. A todos.
La batalla del gobierno norteamericano comenzó con el secuestro de El Mayo; luego de familiares del Chapo; también con denuncias públicas en contra de instituciones bancarias, comercios e industrias ligadas a negocios turbios e ilícitos (Trump dixit) y luego con el retiro público de las visas para ingresar a EEUU, de políticos, algunos de ellos gobernantes en funciones.
Esa guerra tramada desde Washington apenas comienza. No es sólo una andanada de señalamientos. Son acusaciones que, hasta ahora, pocos han rebatido. Poco a poco crecen dichas imputaciones, que mantienen en suspenso al pueblo mexicano y no se sabe en qué o cómo terminarán.
Los criminales (particulares) no tienen argumentos para intentar salvarse; los que se han cobijado en la función pública menos.
El Jinete Rojo quiere, sobre todo, guerrear; busca el conflicto violento; se regodea en su poderío y se da el lujo de tener abiertos varios frentes, como el de Ucrania; el de Venezuela; el de Nicaragua; el de Gaza; el de México y el de…los demócratas, latinos, aborígenes y demás antitrumpistas estadounidenses.
El Jinete Negro simboliza (¿los veneros del diablo?); también, pero más la hambruna, la escasez de agua, alimentos de elementos necesarios para sobrevivir. Basta señalar que los humanos en pobreza extrema ya han sufrido las coces del caballo del Jinete Negro.
El Jinete Verde o Pálido, representa simple y llanamente a la muerte. La muerte puede ser física, social, económica o política. Dicha desaparición del status quo deberá tener una justificación que permita comprender el nuevo orden de cosas
No sólo en San Juan se hallan referencias al Apocalipsis (revelación). Los profetas bíblicos Zacarías y Ezequiel los mencionaron en sus libros. Siempre como tragedia magna; como catástrofe irremediable…como fin del mundo.
El apocalipsis que anuncian los detractores de la 4T refiere que serán los gobernantes, políticos pues, los que sufran por los señalamientos directos, comprobados de sus nexos con quienes se han apoderado del país y han hecho y deshecho a esta nación como han querido.
Según los apocalípticos, el primer mazazo de los jinetes del fin del mundo será para quienes traigan órdenes “del más allá” de aniquilar. El segundo golpazo será a la economía, aludiendo a la necesidad de los seres humanos de intercambiar bienes y servicios, que hacen menos rústica su existencia.
El tercer jinete se encargará de restringir los satisfactores para sobrevivir (con aranceles de locura, quizá) y el cuarto jinete hará desaparecer todo vestigio del sistema de gobierno que se obtuvo tras la guerra de la Revolución, tal y como se conoce hoy día. Al menos aquél que se ha dado a conocer en la propaganda de los partidos en el poder de los que están sentenciados, lo cual no sería raro, dados los orígenes antiyanquis.
Se crea o no en esta predicción bíblica, es comprensible, desde el particular punto de vista del Tío Sam, que tienen que apagar la lumbre en sus aparejos, so pena de incendiarse también. El apocalipsis, de llegar, no se focalizará en un solo país. El efecto dominó, el efecto cucaracho y otros efectos destructivos, lo llevarán en ancas los jinetes.
Desde esta columna quiero dar mi sentido pésame a Gabriel, nuestro amigo y director general de Conciencia, por el sentido deceso de su hermano Fernando Ibarra Bourjac. Mi abrazo solidario para toda la familia y en especial para Gabriel. Que la resignación llegue pronto ante esta sensible pérdida.


