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NACIONALES

Bloqueos y cinismo gubernamental

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Conciencia con texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez

En el país del bloqueo porque no hay más, las autoridades antaño marchantes, vociferantes y bloqueadoras hoy se rasgan las vestiduras y se hacen las víctimas porque les dan una sopa de su propio chocolate.

Los inconformes y bloqueadores no solo son los sempiternos marchantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, también ex cómplices y apoyadores de los morenistas; hoy día, todos los que consideran que a los gobernantes les dio sordera o, peor, que se hacen los que no oyen, no ven y no toman en cuenta (Salinas dixit), se vuelcan a bloquear las calles y vías de tránsito.

Ya no se sabe si reír, llorar o ponerse a rezar con las tontas, para decirlo con elegancia, respuestas gubernamentales: “No tienen razón; no es cierto lo que plantean; son del PRIAN; es la derecha; son los conservadores los que están detrás de esas manifestaciones”. Solo les falta entonar su cantaleta: “Esto es culpa de Calderón”.

¿Cómo un grupúsculo de dizque “iluminados” de hoy, que ayer solo eran un montón de “revoltosos”, se atreve a juzgar a quienes les imitan en sus formas para hacerse del poder?

La incongruencia es tal que, como reguero de pólvora, se han esparcido videos de los hoy encumbrados en el poder cuando hacían plantones, bloqueos, protestas vociferando, que permanecieron años, no días… años, y que hoy consideran una afrenta, una violación a las leyes (que ellos han usado como rollo de papel sanitario). Dan pena ajena sus declaraciones.

Los desesperados son quienes han forzado las situaciones con los bloqueos. A nadie nos gustan, por la pérdida de tiempo, porque atentan contra nuestro derecho de libre tránsito y porque significan peligro.

Esa molesta situación también ha sido aprovechada para victimizar a los gobernantes. La realidad es que son ellos los que propician las medidas desesperadas al hacerse los sordos y manifestar con cinismo y sorna que “todo está bien”, por lo que, bajo su óptica, esas exigencias son simplemente “cuestiones políticas”.

Pues sí… sí son políticas, pero no partidistas, que parece lo mismo, pero es diferente. Es tan grande su afán manipulador que a esos derechos constitucionales los consideran —porque les descubre la verdadera realidad social— excesivos, innecesarios, malintencionados y hasta criminales.

La pobreza extrema de los productores del campo no es de ahora, hay que aclararlo. Este sector de la economía ha estado siempre menospreciado, descuidado, ignorado y utilizado. El PRI, el PAN, los demás partidos, jamás resolvieron el problema de fondo del campo mexicano.

Le dieron mejoralitos a un cáncer que, irremediablemente, arrasa con este pilar de nuestra economía y soberanía nacional.

Todos los gobernantes que México ha padecido desde que bajaron a don Porfis de su eterna silla presidencial han aplicado la política del gatopardismo, y los campesinos y productores del campo, en general, dejaron de ser esclavos de los hacendados, pero pasaron a manos de especuladores, de coyotes, que son los que en realidad obtienen las ganancias sin trabajar las actividades agropecuarias. Claro, bajo la protección y tutela, incluso, de los gobernantes en turno.

Líderes como Emiliano Zapata y Pancho Villa, notaron de inmediato que la Revolución iba en el camino del “quítate tú para ponerme yo”, dejando en la miseria a los de abajo. Por eso los ejecutaron al más puro estilo de las mafias.

Luego les dieron atole con el dedo priísta y tacos de lengua panistas. Hoy día, con la bandera de “no somos iguales”, los morenistas imitan, repiten y copian lo peor del PRIAN en el trato a los productores del campo. Con la diferencia de que gritan a los cuatro vientos que su compromiso está con “los pobres”. Los campesinos, los trabajadores del campo, son pobres, muy pobres, demasiado pobres.

¿Siquiera los atienden los morenistas? No. Ni eso. Antes bien los desdeñan, los tratan con desprecio. Dicen que ya llegaron a acuerdos. Si son al estilo MOREPRIAN, seguramente a fin de año o en 2026 tendremos nuevos bloqueos de vías de comunicación. ¿Es reprobable que lleguen a esos extremos los desesperados productores del campo? ¿Qué alternativa tienen?

Acá al estilo Jalisco, también ya hubo bloqueos. No precisamente de productores del campo, pero sí de gente que ya se hartó de las gansadas de los funcionarios estatales. Uno de los motivos principales es la construcción de estaciones del Peribús y pasos peatonales en el área de Santa María Tequepexpan (curiosamente, delegación de San Pedro Tlaquepaque, gobernado por MORENA).

El absurdo de hacer caminar kilómetros a la gente de estos lares, al quitar un puente peatonal para cruzar el Periférico y además dejarlos sin estación del Peribús, motivó a un bloqueo nocturno que desgració la circulación, extenso tramo del sur.

Siendo malpensados, uno podría decir que esas medidas son realmente porque los funcionarios son muy tontos; porque jamás consultan a los que verdaderamente utilizan puentes peatonales y transporte público; pero aquí algo huele mal, es más, apesta.

Recordemos que Tlaquepaque sacó a patadas al Movimiento Ciudadano del gobierno municipal. ¿Esta es la venganza de los naranjas que hoy tienen el mango de la sartén estatal?

¿Es un pa’ que se les quite? ¿Es un desquite infantil? Así parece. Porque la lógica de la distribución de estaciones y puentes peatonales indica todo lo contrario a lo que los esbirros de la dependencia de transporte estatal están llevando a cabo.

Y si no es venganza, desquite o revancha, entonces es… estulticia elevada al cubo.


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