MUNDO
Aranceles, barreras y comercio: Presión y oportunidad, México entre dos gigantes
Política Global, por Jorge López Portillo Basave
La semana pasada nos ausentamos por razones de agenda y viajes que a veces no permiten redactar esta columna a tiempo. Por lo anterior les pido me disculpen. Pero esas ausencias a veces vienen con datos interesantes.
Esta semana escuchamos que el gobierno de Corea del Sur y el de China se quejaron de México por los nuevos aranceles (en inglés, tarifas) que nuestro país impondrá a una serie de productos de origen asiático. Esto es en comparación con los países con los que no tenemos tratado de libre comercio.
En su tiempo, México y Japón alcanzaron un acuerdo, por lo que los japoneses no están tan preocupados, pero todos sabemos que el principal afectado es China y el comercio con nuestro país.
Primero me gustaría recordar que los países suscritos a la Organización Mundial de Comercio (OMC), como lo son México y China, tienen reglas para los aranceles por productos y por regiones o tipos de país. Así las cosas, México ya impone aranceles a algunos productos de China o de Corea del Sur, pero en muchos casos la tasa es cero, como lo es en EUA para esas mismas regiones.
Además, veamos las llamadas barreras no arancelarias. Es decir, son barreras al comercio que representan costos u obstáculos reales, pero no se denominan aranceles o tarifas. En pocas palabras, son otros procesos o costos que los países imponen o permiten más allá de los directamente señalados como parte del proceso de importación entre un país y otro.
Vamos por partes. Hablamos entonces de los impuestos a los productos por su origen o por su composición. Después hablamos de las normas legales o ilegales para evitar que un producto entre o para aumentar su costo y, por último, hablamos de los efectos de estas como ayuda o estorbo para personas, empresas o países.
Estados Unidos, nos guste o no, es el país más abierto y con menos barreras no arancelarias del mundo para vender o comprar, importar o exportar. Pero hablemos de México y de China por no hablar de Corea del Sur, que también tiene lo suyo.
México impone lo que llamamos IVA a todo lo que entra, salvo a algunos alimentos no procesados, y este IVA se va acumulando hasta el consumidor final. Es decir que esa barrera no arancelaria se carga a todo, incluso a lo que viene de EUA o Canadá, con quienes tenemos supuesto libre comercio. Eso sin añadir las barreras de trámites que incluyen la imposibilidad práctica de que una empresa extranjera pueda obtener un registro fiscal sin pagar miles de pesos y perder meses.
Esto sin hablar de la delincuencia organizada o de la corrupción institucional encubierta. Por otro lado, China tiene también muchas barreras no arancelarias institucionales eso sin contar casi las mismas que México. En sentido estricto ambos países pedimos libre comercio, pero no lo garantizamos. Eso no es lo mismo que comercio exterior. El comercio exterior se da con casi todo el mundo y en todos los sentidos, pero con aranceles o barreras de mayor o menor tamaño.
EUA lleva un año en pleito con casi todo el mundo por el tema de comercio y México es el principal afectado o beneficiario. Si México está en orden, es el camino natural para entrar a la zona de América del Norte, pero para eso debemos tener claro que el comercio con México también debe ser claro y no solo una puerta trasera para entrar a EEUU dejando ganancias en Asia y dejando a mexicanos y estadounidenses sin empleos.
He escuchado que cobrar a China traerá inflación. En efecto, sí, pero en México ya no hacemos nada; sin embargo, antes hacíamos en México de todo y ahora importamos hasta las sopas, chiles y el maíz. No es un asunto de la 4T, sino que desde los años 80s empezamos a dejar de producir lo que comemos, además de lo que usamos. México importa fertilizantes, tiene escasez de agua y energía cara. China, Canadá y EUA exportan a México de todo. Tal vez sea buen momento para que los mexicanos tengamos una política de producción y no solo de ver pasar sin ni siquiera ganar por el comercio.
No se sabe si México cedió a la presión de EUA que es lo que yo creo, pero la respuesta de Marcelo Ebrard y de la presidenta son correctas cuando se dice que no solo es contra China sino contra los países con los que no tenemos Tratados de Libre Comercio.
Lo he dicho antes, México compra de Europa y de China mucho, muchísimo más de lo que vende, en volumen y en dinero. Y los productos que importamos terminan con una etiqueta de Hecho en México, en los EUA o Canadá. Esa es la verdad que en mis años de empresario he visto.
Por otro lado, México impone una cuota de aranceles alta, mucho más alta que la de los estadounidenses. Es decir que ahí se nos pasó la mano. Si vamos a jugar con los vecinos, la regla debe ser igual. Estados Unidos y México deben aplicar reglas similares y, de entrada, yo sugiero quitar el IVA a lo que entra del TMEC o de los países con tratados como los que indica el secretario Marcelo Ebrard.
Los que están en contra y los que están a favor
Algunos dicen que poner aranceles será inflacionario y claro que genera costos más altos, por lo que debemos ver cómo se compensan con la producción nacional o con la eliminación de otros costos como la corrupción o el IVA, el que debiera ser solo al consumidor final.
Mis comentarios no son desde la academia, sino desde la práctica de 20 años de comercio exterior como empresario del comercio internacional, no como político.
Nuestras aduanas deben ser arregladas. Pero también nuestra política comercial, industrial y tributaria. Esto lleva años creciendo, incluso antes de la 4T, y ni la 4T ni los últimos 20 años han hecho nada. La presidenta tiene la oportunidad de hacer algo; esperemos que su equipo le haga las sugerencias correctas y a tiempo.
Porque esta oportunidad de arreglar todo echando la culpa a EUA no se da cada seis años. China es la superpotencia industrial y Estados Unidos es una superpotencia económico-militar. México y Corea son solo terceros afectados que de paso pueden sacar raja.
Finalizo repitiendo lo que hemos dicho tantas veces. Nuestra ventaja competitiva no debe ser nuestra miseria de salarios con servicios públicos mediocres y alta corrupción, sino nuestras buenas prácticas, riquezas inventivas, riquezas naturales y estrategias de geoubicación.


