OPINIÓN
La privación de la libertad de Miguel Castro y la justicia
Tercera Instancia, por Modesto Barros González //
Una vez más se demuestra que las acciones de algunos gobernantes se fincan en ocurrencias, como quienes forman y conforman el costoso agrupamiento militar denominado “Guardia Nacional”, que supuestamente es para combatir a la delincuencia pero la gran mayoría de los elementos han sido comisionados al control de los inmigrantes ilegales, como si fueran peligrosos y que a quienes a toda costa tienen la consigna de mantener lo más retirado posible de la frontera norte.
El robo de carburantes, asaltos en carreteras, secuestros y muchos delitos más, no han sido eliminados, mientras la calificada fuerza elite “GN” hacen otras tareas mucho menos efectivas para otorgar seguridad a la población en general.
Pero eso sí, a los supuestamente peligrosos “inmigrantes” les han dado golpizas, para que el Señor Trump esté contento.
Mientras esa persecución salvaje, como la calificó el reconocido político, Porfirio Muñoz Ledo, ocurre a nivel nacional, la importación de justicia en Jalisco, se aplica como mejor se le ocurre a algunos flamantes jueces, los cuales otorgan libertad a quien mejor les llega a convenir, así presuntamente es el caso del empresario Miguel Castro Reynoso, quien en una semana pasó de detenido por instrucciones del severo juez penal Juan Paulo Dávalos Navarro, y quien por cierto parece que recibió una severa reprimenda por parte de la Fiscalía de Combate a la Corrupción, porque el político no obedeció la restricción ordenada por el juez.
Miguel Castro Reynoso, posiblemente ha estado mal asesorado por su o sus abogados y como el flamante juzgador es muy “legal” en el desempeño de su “trabajo”, lo mantuvo una semana en el núcleo carcelario de Puente Grande.
Por lo pronto hay que esperar para que de un momento a otro aparezcan nuevos hechos de presuntos ilícitos de corrupción o de abusos de autoridad, en los a cuales se prenderán los “reflectores” y la opinión pública se distraiga en los actos de linchamiento que se orquestarán por algunos de los responsables del actual gobierno, local o federal.
¿Y QUIÉN TENDRÁ LA RAZÓN?
Mientras miles de ciudadanos reclaman la desaparición de sus familiares o que se castigue a los responsables de arteros crímenes en diferentes lugares de casi todo el territorio nacional y se haya llegado a una importante concentración de ciudadanos en el zócalo de la Ciudad de México, nuestro Presidente de la República, se declaró distante a las muestras de inconformidad.
Apenas una semana antes estuvo en el territorio de las familias que sufren el artero crimen de que fueron objeto tres mujeres y seis pequeños, pero ahora frente al Palacio Nacional, ocupada como su residencia oficial no tuvo tiempo y parece que ni ganas para lo que el mismo mandatario los atendiera y entonces calificó como supuesto “show” la reunión de inconformes, porque tenía que cuidar su “investidura presidencial”, aunque en muchas otras es poco escrupuloso en lo que le dicen o hace AMLO.
Las muestras de apoyo a los dolidos familiares de los menores y señoras acribilladas, han desnudado al poderoso gobierno de la república y además la serie de enfrentamientos de los elementos de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración, en la frontera sur del país han dejado muy mal parado al Señor Presidente, quien parece que ya no siente lo duro, sino lo tupido.
Como cada quien dice o califica lo que quiere o lo que le conviene, las autoridades aseguran que todo está bajo control, los soldados de la GN como son unos verdaderos “angelitos”, según ellos, no han abusado en el desempeño de sus funciones contra lo inmigrantes y las imágenes en las televisoras demuestran lo contrario.
El caso es que la población en general está en espera que se informe correctamente quién tendrá la verdad y el destino que se tendrá en los próximos cinco años.
