Connect with us

OPINIÓN

Estupidez

Publicado

el

De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //

Del jueves, al momento en que redacto esta colaboración, me he enterado del cierre definitivo de seis negocios. Ciertamente, pequeños, pero significaban la fuente de ingresos de un puñado de familias cuya condición pasó de vivir al día, a la de un futuro incierto, quizás insoportable… Así las consecuencias de una pandemia que se expande de manera veloz y letal en el mundo entero.

Como especie, de nuevo nos enfrentamos a nuestra vulnerabilidad; un virus nos azota de modo implacable y ningún sistema de salud en el planeta estaba preparado para una catástrofe sanitaria como ésta. El Coronavirus, más allá de las creencias o modelos sociopolíticos y económicos, vino a demostrarnos cuán inmersos estábamos en nuestros egoísmos.

La realidad actual nos grita a la cara que la única forma que se ha encontrado por ahora a fin de aminorar (no detener) al Covid 19, es la solidaridad colectiva. Y aunque en Australia ya dieron el primer paso para dar con la cura de esta epidemia, no se ve que al corto plazo haya algo más poderoso que la construcción de una nueva conciencia, más fraternal y menos egocentrista.

Lo anterior viene a cuenta a la luz de las imágenes observadas durante este fin de semana en muchas de las carreteras y autopistas del país. Millones de mexicanos, a pesar de los constantes llamados de mantenerse en casa -como parte del aislamiento social-, prefirieron lanzarse a una aventura vacacional que bien podría terminar en tragedia.

Algo nos ocurre como sociedad que insistimos en retar al destino. Si bien es verdad que padecemos a mandatarios que ni siquiera son capaces de autogobernarse en lo mental como en lo emocional, eso no significa que nosotros tengamos que caer en una irresponsabilidad extrema.

Tan sólo echemos un vistazo a Estados Unidos, Italia y España. Entre los tres, sumaban este domingo por la mañana casi 36 mil muertes en tan solo un mes. Pero lo más dramático, es que estos pueblos, que han seguido al pie de la letra las instrucciones de sus autoridades, los índices de mortalidad no se detienen, incluso hay días en que se disparan, algo que tiene muy desconcertada a la comunidad científica.

Debemos ser muy objetivos, esta plaga no la detendrá los amuletos del presidente ni los pleitos del gobernador. Entendamos que lo único que tenemos es a nosotros mismos. Los políticos demuestran una y otra vez que habitan en una realidad muy distante y distinta a la nuestra. Ellos sólo piensan en los frutos electorales que pueden obtener de la contingencia.

La situación no está para pugnas entre chairos y fifís. Esto no se trata de una guerra de conservadores contra liberales. Mucho menos de alfaristas vs. morenistas.

Es –ni más ni menos- una lucha por nuestra subsistencia.

Y ojalá que lo comprendamos, porque ya no hay tiempo para la estupidez.

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.