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MUNDO

Las teorías de la conspiración: COVID-19, la muerte que vino del murciélago o del laboratorio

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Por Mario Ávila //

China y Estados Unidos, son las grandes potencias mundiales que saben más del nacimiento,  gestación o transmisión del nuevo coronavirus, formalmente llamado SARS (Síndrome Agudo Respiratorio Severo) 2019-nCoV. Solo ellas y muy probablemente los tribunales internacionales son los que habrán de definir si se trata de un contagio llegado al ser humano a través  de animales o bien se trata de una creación exprofeso en un laboratorio.

Estas dos hipótesis son las versiones más repetidas que han surgido alrededor del surgimiento del coronavirus, como una explicación para tratar de justificar las distintas ópticas sobre el origen, de lo que hoy es una pandemia, la última gran tragedia de la humanidad desde la Segunda Guerra Mundial.

EL MURCIÉLAGO EL PRINCIPAL SOSPECHOSO

Aunque todavía no se sabe a ciencia cierta qué animal es el vector del brote de coronavirus que surgió en la ciudad china de Wuhan, y ya ha infectado a más de 1.6 millones de personas en todo el mundo, todas las miradas apuntan al murciélago.

Estos animales -los únicos mamíferos capaces de volar-, ya habían sido el origen de otras epidemias de coronavirus. A comienzos de este siglo, fueron causantes de la transmisión del Síndrome Respiratorio Agudo Severo, más conocido como SARS, que infectó a más de 8 mil personas, 800 de las cuales fallecieron.

A mediados de la década de 2010 fueron el origen de otra enfermedad respiratoria similar al SARS: el Síndrome Respiratorio de Medio Oriente (MERS por sus siglas en inglés), que afectó a menos gente (unas 2 mil 500) pero fue más letal, matando a más de 850 personas.

En cuanto a este nuevo coronavirus -formalmente llamado 2019-nCoV-, las autoridades chinas creen que se originó en un mercado de Wuhan que vendía mariscos y carne de animales salvajes, incluyendo a murciélagos y víboras.

UNA BOMBA DE RELOJERÍA”

De acuerdo a portal internacional de noticias de salud, Infosalus, un estudio efectuado en octubre del 2007 en la Universidad de Hong Kong advirtió que los coronavirus de los murciélagos eran una “bomba de relojería” en China, para la ampliación de nuevos virus similares. La causa: La presencia de un gran reservorio de virus como el SARS-CoV -2, causante de la enfermedad Covid-19 en murciélagos de herradura (rinolófidos), junto con la cultura de comer mamíferos exóticos en el sur de China.

Los coronavirus se someten a una recombinación genética, lo que puede dar lugar a nuevos genotipos y brotes. No debe ignorarse la posibilidad de que el SARS y otros nuevos virus aparezcan en animales o laboratorios y, por consiguiente, la necesidad de estar preparados”, alertaban los investigadores en el 2007 en un trabajo que también fue publicado en la revista Clinical Microbiology Reviews.

Se recuerda en la publicación, que el coronavirus del SARS, conocido como SARS-CoV, causó la primera gran pandemia de este siglo, provocando un brote en 2003 que afectó a 8 mil 098 personas y mató a 774 principalmente en China, con una tasa de mortalidad bruta de 10%.

Su capacidad para la transmisión de persona a persona, la falta de conciencia en el control de infecciones hospitalarias y los viajes aéreos internacionales facilitaron la rápida difusión mundial de este virus, de una forma similar al del Covid-19.

Sobre el por qué los coronavirus de murciélagos son tan agresivos, una explicación la da un estudio realizado en febrero del 2020 por la Universidad de California en Berkeley, en donde se concluye que la feroz respuesta inmunológica de los murciélagos a los virus, podría hacer que se repliquen más rápidamente, de modo de que cuando saltan a los mamíferos con sistemas inmunológicos normales, como los humanos, los virus causan estragos de mayor daño.

En su trabajo publicado en la revista “eLife”, los investigadores californianos explican que “no es coincidencia que algunos de los peores brotes de enfermedades virales de los últimos años, como el SARS, MERS, ébola y el recién llegado coronavirus, se originaron en murciélagos”.

LA SEGUNDA VERSIÓN: VIRUS DE LABORATORIO

Sin embargo, también desde China salió una segunda versión como probable origen del virus, cuando el portavoz del Ministerio Chino de Exteriores, Zhao Lijian, en una rueda de prensa efectuada el pasado 7 de abril reafirmó que el coronavirus fue introducido por Estados Unidos en Wuhan y rechazó que Washington se refiera a la COVID-19 como un “virus chino”.

Y precisó: “Mis tuits fueron una reacción a algunos políticos estadounidenses que estaban estigmatizando a China, al vincular al gigante asiático con el nuevo coronavirus, denominado COVID-19”.

El diplomático chino ha asegurado que sus afirmaciones contra el gobiernoe estadounidense “reflejan la rabia de muchos ciudadanos chinos por el estigma ejercido hacia ellos». Al desarrollar su postura, Zhao ha indicado que la COVID-19 «no conoce fronteras ni etnias», sino que es un «enemigo común para todos los seres humanos».

EE.UU. recurre a cualquier mecanismo -dijo-, incluidas las armas biológicas, para hundir a sus rivales como China y salir así indemne de los conflictos que está inmerso.

En este mismo sentido, ha enfatizado que la tarea urgente que tienen por delante todos los países es vencer a esta nueva enfermedad mediante la cooperación. “Nos oponemos a la estigmatización”, ha agregado.

El surgimiento del brote de infección ha generado una nueva escalada en las tensiones entre Pekín y Washington; este último, trata de afianzar la idea de que el patógeno es un “virus chino”. Además, varios responsables del gigante asiático plantearon una conspiración estadounidense, como la teoría que respalda cómo surgió la COVID-19. “Incluso, desde EE.UU. han avisado que el nuevo coronavirus podría ser obra de los laboratorios biológicos de Washington”, dicen funcionarios chinos.

SE EXPANDE POR LAS AMÉRICAS

Este virus al día domingo 12 de abril, ha cobrado la vida de más de 109 mil personas en el mundo y ha ocasionado más de 1.7 millones de contagios, sin duda tendrá un impacto severo en la geopolítica y la geoeconomía mundial, en el futuro inmediato.

A la fecha, Estados Unidos ha sido el país más afectado del mundo al acumular hasta el momento más de medio millón de personas contagiadas con más de 20 mil muertes; cifras que contrastan con lo que ocurrió en China, el país epicentro del brote, en donde se tiene el registro de 81 mil 907 casos, con un total de 3 mil 336 muertes.

Estos números hablarán por sí solos, acerca del origen de este virus nacido en la ciudad china de Wuhan y desde donde se dispersó por decenas de países en los cinco continentes, causando los mayores estragos hasta el momento, en territorio norteamericano, casualmente el país considerado el enemigo político y económico número uno de China.

Por lo que toca a Europa, España es el segundo país del mundo de personas contagiadas por coronavirus con más de 166 mil y más de 17,100 muertos; Italia en tercer lugar mundial con 152 mil 271 casos y 19 mil 468 muertes. Francia ya está entre los países del mundo con más muertos por coronavirus al registrar este domingo 12 de abril 13 mil 815 fallecidos y más de 93 mil casos confirmados, en tanto Alemania ha registrado 2,871 muertes con 124 mil 288 casos; Suiza acumula 1,036 muertes y más de 25 mil casos.

En el caso de Asia, después de China, hasta el pasado 10 de abril Irán con 68 mil 192 casos de contagio confirmados, es el país con mayor número de víctimas mortales, después de China, la mayoría de los casos se concentran en la provincia de Teherán, pero también hay en Markazí y el norte del país. La situación es «grave» para las autoridades, que han cerrado escuelas y universidades y han suspendido eventos deportivos, culturales, religiosos y reuniones políticas.

Corea del Sur (10 mil 450 casos y 208 muertes), su vecina del norte, ha logrado contener la expansión de la enfermedad a base de análisis masivos y responsabilidad ciudadana. En Japón se han contabilizado 5 mil 530 casos y 105 muertes. Además, hay 712 casos confirmados del crucero Diamond Princess, donde se han producido 11 fallecimientos.

En Malasia (4 mil 346 casos y 70 muertes), las autoridades han cerrado temporalmente sus fronteras a los pasajeros procedentes de China y Corea del Sur. Filipinas fue el primer país en registrar una muerte con Covid-19 fuera de China a principios de febrero, y ha diagnosticado 4 mil 195​ casos y 221 muertes; mientras que Tailandia tiene 2mil 473 casos y 33 muertes e India, 6 mil 725 casos confirmados y 229 defunciones. En Indonesia hay 3 mil 512 positivos y 306 muertes. Singapur tiene 2 mil 108 casos y siete muertes. Y destacan también los 4 mil 695 casos y 66 muertes en Pakistán.

En África, Egipto (1 mil 794 casos y 135 muertes) y Sudáfrica (2 mil 003 y 24 muertes) son los países con más contagios. El Gobierno egipcio fue el primero en reportar el Covid-19 en el continente africano. Argelia ha informado de 1 mil 761 casos y 256 muertes, mientras que Marruecos -que ordenó el confinamiento domiciliario durante un mes, hasta el 20 de abril- ha registrado 1 mil 448 infecciones y 107 decesos. Túnez tiene 671 casos y 25 muertes. Libia, un país deshecho por la guerra, de momento solo ha dado cuenta de 24 casos y una muerte.

En Oceanía, en particular en Australia (6 mil 204 casos y 54 muertes), el primer ministro, Scott Morrison, ha anunciado que impondrá el aislamiento obligatorio durante 14 días para todos aquellos pasajeros que lleguen al país desde el extranjero; Nueva Zelanda registra 1 mil 283 casos y dos muerte y Guam, 130 contagios y cuatro muertes.

Por lo que toca a América, el país que más preocupa en el continente es Estados Unidos, que al acumular más de medio millón de casos y más de 20 mil muertes, se ha convertido en el país más afectado del mundo. La Administración Trump ha suspendido los vuelos procedentes de Europa durante un mes. El presidente ha declarado la emergencia nacional para combatir el virus y ha ampliado hasta el 30 de abril las medidas contra el Covid-19.

Canadá es el segundo país con mayor número de casos: 23 mil 243 casos y 702 muertes. Su primer ministro, Justin Trudeau, se ha aislado y se ha sometido a la prueba porque su esposa ha dado positivo.

BRASIL, CON MÁS CASOS EN AMÉRICA LATINA

El Covid-19 también se ha propagado por América Latina. El país más extenso del subcontinente, Brasil, tiene 19 mil 638 casos y 1 mil 057 muertes. Chile, con 6 mil 501 casos y 65 fallecidos, ha declarado el estado de excepción ante el virus, y Ecuador registra 7 mil 161 casos y 297 muertes.

México tiene 3 mil 844 pacientes y 233 muertes y el gobierno ha declarado la emergencia sanitaria y alargado hasta el 30 de abril la suspensión de actividades no esenciales. Perú registra 5 mil 897 casos y 169 muertes. Colombia tiene 2 mil 223 casos y 69 muertos, Venezuela, 171 y nueve muertes. Argentina, que decretó el confinamiento de su población y lo ha ampliado hasta el final de Semana Santa, suma 1 mil 894 casos y 81 muertes. Uruguay acumula 473 casos confirmados y siete muertes. En Paraguay se han registrado 129 casos y cinco fallecidos.

En América Central, destacan los 2 mil 620 casos y 126 fallecidos en la República Dominicana; Panamá tiene 2 mil 974 casos y 74 muertes (incluyendo los nueve casos y dos fallecidos del crucero Zaandam). Costa Rica tiene 558 casos y tres muertes. Puerto Rico alcanza los 725 casos y 39 muertes; Honduras, 382 casos y 23 decesos. Cuba tiene 564 casos y 15 muertos, Jamaica, 63 y tres muertos, y El Salvador, 117 casos y cinco muertes.

 

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El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?

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Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //

La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.

Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.

Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.

En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.

El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.

La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.

El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.

E-mail: samcg2002@gmail.com

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MUNDO

Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto

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Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //

Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.

Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.

Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.

Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.

El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.

La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.

En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.

Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.

Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.

Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.

Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.

Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.

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En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales

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Actualidad, por Alberto Gómez R. //

En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.

La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.

LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN

La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.

Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.

El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.

DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA

El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.

La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.

En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.

FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN

La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.

Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.

La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.

RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES

Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.

Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.

El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.

El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.

EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE

El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.

El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.

En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.

El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.

Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.

Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.

El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.

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