MUNDO
¿Colusión o error monumental? Gobernantes occidentales quieren culpar a Tedros de crisis mundial
Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
Japón y Corea del Sur tratan de evitar una tragedia financiera; Europa esta de rodillas por la catástrofe económica que trajo la pandemia; en América del Norte se evalúa si esta crisis humano-económica le afectará o ayudará al arrogante Trump quien se enfrentará al desmemoriado Biden.
Los países se debaten en intensas batallas médicas, económicas y políticas con gobiernos confundidos y oposiciones incendiarias, lo que distrae y aumenta los efectos nocivos de la crisis multidimensional más amplia que el mundo ha visto.
Evadiendo responsabilidad, algunos funcionarios del Partido Comunista Chino culpan a los servicios militares de EUA por el COVID19. Esta versión se difunde en redes sociales y medios controlados por el partido comunista del gigante asiático y la OMS pide no politizar el asunto que sus pifias politizaron engañando a los líderes mundiales con información errónea de enero a febrero.
¿PIFIAS O AMBICIÓN POLÍTICA?
Las organizaciones internacionales deben cumplir con las metas y compromisos para lo que fueron creadas, de lo contrario pierden efectividad y respetabilidad. Mucho se ha criticado a los organismos como la ONU que se alinean a los poderosos como en La Guerra del Golfo. Sería lamentable que la Organización Mundial de la Salud (OMS), pierda confiabilidad por falta de firmeza con los países como China, quien bloqueó información en momentos vitales, especialmente cuando la información pudo haber evitado la crisis mundial.
La OMS no pude tomar acciones de restricción migratoria para frenar la infección ya que no es un gobierno, pero sí tienen la obligación de investigar cualquier epidemia y de presionar a un país –cualquiera, incluido China- para tener acceso a las zonas de contagio como a Wuhan, pero no lo hizo, prefirió repetir las líneas discursivas del gobierno chino, incluso negándose el Dr. Tedros Adhamon Ghebreyesus, director general de la OMS, a emitir Alerta Global en enero, criticando a los países que prudentemente emitieron restricciones de viaje a dicho país asiático, bajo el argumento de que dicha medida no era necesaria.
Durante muchas semanas la OMS omitió verificar personalmente si el virus era o no contagioso. Tedros Adhanom recibe un alto salario para servir al mundo con el importantísimo tema de la salud y no para cubrir intereses de un país, incluso si este país es una potencia con la que él comparte compromisos personales de su época de canciller o de candidato a la OMS.
Sin excusar la corresponsabilidad local, muchos Estados-Nación incluidos Inglaterra, Francia, Italia, Irán el Vaticano y México tuvieron reacciones tardías confiados en las comunicaciones erróneas de la OMS ¡Eso debe ser sancionado!
Reino Unido ha dicho que replanteará su relación con la OMS y con China por la falta de transparencia inicial durante esta pandemia. El vice primer ministro de Japón ha dicho que la OMS parece la Organización China de la Salud. España acusa que algunos de los artículos comprados a China son deficientes, Italia denuncia que le están vendiendo los mismos artículos que ellos regalaron a China en enero y EUA suspenderá apoyos a la OMS exigiendo auditorías a Tedros por su actuar durante enero y febrero, diciendo que la OMS es “China-céntrica”.
¿QUIÉN ES EL DOCTOR TEDROS?
El doctor en filosofía ha sido canciller y secretario de Salud de Etiopía, es el primer director de la OMS de origen africano y también es el primer director que no es médico. Irónicamente, en verano del 2017 Tedros dedicó su primer mensaje como jefe de dicha institución a señalar que la OMS debía responder con más eficiencia a los riesgos por pandemias, incluyendo este punto como una de las tres líneas estratégicas de su administración. A un par de años de dicho compromiso, el político enfrenta una ola de críticas que podrían costarle el cargo.
El titular de la OMS es militante del Partido Leninista-Marxista en su país natal, por lo que se le acusa de no ser firme con regímenes de su misma ideología, llegando al grado de haber designado en el 2017 al ex dictador de Zimbabue, Robert Mugabe, como embajador de la OMS. ¿Será que el ex canciller le debe mucho al régimen chino, tanto que prefirió ignorar por semanas la información contradictoria que Taiwán, Filipinas y Corea del Sur presentaron contra China con relación al contagioso COVID-19?
Del 2010 a la fecha China -como buen imperio-, ha logrado exitosamente colocar a personas afines a sus intereses como directivos en cinco de los 15 organismos mundiales dependientes de la ONU. Poco a poco EUA ha ido perdiendo –¿cediendo?- el control sobre dichas instituciones, mismas que creó en la ONU y que sirvieron para que las potencias occidentales lograsen la hegemonía global que ahora China busca controlar ¿o será adquirir?
China ha usado la herramienta más común que es el dinero, ya sea por inversión directa a un país o por lujosos “regalos” a líderes políticos de las naciones que “apoya”, buscando ser la geo potencia dominante. La directora anterior de la OMS es la doctora Chan – nacida en Hong Kong, China, estuvo al frente de parte del equipo local de salud que en el 2002 atendió la pandemia del Corona-SARS en China, etapa que también fue manchada por ocultar la información. A su salida de la OMS la doctora Chan dejó al equipo que acompaña a Tedros desde el 2017 quien fue designado con el apoyo de la mayoría de los países del hemisferio Sur en los que China ha invertido millones bajo el programa “one belt road”, versión China del Plan Marshall mediante el cual EUA invirtió y prácticamente controló a casi todo Europa por 40 años. Los directores de la OMS son electos por cinco años con posibilidad de una reelección.
Preocupa saber que Tedros fue acusado por varios países vecinos de Etiopía de haber ocultado por razones políticas información de una epidemia de cólera que arrasó a la región por su supuesta falta de transparencia durante su encargo como secretario de salud del país africano.
Ante las críticas internacionales Tedros pide unidad, extrañamente al mismo tiempo ataca a Taiwán quien publicó la carta que en enero la OMS ignoró.
LA AMISTAD NO ES CIEGA
Es penoso y molesto reconocer que las empresas paraestatales chinas estén controlando y vendiendo a los países -incluido México- los utensilios necesarios para poder atender los efectos del COVID19 que se esparció por su irresponsabilidad y posible complicidad por omisión del director de la OMS.
Por ingenuos o corruptos durante más de 30 días, los directivos de la OMS desatendieron los señalamientos de al menos tres países que advirtieron por escrito que el novel corona era muy contagioso, limitándose a repetir las versiones chinas.
Los antecedentes de la epidemia del SARS en el 2002 en China, debieran haber servido para que la OMS fuese más ágil, más transparente o menos servil en su respuesta ante esta emergencia del 2020.
Para la primera semana de enero tres países informaron a la OMS que el virus era contagioso; El 14 de enero la OMS niega que el COVID19 fuese contagioso; el 23 de enero, después de que China admite que el novel corona es contagioso, la OMS cambia de opinión diciendo que siempre sí se contagia, pero ocultando que es muy contagioso; en febrero 7 la OMS disimuladamente anunció una “posible falta de equipo como mascarillas y batas”.
Ya para ese entonces, México y otros países, basados en información falsa de la OMS, habían rematado o regalado a China muchos de estos utensilios; el 24 de febrero declara que sí hay riesgos, pero no la declara pandemia; el 28 de febrero, más de 2 meses después del brote, la OMS emite los resultados conjuntos China-OMS de su primer estudio de campo sobre el virus y recomienda algunas medidas mediocres; finalmente el 11 de marzo, con la presión mundial y una fúnebre avalancha de muertes, declara la pandemia y pide medidas migratorias y de distanciamiento social que antes criticó. Esta cadena de “errores” condenó al mundo a una terrible crisis multimodal que era prevenible.
Hemos de reconocer que desde que se decidió a declarar la pandemia, el Dr. Tedros ha estado trabajando muy activo, nos hubiese gustado que lo hubiese hecho así durante enero y febrero.
El exceso de política durante un riesgo de salud, es una amenaza global que puede desencadenar una tragedia como la que hoy afecta a más del 93% de la población mundial. La propia ONU reaccionó a este problema hasta el pasado jueves.
¡Increíble! Nunca antes en la historia de la humanidad tantos sufrieron por la irresponsabilidad, estupidez o arrogancia de tan pocos, al menos contando los daños desde el ámbito geográfico y económico, pero para cuando esto termine, también tendremos que ver el costo en vidas humanas.
El reclamo global contra Tedros Adhanom se fundamenta en que no quiso exigirle a China transparencia y que obstaculizando la emisión de medidas precautorias a pesar de que las evidencias eran claras, incluso dentro de su propio comité de asesores, los datos indicaban la inminente necesidad de hacerlo.
Tengo el gusto de conocer varias ciudades Chinas y el placer de tener varios amigos y ex socios de dicha nacionalidad. Cuando ellos vienen a México me preguntan sobre la inseguridad, en particular sobre la corrupción y la delincuencia organizada, yo no lo tomo como ofensa sino como muestra de que quieren saber en qué terreno pisan, lo mismo pasa cuando uno se pregunta qué pasó en China-OMS, que hasta ocultaron por semanas la información vital para los demás países.
Señalar los errores de la OMS o de algunos funcionarios del Partido Comunista Chino que están costando vidas y sueños a millones en el mundo, no es un ataque sino una obligación que se convierte en “exigencia contra el experto” que dejó correr una infección en este mundo tan interconectado. Tedros debe ser investigado y rendir cuentas.
El cierre de Wuhan-Hubei podría costarle a China el 30% de su PIB, lo que parecía un acto valiente, hasta que se supo que lo cerró después de ocultar información por más de un mes y de haber permitido que más de cinco millones de personas viajasen al mundo desde la región infectada, todo esto con la inacción del director general de la OMS.
Es admirable la carrera del político Tedros y es más admirable lo que China ha logrado en 40 años, pero eso no los hace ni perfectos, ni incuestionables. Vale mencionar que a pesar de estar situado junto a China y de tener vuelos directos de Wuhan –como Italia-, al sábado pasado Taiwán, con 23 millones de habitantes tenía menos de 400 contagios y sólo 6 muertes por el COVID19.
MUNDO
El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?
Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //
La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.
Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.
Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.
En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.
El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.
La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.
El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.
E-mail: samcg2002@gmail.com
MUNDO
Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto
Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //
Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.
Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.
Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.
Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.
El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.
La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.
En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.
Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.
Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.
Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.
Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.
Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.
MUNDO
En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales
Actualidad, por Alberto Gómez R. //
En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.
La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.
LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN
La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.
Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.
El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.
DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA
El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.
La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.
En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.
FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN
La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.
Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.
La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.
RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES
Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.
Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.
El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.
El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.
EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE
El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.
El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.
En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.
El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.
Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.
Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.
El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.
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