JALISCO
La fallida democratización de Morena en Jalisco: Yeidckol ahuyentará al capital político
Por Mario Ávila //
Yeidckol Polevnsky, la nueva responsable de Morena en Jalisco, llega a la entidad con la responsabilidad de dar orden al trabajo territorial y reactivar los comités locales para fortalecer las estructuras de defensa y promoción del voto de cara a las elecciones de 2021, según se lee en el comunicado mediante el que lanza su presentación oficial, por determinación del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Es decir, llega como una imposición del centro, ya que en Jalisco los militantes de Morena no han podido ni sabido ponerse de acuerdo para elegir a un dirigente, que en la entidad se haga cargo de asumir por la vía democrática, la responsabilidad de representar dignamente a ese instituto político.
Desde los tiempos de Humberto Ortiz, muerto de manera violenta, no ha habido un líder auténtico que tenga la aceptación mayoritaria de las bases, por lo que los que han pasado por el cargo, lo han hecho con la protección del poder de la designación central, popularmente conocido como “dedazo”.
Claro que ha habido algunos intentos por democratizar a la dirigencia estatal de Morena, pero en todos los casos se ha fracasado por el evidente interés de personas ajenas al instituto político, a los que se les acusa de únicamente pretender apoderarse de un botín político, que hoy en día tiene un gran valor.
En alguna época fue el ex priista, ex perredista, ex verde ecologista y otros cuantos ex más, Salvador Cosío Gaona, quien con el apoyo del Grupo UdeG a través de Jaime Hernández, untaron de royal al padrón para poder ganar en una elección, en donde las bases auténticas de izquierda, detectaron la perversidad de la intención y se cancelaron los procesos electivos.
En otra época, ya más reciente, particularmente en el pasado mes de octubre los morenistas hicieron un nuevo intento por democratizar su dirigencia en la entidad y fracasaron enormemente, porque se registraron confrontaciones entre diferentes grupos, agresiones, robos de equipos de cómputo, listados nominales, urnas y boletas. Incluso hubo en algunos casos golpes y hasta balazos.
También pasó por el cargo y de dedazo, el hoy senador de la República, José Alejandro Peña Villa, quien se responsabilizó de Morena en el proceso electoral 2018 y a quien se le puede censurar principalmente, que por no haber sido de Jalisco no conocía a los personajes con los que tejió una alianza, particularmente con el PT y PES y haber diseñado las candidaturas que mucho le fallaron a su partido desde el candidato a la gubernatura, pasando por las diputaciones locales, en donde ya han tenido un desprendimiento en la persona de Patricia Meza, sobre la que hoy pesa la posibilidad de la expulsión.
Y ni qué decir de Óscar Arturo Herrera, diputado local por el PT, quien se maneja a su antojo, pretextando ser el único legislador de su fracción y respondiendo en los momentos clave en favor de los intereses del gobernador Enrique Alfaro y de la fracción de Movimiento Ciudadano.
Un dedazo más, fue el que se recibió para la dirigencia de Morena en Jalisco con Hugo Rodríguez, que al menos tenía la cualidad de ser de Jalisco, pero cuyo perfil nunca terminó de convencer a la militancia morenista y concretamente a aquellos que fundaron a Morena como movimiento y que en su gran mayoría hubieran preferido que se quedara ahí, en un simple movimiento y nunca se convirtiera en un partido político.
Sin embargo, ya con la designación Yeidckol Polevnsky como mandamás de Morena en Jalisco, seguramente será la gota que derrame el vaso y termine por ahuyentar la inversión que el partido en el poder ha hecho en Jalisco; esa clase popular que llevó al Palacio Nacional a Andrés Manuel López Obrador será la menos interesada en tratar con la nueva lideresa y los Morenistas de a pie, los fundadores del grupo en la entidad, los que realmente piensan y sienten la causa, seguramente terminarán por extinguirse o al menos marginarse de un partido, que según dicen muchos de ellos, se ha convertido un uno más del mismo montón.
Los Morenistas de a pie habrán de huir del partido que ellos mismos fundaron en Jalisco, con la presencia de la Yeidckol, sabedores de los vicios y las mañas que tanto se criticaban de otros partidos políticos, llegaron a Morena para quedarse.
Los Morenistas de a pie, saben que como la nueva dirigente viene con la ira puesta en la elección 2021, no hay cabida para ellos, ya que serás los que tengan dinero para comprar candidaturas, los que realmente se beneficien de la franquicia de Morena.
Y ahí salta a la vista y al escenario, incluso de manera literal y de inmediato, el doctor Carlos Lomelí, que podría ser el principal beneficiado con la llegada de Yeidckol Polevnsky, ya que con ello, y como coincidencia de que su castigo en el partido y en el gobierno como proveedor fue solo de dos años, se le acomoda la situación como anillo al dedo para competir en el 2021 y repetir en el 2024 como es su obsesión.
Y con ello vendrá la llegada de gente afín a Lomelí, a apoderarse de las candidaturas que se tengan que repartir el año entrante, llegarán las Delgadillo, los Hiram y muchos más, que sin importar el perfil y los antecedentes que tengan, sean aceptados postulados a los cargos de mayor relevancia en la entidad y en los municipios.
Por eso no deberá extrañarse justamente que Yeidckol Polevnsky haya llegado a ahuyentar en Jalisco al principal capital político de Morena, su gente, esa que se identifica con principios y con el origen, esa que confiaba en el cambio verdadero, esa que estaba convencida de que las cosas serían distintas en este partido político, esa que pensó ilusamente en un nuevo proyecto de nación y que seguramente con la llegada de la empresaria privilegiada y favorecida, saben que no tienen cabida en lo que fue su casa, su proyecto, su partido.
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