LOS PELOTEROS
Polémica en el diamante: MLB revoluciona la zona de strike en 2026

– Por Redacción Conciencia Pública y Los Peloteros
La Major League Baseball ha encendido la polémica con la decisión de implementar, a partir de la temporada 2026, el Sistema de Retos ABS para bolas y strikes. Lo que durante décadas fue la palabra sagrada del umpire detrás del plato ahora tendrá un “ojo electrónico” capaz de corregir en segundos una marcación errónea. La tradición choca de frente con la tecnología, y el debate está servido: ¿evolución o traición al béisbol de siempre?
El sistema no elimina al ampáyer (umpire), pero lo condiciona. Ahora, pícher, catcher o bateador podrán desafiar una jugada y pedir la revisión de la zona de strike mediante un software respaldado por cámaras Hawk-Eye de última generación. Cada equipo dispondrá de dos retos por partido, con la posibilidad de conservarlos si el desafío resulta acertado. En otras palabras, la máquina dirá la última palabra cuando la decisión humana sea cuestionada.
Los defensores del cambio aseguran que es un paso indispensable para limitar errores flagrantes y dar mayor justicia al espectáculo. Los estudios de la propia liga señalan que más del 60% de las expulsiones actuales provienen de reclamos por bolas y strikes. Con el nuevo sistema, se busca enfriar los pleitos, disminuir los excesos verbales y, sobre todo, darle al fanático la certeza de que el conteo será el correcto.
Pero no todos aplauden. Los jugadores y entrenadores de la vieja guardia ven en este sistema una amenaza a la esencia del juego. El arte del framing —esa habilidad del receptor para engañar al ampáyer (umpire) y robar strikes— perderá protagonismo. También se teme que la dinámica de los partidos se altere, convirtiendo la pasión del beisbol en una fría operación matemática dictada desde una pantalla.
La polémica no es nueva: el ABS fue probado en ligas menores, entrenamientos de primavera y hasta en el Juego de Estrellas 2025. Ahí, muchos jugadores expresaron que preferían el formato de retos en lugar de una automatización total, pues mantiene cierto margen humano en la toma de decisiones. Las Ligas Mayores recogieron esas voces y optó por un modelo híbrido, un “ni tú ni yo” que no termina de convencer a todos.
El poder de decisión quedó en manos del Comité de Competencia, integrado por dueños, jugadores y un umpire. El voto final fue 9–2, con la resistencia del árbitro y un pelotero que se opusieron a la medida. La mayoría, sin embargo, se inclinó por modernizar el espectáculo, consciente de que la liga compite contra deportes donde la tecnología ya es parte del día a día.
Con este movimiento, el béisbol entra a una era en la que la polémica no desaparecerá, sino que cambiará de rostro. Los aficionados dejarán de gritarle al “ampayer” para reclamarle a la computadora. Y mientras unos celebran la llegada de la justicia tecnológica, otros claman que se pierde la picardía del juego. La temporada 2026 se perfila no solo como un calendario deportivo, sino como un laboratorio en el que se pondrá a prueba el alma misma del béisbol.
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LOS PELOTEROS
Cal Raleigh se perfila como el nuevo rey del jonrón: Le quitaría la corona a Aaron Judge

– Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac
¡Qué espectáculo del batazo rey estamos viviendo esta temporada en MLB!
Cuatro gladiadores compiten por la corona del cuadrangular.
Cal Raleigh, Kyle Schwarber, Shohei Ohtani, y Aaron Judge, son los cuatro colosos que han tejido un tapiz de jonrones que trasciende lo ordinario, convirtiendo cada entrada al estadio en una cita con la historia.
De las batallas épicas que trascendieron su tiempo fue aquella histórica temporada de 1961 en la que dos jugadores de los Yankees se batieron en un duelo: Roger Maris y Mickey Mantle. Maris terminó rompiendo el récord de más jonrones en un año de Babe Ruth, que era de 60, con 61 vuelacercas. Mantle logró 54.
Los tiempos cambian. La bola hoy parece volar más. Los peloteros se han convertido en especie de máquinas para conectar batazos kilométricos. Los batazos resuenan como un trueno primordial, esta temporada de la MLB que se ha erigido como un coliseo de titanes.
No es un mero juego de números y estadísticas; es un drama épico, un ballet de poder y precisión que ha cautivado a la afición con la ferocidad de gladiadores dotados por los dioses del deporte.
La afición, esa legión devota de almas apasionadas por el crack del madero, agradece este banquete con ovaciones que retumban desde Seattle hasta Filadelfia, pasando por Los Ángeles y Nueva York.
RALEIGH HACE HISTORIA
En el corazón de esta tormenta de poder late Cal Raleigh, el bateador ambidiestro de los Marineros cuya trayectoria esta temporada es nada menos que grandiosa.
Con su cuadrangular 57 la noche del pasado sábado en el Daikin Park de Houston, Raleigh no solo se reafirma como el máximo artillero de MLB, sino que rompe la marca histórica de Ken Griffey Jr. con Seattle y pulveriza récords ancestrales: superó los 48 de Salvador Pérez como el catcher con más cuadrangulares en una temporada y eclipsó los 54 de Mickey Mantle para switch-hitterse.
Ganador del Home Run Derby 2025, este chico de Seattle al que le restan aún 8 juegos para rebasar la barrera de los 60, es el nuevo rey indiscutible del cuadrangular. Todo parece indicar que su corona será de hierro forjado en el noroeste, donde la lluvia no apaga el fuego de su bate.
Raleigh no solo pega jonrones; los esculpe, los hace arte en movimiento, un testimonio de que el poder no necesita ser ruidoso para ser devastador.
Un recordatorio vivo de por qué el béisbol no es solo un pasatiempo, sino una epopeya colectiva.
EL LEÑADOR DE FILADELFIA
Kyle Schwarber, el leñador implacable de los Phillies, cuya garra parece forjada en las minas de Pensilvania es otro de los gladiadores que irrumpe en el diamante moderno. Con 53 cuadrangulares, Schwarber ha transformado el Citizens Bank Park en un volcán en erupción.
Inolvidable esa noche de agosto, cuando empató un récord con cuatro jonrones en un solo juego, elevando su total a 49 y silenciando a los escépticos.
Este hombre, que nunca había cruzado la barrera de los 50, ahora lidera la Liga Nacional en carreras impulsadas con 128 y sueña con los 56 proyectados. Schwarber no batea con finesa, batea con furia, como si cada swing fuera una declaración de independencia. En Filadelfia, donde la pasión es un fuego eterno, él es el highlander que no muere, el que hace que los fanáticos coreen
«MVP» como un himno pagano.
EL SAMURAI DE ORIENTE
Pero este no es un reinado solitario. Al otro lado de la costa, en el Dodger Stadium, Shohei Ohtani emerge como un fenómeno mitológico, un ambidextro que desafía las leyes de la física y la tradición. El japonés, con sus 53 jonrones, no solo golpea pelotas a distancias astronómicas, sino que redefine el arte del béisbol.
Ohtani no es un jugador; es una revolución. En una era donde los atletas se especializan hasta el agotamiento, él lo hace todo: batear, lanzar, cprrer. Sus 54 de la temporada pasada fueron un prólogo; este 2025 es el capítulo donde el mundo contiene el aliento.
EL REY DESTRONADO
Allá en el Yankee Stadium tenemos a otro gigante con su swing, que es un arco perfecto de fuerza contenida que envía la bola a las gradas como si fuera un decreto divino. Con 49 cuadrangulares hasta la tarde del pasado sábado, Aaron Judge no solo persigue su propio legado —recordemos sus 62 en 2022, un monumento al poder puro—, sino que eleva el listón para todos.
Es el rey destronado que se niega a abdicar, un bateador que combina la elegancia de un poeta con la brutalidad de un guerrero vikingo.
En la historia moderna del béisbol —esa crónica de hazañas que va de Babe Ruth a Barry Bonds—, no habíamos sido testigos de tal espectáculo. Nunca cuatro, ni siquiera cinco jugadores (contando a Eugenio Suárez con 47), habían coqueteado con los 50 jonrones en una misma campaña sin el fantasma de los esteroides acechando en las sombras.
Esta es una era limpia, pura, donde el talento innato y el trabajo titánico se alían para reescribir los libros. Estos gladiadores, dotados con un poder bateador que parece un don olímpico, nos regalan no solo números, sino emociones: la tensión de una carrera, la euforia de un batazo que besa las nubes, la certeza de que el béisbol sigue siendo el rey de los deportes.
La afición agradece, sí, pero también exige más. Con el otoño a las puertas y los playoffs asomando como un amanecer sangriento, ¿quién ceñirá la corona final? ¿Raleigh, el ambidiestro indomable, mantendrá su trono? ¿Ohtani, el prodigio, alcanzará el cetro? ¿Schwarber, el fiero, irrumpirá como un trueno? ¿O Judge, el gigante, reclamar lo que cree suyo?
Sea como sea, este gran espectáculo nos ha recordado que el béisbol no es solo un juego: es un ritual, una celebración de lo humano elevado a lo divino. Y mientras las bolas sigan volando hacia el infinito, nosotros, los fieles, seguiremos aplaudiendo desde las gradas del tiempo.
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Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos
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LOS PELOTEROS
Charros se quedó sin gas: Diablos, digno campeón

– Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac
Diablos Rojos es un digno y gran campeón. Logró ganar la Serie del Rey, venciendo en la final a Charros de Jalisco, jugando un beisbol de alto nivel al barrer al conjunto tapatío en cuatro juegos.
La superioridad de los capitalinos quedó demostrada. Los escarlatas fueron muy superiores con un equipo muy balanceado, con un juego explosivo, sólidos tanto en la ofensiva, defensiva, corriendo las bases, como su cuerpo de inicialistas y relevistas, mostrando no solo su superioridad, sino pasar a la historia como uno de los mejores clubes en los últimos 50 años al obtener su corona número 18.
Diablos con este campeonato del 2025, no solo es bicampeón de la LMB, sino que además se convierte en el club con más cetros acumulados con 18, superando a Naranjeros de Hermosillo que tiene 17 en la Liga Mexicana del Pacífico.
Una felicitación a Diablos Rojos del México, a su timonel, el norteamericano Lorenzo Bundy, y a su presidente, Alfredo Harp Helú, quien no tuvo reparo en ofrecer los apoyos requeridos —abrir la chequera— para integrar un conjunto de extraordinarios peloteros que venció a todos los rivales que se encontró en el camino.
CHARROS
Terminó el sueño de Charros de Jalisco con el manager Benjamín Gil de timonel de lograr la hazaña de ser el primer equipo campeón de las dos grandes ligas del beisbol en México: Liga Mexicana del Pacífico (LMP) y Liga Mexicana de Beisbol (LMB).
La afición jalisciense al rey de los deportes abrigaba la idea de que su equipo fuera campeón de la liga de verano, después de haber entrado de panzazo a los play-offs de esta temporada 2025, pero llegando a y haber eliminado al gran favorito Sultanes de Monterrey, que había quedado de gran líder en el rol regular, mientras que Charros en la última serie antes de que cayera el calendario, logró colarse a la postemporada.
No fue así. Fue un gran mérito que Charros lograra el Campeonato de la Zona Norte de la LMB, venciendo a Sultanes en dos ocasiones, que era el gran favorito.
Por cierto, el equipo regiomontano el pasado año fue el campeón de la Zona Norte y, al igual que Charros sucumbió en la Serie del Rey en cuatro partidos, lo que nos muestra el poderío de Diablos, convertido en un tremendo trabuco en el beisbol mexicano.
GRAN TEMPORADA DE CHARROS
El conjunto tapatío tuvo este año su segunda participación en la LMB en la era de la familia González Íñigo que adquirió la franquicia que antes perteneció a Mariachis, para convertirlo en Charros. El haber logrado ser campeón de la Zona Norte y disputar con Charros la Serie del Rey en este aniversario del centenario de vida de la LMB, ha permitido vivir semanas muy intensas, con juegos que llevaron las emociones al clímax.
En los dos últimos partidos disputados en el Estadio Panamericano fue muy grato verlo repleto, donde no cabía un alfiler, con la afición empujando al equipo.
Si bien no se logró el campeonato, el equipo cumplió sobremanera, un grupo de peloteros que habían vivido una temporada de altibajos logró sublimarse al final de la temporada con ese espíritu de lucha para lograr que la afición acudiera a darle el apoyo.
Así, termina un ciclo de ensueño para la organización albiazul, que incluyó su tercer trofeo de campeón en la Liga ARCO Mexicana del Pacífico –en enero pasado frente a los Tomateros de Culiacán–, y el pase a la Final de la LMB, fruto de su campeonato en la Zona Norte.
No hay descanso para Charros de Jalisco, que ya se prepara para iniciar la defensa de su título en la LMP: este lunes reportan los primeros invitados al roster para la campaña invernal, que arranca el próximo 16 de octubre, recibiendo a los Águilas de Mexicali, en el Panamericano.