CULTURA
Yalitza Aparicio, guerrera Oaxaqueña nominada al Oscar
LAS MUJERES DE MI TIERRA

Qué difícil será para una mujer como ella entrar en otras misiones y sabores y colores y vestimentas, dejando sus garras a un lado y portando las nuevas prendas que muestran que, también, en Tlaxiaco hace aire y hay mujeres para rato
Por Sócrates A. Campos Lemus
Cortesía del Diario Imagen de Oaxaca
Oaxaca es un nudo mixteco, es el centro de varias etnias que le dan ese sabor y saber de magia y de color, de gustos en las tlayudas, en los mezcales de minas o de pechuga o de magueyes raros como el de coyote o el de tantos niveles y sombras que va generando ese estado entre etílico y mágico, producto de la mezcalina, a lo mejor, por ello, en sus 570 municipios de sus ocho regiones se van tejiendo las historias y las mujeres son parte de ese tejer en la cintura, como si fueran pariendo en cada movimiento y metiendo los colores y las figuras mágicas que tanto asombran a los fuereños y los conquistan y ya no salen, dicen que por comer chapulines o porque les llamaron en las ollitas de barro negro por su nombre y los anclaron en ese pasado que nos brindan las raíces de lo nuestro y nos permiten hurgar el presente y el futuro, como son las razas, bajitas, pegadas a la tierra y al barro y al polvo y en la Mixteca, cuando uno vaga por Tlaxiaco, uno podrá ver aquella bonanza de los cafetaleros cuando desde Pochutla y Puerto Ángel sacaban el oro café, el café de grano que en aromas y sabores y alturas y colores nos van dando el despertar de cada mañana, o la magia de los hongos de allá, de la madre María Sabina que con sus cantos y sus sonrisas y velaciones conquistó al mundo de las finanzas o de la música o de los intelectuales que no dejaban de asombrarse ante las figuras y los aires que salían de su interior, como cuando descubrieron de esos hongos, el LSD, magia pura y camino al infierno, así es la vida… naces y vas muriendo como conquistando el alma, como conquistando el recuerdo y lo dejas en un jarrito de barro, que por ahí rueda tratando de regresar a la tierra.
Yalitza Aparicio es como formada de esa tierra y de ese barro, dura de facciones y amorosa en su seno, seria, porque no hay mucho por qué reír en Tlaxiaco, en la zona del viejo aeropuerto que era una pista clandestina que deja marcado el tráfico de drogas y el de contrabando, alejada del centro, sin agua, llena de polvo y sequedad, ahí, en una casucha de láminas, al lado de sus padres y hermanos, ella sale con el sueño juarista a buscar su preparación y quién nos cuenta las hambres y las penurias cuando estudiaba en la Escuela Normal, cuántas cosas se le antojarían, cuántas lágrimas dejaron regadas en las calles de la Vieja Antequera, así siguió y salió, no sabemos cómo, pero buscó empleo de maestra y le fue negado por las circunstancias y al final sin otro modo de vida siguió haciendo piñatas para llevar algo de comer a su casa materna y seguro que entre el engrudo y las ollas y el papel de china y el periódico vagaban sus sueños, en muchos se veía al lado de sus niños enseñando lo que le gusta, las primeras letras y la historia del de Guelatao, que cada oaxaqueño la trae en el alma como el cantar mixteco o el de Dios nunca muere y así, tarareando el qué lejos estoy del suelo donde he nacido, inmensa nostalgia invade mi pensamiento, secaba las lágrimas que no vimos en las películas ni en los gestos ni el asombro de tener una vida paralela con una mujer casi igual a ella que fuera la nana de Cuarón, el cineasta que regresó de pronto a sus calles de la Roma y a sus recuerdos y a sus desesperanzas y a sus sueños y ahí, Yalitza, le volvió la vida y sus recuerdos y eso es magia pura como si de pronto María Sabina llegara por la vida y nos diera nuevos bríos y sueños.
Y, de pronto, un éxito que nadie espera, a lo mejor lo pensaban y lo soñaban, pero solamente hasta ver el impacto en la gente y en la identificación entre esa mujer con millones de mujeres que han sido la salvación de familias enteras se ve la fuerza y la fortaleza de la raza y del color cobrizo y a muchos les espanta, han creído que solamente los blanquitos y güeritos tienen futuro y, cuando ven al igual que cuando vieron a Juárez llegar como un indio valiente y trasformador, se espantaron, ahora, con ella, con Yalitza, también algunos mochos y espíritus atrasados sacan sus horrores y desprecios y su discriminación, y eso, sin duda, duele, nos duele a muchos y ella con esa cara fuerte, maciza, con ojos grandes, solamente ve a lo lejos y no se queda en los reclamos cercanos, porque no le pertenecen, ella, es de otra madera y de otra tierra, de esa tierra que da nostalgia, que se recuerda y se llora al cantarla con un mezcal o una simple tlayuda al lado del fogón y del recuerdo, así, en la sequedad del monte, en la sangría de la Mixteca también se agrietan los pies y se rompe el alma, pero se deja el espíritu que vaga con los aires de esa tierra: A Tlaxiaco, como que le llegó la maldición de un tiempo y de ser la “pequeña Francia”, ahora, solamente es un simple referente y es una mujer o son mujeres como Yalitza y Lila, la cantante de los ayeres y los recuerdos los que marcan, ahora, la tierra Mixteca, como que son las guerreras que llegan a rescatar lo nuestro y nos hacen estremecer y llorar y reír y sacar la lágrima para mojar la tierra seca.
Qué difícil será para una mujer como ella entrar en otras misiones y sabores y colores y vestimentas, dejando sus garras a un lado y portando las nuevas prendas que muestran que, también, en Tlaxiaco hace aire y hay mujeres para rato…Por María Sabina se supo de Oaxaca, conquistando a muchos extranjeros que llegaron simplemente a comer hongos, las manitas, y conocer a María Sabina, por Lila se conoce la música de estas tierras y, por Yalitza, se conoce a su gente y su color y su fuerza, por ello, cuando pienso en esto, creo que Juárez y don Porfirio están sonriendo al lado de los Flores Magón y de Vasconcelos y Tamayo…a lo mejor sin mezcales, simplemente sonriendo, que también es una droga para el alma en estas tierras secas y agrietada.
socrates_campos8@yahoo.com.mx
CULTURA
El húngaro László Krasznahorkai es el ganador del Premio Nobel de Literatura 2025

– Por Redacción Conciencia Pública
El nuevo Premio Nobel de Literatura 2025 es László Krasznahorkai, un escritor húngaro reconocido por su obra visionaria y apocalíptica.
La Academia Sueca del Premio Nobel decidió premiarlo «por su obra convincente y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte». Krasznahorkai, de 71 años, es conocido por sus novelas de oraciones largas y complejas, con temas de decadencia, melancolía y existencialismo.
Sus obras incluyen Sátántangó (1985), adaptada al cine por Béla Tarr, y La melancolía de la resistencia (1989).
Es el primer húngaro en ganar este premio desde Imre Kertész en 2002. El anuncio se hizo hoy, 9 de octubre de 2025, en Estocolmo, y la ceremonia de entrega será el 10 de diciembre.
Vida y contexto
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Proviene de una familia de clase media. Su padre, György Krasznahorkai, era abogado, y su madre, Júlia Pálinkás, trabajaba como administradora de seguridad social.
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En su juventud estudió derecho y luego lengua y literatura húngara.
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Trabajó como editor hasta 1984, cuando comenzó a dedicarse completamente a la escritura independiente.
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Vivió durante un tiempo en Berlín, lo que marcó una fase de apertura cultural en su obra, y luego regresó a Hungría, instalándose de forma relativamente solitaria en las colinas de Szentlászló.
Estilo y temas
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Sus novelas son conocidas por su densidad, largas frases encabalgadas y una estructura casi musical, lo que las hace exigentes para el lector.
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Los temas recurrentes en su obra incluyen la decadencia social, el colapso, la melancolía, el apocalipsis simbólico y la tensión entre destrucción y creación artística.
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Se le enmarca muchas veces en corrientes posmodernas o literaturas difíciles, con una fuerte conexión con la tradición filosófica y literaria centroeuropea
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Además, sus viajes a Asia, especialmente China y Japón, influyeron en su visión estética y filosófica.
Obras destacadas
Algunas de sus novelas, libros cortos y colaboraciones más conocidas:
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Sátántangó (1985) — su primera novela, adaptada al cine por Béla Tarr.
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The Melancholy of Resistance (1989)
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War & War
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Destruction and Sorrow Beneath the Heavens
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Seiobo There Below
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Baron Wenckheim’s Homecoming
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Herscht 07769 (más reciente)
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Entre sus obras más cortas o híbridas: Animalinside, Spadework for a Palace, Chasing Homer (con ilustraciones).
También ha colaborado con el cine, adaptando algunas de sus obras con el director Béla Tarr (por ejemplo Sátántangó, Werckmeister Harmonies).
CULTURA
Más que misionero, un intelectual: Presentan libro sobre Juan Nentwig, el jesuita que marcó la sierra de Sonora

– Por Diego Morales Heredia
“Juan Nentwig, vida y obra del jesuita que forjó la sierra alta de Sonora”, es el título del libro que presentó el periodista José Manuel Barceló, una investigación sobre uno de los misioneros jesuitas que más destacó, no solo por su labor misional, sino por hacer la descripción geográfica de la provincia de Sonora.
Para el destacado periodista, es una obra imperdible, pues está basada en un documento manuscrito que se encuentra bajo resguardo en el Archivo General de la Nación y tuvo la oportunidad de consultar para presentar este trabajo de investigación.
“Escribir es fácil, publicar es casi imposible”, expresó el autor del libro. “Esta gente hizo que Sonora tuviera una de sus grandes vocaciones, en la agricultura, ganadería y minería, que fueron las grandes obras que hicieron estos extranjeros que dejaron toda su comunidad, se vinieron a la zona más inhóspita y salvaje”, refirió Barceló sobre la aportación de Juan Nentwig en la región.
Agregó: “Su tarea fundamental y legado está en dos partes, en la administración de la visión, de una comunidad, la creación de tierras abiertas al cultivo mismo como parte fundamental de su tarea. Hice todo un esfuerzo inaudito por conseguir la información, hay que registrarse como investigador, lo logré, encuentro que el castellano que usa es más o menos correcto, teniendo en cuenta que no es su idioma original”.
Para resaltar al personaje descrito en el libro, José Manuel Barceló apuntó a Juan Nentwig como un intelectual y académico, más que un misionero jesuita, durante su paso en Sonora. “Más que misionero y evangelizador, era un intelectual, un académico que clasificó plantas, animales, hace que su trabajo sea muy reconocido, es uno de los documentos más valiosos para la historia del noroeste. La sierra alta es muy agrícola y ganadera. Producir la tierra en esa zona fue en gran parte por esta gente”, expresó agradeciendo a todos los presentes por su interés en el libro.
La presentación, que se llevó a cabo en el Museo de la Ciudad de Guadalajara, contó con la presencia de amigos y familiares de José Manuel Barceló. En su participación, José María Muriá, académico y amigo personal del autor del libro, resaltó el valor del contenido de la obra presentada a pesar de que personalmente no conoce la región de la cual se escribe,
“Tengo el gozo de la más absoluta de las ignorancias, nunca he estado en la zona, he hecho varios intentos de adentrarme a esa parte de la sierra madre, de manera que es un sacrilegio muy grande hablar de una tierra que no conozco, con muchos prejuicios peyorativos”.
Agregó: “Cuando mi querido amigo me hizo el favor de invitarme a presentar este libro de su autoría sobre un importante jesuita, esperaba que yo pudiera aportar más conocimientos en vez de hacer juicios críticos, pero no, resulta que mi ignorancia podría tacharse de enciclopedia. De tal manera, que un cierto prestigio que me he ganado como criticón será víctima de una merma”.
Adentrándose en el contenido del libro, José María Muriá resaltó el trabajo de investigación que tuvo el autor que es oriundo de esa región, pero que tiene años trabajando ya en Jalisco como un reconocido comunicador.
“Quizá tendría cierta autoridad, no son pocas horas en adentrarme en la historia de la propia historia. De lo que trata el libro es del noroeste mexicano en el siglo 18, específicamente la historia de una recóndita región en uno de los espacios de esa gigantesca cordillera. Eligió un tema de una zona apartada de México, con una gran cantidad de horas de trabajo en la preparación de este libro”.
Subrayó: “El autor merece una gran felicitación, por tener acceso a una figura tan interesante como la de este jesuita que se vino a involucrar en la sierra de Sonora, dejó una huella, que supo aprovechar José Manuel Barceló, oriundo de esas tierras norteñas, aunque ya se haya enraizado en nuestras tierras tapatías”.
Por su parte, el periodista sonorense Carlos Martínez Macías resaltó la investigación de José Manuel Barceló que se refleja en una de las obras más completas del jesuita que marcó la sierra alta en Sonora.
“Ya había escuchado sobre Juan Nentwig, hay que reconocer a José Manuel Barceló para rescatar estos documentos históricos y darle forma al libro. Hay pasajes extraordinarios, se habla con crudeza del viaje de España a estas tierras, es fascinante todo lo que se encuentra. Su labor en las tierras de Sonora y su cariño por la región”, puntualizó.
CULTURA
Una batalla tras otra: Política, acción y el regreso de Paul Thomas Anderson

– Conciencia en la Cultura, por Luis Ignacio Arias
“Una batalla tras otra” marca el regreso del director Paul Thomas Anderson, conocido por películas como Petróleo Sangriento y El hilo fantasma, con un estilo que combina precisión visual y sonora con narrativas complejas y exploraciones profundas del poder y las relaciones humanas. Su nueva producción, «Una batalla tras otra», Anderson presenta a Leonardo DiCaprio, quien interpreta a Bob Ferguson, un exmilitante revolucionario obligado a enfrentar los fantasmas de su pasado mientras protege a su hija.
El reparto está conformado por Sean Penn, Benicio del Toro y Teyana Taylor. La película se perfila como uno de los estrenos más ambiciosos y esperados del año, mezclando acción, drama y sátira política bajo la mirada autoral de Anderson.
La historia trata de Bob Ferguson (Leonardo DiCaprio), un exmilitante revolucionario que queda a cargo de la hija recién nacida que tuvo de una relación con su compañera de grupo, después de un golpe fallido. Tras 16 años, reaparece el antagonista coronel Lockjaw (Sean Penn), reviviendo amenazas del pasado y obligando a Bob a enfrentar los fantasmas de su vida revolucionaria para proteger a Willa (Chase Infiniti).
Más allá de la historia familiar, «Una batalla tras otra» se sumerge en un contexto político y social complejo, en el que los ideales revolucionarios y la represión estatal se entrelazan con la vida cotidiana de los personajes. Anderson no solo narra la historia de un padre protegiendo a su hija, sino que explora cómo el pasado político y los compromisos ideológicos moldean el presente, mostrando que las decisiones tomadas décadas atrás siguen repercutiendo en la vida de las nuevas generaciones.
La película aborda la radicalización política, los enfrentamientos entre activistas y las estructuras de poder que buscan controlarlos, creando un trasfondo de tensión constante.
Anderson también utiliza la película para reflejar dinámicas sociales contemporáneas: la importancia de la responsabilidad generacional, la educación y la protección de los jóvenes frente a sistemas opresivos, y la forma en que las sociedades recuerdan y reinterpretan sus luchas pasadas. Cada acción, desde las escenas de persecución hasta los momentos de tensión familiar, sirve para subrayar cómo la política, la historia y la vida personal están inexorablemente conectadas.
DiCaprio construye un personaje complejo, equilibrando la fuerza de un activista capaz de actuar bajo presión con la vulnerabilidad de un padre preocupado por la seguridad y bienestar de su hija. Su actuación combina fuerza, culpa y determinación, mostrando los conflictos internos que Bob enfrenta al reconciliar su pasado político con su presente familiar.
La química del actor con Chase Infiniti, quien interpreta a Willa, y con Teyana Taylor, en el papel de Perfidia, refuerza la carga emocional de la historia, mientras sus confrontaciones con Sean Penn elevan la tensión dramática y subrayan la capacidad de Bob para liderar y responder ante los peligros que amenazan su familia y legado.
Además de la fuerza narrativa y actoral, la cinta se distingue por su estilo cinematográfico característico de Paul Thomas Anderson, que combina precisión visual, audacia narrativa y riqueza simbólica. «Una batalla tras otra» fue rodada en 35 mm, una elección que le otorga textura y profundidad visual, reforzando la sensación de cine clásico y dotando a las escenas de acción y drama.
La fotografía de Michael Bauman resalta la tensión y la intimidad de los personajes, mientras que el montaje de Andy Jurgensen mantiene un ritmo ágil que alterna momentos de suspenso, acción y pausa dramática, sin perder coherencia en la narrativa.
Mención aparte para la banda sonora a cargo de Jonny Greenwood, en su cuarta colaboración con Anderson, con quien ha trabajado en Petróleo Sangriento, The Master, Vicio Propio y El hilo fantasma. En esta película aporta una dimensión emocional y atmosférica, intensificando la carga política y familiar de la historia.
Anderson también se permite romper con algunas de sus reglas habituales: en escenas concretas, como la representación directa de la vulnerabilidad de ciertos personajes, se muestra lo que normalmente sugeriría, utilizando el plano como recurso simbólico y narrativo. Esta decisión audaz enfatiza la tensión psicológica y política, demostrando que Anderson sigue explorando los límites de su propio lenguaje cinematográfico.
La combinación de técnica cinematográfica, estilo visual y recursos simbólicos convierte a «Una batalla tras otra» en una obra que no solo narra una historia de acción y drama familiar, sino que también ofrece una reflexión sobre la memoria histórica, la política y la responsabilidad generacional.
También apuntan el potencial de la película para los premios internacionales, dado el historial de colaboraciones exitosas entre Anderson y DiCaprio, y el reconocimiento previo de Anderson en festivales y ceremonias por su mirada autoral. La combinación de un reparto estelar, una producción de gran presupuesto y un enfoque narrativo audaz coloca a Una batalla tras otra en el radar de las producciones cinematográficas más significativas de 2025, generando expectativas de un impacto tanto comercial como crítico.
Finalmente, se resalta que la película no solo entretiene, sino que invita a la reflexión sobre la memoria histórica, la política y la responsabilidad individual y colectiva, posicionándose como un ejemplo de cine de autor que logra resonar en el público contemporáneo sin sacrificar la accesibilidad narrativa.
CULTURA
Presentan libro sobre Juan Nentwig, el jesuita que forjó la sierra de Sonora

– Por Diego Morales Heredia
“Juan Nentwig, vida y obra del jesuita que forjó la sierra alta de Sonora”, es el título del libro que presentó el periodista José Manuel Barceló, una investigación sobre uno de los misioneros jesuitas que más destacó, no solo por su labor misional, sino por hacer la descripción geográfica de la provincia de Sonora.
Para el destacado periodista, es una obra imperdible, pues está basada en un documento manuscrito que se encuentra bajo resguardo en el Archivo General de la Nación y tuvo la oportunidad de consultar para presentar este trabajo de investigación.
“Escribir es fácil, publicar es casi imposible”, expresó el autor del libro. “Esta gente hizo que Sonora tuviera una de sus grandes vocaciones, en la agricultura, ganadería y minería, que fueron las grandes obras que hicieron estos extranjeros que dejaron toda su comunidad, se vinieron a la zona más inhóspita y salvaje”, refirió Barceló sobre la aportación de Juan Nentwig en la región.
Agregó: “Su tarea fundamental y legado está en dos partes, en la administración de la visión, de una comunidad, la creación de tierras abiertas al cultivo mismo como parte fundamental de su tarea. Hice todo un esfuerzo inaudito por conseguir la información, hay que registrarse como investigador, lo logré, encuentro que el castellano que usa es más o menos correcto, teniendo en cuenta que no es su idioma original”.
La presentación, que se llevó a cabo en el Museo de la Ciudad de Guadalajara, contó con la presencia de amigos y familiares de José Manuel Barceló, además de la participación del académico José María Muriá y el periodista Carlos Martínez Macías.