Beisbol
Detrás del éxito de Charros hay una sólida organización: Luis Alberto González

Por Gabriel Ibarra Bourjac //
En una vibrante conversación Luis Alberto González, conocido como Beto, Director General de Charros de Jalisco, comparte su pasión por el béisbol y su visión para consolidar a la organización como un referente deportivo y de entretenimiento en Guadalajara. Originario de Sonora, Beto confiesa que, aunque extraña el calor, la carne asada y a su familia, pero dirigir a Charros es un sueño que supera cualquier nostalgia.
Con dos campeonatos en la Liga Mexicana del Pacífico y un título en la primera temporada de la Liga Mexicana de Softbol Femenil, la empresa liderada por la familia González Íñigo ha transformado al equipo en un símbolo de éxito y conexión con la afición.
Beto revela los pilares de la estrategia de la familia González Íñigo: una estructura sólida que combina talento deportivo con un enfoque empresarial, un espectáculo integral que va más allá del juego y un compromiso con la comunidad jalisciense.
En un mercado competitivo como Guadalajara, donde el fútbol y los eventos culturales dominan, Charros ha sabido capitalizar la rica tradición beisbolera de la región y el respaldo de patrocinadores para ofrecer una experiencia única.
Esta entrevista explora cómo la familia González Íñigo y su equipo directivo han construido un modelo ganador, apostando por el desarrollo de talento joven, contrataciones estratégicas como la de Benjamín Gil, y una visión a largo plazo para llevar el béisbol de Jalisco a nuevos horizontes.
“TODO EQUIPO SUEÑA CON GANAR CAMPEONATOS”
Gabriel Ibarra Bourjac (GIB). Luis Alberto González, conocido como Beto. ¿No extrañas el calor, la carne asada y la comida sonorense?
Luis Alberto González (LAG): Claro que sí, extraño todo eso y a mi familia. Pero estar al frente de un equipo como Charros de Jalisco es un proyecto tan apasionante que, al ponerlo en la balanza, no hay comparación. Dirigir esta organización en Guadalajara es un sueño hecho realidad. Estoy muy satisfecho, especialmente con los resultados: dos campeonatos en cuatro temporadas en la Liga Mexicana del Pacífico y un título en la primera temporada de la Liga Mexicana de Softbol Femenil.
GIB: ¡Eso es impresionante, Beto! ¿Lo imaginabas cuando empezaste?
LAG: Todo equipo deportivo sueña con ganar campeonatos. Quien diga lo contrario es demasiado modesto. Lograr dos títulos en la Liga Mexicana del Pacífico y uno en softbol femenil en tan poco tiempo es una gran satisfacción para la familia González Íñigo y para toda la organización de Charros de Jalisco. Es el resultado del esfuerzo colectivo.
GIB: ¿Cómo diseñaron la estrategia para convertir a Charros en un equipo campeón, tanto en béisbol como en softbol, y ofrecer un espectáculo todo el año en Guadalajara?
LAG: Todo comienza con una estructura sólida. Detrás de los 30 jugadores y el cuerpo técnico hay cerca de 50 colaboradores en áreas como mercadotecnia, venta de boletos, patrocinios y tiendas. Ellos hacen posible que cada día de juego sea una experiencia de entretenimiento única, más allá del éxito deportivo. Además, el consejo de administración, liderado por la familia González Íñigo, impulsa una visión estratégica enfocada en dos objetivos: éxito deportivo y empresarial. No es solo una pasión por el béisbol; es un negocio que beneficia a nuestra comunidad, desde los colaboradores hasta los aficionados.
GIB: En una ciudad como Guadalajara, donde el fútbol domina y hay tantas opciones de entretenimiento, ¿cómo logran atraer aficionados y mantener un espectáculo de calidad?
LAG: Es un desafío diario. Guadalajara es una plaza vibrante, pero competimos con fútbol, conciertos y eventos culturales. Sin embargo, la ciudad tiene una rica tradición beisbolera, especialmente en regiones como los Altos de Jalisco, donde hay más canchas de béisbol que de fútbol. Aprovechamos esta base, junto con el arraigo del béisbol del Pacífico, para conectar con los aficionados. Los patrocinadores también son clave, ya que comparten nuestro compromiso de ofrecer un espectáculo de primer nivel, tanto en lo deportivo como en la experiencia en el estadio.
REPLICAR EL ÉXITO DE CHARROS EN VERANO
GIB: Replicar el éxito de la Liga Mexicana del Pacífico en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) durante el verano es un reto. ¿Cuál es su plan?
LAG: En nuestra segunda temporada en la LMB, apostamos por la continuidad de figuras clave como Billy Hamilton, Mateo Gil, Luis Payán, Luis Iván Rodríguez y Michael Wielansky. Estos jugadores no solo aportan talento, sino que generan identidad y conexión con los aficionados. Estamos construyendo una base sólida para competir con la misma pasión y calidad que en el invierno, aunque reconocemos que es un proceso que llevará tiempo.
GIB: Charros lidera el béisbol del Pacífico con un modelo de negocio exitoso. ¿Cómo lo han construido en una plaza tan dinámica como Guadalajara?
LAG: Guadalajara es ideal por su dinamismo y empuje empresarial. Partimos de una franquicia bien posicionada, con una base comercial sólida. Hemos fortalecido este modelo con estrategias que combinan espectáculo deportivo, compromiso con los aficionados y alianzas con empresas locales, consolidando nuestro liderazgo en la Liga Mexicana del Pacífico.
GIB: “Todos somos Charros” es un gran concepto creado por la anterior administración. ¿Sigue vigente?
LAG: Es un lema que conecta profundamente con la comunidad. Lo hemos potenciado mejorando continuamente la experiencia en el estadio, desde el espectáculo hasta los servicios, para que los aficionados vivan momentos inolvidables.
“UNA DECISIÓN MEDITADA, NO IMPULSIVA”
GIB: Entrar a la Liga Mexicana de Beisbol fue una decisión audaz. ¿Cómo se tomó?
LAG: Fue una decisión meditada, no impulsiva. Tras un análisis exhaustivo y debates en el consejo, identificamos tres ventajas clave: primero, creemos que Guadalajara tiene suficiente afición y población para sostener béisbol todo el año, con cerca de 100 juegos.
Segundo, participar en la LMB nos permite aspirar a un estadio moderno, con tecnología e innovación acordes a la grandeza de Jalisco.
Tercero, queríamos dar continuidad al esfuerzo previo de traer béisbol de verano, iniciado por administraciones anteriores. Aunque reconocemos que es un proceso gradual, estamos satisfechos con los avances y confiados en el camino que llevamos.
EL ACIERTO DE CONTRATAR A EL MATADOR
GIB: La contratación de Benjamín Gil, considerado el mejor manager mexicano, fue un gran acierto. ¿Cómo lograron traerlo?
LAG: Benjamín siempre estuvo en nuestro radar. Su liderazgo en el Clásico Mundial, con México destacando bajo su mando, confirmó su valía. Es un manager probado, gran comunicador, motivador, bilingüe y con una estrategia clara: defensiva sólida, velocidad en las bases y relevo sobresaliente. Íñigo González Covarrubias lideró las negociaciones, convenciendo a Benjamín de unirse a un proyecto ambicioso que, aunque en ese momento eran ideas, hoy es una realidad. Su llegada, incluso cuando estaba cerca de oportunidades en Grandes Ligas, fue un gran logro.
GIB: ¿Qué compromiso asumió Benjamín en términos de campeonatos?
LAG: Benjamín se comprometió a competir por tres campeonatos en torneos de verano e invierno. Entró a mitad de la temporada 2023-24 en la Liga Mexicana del Pacífico, cuando el equipo estaba en un bache. Logró llevarnos a playoffs y fue nombrado Manager del Año. En la temporada completa 2024-25, ganamos el campeonato y nuevamente fue reconocido como Manager del Año. En verano, aunque la primera temporada fue complicada, sentó las bases para el éxito actual.
GIB: Charros ha destacado por desarrollar talento joven, como Jared Serna, Alex Osuna. ¿Cómo avanza el trabajo en las fuerzas básicas?
LAG: El desarrollo de talento mexicano es una prioridad. Jugadores como Jared Serna, Alex Osuna, Fernando Villegas (Novato del Año), Julián Ornelas y Alemao Hernández son ejemplos de un proceso ordenado que comenzó antes de nuestra administración y hemos fortalecido. Estamos formando a nuevas promesas, como Darío Gardea, un pitcher con gran velocidad y comando, y Carlos Báez, un fielder de 19 años con un brazo excepcional. En la LMB, donde hasta 20 extranjeros por equipo limitan espacios para mexicanos, nuestro compromiso es seguir desarrollando talento local con especialistas como Eliseo Villarreal, quien lidera este proyecto.
GIB: Háblanos del equipo directivo que ha llevado a Charros a estos resultados.
LAG: Desde que entramos a la LMB, confiamos en dos jóvenes talentos: Héctor Carrillo y Miguel Solís. Héctor, hijo del legendario Matías Carrillo, ha sido clave en armar el equipo, logrando movimientos como el cambio por Manny Bañuelos, la contratación de Mateo Gil y el descubrimiento de Michael Wielansky, quien batea cerca de .400. Miguel, también de familia beisbolera, aporta visión y experiencia. Juntos, lideran el área deportiva con un enfoque fresco y estratégico que ha dado resultados.
LA GRAN ADQUISICIÓN DE MANNY BAÑUELOS
GIB: La llegada de Manny Bañuelos fue determinante para el campeonato. ¿Cómo lograron ese cambio con Tomateros?
LAG: Traer a Manny Bañuelos requirió una negociación compleja. Es un pitcher abridor zurdo mexicano, un perfil escaso y valioso. Para lograrlo, cedimos a Víctor González, un nayarita con experiencia en Grandes Ligas. La decisión fue difícil y debatida, pero sabíamos que Manny cambiaría la dinámica del equipo. Su solidez en la postemporada lo demostró. Tomateros exigió algo de igual valor, como es habitual con organizaciones profesionales. Aunque Víctor no lanzó con ellos, nuestro análisis previo, considerando su posible partida a Estados Unidos, nos dio confianza en la decisión.
GIB: Háblame del equipo directivo que lidera el área deportiva de Charros de Jalisco y ha impulsado estos resultados exitosos.
LAG: Desde que asumimos la gestión del béisbol de verano, decidimos confiar en dos jóvenes talentos del béisbol mexicano para liderar el área deportiva. Por un lado, está Héctor Carrillo, hijo de Matías Carrillo, una leyenda del béisbol mexicano, considerado entre los mejores jugadores de nuestra historia. Héctor creció inmerso en este deporte y, a pesar de su juventud, ya tiene experiencia en la formación de equipos competitivos. Le dimos la responsabilidad de armar a Charros de Jalisco en la Liga Mexicana del Pacífico, y sus decisiones han sido clave: logró el cambio por Manny Bañuelos, la incorporación de Mateo Gil, la contratación de Reinaldo Rodríguez justo antes del arranque de la temporada anterior y el descubrimiento de Michael Wielansky, un jugador sin experiencia previa en México que quedó segundo en la votación al Jugador Más Valioso y actualmente batea cerca de .400.
Por otro lado, está Miguel Solís, también joven y proveniente de una familia beisbolera. Miguel aporta una visión fresca y conocimiento profundo del deporte, habiendo trabajado en roles estratégicos dentro del béisbol mexicano. Juntos, Héctor y Miguel forman un equipo dinámico que combina experiencia, innovación y pasión, lo que ha sido fundamental para consolidar a Charros como una organización líder.
RENOVACIÓN TOTAL DE CHARROS DE VERANO
GIB: La primera temporada en la LMB fue difícil, de gatos negros, pero esta segunda muestra un equipo renovado. ¿Cómo lograron esta transformación?
LAG: El año pasado tuvimos poco tiempo para armar el equipo, heredando la base de Mariachis de Guadalajara. Aunque confiamos en algunas piezas, no alcanzamos el nivel esperado. Desde el final de esa temporada, hicimos cambios significativos. Por ejemplo, cambiamos a Greg Bird por Allen Córdoba, y a Oswaldo Arcia por Johneshwy Fargas y Edwin Díaz, quienes han fortalecido el equipo.
Renovamos casi toda la rotación de lanzadores y ajustamos el line up inaugural, con solo un jugador repetido respecto al año pasado. Diseñamos un equipo adaptado a nuestro parque, donde la pelota vuela por la altura, priorizando pitchers estratégicos y bateadores que no dependan solo del jonrón. Seguimos ajustando, pero estamos mucho más confiados.
GIB: ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades del equipo actual en la LMB?
LAG: Tras una pretemporada intensa, identificamos al cuerpo de relevistas como nuestra mayor fortaleza. Sin embargo, hemos tenido sorpresas negativas con algunos jugadores que brillaron el año pasado y ahora han batallado. Esto ha costado juegos que teníamos ganados. Estamos haciendo ajustes, pero sin precipitarnos. Es una temporada larga, con más de 90 juegos, y apenas llevamos unos 20. Confiamos en la base del equipo y creemos que podemos mejorar nuestra posición actual en la tabla.
GIB: ¿Crees que este equipo puede llegar a playoffs y pelear por el campeonato?
LAG: Nuestra meta es clara: clasificar a playoffs. Sabemos que, si llegamos en buen momento, podemos competir por el título. La mentalidad de Benjamín y los jugadores es de campeones, aunque reconocemos que enfrentamos equipos fuertes, especialmente en la Zona Norte. Llegar a playoffs es el primer paso; después, que se cuiden.
Beisbol
Charros en ascenso: Pitcheo y racha ganadora

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
A mitad de la temporada 2025 de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB), con 47 de los 90 juegos del rol regular disputados hasta el sábado 14 de junio, los Charros de Jalisco han encendido las alarmas con una racha ganadora que los reposiciona en la Zona Norte.
Tras vencer en siete de sus últimos ocho encuentros, incluyendo seis triunfos consecutivos, el equipo jalisciense muestra señales de recuperación tras un bache que amenazó con descarrilar su campaña. ¿Qué impulsa este resurgimiento y qué perspectivas tienen los Caporales en la pelea por los playoffs? Para responder, consulté a dos figuras clave: Luis Alberto González, director general, y Juan Carlos González Iñigo, asesor del equipo.
El pitcheo, que representa al menos el 70% del éxito en el béisbol, ha sido el talón de Aquiles no solo de los Charros, sino de varios equipos de la LMB. La salida del abridor estelar Bryce Conley, fichado por los Nacionales de Washington tras un arranque dominante, dejó un hueco en la rotación. “Su partida nos obligó a improvisar, aunque lo anticipábamos”, reconoce Luis Alberto González.
Los abridores iniciales, tanto mexicanos como extranjeros, no rindieron como se esperaba, forzando ajustes en el bullpen. En las últimas tres semanas, Charros reforzó su cuerpo de relevistas con incorporaciones como Henry Mejía, José Fernández y Alex Bustamante, despidiendo a pitchers como Vidal Nuño, Jonathan Aro y Esteban Haro. “Ahora tenemos un bullen más confiable, clave en una liga donde un juego puede requerir hasta diez relevistas”, subraya González.
Juan Carlos González Iñigo, por su parte, destaca el potente bateo del equipo, pero coincide en que el pitcheo es la preocupación central. “La pelota está más viva y volátil esta temporada, y la altitud de estadios como el Panamericano en Guadalajara, Aguascalientes o Querétaro amplifica los batazos”, explica.
La rotación sufrió tras la salida de Conley, y pitchers como el cubano Elian Leyva y Jeremy Rhoades fueron dados de baja por bajo rendimiento, sustituidos por Pavel Hernández y Dovydas Neverauskas. Sin embargo, los mexicanos Eduardo Vera, Luis Payán y el puertorriqueño Dereck Rodríguez han mostrado mayor adaptación a las condiciones del Panamericano. “Los pitchers mexicanos se adecúan mejor por su experiencia en estas alturas”, afirma González Iñigo, citando al ex ganador del Cy Young norteamericano Trevor Bauer como ejemplo de versatilidad e inteligencia, una cualidad escasa pero vital.
La esperanza también recae en el regreso de Luis Iván Rodríguez, esperado tras el Juego de Estrellas en julio, para fortalecer la rotación junto a Vera y Payán. “Con un cuerpo de diez relevistas sólidos y abridores consistentes, somos más competitivos”, asegura Luis Alberto González. Esta reestructuración llega en un momento crucial, pues la LMB es una liga impredecible donde las rachas no garantizan el éxito en playoffs.
Hace apenas unas semanas, los Charros parecían hundirse luego de tres series perdedoras, pero su reciente racha los coloca a 4.5 juegos del líder en la Zona Norte, donde Tecolotes, Algodoneros, Sultanes, Toros y Acereros libran una cerrada batalla por la supremacía, con solo 3.5 juegos de diferencia entre el primero y el cuarto.
La clave para los Charros será mantener la consistencia en el montículo y capitalizar su bateo explosivo, que ha sido un pilar en esta campaña. Los ajustes a mitad de temporada, aunque arriesgados, parecen rendir frutos, posicionando al equipo no solo para asegurar un boleto a los playoffs, sino para competir de tú a tú con potencias como Sultanes, Toros o Acereros, que combinan experiencia y profundidad en sus rosters.
Si el bullpen sigue consolidándose y los abridores mexicanos mantienen su nivel, los Caporales podrían escalar hasta la cima de la Zona Norte antes del cierre del rol regular. Por ahora, la racha ganadora en el Panamericano, frente a rivales como Leones de Yucatán, es una señal alentadora de que los Charros están encontrando su ritmo justo a tiempo.
Beisbol
La hazaña para la historia de Ronnie Camacho: 27 jonrones hace 62 años en la Liga del Pacífico

Por Gabriel Ibarra Bourjac //
El sol se alzaba implacable sobre Empalme, Sonora, aquel febrero de 1963, tiñendo de dorado las calles polvorientas que conducían al estadio de los Rieleros. Ronaldo “Ronnie” Camacho, el “roperón de Empalme”, caminaba hacia el diamante con el peso de su pueblo sobre los hombros.
En su mirada se mezclaban la determinación y el nerviosismo: sabía que la penúltima serie del rol regular en la Liga Mexicana del Pacífico sería su prueba de fuego.
Los Naranjeros de Hermosillo, líderes de la liga, llegaban a retarlo, y con ellos, dos titanes del bateo, Héctor Espino, el “Supermán de Chihuahua”, y Saúl Villegas. Ronnie cargaba 24 jonrones; Espino y Villegas, empatados con 23, acechaban su corona. El aire vibraba con la expectativa de 15 mil fanáticos que abarrotaban las gradas, ansiosos por presenciar una batalla que pasaría a la historia.
Desde el primer juego, el estadio se convirtió en un caldero de emociones. Ronnie, con su bat al hombro, sentía cada mirada mientras se paraba en la caja de bateo. El pitcher de los Naranjeros lanzó una recta alta, y el sonido del impacto resonó como un trueno: jonrón 25. La multitud estalló en un rugido que hizo temblar las gradas de madera.
Al día siguiente, en el segundo juego, otro cuadrangular surcó el cielo, el 26, y la afición ya soñaba con la gloria. Pero fue en el cuarto y último juego de la serie cuando Ronnie selló su leyenda. Con un swing poderoso, la bola voló más allá de las bardas, marcando su jonrón 27. El récord estaba hecho, y Empalme se rindió a sus pies. Ese récord, implantado hace 61 años, sigue intacto, solo igualado por Bob Darwin en 1971-1972 con Hermosillo.
El sonido que nunca se olvida
Días atrás, sentado frente a mí en una tarde cálida de junio de 2025, le pregunté a Ronnie cuál de esos jonrones había gozado más. Sus ojos, cargados de nostalgia, se iluminaron mientras respondía: “Nada es más hermoso que escuchar el sonido del impacto del bat con la bola y verla viajar arriba de las bardas”. Su voz temblaba al recordar aquel invierno del 63, cuando en su tierra natal, con los Rieleros, superó a Espino y Villegas para conquistar la corona de jonrones. “Fue una emoción inmensa”, añadió, “sentir que no le fallé a mi gente”.
Ronnie, junto a Espino, fue uno de los bateadores más temidos de México, un bombardero que acumuló 457 jonrones en su carrera: 317 en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) y 140 en la del Pacífico, un poder que aún resuena en la memoria colectiva.
Una vida dedicada al diamante
Ronnie Camacho nació el 26 de octubre de 1935 en Empalme, un pueblo ferroviario de Sonora donde el béisbol era más que un deporte: era un rito. A los 17 años, en 1953, debutó con Fresno en la Liga de California, sucursal de los Cardenales de San Luis, siendo el más joven del equipo. En 1958, ya con los Rieleros, ganó la triple corona de bateo en la Liga Invernal de Sonora, preludio de lo que sería su gloriosa carrera.
Durante más de 20 años y 2,200 juegos, Ronnie brilló en México y Estados Unidos, jugando para equipos como Águilas de Mexicali, Tecolotes de Nuevo Laredo y Pericos de Puebla, hasta su retiro en 1975 con Aguascalientes. En 1983, su nombre ingresó al Salón de la Fama del Béisbol Profesional de México, un reconocimiento a su legado inmortal.
Un homenaje que une pasiones
El eco de sus hazañas llegó hasta Guadalajara, donde tuve el privilegio de rendirle homenaje en el Palacio Municipal, durante el último año de la administración de Enrique Alfaro, con Enrique Ibarra como alcalde interino.
Como relató Diego Morales Heredia en Conciencia Pública, destaqué a Ronnie como un ícono mexicano, un ejemplo de profesionalismo y entrega que inspira a la juventud. “Cuando hay talento, pasión y vocación, se puede lograr”, dije, emocionado, mientras recordaba mis inicios en el periodismo, nacidos de mi amor por el béisbol.
Rodeado de la peña beisbolera más apasionada del occidente, con 150 miembros, celebramos a este sonorense que encarna la grandeza del rey de los deportes. Su récord de 27 jonrones en la Liga del Pacífico, y los 39 en la LMB, lo convierten en el protagonista de las mayores proezas cuadrangulares del béisbol mexicano, un legado que sigue motivando a generaciones.
Un faro para los nuevos peloteros
Ronnie Camacho no es solo un nombre en los libros de récords; es un faro para las nuevas generaciones de peloteros que sueñan con el éxito. Su historia enseña que el talento, forjado con disciplina y amor por el juego, puede romper barreras y conquistar hazañas eternas.
En cada swing de un joven bateador, en cada grito de la afición, resuena el eco de aquellos 27 jonrones de 1963, un recordatorio de que, con pasión y entrega, el diamante siempre recompensa a quienes lo honran. Ronnie, el “roperón de Empalme”, sigue siendo la chispa que inspira a los futuros campeones del béisbol mexicano.
Beisbol
Julio Urías y el sueño guinda: ¿Un regreso triunfal a Tomateros?

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¿Es posible que en octubre veamos a Julio Urías, el talentoso pitcher mexicano, lanzar con los Tomateros de Culiacán en la Liga Arco Mexicana del Pacífico? ¿O es solo un anhelo de los aficionados que soñamos con ver al monticulista sinaloense retomar su carrera tras la sanción impuesta por la MLB, que concluirá el 17 de julio de 2025, después del Juego de Estrellas?
La afición guinda, reconocida como una de las más apasionadas de México, vibraría con el regreso de su hijo pródigo al montículo. Urías podría encabezar un roster estelar junto a ex grandes ligas como el relevista Víctor González y el poderoso Joey Meneses, formando un equipo competitivo que elevaría el espectáculo de la Liga Arco y atraería a más aficionados al estadio.
A sus 28 años, Julio Urías sigue siendo un talento excepcional. Su recta, que supera las 97 millas por hora, y su variado repertorio de pitcheos lo consolidaron como una pieza clave en la Serie Mundial de 2020 con los Dodgers de Los Ángeles. Sin embargo, su carrera se vio opacada por un caso de violencia doméstica que derivó en cinco cargos menores en Los Ángeles. Aunque la Fiscalía del Condado no presentó cargos graves, Urías se declaró no culpable a uno de los delitos, mientras que los otros cuatro fueron desestimados tras aceptar un programa de tratamiento de un año.
La MLB, tras su investigación, determinó que Urías violó la Política Conjunta de Violencia Doméstica, Agresión Sexual y Abuso Infantil, imponiéndole una suspensión que finalizará a mitad de la temporada 2025. Aunque esto le permitirá recuperar su elegibilidad, el estigma y el «pacto no escrito» entre los dueños de equipos de Grandes Ligas podrían complicar su retorno al béisbol estadounidense.
Aquí es donde surge la posibilidad de verlo en la Liga Arco con los Tomateros, el equipo de sus amores desde niño. Vestir el uniforme guinda en Culiacán, su ciudad natal, sería más que un regreso al béisbol: sería una oportunidad para reconectar con sus raíces, donde brilló en categorías infantiles y juveniles antes de ser firmado por los Dodgers a los 16 años.
La afición culichi, conocida por su lealtad, recibiría a Urías con los brazos abiertos, ofreciéndole el apoyo que necesita tras los momentos difíciles. Este retorno cumpliría un sueño que el propio pitcher expresó en 2021: jugar con el equipo de su tierra. Más allá de lo deportivo, sería un capítulo de redención personal, un mensaje de que los errores no definen el futuro de un talento generacional.
Si Urías demuestra un cambio genuino y compromiso, su incorporación a los Tomateros no solo revitalizaría su carrera, sino que también inspiraría a peloteros y aficionados, mostrando que la perseverancia puede superar los tropiezos. Su llegada sería un hito para la Liga Arco, un impulso para el béisbol mexicano y una narrativa de superación que combina datos, pasión y emoción.
Aunque no hay certeza de que Urías juegue con los Tomateros, la posibilidad existe. Todo dependerá de si un equipo de MLB lo contrata tras el fin de su sanción o si decide regresar a casa para escribir un nuevo capítulo en su historia. La pelota está en el aire, y los aficionados guindas ya sueñan con verla cruzar el plato.
-
Uncategorized6 años atrás
Precisa Arturo Zamora que no buscará dirigencia nacional del PRI
-
Beisbol5 años atrás
Taiwán marca camino al beisbol en tiempos del COVID-19: Reinicia partidos sin público
-
REPORTAJES6 años atrás
Pensiones VIP del Ipejal: Arnoldo Rubio Contreras, ejemplo del turbio, sucio e ilegal proceso de tabulación de pensiones
-
VIDEOS6 años atrás
Programas Integrales de Bienestar, desde Guadalajara, Jalisco
-
VIDEOS6 años atrás
Gira del presidente López Obrador por Jalisco: Apoyo a productores de leche en Encarnación de Díaz
-
OPINIÓN5 años atrás
¡Ciudado con los extremistas! De las necedades de FRENA y otros males peligrosos
-
VIDEOS6 años atrás
Video Columna «Metástasis»: Los escándalos del Ipejal
-
OPINIÓN4 años atrás
Amparo, la esperanza de las Escuelas de Tiempo Completo