DEPORTE/CULTURA
Diálogo con el artista: «Mi mayor temor es quedarme sin ideas», Juan de la Cruz

Por Gabriel Ibarra Bourjac //
“La muerte del artista viene cuando se queda en una zona de confort y no me gusta caer en eso”.
“Hay días en los que me quedo viendo los lienzos, sin hacer nada que volver a repetir lo que ya hice. Es parte del proceso de la búsqueda, de la evolución”.
“Los personajes (que pinta) son producto de la observación. Me gusta irme a algún lugar, sentarme en una banca y ver a la gente pasar y me quedo con la expresión, no precisamente la cara de fulano o zutano”.
“Y generalmente la expresión de la gente en la calle es triste, la mayoría está triste, va pensando en sus deudas, no se qué le agobia tanto”.
Como artista dice tener el hambre del mundo. “Es insaciable. Mi mayor temor es quedarme sin ideas, habrá quien diga que tiene miedo de no vender, mi mayor temor es que pasen varios días y no tener algo que hacer, que nada me inspire, que pierda la inspiración”.
Es Juan de la Cruz, el artista de la plástica que nació en 1983 en Amatitán y que se ha ido ganando su espacio y reconocimiento en el mundo del arte jalisciense. Algunos expertos lo ven volando muy altos en el mundo de la plástica nacional y mundial.
Su caminar por el mundo del arte lo disfruta y lo vive con intensidad. “Es muy satisfactorio, todo lo que ha pasado tenía que pasar y nunca lo he sufrido, siempre de algo aprendo, tiene que haber la disposición, puedes quejarte de todo lo que quieras, pero al final de cuentas la vida te va acomodando y he tenido la fortuna de encontrarme con gente que cree en mi obra, que le gusta lo que hago y he sido muy afortunado”.
Dice que es muy importante la disposición que se tenga ante la vida. “Tienes que ser consciente de todo lo que conlleva. Hace rato hablaban del genio de los artistas, de cómo somos difíciles. Y sí lo somos. He trabajado con artistas, antes de trabajar de lleno, trabajé en una galería manejando artistas y eso me enseñó mucho del trato con ellos y de todo lo hay detrás de una maquinaria que hay para representar a un artista, eso me dio mucho piso, cuando ves los gastos que conlleva enmarcar o los materiales, exponer, eso te ubica mucho y a mi me ha ayudado bastante para agarrar piso como tal. Hay temporada en la que hay muy buena venta y hay temporada en la que no hay o que tardan en pagar los clientes”.
“Como ya lo hice, estuve en el otro lado. A paciencia infinita resultados inmediatos. Sigues haciendo lo que te gusta y las cosas se van dando, con paciencia, sin la tenacidad de la prisa”.
LA ENTREVISTA
Pregunta. Naces en Amatitán…cómo fue tu introducción al mundo de la arte…cómo se expresó y nace el artista.
Juan de la Cruz. Desde la infancia copiando a grupos que veía. Veía algo y lo copiaba. Vi que tenía la facilidad y a raíz de eso le pedí a mi madre que me metiera a cursos de pintura a los 11 o 12 años y de ahí fue paulatino, primero, aprender la técnica de niño que no aprendes mucho, le agarras el gusto y nunca lo he dejado de hacer.
Pregunta. De niño qué pintabas…
Juan de la Cruz. Paisajes agavero, cosas muy figurativas, animales, gente, me llegaba de repente gente que quería retratos. No había una propuesta como tal en la infancia, era más ejercicio y práctica, ni siquiera tenía la visión.
Pregunta. Pero ya traías el talento, la vocación, la habilidad. Creces y decides estudiar. ¿Qué estudias?
Juan de la Cruz. Estudié diseño gráfico por el miedo que tienen todos los artistas de dedicarse a esto, que todo mundo te dice a esa edad y tu estás muy susceptible que te vas a morir de hambre…y me dije voy a estudiar una licenciatura…estudié diseño gráfico, lo ejercí por algunos años, pero nunca dejé de pintar hasta que ya ahora de plano no hago nada de diseño, estoy de lleno en la plástica.
Pregunta. ¿Y cuándo te introduces al mundo de la plástica? ¿Cuándo se manifiesta ese llamado…yo quiero ser pintor, ese es mi camino?
Juan de la Cruz. No lo dejé de hacer nunca. Siempre pintaba y en la carrera también hay muchas optativas de arte, de hecho por eso la tomé, estaba entre arquitectura, fotografía y diseño y diseño es donde había más materia de técnica de arte. Nunca lo dejé, me gradúe y lo seguí haciendo. Ya conforme iba estudiando un poco más la historia del arte me iba interesando más e iba medio cuadrando una especie de propuesta. Ya de lleno hace unos 8 o 9 años y todavía los complementaba porque el diseño es muy útil para generar propuestas.
Pregunta. ¿Qué te enseña el diseño?
Juan de la Cruz. El diseño es muy práctico, por ejemplo, un artista que no puede tomar fotografías de sus obras, diseñar sus certificados, ahora tenemos todo un equipo que lo hace pero en un principio es muy útil tener ese conocimiento. Hay fundamentos del diseño que son aplicables en la pintura, como teoría del color, psicología del color.
PINTABA COSAS MUY TÉTRICAS
Pregunta. En la preparatoria, en la carrera qué dibujabas…
Juan de la Cruz. Era una temática muy oscura, la verdad, muchos monstruos, demonios, ahora que está de moda Guillermo del Toro, se me hace padrísimo que los llevó al cine, eran cosas muy tétricas, la verdad que hoy las veo y me causan gracia. Jugué siempre con la forma humana, pero era muy distorsionado, muy monstruosa, tal cual.
Pregunta. Así con esos trazos, ya empezabas…
Juan de la Cruz. No, estaba muy encasillado en la técnica, mi realismo, era muy realista. De hecho me costó trabajo desprenderme de ese figurativo para llegar a algo propio, deslindándome de esa técnica tan hermética que a final de cuentas hoy en día la considero vacía de propuesta. La técnica es sólo eso, técnica, no hay un discurso como tal.
Pregunta. ¿Cómo nace la concepción? ¿Cómo hace Juan de la Cruz?
Juan de la Cruz. Mediante la práctica, el estudio. La obra está muy basada más que en técnica en cuestión psicológica, filosófica, social…creo que allí cuando se complementa lo que me interesa a mi o que me llama la atención en cuanto a estudio, es cuando la obra va adquiriendo algún valor.
“SOY MUY EXISTENCIALISTA”
Pregunta. ¿Juan de la Cruz cómo se define…quién es Juan de la Cruz?
Juan de la Cruz. Si habría qué elegir palabras muy particulares, creo que soy muy existencialista, muy crítico, hasta cierto punto sarcástico, me gusta creer que tengo sentido del humor, no hay que tomarse las cosas tan en serio.
Pregunta. ¿Eres feliz?
Juan de la Cruz. Me gusta estar dispuesto a la felicidad, no le saco la vuelta, no creo que exista la felicidad como línea de tiempo, existe la actitud o la disposición a ver lo bueno de las cosas, porque todo tiene el lado bueno y el lado malo, no me gusta tirarme a la tragedia. La felicidad creo que es más mental que otra cosa.
Pregunta. ¿Cómo creas tus figuras?
Juan de la Cruz. Primero pienso en la composición, que haya movimiento en el lienzo y ya después voy definiendo, casi siempre son figuras humanas, en mayor o menor medida distorsionadas, pero siempre parto del ser humano, del humanismo, el existencialismo que había referencia.
Pregunta. ¿Alguna influencia pictórica?
Juan de la Cruz. Como tal una sola no, vas absorbiendo lo que ves, de lo más clásico, lo más viejo hasta lo más nuevo, pero habría que elegir algunos, los expresionistas alemanes, Picasso es punto de referencia para todos en algún momento, Francis Bacon, mexicanos, Orozco. De hoy en día un alemán Baselitz, de México Aceves Navarro, Antonio Ramírez, de todos tomas algo.
Pregunta. Tu estilo cuándo se definió…
Juan de la Cruz. Se definen todos los días
Pregunta. Juan de la Cruz tiene un estilo…
Juan de la Cruz. Dicen, no me gustaría pensar, sí, definir un lenguaje, pero no pensar encasillarme, generalmente trabajo por series y cuando termino cierta cantidad de obras en cierto estilo de técnica, en colores o lo que sea, pienso en lo que sigue…no, esto ya gustó voy a hacer más de estos…. Suena feo decirlo como tal pero es una tortura estar buscando nuevas formas de expresarte. La muerte del artista viene cuando se queda en una zona de confort y no me gusta caer en eso. Hay días en los que me quedo nada más viendo los lienzos, sin hacer nada que volver a repetir lo que ya hice. Es parte del proceso de la búsqueda, de la evolución, tiene que a ver evolución.
CAPTURA LA EXPRESIÓN DE LA GENTE
Pregunta. Tus personajes los sueñas…
Juan de la Cruz. No, los creo de lo que veo. Por ejemplo tengo una serie de rostros cotidianos, se llama “La serie”, puras caras. Me gusta irme al centro y sentarme en una banca y ver a la gente pasar y ver sus expresiones, y me quedo con la expresión, no precisamente la cara de fulano o zutano. Generalmente la expresión de la gene en la calle es triste, la mayoría está triste, va pensando en sus deudas, no se que lo agobia tanto, pero si te pones a ver a la gente, están agobiados. En el entorno, voy viendo caras, expresiones y eso es la esencia que me gusta.
Pregunta. Eres muy introspectivo…
Juan de la Cruz. Creo que sí, paso mucho tiempo solo, me gusta.
HACERSE AMIGO DE LOS DEMONIOS
Pregunta. Tienes demonios…
Juan de la Cruz. ¿Quién no? El chiste es hacerte amigo de ellos, no tenerles miedo, que se vuelvan tus mejores amigos, que te ayuden.
Pregunta. ¿Cómo pintas? ¿Te tardas tiempo? ¿Cómo?
Juan de la Cruz. Pinto muy rápido, puedo tardarme días en la concepción de la imagen, pero al momento de la ejecución, generalmente tengo muy claro lo que voy a hacer. Creo que sería lo adecuado en el neo expresionista.
Pregunta. Tienes hambre como artista…
Juan de la Cruz. Toda, sí…insaciable, diría yo. Ese es mi mayor temor, quedarme sin ideas, habrá quien te diga que tiene miedo de no vender…mi mayor temor es que pasen varios días y yo no tenga algo que hacer, que nada me inspire, que pierda la inspiración.
Pregunta. Pintas por inspiración…
Juan de la Cruz. Muchas veces pintas por oficio y la inspiración llega en el proceso. Decía Picaso que si han de llegar las musas que te encuentren trabajando y yo hago eso mismo, si no tengo la inspiración me pongo a hacer estudios anatómicos, como mi obra gira en torno a la figura humana, me pongo a hacer manos, rostros, anatomías, y ya en ese proceso surgen muchas veces las ideas de lo que son las deformaciones o los cuadros.
“QUIERO LLEGAR A LA INMORTALIDAD”
Pregunta. Eres un artista joven que está triunfando, tu obra gusta mucho y hay muchas expectativas en torno a ti, a donde puedes llegar…¿Tienes claro eso?
Juan de la Cruz. Sí, alguna vez me lo preguntaron y yo dije “quiero llegar a la inmortalidad”…(ríe) y es la verdad, como artista no puedes aspirar a otra cosa, tienes que aspirar a pasar la historia del arte, si no para qué lo haces, así pienso.
DEPORTE/CULTURA
La Torre de Babel se derumbó: No hubo tetracampeonato, Toluca es el rey del futbol mexicano

Miscelánea Deportiva, por Esteban Trelles Meza
Este pasaje bíblico del Génesis es perfecto para describir la ambición desmedida del ser humano de querer llegar al cielo y equipararse al Supremo con trampas y artimañas. La justicia divina apareció irónicamente en el “Infierno” de “La Bombonera” para poner a cada quien en su lugar y sacudirnos los aficionados de la malaria en el que está convirtiendo el equipo América y su séquito de comentaristas incondicionales.
América ha sido siempre un equipo competitivo de máximas exigencias que busca afanosamente estar en los primeros lugares de la Tabla General y tratar de ganar toda competición nacional o internacional. El Triduo de campeón de torneos cortos (semestrales), recién obtenido, está manchado por la polémica, beneficiado por el arbitraje con jugadas controversiales.
Concretamente, contra “La Máquina” de la Cruz Azul en la final obteniendo su victoria de campeonato por un penal inexistente que les dio un título espurio (“Gato” Ortiz), la siguiente temporada nuevamente la polémica al no marcar un penal claro del central Araujo que, por supuesto, “La Máquina” nuevamente perdió y lo eliminaron en semifinales, que jamás nunca fue superior al América.
De repente, en esa vorágine de “superioridad y supremacía”, tienen un encuentro de la Concacaf (arbitraje neutral) nuevamente contra Cruz Azul y los eliminan a los poderosos “cremosos”, que les dolió hasta el alma, máxime que el “patrón” les encargó sobremanera ir al Mundial de Clubes.
¡Ah!, pero el complot de la “puñalada trapera” para el León con el pretexto de la multipropiedad que de hecho América inició con su hermano Necaxa y después con Atlante estaba contemplada y se fueron a la FIFA en lo obscurito y de manera arbitraria para descalificar a la Fiera.
De inmediato, el Alajuelense de Costa Rica se apuntó con argumentos endebles y fuera de contexto un lugar en el Mundial de Clubes al que ellos debían ir (buitres). ¡Oh! sorpresa, de repente FIFA y el TAS (vendidos) sacan de la chistera que el América tendría que ir y acomodaron un encuentro de eliminación contra Los Ángeles FC en Estados Unidos, yo me pregunto, ¿qué tiene que ver América en esta novela que hasta en FIFA tienen “influencia”?
Analizando los 180 minutos de la final un campeón que no puede ganar en casa está condenado a perder, y máxime tratándose del “todopoderoso” equipo que ya lo comparan con el Real Madrid, Barcelona, Manchester, Bayern etc.
Las opiniones fuera de lugar de los comentaristas serviles, “Que la Liga le queda chica”, “Que América es lo máximo”, “Vuelan para tetracampeón” y una serie de disparates que demuestran lo poco o nada conocedores que muchos periodistas recalcitrantes son tendenciosos y manipuladores.
El técnico Jardiné, alabado como el que más, cuando el tercer campeonato fue lastimoso entrando a la liguilla por la puerta de atrás “play in”, deja mucho que desear para un equipo que lo catalogan “galáctico”.
Las declaraciones del técnico brasileño en su estadio azulgrana criticando a Mohamed de que fue a encerrarse no son justificación; su inoperancia y falta de gol fue manifiesta. El americanismo jamás cuestionó que no pudo anotar un gol, que Toluca lo superó indiscutiblemente.
Muchos comentaristas aseveraron (Rubén Rodríguez Fox Sport), que el América con su tricampeonato es el mejor equipo de todos los tiempos y el cuarto más, cuando minimizaron al Toluca que los puso en su lugar y ya hacían al equipo con el tetracampeonato.
El aficionado “de a pie” como dicen algunos con las nuevas generaciones de jovencitos, se van siempre con el ganador y crean una falsa identidad que no corresponde a la realidad futbolística, de un equipo, que pasará a la historia como el 1er tricampeón de torneo cortos que afortunadamente para otros no lograron el cuarto consecutivo.
Jardiné es un técnico joven que está escribiendo su propia historia, como siempre ocurre en nuestro país con el equipo América siempre exageran la nota con un palmarés de campeón olímpico que contra México (Jimmy Lozano) sufrió en serio para pasar a la final empatando sin goles con los nuestros que ganaron en serie de penales, que tampoco es que los golearon (3er. lugar Bronce).
Mencionamos esta situación, puesto que ya lo sentían el mejor entrenador adelantándose a las vísperas en el que daban como ganador, venciendo al Toluca y alargando a cuatro sus torneos consecutivos.
Ahora bien, debemos mencionar el excelente torneo del “Turco” Mohamed que en realidad es argentino, que lo contrataron con Toluca con el compromiso de hacerlo campeón este mismo semestre (Clausura 2025 torneo de Liga MX) con el apoyo de su presidente, don Valentín Diez (hijo de don Nemesio, que en paz descanse) empresarios cerveceros que sacaron la chequera y compraron lo mejor que el técnico Mohamed les pidió a (Héctor Herrera, el “Pollo” Briseño, entre otros) para su esquema táctico-estratégico.
Un entrenador que gana títulos con diferentes equipos tiene más mérito que otros para considerarlo a invertir en él, que visto esto se adapta a las circunstancias y saca el mejor provecho de esos jugadores.
La final del primer encuentro en cancha del América para la inmensa mayoría fue deslucida porque no hubo goles, nos parece a nosotros que fue un juego de ajedrez interesante y táctico, en el que no propiamente es mejor el que tiene más tiempo el balón, sino aquel que sabe manejar los tiempos manteniendo virgen su portería, que el local está obligado a ganar y abrir “cerrojos” y tener ventaja en el juego de vuelta con uno o dos goles.
Los mensajes en línea en cuentas de ex-árbitros profesionales en Twitter nos parece poco ético y una falta de respeto a un silbante considerado el mejor de este país (César Ramos), que la manipulación de los comentaristas tendenciosos solo repite una toma del penal (contundente), que el VAR envía varias tomas (penal) y claramente se ve la “barrida” con exceso de fuerza que, por cierto, el uruguayo Cáseres es, entre paréntesis, un “Leñero” que se la pasa “atropellando” a todos con faltas innecesarias que los árbitros ni siquiera amonestan.
El guardameta Malagón, en el gol de “cabezazo” del jugador toluqueño pudo hacer más que ni las manos metió. A nuestro juicio, la defensa del América es la más débil en sus líneas, con un “inflado” Ramón Juárez que, entre paréntesis, debió ser expulsado tras agredir a un jugador cobardemente por detrás “ahorcándolo” en un conato de bronca que los comentaristas de Televisa y TV Azteca ni mencionaron.
Con el triunfo del Toluca como campeón, quien sale ganando es la propia afición y el fútbol mexicano, en el que no hay imposición y el líder en todo (tabla general, goleo individual, mejor defensa, mejor jugador del torneo para Alexis Vega) mereció ceñirse la corona.
Las etiquetas de los llamados grandes no son producto de la casualidad sino de su historia relevante de cada uno de ellos (América, Guadalajara, Cruz Azul, UNAM) y nadie se los quitará.
No solo es el número de campeonatos, sino de la afición que los mencionados tienen a lo largo y ancho del país, a diferencia de otros que solamente son regionales (Toluca, UANL, Monterrey, León, Pachuca), que en lo futbolístico son significativos y campeoniles de excelente nivel.
etrememodelos@hotmail.com
ARTE
De la cosmetología al arte: Cómo Silvia Murillo encontró su pasión y vocación en el bronce

Por Gabriel Ibarra Bourjac //
En la casa de la escultora Silvia Murillo Reding, se respira arte. Entre piezas de plastilina, cera y bronce, Silvia, con una sonrisa que destila pasión, comparte la historia de cómo, contra todo pronóstico, encontró su vocación en la escultura.
Lo que comenzó como una visita casual a un taller se convirtió en una aventura que transformó su vida, demostrando que el arte no conoce edades ni límites.
Un despertar tardío en el taller de Juan Méndez
Hace apenas trece años, Silvia cruzó el umbral del taller del maestro Juan Méndez, un escultor autodidacta conocido por obras como la Madre Patria y el Colón. Lo que ella describe como un “cementerio de esculturas” —moldes, figuras a medio tallar, el olor a plastilina y polvo— la envolvió como un hechizo. Había llegado para promover un proyecto, pero las herramientas y las formas la capturaron. “Ahí se plantó la semillita”, recuerda, sus ojos brillando. Ese día, el arte la llamó, y ella, sin saberlo, respondió.
Antes de ese encuentro, Silvia había coqueteado con el arte, pero no con la escultura. A los 15 años, pintaba y creaba cuadros de marquetería, una técnica decorativa que aplicaba a muebles y que, aunque efímera en su registro, le valió elogios. Llevó a su madre a clases de pintura para distraerla, pero terminó ella misma tomando el pincel. “La gente veía mis cuadros y preguntaba de quién eran. Yo decía ‘míos’, y no lo creían”, cuenta con una risa. Sin embargo, un terapeuta, al que llama su “gurú”, le dio un vuelco a su destino: “Lo tuyo no es la pintura, es la escultura”. Tres años después, esas palabras la llevaron al taller de Méndez.
El maestro, con su estilo rústico, no le dio clases formales. “Haz un huevo”, le dijo, entregándole una barra de plastilina. Luego, con una hoja, le mostró las proporciones de un rostro y la dejó sola. “Como puedas”, fue su única instrucción. Aquel desafío, burdo, pero liberador, despertó en Silvia una confianza inesperada. “Me di cuenta de que podía hacerlo”, dice, evocando cómo experimentó con herramientas, texturas y sus propias manos, guiada por un instinto que no sabía que tenía.
De la cosmetología al arte
La escultura llegó tarde, pero Silvia no era ajena al trabajo manual. Durante 25 años fue cosmetóloga, una profesión que perfeccionó con dedicación y que le dio un conocimiento intuitivo de la anatomía humana. “Eso me ayudó a modelar”, explica.
Sus primeros torsos, creados en un fin de semana febril, sorprendieron al mismo maestro Méndez. “No pude parar”, confiesa, recordando cómo la plastilina cedía bajo sus dedos, como si siempre hubiera estado destinada a darles forma.
Antes de la escultura, Silvia exploró el multinivel, construyendo una red de más de 3,000 personas en cuatro años y generando ingresos significativos. “Era agotador, pero aprendí a liderar”, dice. Aunque planeaba lanzar su propio multinivel, el arte la sedujo con una fuerza mayor. “Me permitía expresarme, sacar lo que llevaba dentro”, reflexiona. La pintura, que alguna vez fue un pasatiempo, palideció ante la escultura, que se convirtió en su lenguaje. “Me eché un clavado y no pude parar”, admite, describiendo cómo el arte la atrapó, relegando sus otras facetas.
Un proceso creativo:
Sueños, anatomía y movimiento
El proceso de Silvia es tan vibrante como sus obras. Trabaja simultáneamente en hasta siete piezas, saltando de una a otra como un músico que toca múltiples instrumentos en una orquesta. “Me aburro si me quedo en una”, confiesa. Sus materiales —plastilina, cera con parafina— se transforman en figuras que destilan movimiento, un sello de su estilo. “Quiero que el material no se sienta rígido”, explica, señalando torsos, máscaras y figuras que parecen danzar.
La anatomía es su obsesión. Sus años como cosmetóloga le dieron una base, pero su estudio profundo de proporciones y musculatura ha elevado su trabajo. “Cuando me metí a estudiar anatomía, mi obra cambió”, dice. Sus piezas, como Los Amorosos, destinadas a un hotel en Puerto Vallarta, o Cazando Historias, nacida en la pandemia, reflejan esta precisión. La primera, dos figuras entrelazadas en un abrazo, captura la intimidad humana; la segunda, una bailarina sostenida por una mano que representa la madre naturaleza, habla del tiempo y la fragilidad tras el COVID.
Muchas de sus ideas nacen en sueños. “Me duermo pensando en una pieza y despierto con la solución”, revela. Así surgió El Viajero, una serie de gorditos con mochilas que simbolizan el equipaje de la vida, con alas que evocan ángeles guardianes y elementos como barcos de papel o patines que representan el viaje existencial. Otra serie, más surrealista, incluye máscaras y figuras como el Ave Fénix, que corta y transforma para añadir vacíos, un concepto inspirado en la vacuidad budista: “Ver lo que no se ve”.
Obras que cuentan historias:
De El Filósofo a Resurgir
La primera obra de Silvia, El Filósofo, fundida en bronce, marcó un hito. Vendida el mismo día que la presentó, le provocó una mezcla de orgullo y dolor. “No quería soltarla, era parte de mí”, admite. Sin embargo, el consejo de su fundidor —“Haz otra”— la liberó. Desde entonces, ha creado más de cien piezas, casi todas únicas, aunque planea series como Los Viajeros y máscaras de gran formato. Su obra Resurgir, exhibida en la Ruta Escultórica de Guadalajara, es una de sus favoritas. Un torso que invita a la introspección, habla de descubrir el potencial oculto, un reflejo de su propia reinvención.
Otras piezas, como Acariciando el Amor o Charlando con el Futuro, revelan su inspiración en la filosofía budista y su amor por la música y los caballos. “Me gusta la yegua árabe por su cara fina”, dice, mostrando un caballo con líneas fluidas. Cazando Historias, con su bailarina y mariposas, captura la efervescencia del amor, mientras Suspiro Creativo y El Titiritero exploran la fantasía y el control. Cada obra es un relato, un pedazo de su alma tallado en materia.
Exposiciones y el desafío de la visibilidad
Silvia ha presentado unas diez exposiciones, desde la Casa de la Cultura de Ajijic, donde despuntó durante la pandemia, hasta el Palacio Municipal de Zapopan, Chapala, Jocotepec y la galería Ojos del Tiempo. Una de sus últimas muestras en Ajijic, vendió 12 de 16 piezas únicas, un éxito que la sorprendió. Una galerista neoyorquina, fascinada por sus máscaras, la invitó a exponer en Nueva York y Ajijic, pero Silvia, aún novata, no dio seguimiento. “Estaba enfocada en producir”, explica.
Aunque su obra se vende rápido —promedia cuatro piezas al mes—, Silvia admite que no vive exclusivamente de la escultura. Reinvierte todo en materiales y producción, tratando su arte como una pequeña empresa. Sin embargo, su presencia en redes sociales, como Instagram, es limitada. “No soy de redes, pero estoy aprendiendo a promoverme”, dice, consciente de que la visibilidad es clave para crecer. Su meta es completar las series de Los Viajeros y máscaras, y sueña con una exposición que reúna sus gorditos, símbolos de la humanidad en movimiento.
La escultora y su legado
Para Silvia, ser escultora es más que un oficio; es una forma de existir. “Me he reinventado muchas veces”, reflexiona, desde la cosmetología hasta el multinivel y ahora el arte. Su versatilidad, su capacidad para disfrutar cada proceso y su valentía para aprender por prueba y error la han llevado lejos. Inspirada por audiolibros, la música, el budismo y las vivencias de su entorno, ve el mundo con ojos de artista, capturando lo invisible en cada vaciado de bronce.
Fascinado por su obra, le pregunto a Silvia qué requiere una escultora además de talento. “Anatomía, paciencia y la capacidad de expresarte”, responde.
Su obra, con su movimiento y simbolismo, no solo adorna espacios como el hotel Villa Lala o el Jardín del Medio, un hotel escultórico; también invita a reflexionar sobre la vida, el amor y el tiempo. “El arte es mi manera de hablar”, dice, mientras muestra un armadillo o una máscara, cada pieza, un testimonio de su profundidad.
Cuando me despido, llevo conmigo un pequeño torso, un regalo de Silvia. Pero el verdadero regalo es haber conocido a una mujer que, a los 49 años, demuestra que el arte puede surgir en cualquier momento, transformando no solo la materia, sino la vida misma. Silvia Murillo Reding, con sus manos llenas de cera y sueños, sigue esculpiendo su legado, una obra a la vez.
Beisbol
Brilla Alejandro Osuna en su debut con Rangers y semana de oro para Muñoz y Paredes

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
En el diamante de las Grandes Ligas, donde los sueños se forjan a golpe de recta y batazo, dos mexicanos han izado la bandera tricolor con una semana para la historia. Del 19 al 25 de mayo de 2025, Andrés Muñoz e Isaac Paredes no solo brillaron; incendiaron el escenario con actuaciones que resuenan desde Seattle hasta Los Mochis y Hermosillo.
Pero, ¿es este fulgor un destello aislado o el amanecer de una nueva era para el béisbol azteca?
Andrés Muñoz, el sinaloense de 26 años, se ha convertido en el guardián implacable de los Marineros de Seattle. Esta semana, sumó su 17º salvamento de la temporada, consolidándose como líder de la MLB en rescates. Con una efectividad de 0.00 en 22.2 entradas y 28 ponches, su recta de 100 millas y slider quirúrgico son un martirio para los bateadores. Contra los Angels el 22 de mayo, cerró la novena con tres outs fulminantes, asegurando una victoria 3-2.
Por su parte, Isaac Paredes, el orgullo del barrio de La Mosca en Hermosillo, de 26 años, desató una tempestad ofensiva con los Astros de Houston. En una semana de ensueño, conectó cuatro jonrones, elevando su total a 11 en la temporada. Con un promedio de .285, 7 dobles, 1 triple y 31 impulsadas, Paredes es el corazón de la alineación texana. Su versatilidad en la tercera base y su ojo clínico para el pitcheo lo confirman como un All-Star en potencia.
El clímax llegó el 24 de mayo, cuando Muñoz y Paredes se enfrentaron en un duelo épico en el T-Mobile Park. Con los Marineros liderando 4-3 en la novena, Paredes enfrentó a Muñoz. Tras una recta de 98 millas, Isaac conectó una línea que Randy Arozarena atrapó, sellando el salvamento de Muñoz. Este choque, con 25,000 gargantas conteniendo el aliento, fue más que un turno al bat; fue un himno al talento mexicano, con Arozarena como testigo de un tridente azteca en el escenario mayor.
Pero no todo es euforia. Mientras Muñoz y Paredes brillan, el béisbol mexicano enfrenta sombras. La Liga Mexicana carece de reflectores, y talentos como Alejandro Kirk, con un jonrón esta semana para los Blue Jays, apenas se mencionan. ¿Por qué celebramos a unos y olvidamos a otros? La falta de apoyo estructural y la dependencia de la MLB para visibilizar a nuestros peloteros son grietas que no podemos ignorar. Muñoz y Paredes, que jugaron juntos en un mundial infantil en 2009, son excepciones forjadas en el sacrificio, no productos de un sistema.
Esta semana, México vibró con sus hazañas. Muñoz, el cerrojo indomable; Paredes, el cañonero incansable. Son más que atletas: son espejos de un país que sueña grande. Pero su brillo nos interpela: ¿cuándo construiremos un béisbol propio que no dependa de las luces de la MLB? Por ahora, celebremos. El diamante es suyo, y el orgullo, nuestro.
EL DEBUT DE ALEJANDRO OSUNA
El pasado domingo 25 de mayo de 2025, Alejandro Osuna, jardinero mexicano de 22 años, debutó en la MLB con los Texas Rangers, venciendo 5-4 a los Chicago White Sox en el Guaranteed Rate Field.
Osuna, prospecto número 7 de los Rangers, fue convocado desde Triple-A Round Rock tras la fractura de Joc Pederson el 24 de mayo. Nacido en Ahome, Sinaloa, y hermano de Roberto Osuna, firmó en 2020 por $125,000. En 2024, fue Jugador del Año de Ligas Menores de los Rangers, bateando .292 con 18 jonrones. En 2025, bateó .283 en Double-A Frisco y .259 en Triple-A, con 9 bases por bolas en 8 juegos.
En su primer turno al bat, Osuna negoció una base por bolas tras un conteo completo de 8 o 9 lanzamientos, demostrando gran disciplina en el plato, luego fue sorprendido intentando robar segunda base. En turnos posteriores, no conectó hit, pero su enfoque en el plato fue destacado como prometedor.
A la defensiva: Osuna brilló con una atrapada espectacular en el jardín izquierdo, calificada como “joya defensiva” por @Liga_Arco y “tremenda” por @MLB_Mexico. Videos compartidos en X mostraron su habilidad para cubrir terreno y hacer jugadas clave, consolidándolo como un defensor versátil.
El debut entusiasmó a México, con Excélsior celebrándolo. Comparado con Alex Verdugo por su contacto y velocidad (34 robos en 2024), Osuna es un “table-setter” para los Rangers (25-28 en la División Oeste). Su rol es incierto, posiblemente alternando en los jardines, pero podría descansar contra zurdos (.594 OPS en 2024). Scouts lo ven como futuro jardinero central si mejora su consistencia.
Junto a Andrés Muñoz (17 salvamentos) e Isaac Paredes (11 jonrones), Osuna resalta el auge mexicano en la MLB.
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