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ENTREVISTAS

Toño Pérez Garibay: El forjador de Checo Pérez, de bolero a lavacoches y piloto de autos de carreras

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Por Diego Morales Heredia //

“Era un niño muy pobre”, recuerda Toño Pérez Garibay a quien en redes sociales le dicen “Don Checo”. Hace una retrospectiva de su vida, desde su infancia, donde tenía que ir a trabajar como bolero en las inmediaciones de la Glorieta de los Niños Héroes, en donde se cimentaron los sueños de los Pérez.

En la actualidad, Sergio “Checo” Pérez es uno de los pilotos más reconocidos a nivel mundial y el más exitoso e importante en la historia de México. Detrás de esta gran historia, está un sacrificio de toda la familia, noches donde tenían que dormir en un automóvil porque no había presupuesto para hoteles (…) momentos duros donde una hamburguesa tenía que ser compartida por los dos, por la falta de recursos”.

En cada éxito, resalta un peculiar personaje, que las cámaras y los reflectores lo enfocan en cada Gran Premio, su padre: Antonio Pérez Garibay, diputado federal por MORENA y que lanza el anuncio: seré gobernador de Jalisco y luego presidente de la república.

SUS AMIGOS LOS BOLEROS

Ahí, con sus amigos boleros, Toño encontró la pasión por los automóviles, que se fue incrementado por revistas de automovilismo que rentaba por cincuenta centavos para informarse del mundo de los motores y las ruedas.

“De ahí sacaba ideas y pintaba las carretas como los Fórmula 1. Al crecer, fui a pedir trabajo a un taller porque quería ser mecánico, me dieron empleo, pero no me dejaban tocar los fierros, me mandaron a lavar carros, acepté el trabajo. Un día llegó un auto de carreras, pedí lavarlo, lo enceraba, todos los lunes me mandaban a lavar a ese carro”.

De bolero a lavacoches, por el sueño de ser mecánico, donde reafirmó su pasión por los automóviles y encontró su primera oportunidad de ser piloto con Paco Fierro, que a la larga se convirtió en su primer promotor, amigo y compadre.

“Le quitaba las llantas, lo dejaba impecable, siempre me llegaba una buena propina por lavar ese carro. Un día viene el dueño, Paco Fierro, me dice que por qué me gustaba lavar ese carro, le dije que en el negocio no sabían lavar los carros de carreras, que no se lavan con agua y jabón, pues en Europa se lavaban de otra forma, yo muy conocedor, lo leía en la revista, me dijo que era dueño del taller, del autolavado y del carro. Me pedían todos los productos, me mandó máquinas para pulir el carro, total que termino regalándome el carro, terminamos siendo buenos amigos y compadres, con una gran pasión por el mundo del automovilismo, que se lo debo a Paco Fierro”.

CORRIÓ AUTOS

Agrega: “Quise correr carros, Paco Fierro me dio la oportunidad de correr en su equipo, me fue bien, un patrocinador después me contrata. En la negociación le dije me paga tanto, pero además Paco me da tres espacios en su carro donde puedo poner tres patrocinadores, me dobló el sueldo y me dio los espacios en el carro, pero era mentira, no me pagaban nada, pero vendí caro mi amor. Logré tener varios patrocinios, ganar una gran cantidad de dinero por ganar carros y comprar mi casa para mi familia, me pagaron los contratos completos de un año por adelantado, los cobré y me empecé a dar cuenta que se podía vivir bien del mundo del automovilismo”.

La vida le tenía preparado otro camino, no como piloto, pero no lejana al automovilismo. Un accidente en 1987 cortó la carrera de Antonio Pérez Garibay como piloto, pero empezó su faceta como empresario y sobre todo, como mentor de sueños de sus hijos.

“Corrí hasta 1987, cuando tuve un accidente, me aplasté dos vértebras de la columna, ya no volví. Quise seguir en los carros, me hice representante de Tomás López Rocha, fui campeón nacional en 1987 para el equipo de Calzado Canadá. Mis hijos comienzan a crecer en este mundo, me hice representante de Adrián Fernández, ellos me acompañan por todo el mundo en las carreras, cuando empiezan a crecer, me piden carros, les compro Go Kart, cascos, les transmito todo lo que sabía, se les empieza a desarrollar el talento muy chiquitos”.

Subraya: “Teníamos autos usados, no carros nuevos, había muchas carencias, pero había mucha pasión. Comprar un auto nos representaba irnos a un 50 por ciento abajo del presupuesto para la familia, con una dieta que le llamábamos la dieta del cartismo, así lo hicimos, en familia, con pasión, unidos, gastábamos un dinero pero era para ellos”.

CHECO PÉREZ

Sergio Pérez es el deportista mexicano más relevante del momento, es uno de los mejores pilotos de la Fórmula 1, una estrella mundial que de la mano de su compañero de escudería Max Verstappen lograron el campeonato de constructores de la temporada 2022.

Pérez Garibay se deja querer, sabe que es enfocado en las tomas de la televisión a nivel mundial, que la Fórmula 1 le brinda un espacio para resaltar los lazos familiares de Checo con su familia y entiende las redes, los memes, las felicitaciones pero también las burlas. Es el momento de la Familia Pérez, los que han puesto a México en el radar del automovilismo de élite, pero también los que han popularizado este deporte en toda la república.

“Muy contento de ver a toda mi gente, el recibimiento de todas las personas y la afición, es una maravilla. Checo Pérez es un puntito de los 120 millones de mexicanos, es un mexicano más, su triunfo es bonito y me llena de orgullo, pero ver las gradas como estaban, con toda la gente en la tribuna, que pagó boletos en las gradas donde el precio del boleto podría ser el salario de un trabajador en el país y estaba abarrotado, todos con camisas de Red Bull, todos con gorra de Checo, creo que nos dio alas a todo el país, nos ha hecho regresar a ver, a sentir, la pasión por un mexicano. Es un gran momento de Checo y de México”.

DE UNA HAMBURGUESA COMPARTIDA HASTA FIRMAR CON SLIM

“Hubo muchas carencias, hubo noches donde Checo y yo dormíamos en un carro porque no teníamos para pagar un hotel, cada hora nos corrían, en Estados Unidos no te puedes estacionar más de una hora con personas adentro, él dormido y yo cambiándome de lugar cada hora, en la mañana a lavarnos en un baño público, íbamos, comíamos una hamburguesa partida para los dos, toda la vida la recuerdo, la compartimos porque ya no había para comprar otra. En la noche nos invita uno de los amigos de Checo a cenar con su papá, personas con mucho dinero, un cena muy lujosa en Canadá y aprovechamos para cenar como camellos, porque no sabíamos cuándo volveríamos a comer”.

Añade: “Tuvimos gente que nos ayudó a pagar inscripciones, gasolinas, gente que nos ayudó para que mis hijos salieran adelante, hasta que logro llegar a Carlos Slim. El día que me hace el favor de firmar a Toño y a Checo, dio toda la voltereta esto, yo descanso en todo lo económico que era lo más importante. Todo fue un gran aprendizaje, que estoy listo para emprender con mis nietos, empezar igual, ver si son de verdad, tratar de llevarlos a la Fórmula 1, eso sería el máximo logro de mi vida, ya logré llevar a mis hijos, tuve la visión, porque esto es de visión y es lo mismo que le deseo a todos los mexicanos y jaliscienses, que vean de dónde venimos, todas las carencias que tuvimos”.

La segunda parte habla de sus nuevos proyectos, de sus nietos y de sus aspiraciones en la política, de sus declaraciones de querer ser presidente de México y ser gobernador de Jalisco.

Toño Pérez Garibay dice que viene lo mejor…

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