JALISCO
Color, tradición y fiesta en el corazón de Guadalajara
– Por Francisco Junco
Las calles del Centro Histórico se transformaron en un lienzo multicolor donde la vida y la muerte se entrelazaron con alegría. Más de 20 mil tapatíos se dieron cita para disfrutar del Tradicional Desfile del Día de Muertos y el Festival organizado por el Gobierno de Guadalajara, que llenó la ciudad de música, flores, catrinas y emoción.
Familias enteras se apostaron a lo largo de la avenida Hidalgo para no perder detalle del desfile. Entre el aroma a cempasúchil y los acordes de mariachi, el ambiente fue una auténtica fiesta de identidad y orgullo tapatío, con un saldo completamente blanco.
El desfile estuvo integrado por 33 contingentes que reflejaron la diversidad cultural de Guadalajara. Charros y escaramuzas desfilaron con elegancia, mientras danzantes, catrinas, artesanos de la Feria del Cartón y el Juguete, y el Escuadrón Catrina de la Comisaría de Seguridad Ciudadana contagiaron de energía y color cada esquina.
Las carrozas alegóricas avanzaron entre aplausos, luces y música. En ellas, figuras monumentales representaban a la muerte vestida de gala, recordando que en México la tristeza se transforma en arte y la memoria florece en cada ofrenda.
El corazón del Centro Histórico también latió con fuerza gracias al Festival del Día de Muertos. En Plaza Guadalajara, catrinas gigantes, altares tradicionales y cientos de flores de cempasúchil se convirtieron en el escenario perfecto para celebrar la vida y honrar a quienes ya partieron.
Los visitantes pudieron disfrutar de talleres, espectáculos artísticos y expresiones culturales que rescataron el espíritu más auténtico de la tradición mexicana. Niños, jóvenes y adultos se maravillaron ante los detalles y la creatividad que caracterizan a esta celebración.
Y como toque especial, la Catedral de Guadalajara se vestirá de luz y color con un video mapping conmemorativo, que se proyectará desde este sábado y hasta el domingo 2 de noviembre, ofreciendo un espectáculo visual que promete emocionar a locales y turistas por igual.
Guadalajara volvió a demostrar que el Día de Muertos no solo se recuerda, sino que se vive en cada rincón, con orgullo, arte y corazón.
