MUNDO
América Latina, en pie de lucha contra el neoliberalismo

(Cortesía Sputnik Mundo)
La verdad raramente es pura y nunca es simple
(Oscar Wilde, 1854-1900)
El neoliberalismo impuesto en escala global desde el gobierno de Ronald Reagan en Estados Unidos como único camino hacia el crecimiento económico, ha sufrido una tremenda caída en América Latina.
La explosión popular en Chile —país considerado como modelo durante más de 40 años—, la derrota del seguidor incondicional del Fondo Monetario Internacional —Mauricio Macri en Argentina—, el estallido social en Ecuador, el triunfo indiscutible de Evo Morales en Bolivia, la casi victoria del candidato del Frente Amplio —Daniel Martínez en Uruguay— y la existencia del gobierno populista de Andrés Manuel López Obrador en México indican que este sistema económico está agotado.
Lo interesante es que ningún analista y partidario del neoliberalismo global estaba preparado para la repentina rebelión latinoamericana que hizo desmitificar este modelo económico y presentarlo en toda su desnudez. Carlos Heller, un político argentino, comentó que «el neoliberalismo opera en la escala global como una especie de bomba de succión que traslada recursos de las mayorías hacia las minorías».
En otras palabras, este sistema económico concentra los recursos pero nunca los derrama. El think tank Credit Suisse Research Institute en su informe Global Wealth Report 2019 reveló que la riqueza global de los «millonarios creció hasta 360 millones de dólares entre mediados de 2018 y mediados de 2019». También siguió aumentando la desigualdad a escala global cuando el «45% de la riqueza está en manos del 1% más rico, mientras que la mitad de la población más pobre posee menos del 1% de este patrimonio mundial».
Para los promotores de este modelo, la desigualdad económica no es negativa mientras esté acompañada por la disminución de la pobreza sin querer darse cuenta que el crecimiento de la desigualdad social y económica está pauperizando a la clase media y cierra el camino de los pobres hacia su bienestar.
Chile después del golpe de Estado de Pinochet en 1973 se convirtió en el laboratorio del neoliberalismo inaugurado con la represión, secuestros, exilio, relegaciones, allanamientos, tortura, ejecución de opositores, desapariciones forzadas que facilitaron la aplicación de las reformas económicas elaboradas por el grupo Chicago Boys de Milton Friedman y Arnold Harberger.
La privatización de corporaciones estatales, las medidas de austeridad, la represión de toda la oposición y el control estatal de sindicatos fueron aplicados con facilidad debido al miedo que impuso la dictadura, y produciendo en Chile un trauma psicosocial que, de acuerdo a los estudios del Instituto Latinoamericano de Salud Mental y Derechos Humanos (ILAS), generalmente dura no menos de 30 años. Es decir, persiste durante unas tres generaciones. Y así sucedió en Chile, donde Pinochet supo atar todos los aspectos de la vida de sus ciudadanos y aplastar a sangre y fuego la sociedad chilena en nombre de la estabilidad, el desarrollo, el orden, la sensatez y el éxito.
El modelo económico y social impuesto por la dictadura fue avalado por la Constitución de 1980 que los gobiernos de Concertación Política de Patricio Aylwin (1990-1994), Eduardo Frei (1994-2000), Ricardo Lagos (2000-2006) y Michelle Bachelet (2006-2010) no se atrevieron ni siquiera a modificar. Tampoco cambiaron el orden impuesto por el régimen de Augusto Pinochet. Seguían pasando los años y el modelo impuesto por la dictadura se convertía por los medios de comunicación globalizada cada vez más en un ejemplo del éxito mientras la desigualdad crecía, los sueldos de la mayoría de los chilenos estaban por debajo de los sueños, la educación privada era cada vez más inaccesible y la pública, escasa, y las AFP estaban ganando cada vez más mientras los jubilados tenían pensiones de hambre.
Tuvieron que pasar 46 años para que se agote la paciencia del pueblo y se produzca un estallido de indignación saliendo solamente en la capital más de un millón de chilenos a protestar. Ni la abolición del incremento de la tarifa del metro ni la represión y la militarización de las calles y el toque de queda han llegado a acallar las marchas y protestas. Pero este estallido fue precedido por la llamada Revolución de los pingüinos en 2006, cuando 600.000 estudiantes secundarios salieron a exigir el derecho a la educación. Cinco años después, en 2011, los estudiantes universitarios organizaron la Primavera de Chile cuando se sublevaron contra la privatización de la enseñanza. El mismo año el pueblo mapuche empezó su lucha de resistencia.
Los psicólogos han tenido razón cuando afirmaron que se necesitaba no menos de 30 años para que los seres humanos sean capaces de superar el trauma psicosocial producido por la represión de la dictadura. Al declarar el presidente Sebastián Piñera que desde el 18 de octubre «estamos en guerra contra un enemigo poderoso, que está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite», la indignación del pueblo chileno creció aún más porque este «enemigo poderoso» estaba representado por los hombres y mujeres chilenos que ya perdieron miedo a la represión y a la violencia del Estado. Según los documentos del Instituto Nacional de los Derechos Humanos (0INDH) de Chile, durante 11 días de protestas que siguen adelante hasta el envío de este artículo, 20 personas murieron, 3.162 fueron detenidas y 1.092 fueron heridas: de ellas 237 por perdigones y 272 por armas de fuego.
Entre los heridos hay 60 niños y adolescentes. También el INDH registró 50 querellas por tortura, actos crueles, inhumanos y degradantes durante la detención y 17 casos de violencia sexual. La Coordinadora Ni Una Menos y Feministas Autónomas denunció la desaparición de 13 mujeres desde el viernes 18 de octubre. A pesar de todo esto el pueblo chileno sigue la lucha contra la injusticia y la desigualdad impuesta por el neoliberalismo.
Mientras en Chile su pueblo salió a las calles para protestar contra el sistema económico y político impuesto por el Fondo Monetario Internacional, en Argentina hubo estallido popular en las urnas poniendo el fin durante las elecciones presidenciales al régimen derechista de Mauricio Macri, considerado por los globalizadores y entre ellos el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa como el ejemplo de aplicación exitosa del modelo neoliberal. Se olvidaron los que pretenden ser amos del mundo que Mauricio Macri —quien prometió en el 2015 luchar contra la corrupción— en 2017 apareció envuelto en los Papeles de Panamá. Durante su presidencia hizo todo lo posible para beneficiar las empresas de su familia con contratos en autopistas, pero a la vez bajó significativamente el poder adquisitivo de los argentinos.
En total, la gestión de Macri fue desastrosa en todo: desempleo, aumento de pobreza al 34%, crecimiento de inflación al 47%, devaluación del peso, endeudamiento con el FMI de hasta 278.000 millones de dólares —es decir, un 72% más— y la desarticulación del 40% de la planta productiva que provocó un colapso fabril.
Precisamente por estas cosas, el pueblo, como dijo el periodista argentino Luis Bruschtein, «esa multitud que fue calificada como vagos, fanáticos, choriplaneros, violentos, chorros que aguantó a pie firme la discriminación, la destrucción de sus trabajos y de sus bolsillos, del futuro de sus hijos, esa multitud hizo derrocar al macrismo».
Los argentinos dieron el 48,10% de su voto al Frente de Todos, encabezado por Alberto Fernández, quien será el próximo presidente del país, y a Cristina Fernández de Kirchner, quien asumirá la vicepresidencia. Fue precisamente la expresidenta del país, Cristina Fernández, quien logró formar la convocatoria de la unidad de peronistas y otras fuerzas para derrotar a Macri con la consigna Nunca más el neoliberalismo. Lo hizo a pesar de ser sometida al circo judicial durante los últimos cuatro años, allanamientos de su vivienda y ataques contra sus hijos.
Alberto Fernández prometió a sus votantes «una Argentina solidaria y más igualitaria con el nuevo orden y nueva lógica». Uno de sus primeros gestos fue encontrarse con la presidenta de Abuelas de la Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y saludar a Madres de Plaza de Mayo y Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas. Ya se sabe que una de las primeras acciones del nuevo Gobierno, que asumirá sus funciones el próximo 10 de diciembre, va a ser la implementación de la Ley de Emergencia Alimentaria. En un reciente artículo la periodista argentina Victoria Ginzberg afirmó que por fin vamos a tener «un presidente con el que podremos enojarnos y amargarnos, pedirle más, exigirle más, como él mismo dijo, si no cumple con lo que prometió».
No cabe duda que al nuevo Gobierno del Frente de Todos le espera un trabajo titánico para recomponer la economía y que será muy difícil dar primeros pasos en la dirección contraria al neoliberalismo. No hay que olvidar que América Latina está bajo una mirada permanente de Washington, cuyos líderes siguen implementando la consigna elaborada por la exsecretaria de Estado Condoleezza Rice, que consiste en «crear nuevos mecanismos para reprender a aquellos países que se apartan del camino democrático». En otras palabras, a los que empiezan a renegar del neoliberalismo. Venezuela es la víctima del ojo que todo lo ve del Big Brother.
Ya uno de los más incondicionales de Estados Unidos, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se mostró descontento con los resultados de las elecciones en Argentina al declarar que «Argentina eligió mal. No pienso a felicitar a Fernández. Argentina puede ser apartada del Mercosur». Bolsonaro expresó su mayor molestia por el retorno al poder de Cristina Fernández debido a su cercanía con Nicolás Maduro, Lula da Silva, Dilma Rousseff y Evo Morales.
Lo extraño que está pasando en Bolivia, el país de Evo Morales, es que mientras en Argentina, Chile y Ecuador su pueblo repudia al neoliberalismo, un gran sector de la población boliviana, la nación con mayor crecimiento económico en la región, quiere variar el proceso y retornar al neoliberalismo.
Durante las recientes elecciones presidenciales Evo Morales obtuvo el 47,07% de los votos, quedándose Carlos Mesa en el segundo lugar con el 36,51%. Inmediatamente desde Washington el servidor incondicional de EEUU, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, declaró no reconocer la victoria de Evo Morales, como si la OEA estuviera por encima de la Constitución de Bolivia.
La Coordinadora Nacional de la Democracia que incluye opositores de la derecha, centroizquierda, comités procívicos, comités militares y comités de policías retirados declaró desde el anuncio del Tribunal Supremo Electoral (TSE) al ganador Evo Morales, el inicio del paro nacional, marchas de protesta para crear estado de crisis total acompañado por la violencia.
El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, ya señaló a Carlos Sánchez Berzain y al millonario boliviano Branko Marinkovic como los promotores y financistas de la violencia en el país. Carlos Sánchez Berzain, exministro de Gobierno y de Defensa en el Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, reside en EEUU y recientemente publicó el libro Castrochavismo: crimen organizado en las Américas. Branko Marinkovic, de origen montenegrino, es prófugo de la justicia boliviana por organizar y financiar entre 2006 y 2008 una banda armada terrorista para lucha por la secesión de la Media Luna de Bolivia, una zona ubicada en el oriente del país con abundantes yacimientos de hidrocarburos integrada por los Departamentos de Tarija, Santa Cruz, Beni y Pando.
Los 30 auditores de la OEA que ya están en Bolivia difícilmente van a apoyar los resultados de la votación. Evo Morales, por su acercamiento a Rusia y su política independiente, está irritando a Washington desde hace mucho tiempo. Entonces, el futuro de Bolivia está en manos de su pueblo. Mientras, miles de indígenas campesinos, mineros y el grueso de la Confederación Obrera de Bolivia (COB) llegaron a la capital y salieron a las calles para defender los resultados de la elección y amenazan a los opositores al servicio de EEUU con el «uso de dinamita que es histórico y democrático».
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
ENTREVISTAS
Alfonso Gómez: «Trump impulsa política del Siglo XVII en el mundo moderno»; no podrá desmontar la estructura global

Por Diego Morales Heredia //
Las decisiones de arrebato del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, corresponden al siglo 17, no al mundo moderno, no mide las consecuencias y el mundo entero puede entrar a una recisión, es la visión del presidente del Colegio de Economistas de Jalisco, Alfonso Gómez, respecto a la implementación de aranceles al mundo implementada por el mandatario estadounidense.
“Hay varios elementos de fondo, esas decisiones son en un mundo del siglo 17 implementadas en el siglo 21, con el mercantilismo, que buscaba que el poderío económico de una nación se basara en el superávit de una nación, planteaba tomar medidas proteccionistas para que las potencias pudieran alcanzar ese superávit, reducir las importaciones con aranceles, para generar riqueza de un país, esa teoría consideraba como base del proteccionismo proteger a la industria manufacturera, es evidente que esos postulados no tienen vigencia en el mundo actual»,
«Por lo tanto hay un pésimo y peligroso diagnóstico que se hace, Trump quiere recuperar la hegemonía estadounidense de una manera proteccionista, está equivocado, dice que hará que regresen las inversiones que se fueron en otros países, que se fueron en la búsqueda de una competitividad, reducir costos, tener acceso a materias primas baratas, ventajas que no encuentran en su país, de tal manera que pensar que poner aranceles regresará, es de la mayor simpleza e ingenuidad».
Entrevistado por Conciencia Pública, Alfonso Gómez aseveró que estas decisiones son arrebatos, pues Donald Trump quiere hacer grande a América de nuevo, pero es a costa de la economía no solo estadounidense, sino en la economía a nivel global.
“Para que regresen las inversiones, se necesitan condiciones que favorezcan la competitividad estadounidense, se necesitan recursos para apoyar los soportes de la educación, la infraestructura, de la innovación, no es simplemente por un arancel poner una barrera. Es un desconocimiento de que ha pasado por décadas, las grandes corporaciones trabajan bajo el concepto de fábrica mundial, que para ser más competitivo necesito reubicar mis procesos de producción, la política comercial tiene como objetivo provocar competitividad a una economía, como China, Corea, hacia eso orientan su política comercial. Donald Trump quiere hacer grande a América afectando la competitividad”.
Agregó: “Trump equivoca sus objetivos en materia comercial, pensando que alcanzando un superávit, protegiendo la industria nacional podría recuperar el liderazgo, más los efectos globales del mundo de la perspectiva que el mundo entre a una recesión, que la economía americana entre a una inflación permanente, creo que estas medidas de desglobalización no tendrán los efectos que quiere el presidente Donal Trump”.
México y Canadá parece que la libran en teoría, pero hay temas puntuales como las autopartes y el acero a tratar, ¿qué hay al respecto?
“Probablemente el Tratado de Libre Comercio nos ha servido como paraguas, es cierto que el aluminio, autopartes no se salvan, eso tendrá un efecto en sectores muy ubicados de la industria mexicana, México se convirtió gracias a estos procesos de cadenas productivos en una nación líder, un motor de la industria nacional, en caso de que estas medidas afecten más se tendrán efectos negativos.
Tenemos que ver cómo defender el Tratado de Libre Comercio, que no solamente es una gestión o un proyecto entre gobiernos. En este sentido, creo que es la labor que hicieron los grandes intereses transnacionales lo que hicieron que México no se viera tan afectado para evitar una mayor afectación, que bueno que los gobiernos hacen su labor, pero dentro de las relaciones internacionales no hay que perder de vista a los actores extra nacionales, grandes inversionistas que tienen intereses para que este mundo de la globalización siga vigente”.
Al corto, mediano y largo plazo, ¿quién gana y quién pierde con estas decisiones?
“Al corto plazo ya tenemos la lista de perdedores, las grandes industrias automotrices, el sector de las nuevas tecnologías, lo que estamos viendo es una pérdida generalizada, considero que dentro de esta lucha hay grandes intereses de capitales, los que tienen que ver con la actividad productiva, los que tienen que ver con la financiera.
Si este mundo entra a inestabilidad, el que ganará será el sector financiero especulativo, porque está comprando barato, estarán especulando con las devaluaciones de los tipos de cambio, siento que en esta incertidumbre quienes ganan son los capitales financieros, pero el problema es que estos no generan fábricas, no generan empleos, lo que inyectan es un virus de especulación que atenta contra los que tenemos en productividad y empleos permanentes”.
NO PODRÁ DESMONTAR LA ESTRUCTURA GLOBAL
Con estos arrebatos de Donald Trump, ¿es capaz de generar un nuevo orden mundial financiero?
“Es su visión, lo intenta, pero creo que la realidad es más terca que los sueños o la visión de una persona. No será posible desmontar una estructura de globalización construida en los últimos 50 años, porque tiene algo en contra, le quedan poco más de tres años, estos procesos de sueños no se pueden hacer en este corto plazo, la realidad es tan terca, pero pondrá a cada quien su sitio, con proyectos inviables, aquí la pregunta es si seguirán las represalias comerciales, si estamos viendo solo el principio de las hostilidades, en política comercial están las medidas de neoproteccionismo, detener tu producto no por barreras arancelarias, sino porque afectan la seguridad nacional”.
En México y en Jalisco, ¿qué impacto tendrán estas imposiciones?
“Esto apunta a una caída de actividad económica mundial y no podremos estar exentos a esta circunstancia. Por desgracia estamos viendo nuestra economía creciendo bajo, evidentemente hay una desaceleración económica como parte del efecto mundial, también el tema del efecto inflacionario que no podemos escapar y la incertidumbre, si hay proyectos de inversión hasta antes de Trump, ante este escenario la especulación corremos el riesgo que se pudiera agravar.
Debido a que México no es afectado por el TMEC, es una gran oportunidad para Jalisco, si desde México no se grava hay una oportunidad para tener una ventaja de geolocalización, pero estará en observación que antes se quiera replantear la renegociación del tratado, entonces el tratado de estar exentos de aranceles podemos tener el riesgo de perderlo”, puntualizó.
MUNDO
Los aranceles de Trump elevarán en 60% el costo de un iPhone en EEUU: León Krauze
CIERTO O FALSO
“Los aranceles de Trump elevarán en 60% el costo de un IPhone en EEUU. ¿Es posible que el electorado no le cobre esto a Trump y a los republicanos? Es posible, posible pero improbable”
LEÓN KRAUZE/ ARTICULISTA DE EL UNIVERSAL Y WASHINGTON POST
“Es falso que EEUU no impuso aranceles a México por la buena relación. Los aranceles al acero, al aluminio, autos y autopartes siguen vigentes, se añadieron aranceles a la cerveza en lata, y los aranceles que no cumplen con certificado de origen T-MEC, también siguen en vigor”
ARTURO SARUKHAN / EX EMBAJADOR DE MÉXICO EN EEUU
FUEGO CRUZADO
“Estamos declarando nuestra independencia económica; nuestros trabajadores ya no se verán relegados mientras otros países se enriquecen a nuestra costa”
PRESIDENTE DONALD TRUMP
“Los aranceles de Trump es una política económica desastrosa, basada en mentiras, mal diseñada y con consecuencias inflacionarias, recesivas y regresivas (…) Lejos de liberar a EEUU, estos aranceles podrían precipitar una crisis económica mundial”
PAUL KRUGMAN / ECONOMISTA Y GANADOR DEL PREMIO NOBEL
«EE. UU. tiene déficits importantes con Canadá, México y China (¡y casi todos los países!), debe 36 billones de dólares, y ya no vamos a ser el ‘país estúpido’. Hagan sus productos en Estados Unidos y no habrá aranceles»
PRESIDENTE DONALD TRUMP
VOZ ALTA
Un gobierno diferente
Notable la iniciativa del gobernador Pablo Lemus de convocar y reunir a todas las fuerzas políticas de la entidad para cerrar filas por Jalisco. “Es tiempo de construir, de dar resultados y de demostrar que el diálogo y la unidad son el camino (…) Cuando se pone por delante el bienestar de nuestro estado, no hay colores ni divisiones que valgan”, precisó. Y la convocatoria tuvo respuesta. Todas las fuerzas políticas la aceptaron, lo que muestra una forma de gobernar donde la apertura es el sino, con humildad, sin la soberbia y el ego que caracterizó al sexenio de quien se fue a vivir a España.
PABLO LEMUS. Un gobierno abierto, sin la soberbia y el ego de Alfaro.
Ratificación y reconocimiento
Buena noticia el que el maestro Gabriel Torres Espinoza haya sido ratificado al frente del Sistema de Radio, TV y Cinematografía de la Universidad de Guadalajara por la rectora general Karla Planter, que es el reconocimiento a un equipo altamente profesional formado en Canal 44, asumiendo un liderazgo en el campo de la televisión pública con proyectos disruptivos exitosos, como el Noticiero Científico y Cultural Iberoamericano (NCC), consolidado como el primer noticiero colaborativo de televisión pública en Iberoamérica y TVMorfosis, que analiza evolución de los medios.
GABRIEL TORRES ESPINOZA. Iniciativas exitosas y trascendentes desde Canal 44.
Descalificación
Las campañas de candidatas y candidatos a jueces federales, magistrados y ministros del Poder Judicial empezaron desde el 1 de abril y culminarán con la elección del próximo 1 de junio. Al que le están pegando duro y tupido en redes es a Luis Carlos Vega González, juez de Chapala, quien tiene enfrente al grupo de mujeres que luchan contra el acoso laboral y sexual, al señalarlo públicamente de encubrir y proteger a funcionarios corruptos del gobierno alfarista. Las historias negras empiezan a salir en estos personajes, cuyo desempeño como juzgadores estuvo al lado del poder, torciendo la justicia.
LUIS CARLOS VEGA. Trae a las feministas en contra.
MUNDO
Todo tiene un precio: El nuevo orden mundial, el tablero global ha sido reorganizado

Por Víctor Hugo Celaya Celaya //
El reciente anuncio de tarifas recíprocas por parte de Estados Unidos representa una estrategia tanto económica como geopolítica. Desde el inicio de su discurso en la Casa Blanca, el presidente estadounidense enfatizó el papel preeminente de su nación en el desarrollo económico mundial, combinando un esquema de fortalecimiento interno con una clara demostración de poder político frente a aliados y competidores. Esta maniobra marca, en cierta forma, el fin de la globalización tradicional y la intermediación de acuerdos comerciales multilaterales e instituciones como la Organización Mundial de Comercio.
Acostumbrado a dominar las negociaciones, el mandatario busca primero consolidar la economía interna mediante ingresos provenientes de estos nuevos aranceles. Estos recursos financiarán programas gubernamentales de apoyo a la industria, desarrollo de infraestructura y sectores estratégicos como seguridad nacional y empleo regional. Los aranceles, que entrarán en vigor entre el 5 y 9 de abril según lo establecido por la Casa Blanca, afectarán principalmente áreas como la industria automotriz, manufacturas y producción de insumos básicos como acero y aluminio.
El anuncio más significativo fue la imposición de un 25% generalizado para todas las exportaciones de automóviles hacia Estados Unidos, independientemente de su origen. Paralelamente, se cobrarán tarifas recíprocas a muchos países en diversas ramas productivas donde, según el análisis comparativo estadounidense, estos imponen aranceles considerables a productos norteamericanos.
La propuesta revela una clara estrategia diferenciada: los países asiáticos, del Sudeste Asiático, África y aquellos considerados competidores en costos de producción, especialmente en manufacturas, enfrentarán tarifas recíprocas mucho mayores. Lo mismo ocurrirá con naciones no alineadas con el proyecto estadounidense. Los impuestos están particularmente enfocados en países con mano de obra barata que, según la perspectiva norteamericana, «se aprovechan» de Estados Unidos.
En contraste, aliados estratégicos reciben un trato preferencial. Reino Unido y Brasil enfrentan tarifas equivalentes (10% y 10%) a las que imponen a exportaciones estadounidenses. Similar consideración reciben países centroamericanos, sudamericanos y caribeños como El Salvador, Honduras, Guatemala, República Dominicana y Argentina, así como naciones de Oriente Medio como Arabia Saudita, Emiratos Árabes e Israel. Esta diferenciación confirma que se trata de un esquema político, económico y estratégico diseñado para reforzar el liderazgo estadounidense en distintas regiones.
La propuesta arancelaria busca claramente mantener como aliados a Reino Unido en Europa, Brasil en Latinoamérica, Egipto en África y los países árabes en Oriente Medio. Simultáneamente, envía un mensaje a la mayoría de los países europeos: el único bloque relevante es el que Estados Unidos construya en sus esferas de influencia, no un nuevo bloque continental independiente que algunos países europeos, aliados con naciones del bloque socialista, pretenden establecer.
El impacto más significativo de esta política se concentra en las tarifas para la exportación de automóviles y autopartes, una medida diseñada para responder a las demandas del electorado estadounidense y especialmente a las empresas armadoras que constantemente denuncian el cierre de plantas y el creciente desempleo en estados anteriormente líderes en este sector.
Esta estrategia geoeconómica y política busca fortalecer el liderazgo estadounidense global, sin abandonar completamente a los países en desarrollo, a quienes responde con tarifas menores y transitorias, condicionadas al cumplimiento de compromisos específicos, como el fortalecimiento democrático en el caso de México.
Estados Unidos ejerce un papel hegemónico pero estratégico, aprovechando su posición como el mercado más grande del mundo. El mensaje es claro: «Ustedes también pongan su parte y ayúdenme a fortalecerme internamente para seguir siendo aliados». Esta visión político-empresarial refleja la formación y experiencia del mandatario como empresario, político y gobernante.
En este tablero global, China y Rusia representan los principales competidores, particularmente China en el ámbito comercial, donde los aranceles recíprocos son mayores. La estrategia estadounidense busca un equilibrio geopolítico en seguridad universal mientras reconoce la necesidad de modernizar sus procesos productivos, incluyendo los automotrices y manufactureros, para competir con los países asiáticos en costos de producción y mano de obra.
EL CASO DE MÉXICO
Para México, estas medidas afectarán inicialmente a la industria maquiladora, pero preservan las inversiones y el comercio amparados por el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC). México y Canadá quedaron exentos del arancel general del 10% impuesto por Estados Unidos, aunque ambos países siguen sujetos a aranceles del 25% para productos fuera del T-MEC, mientras mantienen la exención para productos dentro del tratado, que representan el 50.2% de las exportaciones mexicanas.
Según información oficial de la Casa Blanca, México y Canadá no estarán sujetos al arancel global del 10% anunciado por el presidente Donald Trump, y los productos que cumplan con las reglas del T-MEC mantendrán el trato preferencial de arancel cero. Mientras muchos países enfrentarán aranceles adicionales entre el 10% y el 50%, México y Canadá estarán exentos de la tasa arancelaria base.
La Casa Blanca ha especificado que «para Canadá y México, las órdenes vigentes sobre fentanilo/migración siguen vigentes y no se ven afectadas por esta orden», lo que significa que los productos que cumplen con el T-MEC seguirán sujetos a un arancel del 0%, mientras que los que no lo cumplen tendrán un arancel del 25%, y los productos energéticos y de potasa no conformes tendrán un arancel del 10%. En caso de rescindirse las órdenes sobre fentanilo/migración, los productos conformes con el T-MEC mantendrán su trato preferencial, mientras que los no conformes estarían sujetos a un arancel recíproco del 12%.
UN NUEVO ORDEN COMERCIAL
La estrategia arancelaria estadounidense representa mucho más que una simple política comercial; constituye una redefinición del orden económico global. En este nuevo paradigma, las relaciones bilaterales y las alianzas estratégicas prevalecen sobre los acuerdos multilaterales que caracterizaron la era de la globalización.
Para países como México, el desafío consiste en navegar hábilmente este complejo escenario, aprovechando su posición privilegiada en el T-MEC mientras diversifica sus relaciones comerciales. El tablero global ha sido reorganizado y las reglas reescritas. Aquellas naciones que comprendan la naturaleza dual —económica y geopolítica— de esta estrategia estarán mejor posicionadas para adaptarse a esta nueva realidad comercial donde Estados Unidos busca recuperar su hegemonía industrial mientras redefine sus alianzas estratégicas en un mundo cada vez más multipolar.
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