Connect with us

MUNDO

Como vulgar «crimen organizado»: JP Morgan Chase, acusado de manipular el oro y la plata

Publicado

el

Por Alfredo Jalife-Rahme //

El Departamento de Justicia tardó un siglo para exponer las legendarias bribonerías inimputables de su hoy primer banco de inversiones JPMorgan Chase, supremo especulador de los derivados financieros (‘hedge funds’), ahora atrapado en su obscena manipulación de los precios del oro y la plata. ¿Viene una revolución del orden financiero global?

JPMorgan Chase es considerado como el supremo megabanco que maneja hedge funds en el mundo basados en pura especulación financierista que forman parte de la panoplia de los ominosos derivados que han alcanzado la escalofriante cifra de 544 millones de millones de dólares: casi tres veces del valor de las bolsas de valores en todo el mundo y que equivale a más de seis veces el PIB (Producto Interno Bruto) Global de 87,27 millones de millones de dólares.

Quizá esté por fenecer una de las trasnacionales financieras más añejas del planeta con sede en Nueva York que hoy controlan grandes gigabancos como BlackRock, Vanguard Group y StateStreet.

JPMorgan Chase constituye el primer banco de EEUU y el sexto en el mundo de acuerdo al ranking de sus activos que ascienden a 2,73 millones de millones de dólares.

Según Tyler Durden, de Zero Hedge, el Departamento de Justicia de EEUU acusó a la mesa de tratativas de metales preciosos (oro y plata) de ser una «empresa criminal», como un vulgar «equivalente funcional de las mafias».

Zero Hedge se mofa de lo que antes, cuando era expuesto, era señalado como ‘teoría de la conspiración’.

Los fiscales exhibieron «el masivo esquema de varios años para manipular el mercado de los contratos futuros de los metales preciosos y la defraudación de los participantes en el mercado».

El Departamento de Justicia acusó formalmente a tres mercaderes del megabanco: Michael Nowak (anterior mandamás de su mesa comercial de metales preciosos), Christopher Jordan (quien se trasladó luego a Crédit Suisse y a First New York), y a Gregg Smith. El más mafioso de todos, Blythe Masters, ha sido omitido por el momento.

Brian Benczkowski, asistente del procurador general, comentó a la prensa que «basado en el hecho de que se trató de una conducta que fue extensa en la mesa, que se comprometió en miles de episodios en un periodo de ocho años —que es precisamente el género de conducta que el estatuto RICO es dado a castigar—».

El acrónimo RICO (Racketeer Influenced and Corrupt Organizations: Organizaciones Corruptas e Influenciadas por los Delincuentes) hace temblar al más pintado mafioso en EEUU.

El portal Bloomberg explaya la enmienda RICO: «una ley que permite a los fiscales capturar las ‘empresas criminales’, como la de las mafias, al incriminar a todos [sic] los miembros de la organización por cualquier crimen cometido por un individuo en nombre de la organización». ¿Jaque previo al mate?

¿Irán tan lejos como embargar y/o expropiar los activos de 2,73 millones de millones de dólares y, de paso, fastidiar a sus verdaderos propietarios: los gigabancos BlackRock/Vanguard/State Street? 

El lenguaje usado de los fiscales es exageradamente feroz —por tratarse de las joyas bancarias estratégicas que gozaron de la permisividad de los Clinton y Obama—, quienes acusaron a los mercaderes del oro y la plata del banco de operar «una conspiración [sic] en la conducta de los asuntos de una empresa implicada en el comercio interestatal o foráneo mediante un patrón de actividad del crimen organizado», lo cual apunta, según Zero Hedge a una «más profunda acusación del banco» cuando hasta ahora 12 mercaderes «han sido acusados de conspiración manipulativa».

Benczkowski no se mordió la lengua: «Perseguiremos los hechos a donde conduzcan, sea entre las mesas aquí o en cualquier otro [sic] banco o arriba [sic] en la institución

Si realmente el Departamento de Justicia es consecuente con lo que ha manifestado, pues prácticamente estaríamos hablando de un embargo general de toda la banca de EEUU: una verdadera revolución financiera como cuando Roosevelt embargó el oro, pero que ahora Trump lo haría al revés: embargando los activos bancarios de Wall Street.

Un golpe de esta magnitud de parte de Trump, en búsqueda de su atribulada reelección, lo haría inmensamente popular y rebasaría a la senadora Elizabeth Warren del Partido Demócrata, quien ha crecido gracias a su postura en contra de los excesos de Wall Street.

¡La dimensión es enorme!: Trump estaría dando un golpe de Estado Financiero en el corazón mismo de Wall Street y quizá esté arriesgando su vida, no se diga la de su familia entera.

De ahí quizá se explique la exagerada ferocidad de sus contrincantes, estimulados por los mega y gigabancos puestos en jaque y que dominan el mercado de Wall Street y buscan defenestrarlo con cualquier pretexto banal o real.

Benczkowski remató que «las acusaciones no deben dejar duda de que el Departamento de Justicia está comprometido a perseguir a quienes socavan la confianza del público inversionista en la integridad de nuestros mercados de materias primas [commodities]».

William Sweeney, director asistente a cargo de la oficina de campo en Nueva York del FBI, agregó que la manipulación probablemente impactó a «mercados correlacionados [sic] y a los clientes del banco que representaron» mediante un «esquema complejo en el comercio de metales preciosos de manera tal que afectaron negativamente el equilibrio natural de la oferta y la demanda». ¿Jaque también a la banca europea y latinoamericana?

Lo más interesante es el periodo de investigación de ocho años que inició cuando apenas EEUU llevaba tres años de su grave crisis financiera de 2008, producto de la quiebra de Lehman Brothers, y todavía era presidente Obama quien no tuvo el coraje ni la voluntad de poner orden en Wall Street y en los mercados globales.

No falta quienes aduzcan que se trata de una vendetta de Trump contra sus acosadores y acusadores del fallido Russiagate y que ahora han vuelto a la carga con otras trivialidades que buscan su defenestración (impeachment) bajo cualquier excusa.

En forma extraña le han dado mucho juego al fajo de billetes de 20 dólares que tenía Trump en la bolsa trasera de su pantalón. Cabe recordar que en su sonada entrevista a Play Boy de hace 29 años, Trump, cuando era Demócrata antes de convertirse a Republicano, manifestó que el prefería el efectivo (cash), como casinero que fue, y los bienes raíces, como inversionista inmobiliario en la actualidad, a los juegos financieros bursátiles.

El Departamento de Justicia de EEUU no está golpeando a cualquier banco, sino que se fue a la yugular del principal banco global del viejo sistema financiero internacional basado en los ‘derivados financieros [hedge funds]’, por lo que el haber expuesto la flagrante manipulación del oro y la plata que dañó a millones de inversionistas en EEUU y en el extranjero es probable que signifique el advenimiento de un nuevo orden financiero global apuntalado por el oro y la plata.

A mi juicio, en caso de una reelección de Trump, es probable que se esté preparando la ambientación idónea para impulsar al oro y la plata —en EEUU ya existió incluso un Partido de la Plata en el Siglo XIX— como baluartes del nuevo sistema financiero internacional, al unísono de Rusia/China/India, y que curiosamente formó parte de la plataforma electoral del Partido Republicano en la elección presidencial pasada y que sabe mejor que nadie la grave crisis que padece el dólar.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK

LA VERDAD QUE OCULTA LA RESERVA FEDERAL DE EEUU Y LA PEOR CRISIS QUE SE AVECINA

Por Liliya KhusainovaMaría Ivánnikova

La Reserva Federal anunció una nueva reducción de las tasas de interés en un 0,25%. Sputnik conversó con el economista estadounidense y corredor de bolsa Peter Schiff sobre la verdad oculta tras las acciones de la Fed.

Según el comentarista económico, el cuarto programa de Quantitative Easing (QE) —flexibilización cuantitativa— de la Reserva Federal ya podría estar en marcha. Es una herramienta de política monetaria que consiste en dotar al sistema de liquidez, incrementando la cantidad de dinero en circulación en los mercados.

Pero el programa jamás llevará oficialmente esa etiqueta. En vez de eso, vendrán con una nueva palabra para describir lo que están haciendo de manera que desvíe la atención de la verdad. El QE es solo la monetización de la deuda. Es la inflación pura, donde el dinero es creado por un banco central para comprar deuda pública», explicó Peter Schiff en declaraciones a Sputnik.

Es la segunda vez que la Reserva Federal recorta la tasa de interés referencial de EEUU desde la crisis financiera de 2008. Schiff consideró que «la próxima crisis financiera será mucho peor que la anterior«. 

«No solo será la pérdida de valor de la deuda hipotecaria subprime, sino de los bonos del Tesoro de Estados Unidos y del dólar».  

En este contexto, el economista estadounidense observó que «los rusos han sido listos al vender los bonos del Tesoro y comprar oro«. 

Para Schiff, la crítica del mandatario estadounidense, Donald Trump, a la Reserva Federal cuando era candidato a la Presidencia, era correcta. «Ahora está criticando a la Fed por repetir los mismos errores», señaló.

Trump reaccionó inmediatamente a la reducción de los tipos de interés del pasado 18 de septiembre con una publicación en su cuenta de Twitter y calificó las acciones de la Fed como «otro fracaso».

CONFIRMAN PRESAGIOS DE UNA NUEVA CRISIS GLOBAL

El director de inversiones de Saxo Bank, Steen Jakobsen, comentó a Sputnik qué es lo que podría provocar una nueva crisis global.

A finales de agosto, los rendimientos de los bonos del Tesoro de EEUU a 30 años estaban disminuyendo en medio de la volatilidad en los mercados mundiales, aumentando así de los riesgos para la economía global. Al mismo tiempo, el 28 de agosto, el indicador cayó al 1,905%, un nuevo mínimo histórico.

Jakobsen confirmó en una entrevista a Sputnik que una reducción tan brusca del rendimiento de los bonos es la antesala de una nueva crisis.

Especialmente si estamos hablando de una disminución simultánea de las tasas de interés y del rendimiento. Estos dos factores son precursores de un crecimiento negativo, que a su vez afectará los activos», explicó el economista.

Según el director de inversiones de Saxo Bank, la entidad presta mucha atención a la probabilidad de una recesión.

«Cuando sucede [una recesión], los activos pierden un 25% de su precio. Es decir, si uno tiene una cartera clásica y no toma ningunas medidas, pierde un 25% o incluso un 50% del valor base durante la recesión», concluyó. 

La amenaza de una recesión surgió en medio de la guerra comercial entre EEUU y China. Los países han impuesto repetidamente varios paquetes de aranceles. Según el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la introducción de aranceles continuará hasta que las partes concluyan un acuerdo beneficioso para los dos países. Al mismo tiempo, el líder estadounidense expresó su preocupación por la situación económica en el país.

(*) Cortesía de Sputnik Mundo

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

CARTÓN POLÍTICO

Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos

Publicado

el

Si prefiere descargar el PDF en lugar de leer online: CLICK AQUÍ

Lectores en teléfono celular: Para una mejor lectura online, girar a la posición horizontal.

Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos

LAS NOTICIAS PRINCIPALES:

Fallo ambiental que resuena: «No estoy para ser querida, sino para cumplir con diligencia», magistrada Fanny Jiménez

Buscan cubrir a AMLO en actos de corrupción

Crónica de una semana tensa en la UdeG: La rebelión estudiantil que desafía a la FEU

Mensaje del gobernador en el Informe de Quirino: «Tlajomulco es un ejemplo de coordinación y visión de futuro»

Primer Informe de Gerardo Quirino en Tlajomulco: Un gobierno siempre cerca, que escucha, atiende y resuelve

Charros se quedó sin gas: Diablos, digno campeón

Carlos Urrea rescata a un héroe olvidado, presenta el libro «General Urrea: La Independencia de México»

Continuar Leyendo

MUNDO

Tolerancia en tiempos de algoritmos

Publicado

el

– Opinión, por Miguel Anaya

¿Qué significa ser conservador en 2025? La etiqueta, lejos de significar a una persona o grupo de ellas, aglutinadas en torno a la Biblia o valores cristianos, se ha vuelto un acto de rebeldía. El conservadurismo pareciera significar a una nueva minoría (o una mayoría silenciosa) que enfrenta un prejuicio constante en redes sociales.

En sociedades donde la corrección política dicta el guion, ser conservador implica defender valores tradicionales —para algunos valores anacrónicos— en medio de un mar de redefiniciones. La sociedad dio un giro de 180 grados en tan solo 20 años y aquellos que señalaban hace dos décadas, hoy son señalados.

¿Y ser liberal? El liberalismo que alguna vez defendió la libertad frente al Estado hoy se ha transformado en progresismo militante: proclamar diversidad, reivindicar minorías, expandir derechos. Noble causa, sin duda.

El problema comienza cuando esa nobleza se convierte en absolutismo y se traduce en expulsar, callar o cancelar a quien no repite las consignas del día. El liberal de hoy se proclama abierto, pero con frecuencia cierra la puerta al que discrepa. Preocupante.

He aquí la contradicción más notable de nuestro tiempo: vivimos en sociedades que presumen de “abiertas”, pero que a menudo resultan cerradas a todo lo que incomoda. Lo que antes era normal hoy puede costar reputación, trabajo o, en casos extremos, la vida. Hemos reemplazado la pluralidad por trincheras y el desacuerdo por el linchamiento mediático (“funar” para la generación Z).

La polarización actual funciona como un espejo roto: cada bando mira su fragmento y cree que posee toda la verdad. Los conservadores se refugian en la nostalgia de un mundo que quizá nunca existió, mientras que los liberales se instalan en la fantasía de que el futuro puede aceptar todo, sin limitantes.

Ambos lados olvidan lo esencial: que quien piensa distinto no es un enemigo para destruir, sino un ciudadano con derecho a opinar, a discernir y, por qué no, a equivocarse humanamente.

La violencia y la polarización que vivimos, no son fenómenos espontáneos. Son herramientas. Benefician a ciertas cúpulas que viven de dividir, a las plataformas digitales que lucran con cada insulto convertido en tema del momento.

El odio es rentable; la empatía, en cambio, apenas genera clics. Por eso, mientras unos gritan que Occidente se derrumba por culpa de la “ideología woke”, otros insisten en que el verdadero peligro son los “fascistas del siglo XXI”. Y en el ruido de esas etiquetas, el diálogo desaparece.

Lo más preocupante es que ambos discursos se han vuelto autorreferenciales, encerrados en su propia lógica. El conservador que clama por libertad de expresión se indigna si un artista satiriza sus valores; el liberal que defiende la diversidad se escandaliza si alguien cuestiona sus banderas.

Todos piden tolerancia, pero solo para lo propio. Lo vemos en el Senado, en el país vecino, tras el triste homicidio de Charlie Kirk y hasta en los hechos recientes en la Universidad de Guadalajara.

En buena medida, este mal viene precedido de la herramienta tecnológica que elimina todo el contenido que no nos gusta para darnos a consumir, solo aquello con lo que coincidimos: EL ALGORITMO.

El algoritmo nos muestra un mundo que coincide totalmente con nuestra manera de pensar, de vivir, de vestir, nos lleva a encontrarnos únicamente con el que se nos parece, creando micromundos de verdades absolutas, haciendo parecer al que piensa un poco distinto como ajeno, loco e incluso peligroso. Algo que debe ser callado o eliminado.

Occidente, en 2025, parece olvidar que lo que lo hizo fuerte no fue la homogeneidad, sino la tensión creativa y los equilibrios entre sus diferencias. Quizá el desafío es rescatar el principio básico de que la idea del otro no merece la bala como respuesta.

Solo la palabra, incluso aquella que incomoda, puede mantener vivo un debate que, aunque imperfecto, sigue siendo el único antídoto contra el silencio y la complicidad impuestos por el miedo o la ignorancia.

Continuar Leyendo

MUNDO

De espectador a jugador: El Plan México y los nuevos aranceles

Publicado

el

– A título personal, por Armando Morquecho Camacho

En la historia de la política internacional, las decisiones económicas suelen asemejarse a partidas de ajedrez: cada movimiento no solo busca ganar terreno en el presente, sino también anticipar jugadas futuras que podrían definir la victoria o la derrota.

México, con el anuncio de aranceles de hasta un 50% a productos provenientes de países sin acuerdos comerciales —particularmente China—, ha hecho una jugada que puede parecer arriesgada, pero que revela un cálculo estratégico más amplio: equilibrar una balanza comercial desigual y, al mismo tiempo, alinearse con el tablero donde Estados Unidos y China libran una guerra cada vez más abierta.

La presidenta Claudia Sheinbaum ha justificado la medida bajo dos argumentos centrales: primero, la necesidad de equilibrar la balanza comercial con China, que hoy refleja una brecha difícil de ignorar; y segundo, el impulso del llamado Plan México, su proyecto estrella para transformar la economía y fomentar la producción nacional.

Visto desde esa óptica, el arancel no es un simple impuesto, sino un muro de contención frente a la dependencia excesiva de productos chinos y, al mismo tiempo, una palanca para reconfigurar las cadenas de valor en territorio mexicano.

El gesto tiene también una lectura geopolítica. Estados Unidos ha reactivado una estrategia de confrontación comercial contra China y la Unión Europea ha hecho lo propio. México, tercer socio comercial de Estados Unidos y pieza clave en la industria automotriz de Norteamérica, no podía permanecer neutral. Imponer aranceles de este calibre es enviar una señal de lealtad estratégica a Washington, asegurando que México no será el eslabón débil en la cadena norteamericana.

La analogía podría entenderse si imaginamos un puente colgante sobre un río. Durante décadas, México ha cruzado ese puente que fue construido con materiales chinos y que servían de soporte a la industria nacional. Ahora, la decisión de elevar aranceles implica retirar varios de esos tablones y reemplazarlos con productos propios o con piezas de otros socios.

No es una tarea sencilla. Estos cambios en un inicio podrían debilitar el puente, pero esto se hace con la finalidad de consolidar la estructura y hacerla menos dependiente de un solo proveedor.

Los críticos señalan que el golpe puede resultar contraproducente. La industria automotriz mexicana, uno de los grandes motores de la economía, ha construido buena parte de su competitividad sobre la base de insumos chinos.

No obstante, esta medida podemos verla desde otra perspectiva y no solo como una medida para eliminar de golpe la presencia china, sino que esta busca generar incentivos para que la inversión y la producción se instalen en territorio mexicano o en países con reglas más claras.

Esta jugada puede entenderse también como una apuesta al futuro del nearshoring, el fenómeno que ha llevado a empresas globales a trasladar operaciones de Asia a países más cercanos al mercado estadounidense. México, por su ubicación geográfica y su red de tratados, se ha convertido en uno de los destinos más atractivos.

Para capitalizar esa ventaja era necesario enviar una señal firme: que el país está dispuesto a reordenar su comercio exterior y a reducir su dependencia de un socio con el que no comparte compromisos de largo plazo.

No obstante lo anterior, en lo político, México también gana margen de maniobra. Al mostrar una postura clara frente a China, fortalece su posición en la relación con Estados Unidos, con quien compartimos más que fronteras. Recordemos que, en el contexto sociopolítico actual, el T-MEC exige disciplina y coordinación en temas comerciales, especialmente en la industria automotriz, que es clave tanto en México como en Estados Unidos.

El reto, sin embargo, será enorme. La transición hacia cadenas de suministro menos dependientes de China implicará costos de corto plazo, ajustes en la industria y tensiones con empresarios acostumbrados a la eficiencia y el bajo precio de los insumos chinos.

Pero en la economía, como en la vida, no siempre se trata de elegir el camino más fácil, sino el que garantiza mayor estabilidad y desarrollo a largo plazo. Si el Plan México logra que las fábricas, en lugar de importar piezas, empiecen a producirlas en territorio nacional, la apuesta habrá valido la pena.

Imaginemos por un momento la industria del automóvil como un gran árbol. Sus raíces se extienden en múltiples direcciones: hacia Estados Unidos, hacia Europa y, en las últimas dos décadas, con fuerza, hacia China. Lo que hoy propone el gobierno mexicano es podar algunas de esas raíces para que el árbol no dependa en exceso de un solo suelo.

Es verdad que hay incertidumbre. Nadie puede asegurar que los aranceles funcionarán como palanca de desarrollo interno y no como un freno a la producción. Nadie puede anticipar hasta qué punto las tensiones con China podrían derivar en represalias.

Pero lo que sí es claro es que seguir con una dependencia de 130 mil millones de dólares en importaciones de China, frente a apenas 15 mil millones en exportaciones de México, es caminar sobre una cuerda floja demasiado delgada.

México está intentando, con esta decisión, dejar de ser un simple espectador en la guerra comercial de Estados Unidos contra China, para convertirse en un jugador que elige con quién y cómo quiere relacionarse. El Plan México puede ser la brújula que oriente esta transición, y los aranceles, la herramienta que marque el rumbo.

No se trata de cerrarse al mundo, sino de abrirse de manera más inteligente, cuidando que el intercambio económico no se convierta en una relación de dependencia.

Al final, lo que está en juego no es solo la balanza comercial con China ni la competitividad de la industria automotriz, sino la posibilidad de que México aproveche este momento de reconfiguración global para fortalecerse como un país capaz de producir, innovar y sostener su crecimiento sin depender de los caprichos de una sola potencia. El puente que hoy tambalea puede convertirse, si se refuerza con visión, en la vía sólida hacia un futuro de mayor autonomía económica.

Continuar Leyendo

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.