MUNDO
Crisis del COVID-19 será mayor que la Gran Depresión; el mundo tendrá un ganador y no será Estados Unidos: Boyan Durankev

(Sputnik Mundo).- Sputnik habló con Boyan Durankev, un economista de Bulgaria, sobre la crisis económica causada por el brote de coronavirus y las consecuencias que podría tener para la Unión Europea.
El especialista admitió que la crisis actual, que ya se ha hecho evidente, «será más seria que la Gran Depresión». Sin embargo, indicó que sus razones son diferentes. A diferencia de las causas puramente económicas de la crisis de hace casi un siglo, ahora «el factor exógeno (coronavirus) se combinó con los factores endógenos de la economía mundial», indicó Boyan Durankev, profesor de Economía de la Escuela Superior de Seguridad y Finanzas en Sofía.
Entre las causas, enumeró un grave desequilibrio en los países desarrollados: la prevalencia de los servicios sobre la producción material, la prevalencia de la propiedad privada sobre la pública en la esfera de la atención de la salud y la farmacia, la creencia religiosa en la infalibilidad del mercado libre, las guerras comerciales abiertas y ocultas, la interrupción de las cadenas de suministro, el colapso de los precios del petróleo y las sanciones no respaldadas por la ONU que han enfriado seriamente los lazos económicos regionales.
«La actual crisis económica comenzó antes del brote de coronavirus, pero se está profundizando debido a él», enfatizó.
¿Qué se puede esperar para la economía mundial?
El economista denunció que el mundo está en la etapa de una cuarta guerra mundial contra un enemigo invisible, el virus.
«En tales situaciones, los sectores y actividades esenciales siempre pasan a primer plano, mientras que los insignificantes se envían temporalmente al congelador y algunos al cementerio o limitan sus actividades», señaló.
El especialista pronosticó las consecuencias para la economía mundial si la pandemia dura seis meses a partir del 10.01.20, el día siguiente después de que China informara sobre el nuevo tipo de coronavirus.
Según él, es probable que el PIB mundial se reduzca en un 15-20%, al menos en términos de volumen; el comercio internacional se reducirá en más del 20%, el desempleo alcanzará y luego superará el 15% en EEUU y el 40% en algunos países, incluso debido a las nuevas tecnologías que reemplazan a las personas.
«Otros seis meses, y el mundo tendrá un ganador real tanto del coronavirus como de la recesión económica. Supongo que no será EEUU. Serán los países con una fuerte y sabia coordinación económica», recalcó.
El experto evaluó el papel del Estado que «resulta ser tanto un coordinador, como un empleador y un escudo social de último recurso».
Además, la asistencia internacional de China, Rusia y Cuba y otros países ‘malos’ para los halcones resultó ser más importante que los documentos del FMI, porque la demanda ahora no es de dinero, sino de bienes y servicios reales, apuntó.
LA SOLIDARIDAD EN LA UE Y SU FUTURO
Durankev constató la renuencia de la OTAN a defenderse en una guerra bacteriológica contra el coronavirus con gastos de alrededor del 2% de su PIB a la defensa.
Por su parte, a la UE también le falta la coordinación y planes comunes para combatir el virus.
«La Unión Europea, que derribó el Muro de Berlín en medio de aplausos, se ha dividido ahora en sus partes constitutivas y ha levantado muros no solo entre países, sino también entre ciudades», indicó.
En esta situación denunció el regreso de los Estados nacionales, «en la medida de lo posible y a través de lo que está disponible». Para Durankev, no es la mejor solución, pero sigue siendo una solución.
En su opinión, la OTAN y la UE, tal y como están, funcionan sin un objetivo claro y sin una coordinación total y se encuentran ante una alternativa.
«Ambas organizaciones, incluso antes de que termine la crisis del coronavirus, se enfrentan a una alternativa: o bien cambiar significativamente en consonancia con las amenazas mundiales y, en particular, paneuropeas, en lugar de las imaginarias, o bien, repetir el destino de los dinosaurios», afirmó, al agregar que «una pequeña criatura como el coronavirus ha obligado a casi 8.000 millones de personas a reconsiderar su estilo de vida y las amenazas a las que se enfrentan».
Asimismo, el economista propuso varias medidas concretas para superar la crisis que se avecina.
Para él, la primera medida es intransigente: no hay límite de gastos para ayudar a los hospitales y proveedores a luchar contra la pandemia.
Asimismo, señaló la necesidad de la expansión y el enriquecimiento de los instrumentos fiscales. Además, todos los pagos de ingresos procedentes de la UE en el extranjero a jurisdicciones extraterritoriales deberían ser gravados. También enumeró las medidas suplementarias estándares que son interés cero o negativo y flexibilización cuantitativa.
«El Gobierno debería utilizar incentivos fiscales a gran escala, incluso mediante pagos directos en efectivo para los hogares en dificultades», afirmó.
Al mismo tiempo, Durankev expresó el temor de que a algunos políticos les guste el puesto de salvadores de la nación incluso después de que el estado de emergencia haya terminado en todos los Estados miembros.
Asimismo expresó la esperanza de que la UE no olvidará a quién ayudó a los países más afectados durante los tiempos más difíciles.
«Si la UE es un sistema autónomo, debería detener no solo todas las sanciones, sino también recordar una palabra como cooperación», concluyó el economista.
MUNDO
Rechaza ser deportado Hernán Bermúdez Requena de Paraguay

– Por Francisco Junco
Hernán Bermúdez Requena, el ex secretario de Seguridad Pública, nombrado por el entonces Gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, ahora senador de la República, rechazó ser extraditado a México.
Durante la audiencia inicial, donde un juez dictó prisión preventiva, se le ofreció la extradición voluntaria, pero Bermúdez Requena, presunto líder del cartel de “La Barredora”, no aceptó.
Ahora se iniciará un proceso ordinario, que podría tardar hasta 60 días, en tanto, Bermúdez Requena, continuará bajo la custodia de la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay.
En tanto, en México se informó que la Fiscalía General de la República ya presentó la solicitud de extradición contra Hernán Bermúdez Requena al gobierno guaraní.
“El Abuelo” o “El Comandante H”, como se le conoce al exfuncionario del gobierno del morenista Adán Augusto López en Tabasco, e identificado como el presunto líder del Cártel de “La Barredora”, fue detenido la madrugada del sábado, en Paraguay, en una residencia ubicada en la zona exclusiva de Marino Roque Alonso, donde permanecía escondido.
Este fin de semana, el presidente Santiago Peña, dio a conocer, en un pequeño video de 45 segundos, cómo fue el arresto de Bermúdez Requena.
En las imágenes, primero se ven aspectos de la residencia, se ve cómo las fuerzas especiales, revisaron la finca y derribaron la puerta, suben una escalera y someten a ex secretario de seguridad, lo encañonaron y lo tiraron al suelo, donde lo tenían sometido, bocabajo y un elemento le pone un pie en la espalda.
Después, el presunto líder de La Barredora, quien cuenta con una ficha roja activa de la Interpol, aparece sentado en un sillón con ropa deportiva, pelo más largo y canoso, barba larga.
Cuenta con una orden de captura en México por asociación delictuosa, extorsión y secuestro exprés.
En el video, se muestra que en la residencia, donde permanecía escondido, había fajos de dólares y guaraníes, moneda uruguaya, así como joyas, tarjetas bancarias, identificaciones y una camioneta de alta gama.
Manuel Doltane, titular de Asuntos Internacionales de la Fiscalía de Paraguay, reveló que Bermúdez, entró de manera ilegal al país.
Y es que en febrero de este año, después de hacer pública la orden de aprehensión en su contra, el ex funcionario estatal huyó del país.
De acuerdo con las autoridades, viajó primero a Panamá, después a España, más tarde a Brasil, para terminar en Paraguay.
En medios locales del país sudamericano, como el diario ABC, informaron que la detención del ex funcionario de Adán Augusto López, se logró, gracias a que en el mes de julio se detuvo a Gerardo Bermúdez Arreola, sobrino del presunto líder de “La Barredora”.
CARTÓN POLÍTICO
Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos
Si prefiere descargar el PDF en lugar de leer online: CLICK AQUÍ
Lectores en teléfono celular: Para una mejor lectura online, girar a la posición horizontal.
LAS NOTICIAS PRINCIPALES:
Crónica de una semana tensa en la UdeG: La rebelión estudiantil que desafía a la FEU
MUNDO
Tolerancia en tiempos de algoritmos

– Opinión, por Miguel Anaya
¿Qué significa ser conservador en 2025? La etiqueta, lejos de significar a una persona o grupo de ellas, aglutinadas en torno a la Biblia o valores cristianos, se ha vuelto un acto de rebeldía. El conservadurismo pareciera significar a una nueva minoría (o una mayoría silenciosa) que enfrenta un prejuicio constante en redes sociales.
En sociedades donde la corrección política dicta el guion, ser conservador implica defender valores tradicionales —para algunos valores anacrónicos— en medio de un mar de redefiniciones. La sociedad dio un giro de 180 grados en tan solo 20 años y aquellos que señalaban hace dos décadas, hoy son señalados.
¿Y ser liberal? El liberalismo que alguna vez defendió la libertad frente al Estado hoy se ha transformado en progresismo militante: proclamar diversidad, reivindicar minorías, expandir derechos. Noble causa, sin duda.
El problema comienza cuando esa nobleza se convierte en absolutismo y se traduce en expulsar, callar o cancelar a quien no repite las consignas del día. El liberal de hoy se proclama abierto, pero con frecuencia cierra la puerta al que discrepa. Preocupante.
He aquí la contradicción más notable de nuestro tiempo: vivimos en sociedades que presumen de “abiertas”, pero que a menudo resultan cerradas a todo lo que incomoda. Lo que antes era normal hoy puede costar reputación, trabajo o, en casos extremos, la vida. Hemos reemplazado la pluralidad por trincheras y el desacuerdo por el linchamiento mediático (“funar” para la generación Z).
La polarización actual funciona como un espejo roto: cada bando mira su fragmento y cree que posee toda la verdad. Los conservadores se refugian en la nostalgia de un mundo que quizá nunca existió, mientras que los liberales se instalan en la fantasía de que el futuro puede aceptar todo, sin limitantes.
Ambos lados olvidan lo esencial: que quien piensa distinto no es un enemigo para destruir, sino un ciudadano con derecho a opinar, a discernir y, por qué no, a equivocarse humanamente.
La violencia y la polarización que vivimos, no son fenómenos espontáneos. Son herramientas. Benefician a ciertas cúpulas que viven de dividir, a las plataformas digitales que lucran con cada insulto convertido en tema del momento.
El odio es rentable; la empatía, en cambio, apenas genera clics. Por eso, mientras unos gritan que Occidente se derrumba por culpa de la “ideología woke”, otros insisten en que el verdadero peligro son los “fascistas del siglo XXI”. Y en el ruido de esas etiquetas, el diálogo desaparece.
Lo más preocupante es que ambos discursos se han vuelto autorreferenciales, encerrados en su propia lógica. El conservador que clama por libertad de expresión se indigna si un artista satiriza sus valores; el liberal que defiende la diversidad se escandaliza si alguien cuestiona sus banderas.
Todos piden tolerancia, pero solo para lo propio. Lo vemos en el Senado, en el país vecino, tras el triste homicidio de Charlie Kirk y hasta en los hechos recientes en la Universidad de Guadalajara.
En buena medida, este mal viene precedido de la herramienta tecnológica que elimina todo el contenido que no nos gusta para darnos a consumir, solo aquello con lo que coincidimos: EL ALGORITMO.
El algoritmo nos muestra un mundo que coincide totalmente con nuestra manera de pensar, de vivir, de vestir, nos lleva a encontrarnos únicamente con el que se nos parece, creando micromundos de verdades absolutas, haciendo parecer al que piensa un poco distinto como ajeno, loco e incluso peligroso. Algo que debe ser callado o eliminado.
Occidente, en 2025, parece olvidar que lo que lo hizo fuerte no fue la homogeneidad, sino la tensión creativa y los equilibrios entre sus diferencias. Quizá el desafío es rescatar el principio básico de que la idea del otro no merece la bala como respuesta.
Solo la palabra, incluso aquella que incomoda, puede mantener vivo un debate que, aunque imperfecto, sigue siendo el único antídoto contra el silencio y la complicidad impuestos por el miedo o la ignorancia.