Connect with us

MUNDO

El acercamiento de Rusia con el Papa Francisco

Publicado

el

Por Silvia Palacios //

MSIa Informa, julio de 2019.- El 4 de julio pasado el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin aprovechando su visita de estado a Italia, se reunió en el Vaticano con el Papa Francisco, evento que se repite por tercera vez después de las audiencias privadas en 2013 y 2015.

La insólita frecuencia de reuniones muestra una cierta empatía de puntos de vista convergentes en relación a temas estratégicos mundiales: la paz mundial amenazada por los conflictos permanentes del Medio Oriente y sus consecuencias sobre la situación de las minorías cristianas perseguidas en la región lo que amenazan su existencia.

En un comunicado del portal del Kremlin dado a conocer por la agencia de noticias Sputnik, se destaca la cercanía cada vez mayor entre Moscú y el Vaticano:

El líder ruso reveló que el sumo pontífice le autorizó contar públicamente que entre sus libros de cabecera siempre se encuentran obras de León Tolstói y Fiodor Dostoievski, los ‘clásicos de la literatura rusa. Eso dice mucho, eso pone en evidencia nuestras profundas raíces comunes’, aseguró Putin”.

Por su parte, la oficina de prensa del Vaticano emitió un parco comunicado que informa que los temas generales tratados fueron las crisis de Venezuela, Siria y Ucrania. Además de “cuestiones relevantes para la vida de la Iglesia Católica en Rusia”, del tema ecológico y de las actuales relaciones bilaterales entre la Santa Sede y la Federación Rusa.

Durante las cordiales conversaciones, ambas partes expresaron su satisfacción por el desarrollo de las relaciones bilaterales, reforzadas posteriormente con la firma, de un memorando de entendimiento sobre la colaboración entre el Hospital ‘Bambino Gesù’ y los hospitales pediátricos de la Federación Rusa”.

La diplomacia Santa Sede-Moscú va más allá de la mera simpatía mutua, y está avanzando en la cooperación sobre temas cruciales de carácter moral y espiritual que devastan al mundo occidental, con un acercamiento paralelo y sin precedentes históricos entre la Iglesia Ortodoxa y la Iglesia Católica, después de más de mil años del cisma que las separó en el siglo XI.

Este acercamiento se inició en el pontificado de Juan Pablo II, a partir de la visita de Mijaíl Gorbachov el primero de diciembre de 1989, cuando aún existía la Unión Soviética y estaba en curso la Perestroika. Entonces Juan Pablo II recordó a Gorbachov que el año anterior Roma celebró el milenio del Bautismo de la Rusia de Kiev.

El 11 de febrero de 1998, el presidente ruso Boris Yeltsin visitó a Juan Pablo II. Pero definitivamente ha sido el presidente Vladimir Putin el que ha mantenido una diplomacia más activa y frecuente con El Vaticano. Además de reuniones con Juan Pablo II y Benedicto XVI, se ha reunido como ya señalamos tres veces con el actual pontífice. Cabe destacar en este acercamiento el histórico encuentro en Cuba en enero de 2016 entre el Papa Francisco y el Patriarca de todas las Rusias, Cirilo I de Moscú.

LA GUERRA HIBRIDA RELIGIOSA EN UCRANIA

Todo indica que el tema de la prolongada guerra en Ucrania cobró gran importancia en la reunión Putin-Francisco. Ucrania como se sabe vive una situación geopolítica explosiva respecto a Rusia y a Europa. En el que también está involucrado el aspecto religioso.

El 15 de octubre de 2018, la Iglesia Ortodoxa Rusa anunció el corte de todos los nexos con el patriarcado de Constantinopla, jerárquicamente responsable por la Iglesia Ortodoxa Griega, por haber aceptado una autocefalia (independencia) declarada por dos ramas de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, originalmente vinculada al Patriarcado de Moscú. Aunque parezca una aberración en pleno siglo XXI, el cisma, considerado el más grave desde que se separaron la iglesia católica y la ortodoxa en el siglo XI, afecta directamente a los 300 millones de fieles de la Iglesia Ortodoxa y es resultado de las maquinaciones geopolíticas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra Rusia.

La separación de las iglesias ortodoxas ucranianas del Patriarcado de Moscú ha sido incentivada por la OTAN desde la independencia de Ucrania de la antigua Unión Soviética en 1991. La interferencia externa se intensificó después del golpe de estado de 2014 en Kiev, incentivado por el Departamento de Estado y la CIA (Agencia Central de Inteligencia) estadounidenses, habiendo pasado las iglesias “rebeldes” a controlar propiedades tradicionalmente ligadas a la Iglesia Ortodoxa Rusa.

En septiembre de 2018, el ex-embajador especial de los EUA para asuntos de libertad de religiosa internacional, Sam Brownback, visitó Kiev para reunirse con el presidente Petro Poroshenko y manifestarle el pleno apoyo de Washington a la propuesta de la creación de una Iglesia Ortodoxa Autocéfala Ucraniana.

Con el apoyo externo, el Patriarcado de Kiev ahora está impulsando el repudio de los ucranianos hacia la Iglesia Ortodoxa Rusa, algo que puede incitar todavía más las tensiones internas del país, de por si complicadas por el conflicto de cuatro años con las provincias del Este, de mayoría étnica rusa. A pesar de la “autocefalia”, un gran número de ucranianos se mantienen fieles a la Iglesia Ortodoxa Rusa y al Patriarcado de Moscú.

En un editorial publicado el pasado 19 de octubre, el sitio ruso Strategic Culture Foundation observó que, al fomentar la cizaña ortodoxa, Washington y la OTAN pretenden tomar el liderato y fomentar el aislamiento internacional del presidente ruso Vladimir Putin, cuyos lazos con la Iglesia Ortodoxa Rusa son notorios, así como el papel de la institución eclesiástica en la “reconstrucción espiritual” del país.

Por lo anterior, evidentemente desde que el conflicto afloró el Vaticano ha seguido muy de cerca los acontecimientos ucranianos.

Así al otro día del encuentro Putin-Francisco, el Papa Francisco recibía en El Vaticano a la alta jerarquía de la Iglesia greco-católica de Ucrania, entre otros el obispo greco-católico de Kiev, Halyc Svjatoslav.

En un sentido pronunciamiento por el desangramiento del país, el papa Francisco hizo alusión directa a lo que se denomina “guerra híbrida”, desencadenada en Ucrania por la OTAN, y al intento de manipular los asuntos religiosos, en una clara alusión a la disidencia de la Iglesia Ortodoxa local que después de siglos de unidad se separó de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

Ucrania vive desde hace tiempo una situación difícil y delicada, desde hace cinco años herida por un conflicto que muchos llaman ‘híbrido’, compuesto de acciones de guerra donde los responsables se mimetizan; un conflicto donde los más débiles, los más pequeños pagan el precio más alto, un conflicto agravado por falsificaciones propagandísticas y manipulaciones de diferente tipo, también por el intento de implicar el aspecto religioso” afirmó Francisco.

Al pedir a los jerarcas de la iglesia ahí reunidos para aumentar los esfuerzos para la paz, enfatizó la necesidad de unirse a otras religiones del suelo ucraniano. “La sinodalidad también lleva a ampliar los horizontes y a vivir la riqueza de la propia tradición dentro de la universalidad de la Iglesia: a mantener buenas relaciones con los demás ritos, a considerar la belleza de compartir partes significativas del propio tesoro teológico y litúrgico con otras comunidades, también las no católicas; a entretejer relaciones fructíferas con otras Iglesias particulares, y con los Dicasterios de la Curia Romana”. Finalmente, el Papa recibió una invitación para visitar a Ucrania, por ahora sin respuesta.

EL PAPA EN MOSCÚ

La anterior fue una hipótesis lanzada en la atmósfera mediática y oficiosa de la visita del presidente Putin al Papa Francisco. Esa realidad era impensable hace una década, ahora es cada vez más probable.

Poco antes de la última reunión Putin-Francisco, el italiano Don Paoli Pezzi, arzobispo metropolitano de la Madre de Dios en Moscú y Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de la Federación Rusa, declaró que: “El asunto de la paz, dada la creciente inestabilidad en el mundo no puede estar ausente de la agenda de la próxima audiencia”, porque sabemos muy bien, agregó, que “Rusia es una nación esencial para la paz, que puede hacer posible alcanzar ese objetivo. Y el Papa está muy interesado en la pacificación entre los pueblos”.

El servicio de noticias Vatican News, que publicó la entrevista con el arzobispo Paoli Pezzi, también lo interrogó sobre si en el encuentro se plantearía una visita de Francisco a Moscú. El respondió: “Sabemos que, para el Papa Francisco, es deber del poder político hacer una invitación formal. Pero sobre todo es la autoridad religiosa del país la que debe estar interesada en tener al Papa como su invitado. Me parece que hasta ahora la Iglesia Ortodoxa, no ha hecho una invitación oficial”.

Por su parte. el portavoz del Vaticano, Alessandro Gisotti, dejó clara “la satisfacción sincera y alegre del Santo Padre” por la visita del mandatario. Y se mostró optimista: “estoy seguro de que el Papa visitará Moscú en unos años”.

Que Putin actúa en unidad con la Iglesia Ortodoxa no hay dudas, como tampoco el hecho de que él que resalte la importancia de la religión en el proceso civilizatorio, y más precisamente el menosprecio a ésta lo ubique en el predominio actual del mundo liberal. Esto lo dejó muy bien expresado en una entrevista con el Financial Tiimes al advertir del veneno del laicismo radical que permea sobre todo a Europa:

La religión debe desempeñar el papel que tenga en cada momento. No puede ser empujada hacia afuera de este espacio cultural. No debemos abusar de nada. Rusia es una nación cristiana ortodoxa y siempre hubo problemas entre el cristianismo ortodoxo y el mundo católico. Exactamente por eso tengo algunas palabras sobre los católicos. ¿Hay ahí algún problema? Sí, hay, pero los problemas no pueden ser exagerados y usados para destruir a la propia Iglesia Católica Romana. No puede admitirse. A veces, tengo la impresión de que esos círculos liberales están comenzando a usar ciertos elementos y problemas de la Iglesia Católica como herramienta para destruir a la propia iglesia. Ahí está lo que me parece incorrecto y peligroso.

¿Será que todos olvidamos de que todos nosotros vivimos en un mundo basado en valores bíblicos? Hasta los ateos y otros viven en este mundo.

Nosotros no tenemos que pensar sobre eso todos los días, frecuentar la iglesia y orar, para demostrar así que somos devotos cristianos o musulmanes o judíos. Sin embargo, en el fondo, debe haber algunas reglas humanas fundamentales y valores morales. En este sentido, los valores tradicionales son más estables y más importantes para millones de personas que esa idea liberal que en mi opinión, está realmente desapareciendo, dejando de existir”.

 

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

MUNDO

El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?

Publicado

el

Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //

La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.

Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.

Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.

En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.

El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.

La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.

El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.

E-mail: samcg2002@gmail.com

Continuar Leyendo

MUNDO

Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto

Publicado

el

Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //

Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.

Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.

Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.

Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.

El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.

La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.

En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.

Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.

Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.

Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.

Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.

Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.

Continuar Leyendo

MUNDO

En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales

Publicado

el

Actualidad, por Alberto Gómez R. //

En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.

La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.

LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN

La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.

Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.

El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.

DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA

El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.

La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.

En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.

FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN

La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.

Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.

La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.

RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES

Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.

Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.

El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.

El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.

EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE

El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.

El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.

En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.

El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.

Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.

Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.

El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.

Continuar Leyendo

Tendencias

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.