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MUNDO

Fracasa intentona de golpe de Estado en Venezuela: No se descarta solución militar norteamericana

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Por Raúl Cantú //

(Con información de Sputnik Noticias)

¿Podría detonar guerra mundial por Venezuela? ¿Logrará el establishment norteamericano deponer a Nicolás Maduro al frente del gobierno venezolano y llevar a la Presidencia a alguien más afín a sus intereses? ¿Pasará Venezuela por un cruento baño de sangre?

Esas son las interrogantes que se formulan a propósito de la crisis política venezolana, donde chocan los intereses de Estados Unidos y Rusia, que ha evitado la caída del gobierno de Nicolás Maduro.

La doctrina Monroe de “América para los americanos”, en Venezuela el gobierno norteamericano está inmerso en un juego de vencidas, pero ha sido el tablero internacional de pesos y contra pesos con el gobierno de Rusia actuando el que ha evitado una intervención militar del gobierno norteamericano.

La pasada semana el conflicto político en Venezuela tomó otra dimensión con la intentona de golpe de estado que pretendió encabezar el líder opositor Juan Guaidó con una decenas de oficiales del ejército venezolano que tuvo más resonancia mediática que militar.

La acción vino a mostrar que Washington no cesa en sus intentos de cambiar radicalmente la situación en Venezuela a su favor, aunque hasta ahora no ha podido lograr su objetivo, ya que el grupo dominante de militares que controla el Ejército le es leal al jefe de gobierno Nicolás Maduro, que representa su gran fortaleza y contra la que han chocado los ataques de la oposición con el apoyo de Estados Unidos.

El columnista de la versión rusa Iván Danílov entrevistado por la agencia de noticias Sputnik presentó su análisis sobre las maniobras de Washington de sacar del control del gobierno a Nicolás Maduro y aliados.

«Sin duda, el mismo hecho de que algunos militares venezolanos (incluyendo figuras de muy alto rango) estén listas para una transición al lado de Washington es una especie de victoria psicológica para el Departamento de Estado y los golpistas», apunta el columnista.

Pero, en general, el hecho de que haya muy pocos desertores de este tipo hasta ahora, a pesar de todos los esfuerzos del Departamento de Estado, la CIA y los líderes de la oposición venezolana, causa sorpresa y respeto. De momento, los resultados de la presión norteamericana parecen bastante modestos, y todas las declaraciones sobre una «etapa final», un «asalto final», una «manifestación final», etc., solo agotan a los partidarios de la oposición que están cansados de esperar a que Estados Unidos obtenga la victoria definitiva, continúa Danílov.

Desgraciadamente, las posibilidades de una victoria norteamericana siguen existiendo, opina, porque en cualquier momento la suma de dinero ofrecida y las garantías de seguridad que la acompañan pueden ser suficientes para llevar realmente a una traición masiva de las autoridades, como ya ha ocurrido muchas veces en diferentes países.

¿Por qué las élites de EEUU empujan a Trump a desencadenar una guerra en Venezuela?

La idea de recuperar el control sobre Venezuela no sale de las cabezas del ‘establishment’ de Washington, mientras que la presencia de la influencia e intereses rusos en Caracas lleva a algunos políticos estadounidenses a un «malestar emocional», señala Danílov.

Por ejemplo, la cadena CNN publicó una entrevista con el influyente senador estadounidense Doug Jones en la que éste afirmaba explícitamente que Nicolás Maduro «debe irse, y los rusos deben abandonar Venezuela y dejar en paz nuestra parte del mundo».

¿De qué democracia y derechos humanos se puede hablar si la retórica de los políticos estadounidenses ha vuelto a la terminología de ‘esferas de influencia’ que estaba muy de moda hace cien años?», se pregunta el columnista.

“No se descarta una solución militar a la crisis venezolana, pero hasta ahora El Pentágono se ha mostrado reacio a usar las armas. Aunque al Gobierno de Trump le gustaría recuperar el control sobre el petróleo venezolano y lograr una seria victoria geopolítica en Sudamérica, no le resulta deseable tener la culpa por las muertes de militares estadounidenses justo durante la campaña electoral presidencial”.

“Mientras tanto, las empresas estadounidenses ya han ofrecido al mandatario una solución ‘elegante’: Erik Prince -el fundador de la famosa empresa de servicios gubernamentales y de seguridad Blackwater USA- propuso la idea de llevar a cabo una intervención militar en Venezuela por parte de un ejército privado de entre 4 mil 500 y 5 mil mercenarios por los que la Administración Trump no tendrá que responder ante el electorado.

Sin embargo, incluso un gran ejército privado capaz de invadir Venezuela no es una garantía de la victoria norteamericana, sino solo una garantía de que la crisis venezolana entrará en una fase más activa y sangrienta», destaca Danílov.

¿POR QUÉ FRACASO EL INTENTO DE GOLPE DE ESTADO?

El intento de golpe de Estado impulsado por los opositores Juan Guaidó y Leopoldo López estuvo acompañado de varias afirmaciones y supuestas revelaciones de la oposición venezolana y el Gobierno de EEUU que nunca se confirmaron o que directamente son mentiras. Explican, en buena parte, el resultado que tuvo la denominada ‘Operación Libertad’.

Sputnik hace un recuento de muchos de estos hechos que encontraron cabida en los grandes medios hegemónicos, aún sin un sustento detrás, incluso con declaraciones de los actores involucrados que contradicen estas cuestiones. Sin embargo, estas voces de presuntas fuentes confidenciales fueron amplificadas, a pesar de su falsedad.

1. «Nicolás Maduro estaba listo para abandonar Venezuela pero Rusia lo detuvo».

El 30 de abril, y luego de que Guaidó llamara a sus simpatizantes a movilizarse en las calles, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, hizo una curiosa afirmación sobre el presidente de Venezuela Nicolás Maduro,  durante una entrevista con CNN. «Tenía un avión en la pista, estaba listo para partir esta mañana, tal como tenemos entendido, pero los rusos le indicaron que debía quedarse», aseguró.

MADURO RESPONDE ACUSACIONES DE POMPEO

El propio Maduro señaló la «falta de seriedad» del gobierno de Donald Trump, al tiempo que el canciller venezolano Jorge Arreaza se dirigió directamente a Pompeo: «Inventar noticias falsas es una manera muy triste de aceptar que el golpe que apoyaste ha fallado… una vez más».

Dos días después, el canciller ruso Serguéi Lavrov sostuvo que la afirmación de Pompeo era una mentira y remarcó que «si recordamos todas las afirmaciones de los representantes oficiales de la aministración estadounidense sobre Venezuela, no van a terminar las preguntas sobre ellas, y la respuesta a todas esas preguntas será ‘no es verdad'».

2. «Vladimir Padrino, Maikel Moreno e Iván Hernández habían llegado a un acuerdo con Guaidó».

También en declaraciones a CNN, pero esta vez a través del asesor en seguridad John Bolton, el gobierno de EEUU difundió internacionalmente la versión de que el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino; el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno y el titular de la Dirección General de Contrainteligencia Militar, Iván Hernández Dala, estaban del lado de Juan Guaidó.

Bolton dijo que los tres habían aceptado apoyar el golpe, a cambio de una amnistía ofrecida por Guaidó, que los dejaba por fuera de la lista de «sancionados».

Padrino no tardó en responder a través de Twitter: «¡Son unos cobardes! Nos mantendremos firmes en defensa del orden constitucional y de la paz de la República, asistidos como estamos por la ley, la razón y la historia. ¡Leales siempre, traidores nunca!».

Moreno también aclaró su postura a través de una conferencia de prensa, en la que manifestó su «rechazo contundente» a «los ilegales intentos de un pequeño grupo de militares y civiles que buscan tomar por la fuerza el poder político de la Nación, en contra de la Constitución y las leyes vigentes del país».

3. «Guaidó y López habían tomado la base militar La Carlota y tenían el apoyo de militares».

En el vídeo difundido por los dos dirigentes opositores venezolanos en la mañana del 30 de abril, ambos aseguraban estar en la base militar Francisco Miranda, conocida como La Carlota, en el este de Caracas.

«Venezuela: ha iniciado la fase definitiva para el cese de la usurpación, la Operación Libertad. He sido liberado por militares a la orden de la Constitución y del Presidente Guaidó. Estoy en la Base La Carlota. Todos a movilizarnos. Es hora de conquistar la Libertad. Fuerza y Fe», había anunciado López en un video en el que se mostraba acompañado de militares y tanquetas.

Sin embargo, el Gobierno venezolano confirmó más tarde que La Carlota nunca fue tomada por fuerzas opositoras. El mismísimo Padrino aclaró minutos más tarde que «todas las unidades militares desplegadas en las ocho Regiones de Defensa Integral reportan normalidad en sus cuarteles y bases militares, bajo el mando de sus comandantes naturales».

También el 30 de abril se difundieron varios videos en los que efectivos militares revelaron que fueron a La Carlota «engañados» por algunos superiores que les mintieron para que se presentaran en La Carlota.

4. «Putin había aceptado reconocer a Juan Guaidó a cambio de dinero».

En su programa en el canal ‘Mega TV’, el periodista peruano Jaime Bayly aseguró, a partir de «fuentes en Washington», que el presidente de Rusia Vladímir Putin había negociado con Donald Trump el reconocimiento de Juan Guaidó «siempre y cuando le pagara a Rusia todo lo que se le debe». La versión de Bayly indicaba además que EEUU iba a «ayudar» para cumplir con ese pago.

Efectivamente, en las últimas horas Putin mantuvo una conversación telefónica de 90 minutos con Trump en la que, además de la posibilidad de un nuevo acuerdo nuclear, se habló de la situación de Venezuela.

LA CONVERSACIÓN TRUMP-PUTIN

Si bien Trump y Putin discutieron la posibilidad de un nuevo acuerdo nuclear y la situación en Venezuela, la postura de Rusia estuvo lejos de lo informado por Bayly. Un comunicado difundido por el Kremlin da cuenta de que «durante el intercambio de opiniones sobre la situación en torno a Venezuela, el presidente de Rusia enfatizó que solo al pueblo venezolano le corresponde decidir el futuro de su país».

5. «Guaidó cuenta con el apoyo de los trabajadores públicos de Venezuela».

Tal como lo había hecho a comienzos de marzo, Guaidó convocó a un paro escalonado de trabajadores públicos en el marco de su ‘Operación Libertad’.

La medida no contó con el apoyo que esperaba. Ya en marzo, la Federación Nacional de Trabajadores del Sector Público (Fentrasep) de Venezuela había rechazado la convocatoria y volvió a hacerlo en esta oportunidad.

El 1 de mayo, en el marco de los actos por el Día de los Trabajadores, el presidente de la Fentrasep Franklin Rondón aseguró que los funcionarios públicos no se plegarían al llamado de Guaidó.

«El señor Guaidó no tiene la capacidad, ni la legitimidad, ni el liderazgo, ni los cojones, para convocar a la clase trabajadora. Porque él nunca ha sido un hombre de los trabajadores, nunca ha estado con nosotros», remarcó, asegurando que «el llamado a paro general también va a fracasar».

SE REÚNEN CANCILLERES DE VENEZUELA Y RUSIA

La asistencia humanitaria a Venezuela no debe servir de pretexto para una violación de la soberanía del país, indicó el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov luego de una reunión con su homólogo venezolano Jorge Arreaza en Moscú.

Es inaceptable politizar la entrega de ayuda humanitaria a Venezuela, Moscú continuará brindando asistencia humanitaria a través de los canales de la ONU, dijo Lavrov.

Rusia proporciona a Venezuela asistencia humanitaria y otro tipo de asistencia para resolver problemas sociales y económicos agudos, y continuaremos brindando dicha asistencia a través de diversos mecanismos de respuesta humanitaria que son aceptables para el Gobierno venezolano», destacó Lavrov en una conferencia de prensa. 

Rusia dispuesta a cooperar con el mecanismo de Montevideo y el Grupo Internacional de Contacto para solucionar la crisis en el país, agregó.

«Rusia (…) está dispuesta a unirse a unos posibles esfuerzos de los mediadores regionales e internacionales como el Mecanismo de Montevideo, estamos listos para los contactos con el Grupo Internacional de Contacto», señaló Lavrov al recordar que el 6-7 de mayo el Grupo de Contacto se reunirá en la capital de Costa Rica, San José, y que Rusia seguirá de cerca «la posición que se formulará tras la reunión».

El canciller ruso también reafirmó «la solidaridad con el pueblo amigo de Venezuela, el apoyo al presidente legítimo elegido por los venezolanos el 20 de mayo de 2018» y saludó «las medidas del Gobierno de Nicolás Maduro para impedir que la situación se desestabilice».

«Quienes han asesorado al Gobierno de EEUU en materia de seguridad, los están llevando a un laberinto sin salida».

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El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?

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Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //

La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.

Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.

Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.

En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.

El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.

La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.

El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.

E-mail: samcg2002@gmail.com

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Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto

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Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //

Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.

Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.

Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.

Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.

El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.

La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.

En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.

Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.

Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.

Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.

Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.

Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.

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En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales

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Actualidad, por Alberto Gómez R. //

En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.

La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.

LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN

La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.

Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.

El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.

DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA

El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.

La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.

En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.

FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN

La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.

Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.

La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.

RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES

Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.

Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.

El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.

El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.

EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE

El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.

El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.

En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.

El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.

Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.

Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.

El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.

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