MUNDO
Sucedió hace 47 años: Tragedia de Los Andes, la mayor historia de supervivencia contada por uno de sus héroes

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El 13 de octubre se cumplieron 47 años del accidente aéreo en la Cordillera de los Andes, que inició una de las mayores hazañas de la humanidad. Durante 72 días, los sobrevivientes se enfrentaron a un clima hostil, a un alud y a la difícil decisión de comer carne humana en una incansable lucha por la vida. Entrevistamos a Carlos Páez Rodriguez.
«Es algo que nos cambió la vida, no sólo a los sobrevivientes sino a mucha gente. Creo que sigue siendo atractivo, a pesar del tiempo que pasó, porque es una historia extraordinaria protagonizada por gente común, cualquiera pudo haber estado ahí», dijo Páez, uno de los 16 sobrevivientes, que tenía sólo 18 años cuando ocurrió el accidente.
El viernes 13 de octubre de 1972 un avión de la Fuerza Aérea de Uruguay que trasladaba al equipo uruguayo de rugby Old Christians de Argentina a Chile se estrelló en la Cordillera de los Andes en medio de una tormenta. De los 40 pasajeros y cinco tripulantes, murieron 13 en el accidente y otros cuatro la mañana siguiente.
El resto comenzó la lucha por sobrevivir en condiciones climáticas hostiles —temperaturas de entre -25 a -42 grados centígrados—, sin ropa adecuada, sin alimentos y sin saber dónde estaban. Al décimo día se enteraron por una radio a pilas que los equipos de rescate habían abandonado la búsqueda.
«Siempre digo que si hubiera sido un avión de línea, donde todos son desconocidos, no hubieran sobrevivido. Nosotros teníamos la misma educación, los mismos objetivos, la misma religión», respondió Páez al ser consultado sobre la clave de esta hazaña de supervivencia.
UN NIÑO MIMADO QUE CRECIÓ DE GOLPE
Los jóvenes que viajaban en el avión eran exalumnos del colegio privado Stella Maris de Montevideo y pertenecían a familias de un alto nivel socioeconómico. Algunos de ellos vivían con sus padres, no habían realizado nunca tareas domésticas, y de repente tuvieron que valerse por sí mismos y cuidarse unos a otros.
«Me di cuenta de que ese chico malcriado y caprichoso, que no servía para nada, podía ser un hombre útil. Yo tenía niñera en esa época, que me llevaba el desayuno a la cama y me había hecho la valija para el viaje. Y en 70 días comprobé la capacidad del ser humano de evolucionar, transformarse y salir adelante», contó el más joven de los sobrevivientes.
Se las ingeniaron para, con lo poco que tenían, fabricar guantes con los forros de los asientos del avión, botas con los almohadones, y lentes con plástico para evitar encandilarse con el reflejo del sol en la nieve. En las noches más frías se hacían masajes para evitar la hipotermia.
LA DECISIÓN MÁS DIFÍCIL
Saber que en su país ya habían abandonado la búsqueda, haber pasado más de 10 días sin comer, y haber sobrevivido a un devastador alud que acabó con la vida de ocho de ellos, los llevó a tomar la difícil decisión de alimentarse de los cuerpos de sus compañeros muertos. Algunos se opusieron hasta que se dieron cuenta de que era la única forma de sobrevivir.
«En las conferencias le pregunto a la gente ‘¿ustedes no lo hubieran hecho?’ y nadie levanta la mano. Hicimos un pacto solemne entre nosotros de que si alguno moría quedaba a disposición de los demás. Nosotros teníamos el más sagrado de los derechos que era el derecho a la vida y a volver a casa», aseguró Páez.
«EN LA VIDA HAY QUE IR A BUSCAR LOS HELICÓPTEROS»
Cuando el clima mejoró y comenzó el deshielo, supieron que tenían que ir a buscar ayuda por sus propios medios. El 12 de diciembre de 1972 tres de los supervivientes emprendieron el recorrido hacia el oeste —ya que erróneamente pensaban que estaban en Chile— cuando en realidad se encontraban en Argentina.
Tuvieron que atravesar los picos más elevados de la Cordillera de los Andes, debilitados físicamente y sin equipos. Pero aún así alcanzaron el objetivo: encontraron a un arriero chileno que le avisó al mundo que los uruguayos de aquel accidente aéreo estaban vivos, y ese mismo día fueron rescatados.
«Nosotros tenemos una frase que es: ‘en la vida hay que ir a buscar los helicópteros’. Por más que reces, los helicópteros no aparecen, hay que ponerle acción», dijo el hombre de 65 años que hoy trabaja dando conferencias sobre la Tragedia de los Andes en todo el mundo.
Cientos de empresas, colegios y hasta equipos de fútbol escuchan su historia que transmite conceptos como la importancia del trabajo en equipo, la adaptación al cambio, la toma de decisiones, la tolerancia a la frustración y el saber que «sí se puede».
ENTRE MI HIJO Y YO, LA LUNA
No todo fue negativo en la Cordillera. Carlos prefiere rescatar los aspectos positivos que lo convirtieron en quién es hoy. Admitió que al volver extrañó a esa comunidad de la nieve que habían creado entre las montañas.
«Llegué a extrañar momentos espirituales espectaculares que tenía en la Cordillera. Era nuestro mundo, nuestras reglas, lo que habíamos hecho y por lo que habíamos peleado», confesó el hijo del reconocido artista uruguayo Carlos Páez Vilaró.
Por las noches miraba la Luna, sabiendo que su madre también estaría mirándola. Al regresar se enteró de que ella iba a la rambla de Montevideo a observarla todos los días, pensando que él la estaría viendo.
«El título del libro de mi padre, Entre mi hijo y yo, la luna, está basado en ese vínculo que yo tenía con mi madre a través de la Luna. Me emociona contarlo, aún hoy, 47 años después», concluyó.
JALISCO
Lleva Ballet Folclórico de Guadalajara cultura y tradición a Estados Unidos

– Por Mario Ávila
El Ballet Folclórico de Guadalajara se presentó en el Rosemont Theatre de Chicago, en el evento estelar de la Segunda Ruta de la Gira Internacional 2025, México en el Corazón.
Los bailarines tapatíos compartieron escenario con el Mariachi Estelar de México en el Corazón y la Banda Orquesta Colores, y presentaron estampas, música y canciones de Guanajuato, Yucatán y Jalisco ante los más de 4 mil 400 asistentes.
Este espectáculo se realiza anualmente e incluye al Mariachi Estelar como uno de sus principales artistas, junto con el Ballet Folclórico Guadalajara y la Banda Orquesta Colores.
Participaron en el evento Sergio Suárez, presidente de NAIMA (North American Institute for Mexican Advancement); Ron Serpico, alcalde de Melrose Park; Susana Mendoza de Illinois Comptroller; Reyna Torres, cónsul general de México en Chicago; Andrea Blanco, coordinadora del Gabinete Social del Gobierno de Jalisco; y Manuel Romo, secretario de Gobierno del Gobierno de Guadalajara.
Esta es la segunda parada de la ruta de México en el corazón, la primera fue en la Ciudad de Sioux City, en Iowa en donde se presentó por primera vez, y más de mil personas asistieron a disfrutar de este espectáculo.
La gira continuará por el Medio Oeste, Sur y la Costa Este de los Estados Unidos.
Para fechas y ciudades entrar en este sitio web: http://www.mexicoenelcorazon.org
CARTÓN POLÍTICO
Edición 805: Entrevista a Mirza Flores: «La silla del poder es prestada; no olvidemos de dónde venimos»
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LAS CINCO PRINCIPALES:
Arranca el Sistema Estatal de Participación Ciudadana en Jalisco
La corrupción urbanística: Valle de los Molinos y Colomos III
MUNDO
La tradición del saqueo: Naturaleza depredadora del poder imperial

– Actualidad, por Alberto Gómez R.
(Parte 1) A lo largo de la historia de la humanidad, el poder económico de los grandes imperios se ha construido frecuentemente sobre pilares tan sombríos como la guerra, el saqueo sistemático y el sometimiento de pueblos enteros.
Este patrón de comportamiento, visible desde los primeros imperios de la antigüedad hasta las potencias contemporáneas, revela una lógica de acumulación basada en la extracción violenta de recursos más que en la productividad o la innovación endógena.
El historiador económico Douglas North, citado en uno de los documentos analizados, señalaba que los imperios antiguos establecían sistemas burocráticos sofisticados que permitían la expropiación sistemática de excedentes de las regiones conquistadas.
En el mundo actual, Estados Unidos representa la última encarnación de este impulso imperial, aunque sus métodos hayan evolucionado hacia formas más sofisticadas de dominación económica y militar.
Como se advierte en el panorama actual, esta potencia estaría experimentando un rápido declive relativo en el escenario global, lo que intensificaría sus comportamientos depredadores hacia naciones ricas en recursos que se resisten a someterse a su hegemonía.
Venezuela, con las mayores reservas petroleras certificadas del planeta, se encontraría en la mira de este mecanismo de saqueo contemporáneo, al igual que lo estuvieron Irak, Libia y Siria en las últimas décadas, solo por citar algunos ejemplos.
LOS CIMIENTOS HISTÓRICOS DEL SAQUEO IMPERIAL
Los primeros grandes imperios de la historia establecieron las bases de lo que sería una larga tradición de explotación económica mediante la conquista. En Mesopotamia, Egipto, China y la India, surgieron estructuras estatales centralizadas que «legislaban, impartían justicia y ejecutaban sobre un extenso territorio que agrupaba a muchas ciudades» (eumed.net).
Estos imperios perfeccionaron sistemas de extracción de riqueza mediante tributos, esclavitud y control de las rutas comerciales.
El Imperio de Alejandro Magno ofrece un ejemplo temprano de cómo la conquista militar servía como vehículo para la acumulación de riqueza. Como se describe en los documentos, Alejandro y sus falanges macedonias conquistaron todo el Imperio persa en tan sólo ocho años, apoderándose de inmensos tesoros y estableciendo un sistema de control sobre territorios que se extendían hasta la India. Patrón similar exhibiría el Imperio Romano, que transformó el Mediterráneo en su «Mare nostrum» y extrajo recursos de todos los territorios conquistados, desde las minas de plata hispanas hasta los graneros egipcios.
Con la era de los descubrimientos, las potencias europeas perfeccionaron el arte del saqueo imperial a escala global. España y Portugal inauguraron lo que podría considerarse el primer «imperio global» de la historia: «por primera vez un imperio abarcaba posesiones en todos los continentes del mundo» (eumed.net).
El flujo de metales preciosos desde América hacia Europa financió las guerras y el desarrollo económico europeo durante siglos, a costa del exterminio y la explotación de poblaciones indígenas.
El Imperio británico llevaría este modelo a su máxima expresión, estableciendo una red global de colonias y territorios controlados que proveían de recursos naturales y mercados cautivos a la metrópoli. El comercio de esclavos, la extracción de recursos en condiciones de cuasi-esclavitud y la destrucción de industrias locales competitivas fueron algunas de las estrategias empleadas para consolidar su hegemonía económica.
ESTADOS UNIDOS, LA SUPERPOTENCIA DEPREDADORA
Estados Unidos emergió como potencia global practicando una versión modernizada del juego imperial tradicional. Bajo la Doctrina Monroe y su corolario Roosevelt, se autoproclamó potencia hegemónica en América Latina y el Caribe, interviniendo militarmente en múltiples ocasiones para proteger sus intereses económicos. La diplomacia de las cañoneras y las intervenciones directas aseguraban el acceso a mercados, recursos y rutas comerciales estratégicas.
Tras la Segunda Guerra Mundial, con las potencias europeas debilitadas, Estados Unidos ascendió a la condición de superpotencia global, rol que se consolidaría tras el colapso de la Unión Soviética.
Como se señala en uno de los documentos, «después de que se desintegrase la Unión Soviética a principios de 1990, Estados Unidos quedó como la única superpotencia restante de la Guerra Fría». Esta posición hegemónica le permitió moldear las instituciones internacionales a su medida y establecer un sistema económico global que privilegiara sus intereses.
La economía estadounidense se ha vuelto profundamente dependiente de lo que el presidente Eisenhower denominó el «complejo militar-industrial». Con un presupuesto militar que supera al de los siguientes diez países combinados, Estados Unidos ha convertido la guerra en un negocio extraordinariamente lucrativo para sus corporaciones de defensa.
Como se documenta en uno de los artículos revisados, la administración Biden ha solicitado al Congreso «842 mil millones de dólares para el Pentágono en el año presupuestario 2024», lo que representa «la solicitud más grande desde el pico de las guerras de Irak y Afganistán» (france24.com).
Este apetito insaciable por el gasto militar requiere enemigos externos y conflictos perpetuos, creando un círculo vicioso de intervencionismo que justifique tales desembolsos. Los resultados son visibles en las sucesivas guerras e intervenciones que han marcado las últimas décadas, desde Vietnam hasta Afganistán, pasando por Irak, Libia y Siria.
EL SAQUEO CONTEMPORÁNEO
La invasión de Panamá en 1989 constituye un ejemplo paradigmático de cómo Estados Unidos utiliza pretextos para justificar intervenciones militares que persiguen objetivos geoeconómicos estratégicos. Como se documenta extensamente en varios de los materiales consultados, la llamada «Operación Causa Justa» fue oficialmente justificada como una medida necesaria para detener el narcotráfico y defender la democracia.
El general Manuel Antonio Noriega, quien había sido durante años un aliado útil para Washington y colaborador de la CIA, fue convertido de pronto en enemigo público número uno. Como se describe en los documentos, Noriega «había sido aliado clave de Estados Unidos durante el final de la Guerra Fría, trabajando como agente de la CIA, al tiempo que tejía vínculos con el narcotráfico» (elnacional.com). Cuando dejó de ser funcional a los intereses estadounidenses, fue acusado de narcotráfico y derrocado mediante una invasión militar que causó entre 500 y 4 mil víctimas panameñas, según distintas fuentes.
El verdadero objetivo de la invasión, sin embargo, habría sido asegurar el control estratégico del Canal de Panamá en vísperas de su traspaso completo a soberanía panameña, previsto para el año 2000 según los Tratados Torrijos-Carter de 1977. Como se señala en uno de los documentos, estos tratados «condicionaba la defensa del canal de manera conjunta, a través de un tratado adicional, dando la posibilidad de intervenir militarmente en Panamá si la operación del canal se viese comprometida».
La invasión aseguró que, aunque panameño en papel, el canal permaneciera bajo control efectivo estadounidense.
Continuará…