NACIONALES
Clave para reactivar derechos en el IMSS: Salva tu pensión aun sin empleo

– Consejos para tu jubilación, por Arturo Pérez Díaz
Son miles de mexicanos que han perdido el empleo y en el tianguis, en el taxi o la venta de alimentos, encuentran sustento para su familia, perdiendo la posibilidad de jubilarse al no tener afiliación al Seguro Social, pero la misma ley del instituto, abrió la puerta a las personas trabajadoras independientes, para alcanzar una jubilación.
Aunque hayas perdido el empleo, te puedes jubilar; aquí lo explico.
México atraviesa un proceso demográfico acelerado que marcará el rumbo de las próximas décadas. La población en edad madura crece a un ritmo nunca antes visto, y con ello se incrementan las necesidades de cuidados especiales, atención en salud, actividades de ocio, y programas de activación física. El último censo del INEGI, marcaba 15 millones de personas mayores de 60 años en México, de ese tamaño es el grupo de población.
Todo esto representa un costo considerable para las familias y para el Estado, por lo que contar con una fuente de ingresos en la vejez deja de ser un privilegio y se convierte en una necesidad crucial. En este contexto, cobra sentido social la jubilación que brinda el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) bajo su régimen obligatorio.
Actualmente existen dos esquemas de jubilación vigentes en México: el correspondiente a quienes comenzaron a cotizar antes del 1 de julio de 1997, conocido como Ley 73, y el que aplica a quienes iniciaron su vida laboral a partir de esa fecha, conocido como Ley 97. Ambos forman parte de la Ley del Seguro Social, pero responden a realidades distintas.
Mientras que el esquema de la Ley 97 se basa en cuentas individuales administradas por las AFORE, el de la Ley 73 otorga una pensión calculada en función de semanas cotizadas y salario base, financiada por el Estado. Hoy en día, la población más envejecida del país se encuentra en el régimen de la Ley 73, lo que representa, en muchos casos, una ventaja significativa.
Beneficios de la Ley 73: salario base y vigencia de derechos
Una de las grandes fortalezas del régimen de la Ley 73 es que permite a los trabajadores aumentar su Salario Base de Cotización (SBC) en los últimos años de vida laboral, lo que puede traducirse en un beneficio directo en el monto de su pensión. Además, esta ley ofrece mecanismos claros para recuperar derechos en caso de haber interrumpido la cotización en el IMSS.
De acuerdo con la Ley del Seguro Social, los trabajadores conservan sus derechos para pensionarse durante un periodo equivalente a una cuarta parte de las semanas que hayan cotizado. Este cálculo es fundamental para determinar la vigencia.
Claves para la reactivación y conservación de derechos en el IMSS
La conservación de derechos, a partir de perder el empleo, dependerá de la antigüedad registrada en semanas de cotización, esta será un equivalente a la cuarta parte de tiempo en semanas. Ejemplo: Si una persona cotizó 451 semanas, entonces conservará los derechos durante 112 semanas; al cabo de ese tiempo deberá reactivarse acorde a lo que marca el artículo 151, fracción primera de la Ley del Seguro Social, que explica que el trabajador que estuvo inactivo menos de 3 años se reactiva con el simple hecho de darse alta; una inactividad mayor de 3, pero no más de 6 años, necesita trabajar durante 26 semanas para reactivar la conservación de derechos; tratándose de baja mayor de 6 años sin cotizar, se necesita trabajar durante 52 semanas (un año) para recuperar derechos.
La Ley del Seguro Social, establece que las personas trabajadoras independientes, podrán gestionar de manera personal y directa su afiliación a la incorporación voluntaria al Régimen Obligatorio del Seguro Social (Modalidad 10). El día 20 de cada mes, será la fecha límite para realizar la incorporación, a fin de que el aseguramiento inicie el primer día del mes siguiente.
El personal del IMSS, va requerir la presentación de: CURP (obligatorio); RFC (opcional); Número de Seguridad Social (obligatorio); Correo electrónico; comprobante de domicilio, así como elegir una División económica y Grupo económico principal para cotizar.
Además el trabajador independiente deberá anotar su ingreso correspondiente a su ocupación; para estos efectos, deberá indicar el ingreso real conforme a lo establecido en la fracción I del artículo 227 de la Ley del Seguro Social. También deberá indicar el trabajador si pagará su afiliación voluntaria en forma mensual, bimestral, semestral o anual, además si pedirá la renovación automática de la incorporación voluntaria al Régimen Obligatorio del Seguro Social.
Esto es mucho más que un trámite; es la llave para pasar a una vejez tranquila, en donde, con la recuperación de los derechos, el trabajador, llegados los 60 años de edad, podrá reclamar ya una pensión.
Me han consultado muchas personas que, por problemas en su salud, dejaron de trabajar; sobre todo, por no poder permanecer de pie muchas horas, prefirieron dejar empleos en seguridad, aseo o mantenimiento de oficinas.
El caso de todos ellos se ha solucionado, entre otras cosas, porque ahora hay una ley (silla) que permite al trabajador tomar descansos durante su jornada laboral, y personas que cotizaron 400 semanas solo necesitan cotizar otras 100 semanas para pedir la jubilación con las 500 semanas que marca como mínimo la ley para la generación de loa ley 73.
Si se perdieron los derechos por dejar de trabajar menos de 3 años se reactiva con el alta con un patrón o con la modalidad 10; si fuera el caso de entre 3 y 6 años, con medio año se reactiva (26 semanas) y por desempleo mayor a 6 años, 52 semanas de inscripción voluntaria son suficientes. Si necesitas ayuda te puedo explicar a mayor detalle la reincorporación.
Es tiempo de soluciones para quien quiere prepararse para un mejor futuro y no ser un dependiente absoluto de sus familiares en la edad avanzada; tomar decisiones informadas es lo mejor, infórmese y cuide sus prestaciones sociales para la jubilación.
¿Cuánto tiempo necesito trabajar para recuperar mis derechos en el IMSS?
ART. 151 LSS FR I Menos de 3 años se reactiva con el simple hecho de darse alta se reactiva.
ART. 151 LSS FR II Más de 3 pero no más de 6 años, necesita 26 semanas para reactivar conservación
ART. 151 LSS FR III Más de 6 años sin cotizar, necesitas trabajar o registrar en Modalidad 10, durante 52 semanas
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Arturo Pérez Díaz es periodista independiente, ha sido docente de Política, Opinión Pública y Mercadotecnia Política, así como asesor profesional de Comunicación Pública.
E-mail: amper61@hotmail.com
CARTÓN POLÍTICO
Marca bienestar
JALISCO
Repensar la captación pluvial en GDL y CDMX

– Opinión, por Violeta Moreno
México enfrenta una crisis hídrica marcada por contradicciones: mientras ciudades como Guadalajara (GDL) y la Ciudad de México (CDMX) se inundan durante la temporada de lluvias, otras regiones padecen sequías severas.
El cambio climático intensifica esta problemática al concentrar las precipitaciones en eventos cortos y violentos, exponiendo la vulnerabilidad de los sistemas urbanos. La captación de agua de lluvia emerge como una solución estratégica, no solo para mitigar inundaciones, sino para garantizar seguridad hídrica y promover justicia social.
Dos metrópolis que reflejan la urgencia de repensar la gestión pluvial. Martin Heidegger proponía un “habitar poético” que armonice con la naturaleza, cuidando sus recursos. En un país semiárido como México, donde los acuíferos están sobreexplotados, las lluvias de la temporada de huracanes son esenciales para sostener a la población.
Hans Jonas, con su ética de la responsabilidad, nos recuerda la obligación de planificar considerando el impacto futuro en los recursos naturales. Vandana Shiva, por su parte, defiende el agua como bien común, abogando por una gestión comunitaria que priorice la equidad.
Estas perspectivas éticas inspiran un enfoque integral para la captación pluvial. En 2025, tormentas históricas ponen a prueba a ambas ciudades. La Ciudad de México registró 84 mm de lluvia en una sola noche, saturando drenajes, mientras el lago de Chapala en Jalisco alcanzó niveles récord.
Sin embargo, el cambio climático ha alterado los patrones de precipitación: menos días de lluvia, pero más intensos, incrementando inundaciones y comprometiendo la disponibilidad hídrica a largo plazo.
La captación pluvial, como sugieren Heidegger, Jonas y Shiva, no es solo una solución técnica, sino un acto ético para preservar el agua y fortalecer la resiliencia urbana.
CIUDAD DE MÉXICO: HACIA LA JUSTICIA HÍDRICA
La capital mexicana vive una paradoja: mientras alcaldías como Iztapalapa enfrentan tandeos y cortes, otras se inundan por drenajes obsoletos. Programas como Cosecha de Lluvia, impulsado por el gobierno y organizaciones como Isla Urbana, han demostrado que la captación pluvial puede reducir desigualdades hídricas. En barrios marginados, los sistemas comunitarios de captación abastecen hogares y fomentan la cooperación vecinal, creando redes de solidaridad que fortalecen la resiliencia frente a la escasez y las inundaciones.
Para consolidar este modelo, la Ciudad de México debe implementar:
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Expansión de sistemas de captación pluvial (SCALL) y cisternas en hogares, escuelas, hospitales y mercados públicos.
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Creación de pozos de infiltración y zanjas de absorción en parques para recargar acuíferos agotados.
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Modernización del drenaje con sensores en tiempo real y alertas tempranas para prevenir inundaciones.
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Campañas de educación hídrica y subsidios para desarrollos habitacionales que integren captación pluvial desde su diseño.
Estas medidas, respaldadas por la participación ciudadana, pueden transformar la lluvia en un recurso equitativo, reduciendo la vulnerabilidad de las comunidades más desfavorecidas.
LA CRISIS DEL SIAPA EN GUADALAJARA
En el Área Metropolitana de Guadalajara, los cortes de agua en 2025 afectaron a más de cien colonias debido a fallas en bombeo, mantenimiento deficiente y corrupción en el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA).
La ineficiencia de esta institución ha llevado a los ciudadanos a recurrir a tinacos, cisternas, garrafones y pipas, coordinándose a través de redes sociales para gestionar crisis más rápido que los canales oficiales. La captación pluvial ofrece una alternativa para aumentar la autonomía hídrica y reducir la dependencia de un sistema ineficiente. Para mejorar la gestión hídrica en Guadalajara, se propone:
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Reestructurar el SIAPA, destituyendo funcionarios corruptos y seleccionando perfiles técnicos mediante procesos transparentes.
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Crear un consejo ciudadano con autoridad para supervisar obras y presupuestos hídricos.
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Modernizar las redes de distribución con sectorización hidráulica y monitoreo de fugas en tiempo real.
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Invertir en infraestructura redundante, como bombas de respaldo y conexiones alternas, para evitar cortes prolongados.
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Promover la captación pluvial en hogares y edificios públicos, con incentivos fiscales para sistemas de infiltración.
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Fortalecer la comunicación vecinal para coordinar respuestas ante emergencias hídricas.
Estas acciones, combinadas con la captación pluvial, pueden empoderar a las comunidades tapatías y mitigar los impactos de la fragilidad institucional.
UN COMPROMISO ÉTICO Y COLECTIVO
El cambio climático ha convertido la lluvia en un recurso crítico e impredecible. En México, donde las reservas hídricas dependen de la temporada de huracanes, la captación pluvial es un imperativo ético y técnico.
Inspirados por Heidegger, Jonas y Shiva, debemos habitar responsablemente, preservar el agua como bien común y garantizar su acceso equitativo. Para la Ciudad de México y Guadalajara, adoptar estas soluciones significa mitigar inundaciones, combatir la escasez y fortalecer la resiliencia urbana.
La colaboración entre gobiernos, comunidades y ciudadanos es esencial para transformar la lluvia en una oportunidad para un futuro hídrico sostenible y justo.
NACIONALES
Pobreza a la baja

– Opinión, por Luis Manuel Robles Naya
Los números presentados por el INEGI, supliendo ya las funciones del extinto CONEVAL, mostraron una reducción de la pobreza de 17.7% respecto a 2024. Es un gran logro que no debe ser regateado por nadie y si, en cambio, celebrado.
El origen de estos números positivos es el crecimiento del ingreso. Hay 13.3 millones de mexicanos que reciben más dinero, ya sea por los incrementos salariales, las remesas, las pensiones y los programas sociales. Sin dudarlo, han sido los incrementos salariales los que más contribuyeron, y los tres restantes contribuyeron también, aunque con menores porcentajes, a mejorar el ingreso familiar.
Aprovechando estos números positivos, el gobierno y sus voceros oficiosos y oficiales, se han dado a la tarea de exhibirlos como resultado de la política social del régimen, sin hacer caso de los otros datos que arroja la muestra censal aplicada por el INEGI. En efecto, creció el ingreso, pero la pobreza multidimensional dista mucho de ser abatida. En efecto, 13.3 millones de mexicanos ganan más dinero, pero no dejarán de ser pobres debido a las carencias asistenciales que aún les afectan.
Es innegable que mucho del ingreso adicional se ha tenido que ir a satisfacer necesidades de salud, así como también la inflación en productos alimentarios medra el nuevo ingreso, sin embargo, hay que reconocer que al menos tienen recursos para suplir las deficiencias institucionales.
No obstante, lo positivo que es el que haya mejorado el ingreso, no podemos ignorar otras señales que deberían restar al optimismo oficial. El primer semestre de 2025 mostró un crecimiento privado moderado. Los usuarios de tarjetas de crédito las están manejando con más prudencia, pues persiste la incertidumbre en el ámbito económico. Hay un menor dinamismo en el crecimiento del empleo formal y ambas cosas se reflejan en el consumo.
Las ventas que reporta la Asociación de Tiendas de Autoservicio (ANTAD) desaceleraron en julio y desde mayo la tendencia en ventas va en declive. Se percibe una atonía en la economía como resultante de la baja inversión, la constante incertidumbre por la incierta política económica de los EUA y la desconfianza de inversionistas por las tendencias estatizadoras del régimen.
Con estas señales valdría la pena moderar el optimismo y la jactancia por el “éxito” de la política social del régimen. Si bien es cierto que el ingreso mejoró y que hubo una aparente distribución más equitativa de la riqueza que provocó también la disminución de la brecha de la desigualdad, habrá que reflexionar sobre el costo y el cómo se logró reducir la pobreza en tan amplio margen.
El sexenio anterior extinguió todas las reservas de ahorro para contingencias, redujo el gasto gubernamental, no solo el corriente, sino también en inversión pública, concentrando el gasto en obras no prioritarias y en apoyar a Pemex; con la pretendida austeridad se fondearon los programas sociales y se mejoraron las pensiones menores y estos, junto con las remesas de los paisanos y el incremento de los salarios mínimos, lograron el salto en el ingreso que ahora se publicita. La súbita inyección de efectivo a la economía provocó un salto en la inflación que ha logrado ser controlada; sin embargo, persiste y, no obstante, gravitó en contra del ingreso apenas mejorado.
Habiendo sido el aumento a los salarios mínimos el impulsor de este avance en el ingreso de las familias, pensar en un incremento igual será insostenible en el corto plazo, en especial con una economía contenida. El menor dinamismo del empleo formal y el estancamiento de la inversión pública, sumada a la retracción de la inversión privada, seguirán limitando el crecimiento y, con ello, provocando una menor recaudación, necesaria por el momento para superar el ejercicio presupuestal deficitario y el sostenimiento de los programas sociales.
En conclusión, aun aplaudiendo que haya crecido el ingreso, no podemos ignorar que esta tendencia no tiene sustentabilidad a mediano plazo, porque el salario no puede seguir creciendo por decreto en los términos en que lo hizo y mantener las pensiones y programas sociales, que tienen crecimiento geométrico por la tabla poblacional, requerirá no solo de austeridad sino de una profunda revisión de la política económica y la repercusión de las pulsiones autoritarias y hegemónicas del régimen.
Las campanas que hoy echan al vuelo nos alegran el momento, pero al mirar el horizonte no se ve que puedan seguir sonando tan alegremente. El producto interno bruto no habrá de crecer por decreto y hoy, inflación, población, gasto y deuda crecen más y más velozmente que los salarios y las transferencias de efectivo.
Mejorar el ingreso no garantiza movilidad social porque no modifica los factores estructurales que la permiten, como el sistema educativo, el mercado laboral, el crecimiento económico, la cultura y los valores sociales.
Justifico que el gobierno capitalice el éxito momentáneo, pero no veo justificación para el optimismo.