NACIONALES
Ecuador y México: Pueblos hermanos, gobiernos distantes

Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //
Por los adelantos científicos y tecnológicos, que impresionan por lo avanzados que están, sobre todo a partir de la segunda guerra mundial (1939-1945), da la impresión de que el mundo se ha empequeñecido. En todo caso, las relaciones entre las naciones se estrechan y los nexos internacionales son vitales para la humanidad.
Las organizaciones aglutinantes de países son cada día más necesarias en aras de salvaguardar la paz mundial, para conseguir que la economía crezca, la producción se optimice y tanto la cultura como la salud sean más accesibles para los pueblos, incluso se combata la pobreza. De esa forma surgieron instituciones como las Naciones Unidas (ONU), para todo el orbe y la OEA, que comprende a los Estados del continente americano. Desde luego, en otras latitudes también surgieron entes constreñidos a su entorno: la Unión Africana, (UA) o en Asia, la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN), etc.
Bien se dice que, en la relación de nación a nación, se debe actuar con diplomacia, es decir, usando la mano izquierda –con sutileza- habilidad en el trato, artesanía de las relaciones humanas, savoir faire -saber hacer con destreza-, atender con cortesía, buen tacto, lo que implica saber callar a tiempo y conocer cuándo se debe hablar o actuar.
Es así, que, en nuestros días, estando el mundo cada vez más interconectado y las relaciones internacionales sujetas siempre al derecho, estas desempeñan un rol decisivo en la configuración de los asuntos políticos, los de índole económico y en general la cultura, incluyendo deportes y todo tipo de actividad global. Por ello la diplomacia es tan importante para el desarrollo mundial y el mantenimiento de la paz.
Todo lo anterior viene a cuento en razón a la posición de México en el concierto internacional, que ha sido con algunas variaciones, de respetable reconocimiento, sobre todo cuando de temas del continente americano se habla, y específicamente cuanto se ciñe al ámbito latinoamericano y del Caribe, donde nuestra nación es un gigante. Y precisamente, el tema delicado y de actualidad, es el conflicto surgido con motivo del allanamiento de la embajada de nuestra República en Quito, la capital de Ecuador.
Todo comenzó cuando el 15 de octubre del año pasado ganó la presidencia ecuatoriana, el estadounidense-ecuatoriano (nacido en Miami y de lengua materna inglesa) Daniel Noboa Azín, hijo del hombre más rico (Álvaro Noboa, archimillonario bananero) de ese país sudamericano -Ecuador- que había intentado cinco veces ser mandatario de dicha nación. Ese joven empresario, publicó El País, “supone una incógnita para un país asolado por la violencia”; tomó posesión el 23 de noviembre y su período expira en mayo de 2025. La vencida, Luisa González, de ideas de izquierda, admitió su derrota y le manifestó estar decidida a unir fuerzas para beneficiar a su patria. Pero antes de los comicios ordinarios del 20 de agosto de 2023 en que participaron 8 candidatos, el día 9 de ese mes, fue asesinado Fernando Villavicencio, un aspirante anticorreísta (así se conoce a los seguidores de Rafael Correa, expresidente de Ecuador, líder del izquierdismo ecuatoriano) que iba en segundo lugar: la derecha de ese país deslizó el bulo de que la aspirante González tenía que ver con el crimen, lo que la perjudicó indudablemente. Así, tras las elecciones primarias -20 de agosto- y luego de la segunda ronda en octubre 15 de ese año, la favorita según las encuestas perdió ante el casi desconocido junior Noboa. Al día siguiente, el mandatario mexicano expresó su “felicitación al maestro Daniel Noboa, que el día de ayer triunfó en las elecciones presidenciales de Ecuador… le enviamos un saludo, una felicitación”.
Sobre esos comicios tan tensos, opinó Rafael Correa: “La forma de actuar de la derecha es meter el miedo entre la población”. Y comenta que, al parecer, al ciudadano le gusta ser engañado: “es como jugador empedernido, que sabe es difícil ganar, pero vuelve a apostar. Nos gusta creer, no comprender”. (Los Periodistas, 11-IV-024). Y en cuanto al porqué llegó a la presidencia, afirman los ecuatorianos, “Es un accidente de la democracia” y un diminuto mandatario. (Dr. Ramiro Aguilar, analista político: Ecuador en Directo, 12-IV-24).
Aludiendo las particularidades de violencia ecuatoriana y la situación electoral mexicana, el presidente López Obrador en su mañanera del 3 de abril de este año, alertó que en nuestra nación eso no debería suceder, y refirió el caso sudamericano: “iba la candidata de las fuerzas progresistas como 10 puntos arriba, … Entonces, un candidato -Villavicencio- que habla mal de la candidata que va arriba, de repente es asesinado, y la candidata que iba arriba se cae, y el candidato que iba en segundo sube” a entonces la postulante que iba a la cabeza, la cual “…queda después de este asesinato como sospechosa”, y aunque sigue “haciendo campaña en circunstancias, considero, muy difíciles” porque imagínense a todos los medios en contra, se crea un ambiente enrarecido al grado que a los debates acuden con chalecos antibalas. Finalmente, la candidata progresista pierde la elección.
Sobre lo dicho por AMLO, hay dos puntos de vista de ecuatorianos: uno es el de la viuda del fallecido Villavicencio (Verónica Zarauz) simpatizadora de Daniel Noboa, quien tajante conmina al presidente azteca: “No se meta con Ecuador”, y tras indicar que no se utilice políticamente el nombre de su extinto marido, altisonante señala que “México se ha convertido en la guarida del correísmo”, por ello otorgó el asilo a Jorge Glas, exvicepresidente ecuatoriano -2013-2018- durante la administración de Correa, ingresado a la embajada desde diciembre de 2023. La otra opinión, es la del Dr. Juan Falconi Puig, exministro ecuatoriano y representante Permanente del Ecuador en la organización Mundial del Comercio con sede en Ginebra-Suiza, quien afirma: “López Obrador al aludir el asesinato de Villavicencio, solo dio un ejemplo de lo que sucede cuando hay violencia en períodos electorales, pero nunca mencionó y menos atacó al gobierno de Noboa”. (Entrevista a la radio ecuatoriana YouTube 11-IV-24).
A pesar de lo anterior, el 4 de abril el Ministerio de Relaciones Exteriores del estado sudamericano, comunica que, en razón a las declaraciones de AMLO, decide declarar persona non grata a la embajadora Raquel Serur Smeke. Esta diplomática, profesora de la Facultad de Filosofía y Letras (UNAM), es viuda del notable filósofo ecuatoriano nacionalizado mexicano Bolívar Echeverría (1941-2010) que según sus paisanos es cúspide del pensamiento latinoamericano, forjado en México.
Ya tirantes las relaciones México-ecuatorianas, el ejecutivo tabasqueño optó por la prudencia y declaró que no rompería relaciones diplomáticas con Ecuador ni expulsaría al embajador ecuatoriano en México. (CNN,5-IV-2024). A la par, se concedió oficialmente «asilo político» al exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas. Mas sorpresivamente, la noche de ese calamitoso viernes 5, fuerzas policiales ecuatorianas violentaron el edificio de la sede diplomática mexicana. Entonces Amlo, reaccionó ante esa «violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de México”, e instruye a la canciller Alicia Bárcena “que (…) proceda de manera legal y de inmediato declare la suspensión de relaciones diplomáticas con el gobierno de Ecuador» (López Obrador en la red social X). La irrupción fue gravada, y es dramático como Roberto Canseco, jefe de la misión diplomática, gritaba a los agentes: «¡No puede ser, es un atropello!, mientras uniformados le impedían se acercara a uno de los autos invasores y en el forcejeo caía al piso: «Es un atropello, es contra la norma, no puede ser», clamaba el diplomático. (imágenes del canal Ecuavisa).
El gobierno ecuatoriano pretende justificar su acción ilegal, echando la culpa al gobierno mexicano, porque asiló a un delincuente, a un corrupto. Eso es una mera conjetura, y además, el país asilante es quien califica si un solicitante del asilo tiene la calidad de ser asilado. (Convención de Caracas, 1954). También la Convención de Viena, protege totalmente la inviolabilidad de las embajadas y en consecuencia, se violentó el principio de asilo, agregado a la infracción de invadir la embajada, ambas conductas plenamente tipificadas como delitos.
Un portavoz de Antonio Guterrez, el guía de las Naciones Unidas, ya aseveró que “la ONU condena las flagrantes violaciones a la ley internacional…cuando la embajada -de México- fue asaltada” (Stephane Dujarric, Primicias, noticias de Ecuador, 12-IV-24).
En los lamentables hechos participó una mexicana: Mónica Palencia, quien recibió la ciudadanía ecuatoriana por decreto del presidente Noboa para poder ser nombrada ministro del interior, en cuyo carácter primero pidió se le entregara el asilado y luego coparticipó en el asalto al domicilio diplomático. Por ello, diputados ecuatorianos ya plantearon juicio político, contra ella, la canciller Gabriela Sommerfeld, y el ministro de Defensa, Gian Carlos Loffredo. Esto repercutirá en el presidente Noboa, individuo inmaduro, quien de plano actuó neciamente. Resta que México también la juzgue por su conducta, pues es causante del problema entre ambas naciones, lo cual sanciona el Código Penal Federal.
El suceso es pues, gravísimo. Ni el dictador Pinochet se atrevió a violentar la inviolabilidad diplomática o el principio de asilo. Para resolver este asunto, se debe considerar, el caso de la toma de la embajada de EU en Teherán (1979- 4-XI-), lo que motivó a la Corte Internacional de Justicia de la Haya para sentenciar a Irán a pagar millones de dólares por la violación; y además exigió que todo volviera a su estado original, y que los autores materiales fueran juzgados penalmente. Por lo tanto, ahora México podrá pedir sanciones desde monetarias, hasta a la FIFA y Mercosur contra Ecuador.
Un problema grave es que Noboa, tiene pésimos colaboradores, según lo califican expertos ecuatorianos: Ramiro Aguilar, Felipe Vega, etc. Ellos aseguran que el señor Roberto Izurieta Bole, secretario de comunicaciones, es una especie de Goebbels; Palencia, es una oportunista; la ministra de Relaciones, una ignorante y el jefe de la defensa, un iletrado. Total: es una infamia lo hecho por Noboa, porque ofende hasta al pensamiento. (Felipe Vega de la Cuadra, exministro, psicólogo, político y escritor ecuatoriano).
Hay 200 años de historia ecuatoriano-mexicana, desde que Ecuador era Distrito sur de la Gran Colombia bolivariana, y luego al emanciparse en 1830, lapso en que adoptó su actual nombre. Desde esas épocas, el distinguido jalisciense, Juan de Dios Cañedo (1786-1850), mucho colaboró para establecer relaciones entre los dos países, primero como secretario de Relaciones Exteriores y luego como embajador en varios países sudamericanos; después otro tapatío representaría a los mexicanos en Quito: Leonardo López Portillo y Serrano (1820-1898). Francisco Carrión (embajador ecuatoriano 2021-2023 y canciller en 2005-07) decía que su abuelo se benefició del asilo en México; Galo Galarza, diplomático y escritor, fue beneficiado por México: el asilo siempre se aplicará en caso de persecuciones políticas; ahora lo que se debe reconocer es que lo acontecido fue un descomunal error. Casi es de risa, si no fuera por lo trágico que resulta, que, en nuestra nación, personas veleidosas de la ultra derecha, como Lily Téllez y cofrades, den disculpas al pueblo y presidente ecuatoriano, echando la culpabilidad de los sucesos a López Obrador.
Convocada la Organización de Estados Americanos (OEA) para conocer la transgresión, el Consejo Permanente aprobó el miércoles 10 de abril, con 29 votos a favor, uno en contra y una abstención (del inefable Nayib Bukele, de El Salvador) la resolución que pena la violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y su relación con la figura del asilo, así como las lesiones sufridas por el personal diplomático mexicano en Ecuador. Rusia, España, Portugal y muchos más, respaldan a México y reprueban a los sureños. Grave amenaza será el momento en que se viole una inmunidad diplomática, y quede impune, pues ya no habrá embajada segura en el mundo; por el contrario, el país donde está cada embajada, debe proteger la inmunidad diplomática y antes que nada, jamás transgredir las normas que la salvaguardan. Por otro lado, México ya demandó en la Corte Internacional de Justicia, que se expulse a ese país, del seno de la ONU.
Sobre tal tema, el 11 del corriente mes, en la mañanera expuso la canciller Alicia Bárcena: “hemos decidido, por instrucciones del señor presidente, llevar a Ecuador a rendir cuentas por su flagrante transgresión a la inviolabilidad de nuestra embajada,… así como por los ataques físicos perpetrados contra nuestros diplomáticos, contra su integridad física y moral,… sobre todo, dos funcionarios: Roberto Canseco y Eva Martha Balbuena. Y son violaciones claras a la Convención de Viena, y por eso la violenta agresión es lo que nosotros estamos llevando a la Corte Internacional.”
Los reclamos son muy contundentes: Primero. Juzgar y declarar que Ecuador es responsable del daño que las violaciones de sus obligaciones internacionales han causado y siguen causando a México. Segundo. La suspensión de Ecuador como integrante de la Organización de las Naciones Unidas en tanto no se emita una disculpa pública reconociendo las violaciones a los principios y normas fundamentales del derecho internacional, con la finalidad de garantizar la reparación del daño moral infligido al Estado mexicano y a sus nacionales. Tercero: Juzgar y declarar que, en caso de una violación de los principios de la Carta de las Naciones Unidas, similar a la cometida por Ecuador, la Corte Internacional de Justicia es el órgano adecuado, judicial, para determinar la responsabilidad de un Estado a fin de iniciar el proceso de expulsión en virtud del artículo 6 de dicha Carta de las Naciones Unidas.
Otro punto, es el de “Establecer el precedente que cualquier Estado o nación que actúe como lo hizo Ecuador será expulsado en definitiva de la Organización de las Naciones Unidades, con base en la evaluación prevista en el artículo 6 del mismo instrumento de la Carta de las Naciones Unidades. Cinco: Es tan importante evitar la repetición de estos casos, que el tribunal internacional de justicia podrá presentar la expulsión del Estado que viole el derecho internacional de manera rápida y expedita ante el Consejo de Seguridad de la ONU, evitando el veto de sus miembros.
Es probable que a pesar del timorato Secretario del organismo mundial, se alcancen respuestas favorables. Esto, reivindicaría a la organización y especialmente, preservaría los principios torales sobre los que descansan las relaciones internacionales, base de la paz y el progreso global.
ENTREVISTAS
Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

Por Francisco Junco //
“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.
Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.
Un camino desde abajo
Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.
“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.
Retos de una elección sin precedentes
En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.
Dilemas judiciales
Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.
“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.
Una justicia humana y equitativa
Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.
Propuestas claras
¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:
“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.
Deuda histórica con las víctimas
Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.
El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.
En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.
En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.
CARTÓN POLÍTICO
Herida abierta
NACIONALES
Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.
Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.
Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.
Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.
La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.
El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.
Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.
Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.
Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.
Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.
Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.
Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.
Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.
A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.
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