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JALISCO

El apoyo al gobernador de Nuevo León: La guerra fría entre Alfaro y Dante se calienta con Samuel García

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Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //

En los intrincados salones del poder político en Jalisco, donde la alianza y la discordia a menudo bailan en una línea fina e invisible, la semana pasada fue, sin lugar a duda, una danza delicada de sombras y luces. El epicentro de esta compleja coreografía fue Movimiento Ciudadano, un partido político donde los informes de actividades se tradujeron en preludios de futuras contiendas electorales.

Los alcaldes, senadores y diputados del partido naranja aprovecharon sus informes de actividades para lanzar sus precampañas en un año preelectoral. Pero también para mostrar su lealtad o su distancia con el gobernador Enrique Alfaro, quien mantiene una guerra fría con el dirigente nacional de MC, Dante Delgado.

Enrique Alfaro, el gobernador de Jalisco, fue un bailarín notable en este escenario, especialmente notable por su reciente rompimiento con Dante Delgado, la figura nacional del partido. Mientras Alfaro se pavoneaba en los informes locales, el silencio de Delgado fue ensordecedor; un eco que resonó en cada espacio vacío de la sala. Sin embargo, para Pablo Lemus, alcalde de Guadalajara y supuesto favorito de Dante para la candidatura a gobernador, Delgado mandó representantes. Un gesto sutil pero significativo que indicaba que, en la política, como en el amor, no todo está perdido.

Pablo Lemus intentó levantar la expectación con su aviso la semana pasada: “El martes haremos un llamado muy importante a la sociedad en este informe, yo no quiero que mi informe sea un destape simplón pero mi informe del próximo martes tendrá un anuncio mucho más formal mucho más arropado y mucho más grande que un destape simplón».

Y fue en medio de esa «gran convocatoria social», llena de palabras grandilocuentes por parte de Lemus para casi cada uno de los asistentes al evento, que Enrique Alfaro a la hora del uso de la palabra aprovechó el informe de Lemus para lanzar un dardo velado hacia la dirección nacional de MC. «Las decisiones de Jalisco se toman en Jalisco», sentenció, como si estuviera marcando su territorio en un mapa invisible que solo él podía ver, mientras uno podía sentir que el mensaje volaba directamente hacia la silla vacía de Dante.

La razón de este claro mensaje es el rompimiento entre Alfaro y Dante, que se originó por las diferencias sobre la estrategia electoral para el 2024. Mientras que Dante quiere impulsar al gobernador de Nuevo León, Samuel García, como candidato presidencial de MC, Alfaro hizo pública su postura respecto a que MC debe formar un frente común con otras fuerzas de oposición para enfrentar a la Cuarta Transformación.

Pero la trama se pone mejor.

El sábado, el gobernador de Jalisco, dio un giro inesperado, Alfaro extendió una rama de olivo a Dante vía Samuel García, el gobernador de Nuevo León. Sugirió que García podría ser un candidato presidencial viable para MC, una opinión que se difundió como un susurro en los corredores del poder. Este gesto apuntó a una posible recomposición entre Alfaro y Delgado, un matrimonio político que podría, quizás, salvar la casa de MC.

A todo esto, se suma la incertidumbre que se genera desde el equipo de comunicación de MC a nivel nacional, como si alguien revolviera el caldero y los ingredientes se estuvieran mezclando de maneras impredecibles. Una encuesta a modo en MURAL la semana pasada dio origen a un tweet, proveniente del antiguo consultor de Alfaro, el que le hablaba al oído y Enrique actuaba, ahora se apunta como defensor Dante Delgado, a quien atribuye el título de «mejor estratega de cara al 2024», luego de haber sido denostado por el gobernador de Jalisco públicamente. En este complejo ballet de poder y política, es difícil discernir si aparecer como vocero más que como asesor son pasos en la dirección correcta o simplemente una serie de movimientos torpes.

Así, la guerra fría entre Alfaro y Dante se calienta con Samuel García como protagonista. El gobernador de Nuevo León tendrá que resolver su problema de gobernabilidad con otras fuerzas políticas en su estado para poder aspirar a la candidatura presidencial de MC. Y Alfaro tendrá que definir si apuesta por el proyecto propio o por una alianza con otros partidos de oposición para enfrentar al lopezobradorismo. Mientras tanto, Dante sigue moviendo los hilos desde la dirigencia nacional de MC, buscando consolidar su partido como una opción viable para el electorado mexicano.

Lo que es evidente es que Enrique Alfaro parece renovado, casi liberado por su rompimiento con Delgado. Si la política es un juego de ajedrez, Alfaro se ve más seguro que nunca sobre su tablero, uno que ha construido pieza por pieza en Jalisco. Solo el tiempo dirá si esta confianza será suficiente para mantener las piezas en su lugar cuando el juego alcance su clímax inevitable.

En TWITTER: @DEPACHECOS

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