NACIONALES
El fracaso del sistema penitenciario en México

Opinión, por Iván Arrazola //
En el año 2009 fue detenido Josmar Flores Pereira quien intentó secuestrar un avión con destino a la Ciudad de México, por “una revelación divina” con la amenaza de hacer explotar el avión en pleno vuelo si no hablaba con el presidente Felipe Calderón.
Afortunadamente la bomba con la que amenazó hacer estallar el avión era falsa, el sujeto fue detenido y nadie salió lesionado.
El asunto no quedaría ahí, Flores fue llevado al Reclusorio Oriente de la capital mexicana y comenzó a revelar detalles de la vida al interior de la prisión. En un video exponía que a pesar de que estaba prohibido el uso de celulares, las personas los podían utilizar siempre y cuando pagaran por su uso, el pase de lista exigía el pago de cuotas, el mal estado de los alimentos, insuficientes, también exige un pago de cuota, también hay cobro de cuota por permitir el ingreso de visitas a los reos, no por nada se dice que la cárcel es el hotel más caro del mundo.
Esa corrupción denunciada por Josmar a través de videos fue ignorada por las autoridades y guardaron silencio sobre lo que ocurría en el penal, años después Josmar fue cambiado de prisión ante el acoso del que fue objeto por parte de otros presos del reclusorio. Lo más inquietante de la historia relatada es la colusión entre las autoridades penitenciarias y presos del penal.
Como esa historia se pueden relatar otras dentro de las prisiones en México, por ejemplo, recién comenzaba el año 2023 cuando se desató la violencia en el Cereso de Ciudad Juárez. Era conocido por todos el autogobierno en ese penal, controlado por uno de los principales líderes de una banda local apodado El Neto. El día de su fuga mataron a diez custodios y siete reos, se fugaron en total 30 reos. Poco después de la fuga se sabría más sobre el estilo de vida de El Neto dentro de la prisión. Las famosas prisiones VIP que El Neto habitó incluían el acceso a alcohol, todo tipo de drogas, jacuzi, pantallas, la comida que el reo quisiera.
Las autoridades penitenciarias trataron de explicar lo sucedido por la fuga señalando que habían solicitado el traslado de El Neto a una penal federal debido a su alta peligrosidad, pero El Neto lo había evitado solicitando diferentes amparos. Por la muerte de las 17 personas el principal castigo que se impuso fue la destitución del director.
Días después de la fuga la gobernadora de Chihuahua informaba que El Neto había muerto, en el intento por ser recapturado en intercambió disparos con la autoridad y fue ultimado. La solución a los problemas en el penal llegó con el fin del Neto.
Sin embargo, los problemas que hay con las prisiones en México, no concluyen ahí, son tan graves como las políticas punitivas implementadas por los gobiernos, la sobrepoblación en las cárceles que se ha duplicado en los últimos años, el alto número de personas encarceladas que no han recibido sentencia, con un porcentaje que ronda el 40%, a eso hay que agregar que la prisión preventiva oficiosa es la mejor receta que tiene el Ejecutivo federal para tratar de contener a los criminales.
Uno de los mayores problemas que enfrenta el país en materia de seguridad es que a pesar de la captura de capos y miembros importantes del crimen organizado, estos pueden seguir operando desde las cárceles, como ocurría en el caso de El Neto, cuentan con los recursos para pagar abogados que pueden encontrar vacíos legales, errores en los procedimientos y ausencia de pruebas contundentes por lo que pueden obtener su libertad.
La sobrepoblación y el autogobierno prevaleciente en buena parte de las cárceles del país es otro factor que convierte en cuestión de tiempo la próxima fuga o motín y todas las implicaciones, la violencia, la muerte, la corrupción prevaleciente en las cárceles, esto se ve acompañado por autoridades omisas que dicen desconocer lo que ocurre al interior de los prisiones hasta que ocurren las tragedias y que son reactivas porque carecen de un plan para hacer frente al problema de la falta de control al interior de las prisiones.
Pensando en las soluciones, se han planteado diferentes alternativas, desde leyes de amnistía que no han avanzado, el anquilosado sistema penitenciario en México es incapaz de pensar en soluciones para la población dentro de las cárceles, como por ejemplo sustituir la prisión por el servicio comunitario, la libertad condicional o la justicia terapéutica, por solo mencionar algunas.
La idea de pensar que encarcelando a las personas se obtiene justicia, es una idea falaz que en realidad solo sirve para mantener un sistema penitenciario ineficiente que no reinserta al individuo a la sociedad y que ayuda a mantener la corrupción y la operación de grupos del crimen organizado.
Cuando verdaderamente la clase política y el sistema judicial quieran hacer un cambio en el sistema penitenciario, dejaremos de presenciar situaciones tan lamentables como la de Ciudad Juárez.
ENTREVISTAS
Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

Por Francisco Junco //
“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.
Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.
Un camino desde abajo
Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.
“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.
Retos de una elección sin precedentes
En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.
Dilemas judiciales
Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.
“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.
Una justicia humana y equitativa
Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.
Propuestas claras
¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:
“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.
Deuda histórica con las víctimas
Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.
El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.
En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.
En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.
CARTÓN POLÍTICO
Herida abierta
NACIONALES
Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.
Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.
Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.
Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.
La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.
El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.
Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.
Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.
Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.
Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.
Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.
Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.
Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.
A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.
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