MUNDO
El mundo entre el mesianismo y la incertidumbre económica

Opinión, por Gerardo Rico //
Y aún faltan 46 meses para seguir lidiando con el inquilino de la Casa Blanca en Washington D.C., que con sus acciones y amenazas lo único que está logrando, hasta el momento, es encaminar a su país a una recesión económica.
En las primeras semanas de su nuevo gobierno, Trump ha lanzado la que el Wall Street Journal ya califica como “la guerra comercial más estúpida de la historia”, que amenaza con terminar con décadas de integración económica global.
Poco a poco va pasando de moda la estridencia del presidente de la Unión Americana, Donald Trump, para dar paso a la incertidumbre y preocupación de inversionistas y de los mercados mundiales, ante las acciones que toma en materia económica y donde lo único que está logrando es la preocupación dentro y fuera de su país.
Los primeros avisos vinieron ya de la Reserva Federal (Fed) y de su presidente Jerome Powell a quien, por cierto, y para no perder la costumbre, el inquilino de la Casa Blanca se le fue con todo tipo de descalificaciones. Uno de los veredictos iniciales concluye sobre los potenciales efectos de posibles cambios en la política comercial y de inmigración: “Los contactos empresariales en varios distritos de la Fed indican que las empresas intentarán trasladar a los consumidores los mayores costos de los insumos a posibles aranceles”.
Por si esto no fuera poco, el índice S&P cayó ya en 4.3% respecto al nivel previo a la toma de posesión de Trump. Por su parte, el Nasdaq acumula ya una pérdida del 7.9% desde entonces.
Argumentando que todo el mundo se ha aprovechado de la prosperidad estadounidense, advirtió que impondrá aranceles a las importaciones de la Unión Europea. De inmediato, los representantes de las 27 naciones del viejo continente respondieron que, en el momento en que se anuncien, los aranceles, activarán duras contramedidas contra industrias emblemáticas de Estados Unidos.
Con China ordenó el incremento del 10 al 20% en aranceles a las importaciones del país asiático, a pesar de que es el principal mercado de exportación para los productos agropecuarios estadounidenses, que representaron más de 29 mil millones de dólares durante 2024. En el inicio de este año, la caída va en 14%.
También intentó ridiculizar al Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, quien ante el anuncio de aranceles del 25% para su país y México, de inmediato respondió con medidas similares en materia arancelaria: los gobernadores de varias provincias de la nación norteamericana advirtieron boicot total a productos importados de Estados Unidos. El ministro de Ontario, Doug Ford amenazó con cortar el suministro de electricidad a varios estados de la Unión Americana.
En su incontrolable mesianismo, el mandatario americano salió a decir que su determinación de diferir los aranceles comerciales no está relacionada con los últimos recortes de las acciones de Wall Street, pues confía en que siga fuerte a largo plazo. Sin embargo, el índice bursátil Dow Jones cayó durante dos días consecutivos tras la entrada en vigor de los aranceles del 25% a México y Canadá, el pasado 4 de marzo, que posteriormente suspendió.
México ante su mayor reto
Apenas el 6 de marzo y tras una llamada telefónica, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, confirmó que será hasta el 2 de abril cuando el multicitado Trump determine el futuro de los aranceles con México y otras naciones del mundo.
En los hechos, esto se traduce en un mes más de incertidumbre para la economía mexicana, situación que ya repercutió en un pronóstico de Banamex: crecimiento económico cero para este 2025. Cuando la economía mexicana creció en 1.3% en 2024 y 3.3% en 2023, de acuerdo al Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI)
México se mantuvo como el principal socio comercial de Estados Unidos durante 2024 y por segundo año consecutivo, de acuerdo a la Oficina de Censos de Estados Unidos, que depende del Departamento de Comercio. Entre enero y octubre de 2024, las exportaciones e importaciones entre ambos países sumaron un total que representó el 15.9% del comercio internacional de Estados Unidos, superando ampliamente a Canadá (14,4%) y China (10,9%).
Y como para agregarle más emoción al momento de incertidumbre económica que vive el país, el pasado viernes se anunció la dimisión del secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O. En un mensaje en redes, la presidenta de la República anunció al economista Edgar Amador Zamora como nuevo titular de la dependencia.
No cabe duda de que con el amago mensual para la imposición de aranceles la economía mexicana se ve mermada en su competitividad y confianza. No camina ni va a ningún lado. El reto es mayúsculo y muy preocupante a la vez. No es exagerado afirmar que México se encuentra ante la mayor encrucijada de su historia reciente y el final de la historia puede resultar muy doloroso para todos quienes vivimos en este país.
MUNDO
Rechaza ser deportado Hernán Bermúdez Requena de Paraguay

– Por Francisco Junco
Hernán Bermúdez Requena, el ex secretario de Seguridad Pública, nombrado por el entonces Gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, ahora senador de la República, rechazó ser extraditado a México.
Durante la audiencia inicial, donde un juez dictó prisión preventiva, se le ofreció la extradición voluntaria, pero Bermúdez Requena, presunto líder del cartel de “La Barredora”, no aceptó.
Ahora se iniciará un proceso ordinario, que podría tardar hasta 60 días, en tanto, Bermúdez Requena, continuará bajo la custodia de la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay.
En tanto, en México se informó que la Fiscalía General de la República ya presentó la solicitud de extradición contra Hernán Bermúdez Requena al gobierno guaraní.
“El Abuelo” o “El Comandante H”, como se le conoce al exfuncionario del gobierno del morenista Adán Augusto López en Tabasco, e identificado como el presunto líder del Cártel de “La Barredora”, fue detenido la madrugada del sábado, en Paraguay, en una residencia ubicada en la zona exclusiva de Marino Roque Alonso, donde permanecía escondido.
Este fin de semana, el presidente Santiago Peña, dio a conocer, en un pequeño video de 45 segundos, cómo fue el arresto de Bermúdez Requena.
En las imágenes, primero se ven aspectos de la residencia, se ve cómo las fuerzas especiales, revisaron la finca y derribaron la puerta, suben una escalera y someten a ex secretario de seguridad, lo encañonaron y lo tiraron al suelo, donde lo tenían sometido, bocabajo y un elemento le pone un pie en la espalda.
Después, el presunto líder de La Barredora, quien cuenta con una ficha roja activa de la Interpol, aparece sentado en un sillón con ropa deportiva, pelo más largo y canoso, barba larga.
Cuenta con una orden de captura en México por asociación delictuosa, extorsión y secuestro exprés.
En el video, se muestra que en la residencia, donde permanecía escondido, había fajos de dólares y guaraníes, moneda uruguaya, así como joyas, tarjetas bancarias, identificaciones y una camioneta de alta gama.
Manuel Doltane, titular de Asuntos Internacionales de la Fiscalía de Paraguay, reveló que Bermúdez, entró de manera ilegal al país.
Y es que en febrero de este año, después de hacer pública la orden de aprehensión en su contra, el ex funcionario estatal huyó del país.
De acuerdo con las autoridades, viajó primero a Panamá, después a España, más tarde a Brasil, para terminar en Paraguay.
En medios locales del país sudamericano, como el diario ABC, informaron que la detención del ex funcionario de Adán Augusto López, se logró, gracias a que en el mes de julio se detuvo a Gerardo Bermúdez Arreola, sobrino del presunto líder de “La Barredora”.
CARTÓN POLÍTICO
Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos
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LAS NOTICIAS PRINCIPALES:
Crónica de una semana tensa en la UdeG: La rebelión estudiantil que desafía a la FEU
MUNDO
Tolerancia en tiempos de algoritmos

– Opinión, por Miguel Anaya
¿Qué significa ser conservador en 2025? La etiqueta, lejos de significar a una persona o grupo de ellas, aglutinadas en torno a la Biblia o valores cristianos, se ha vuelto un acto de rebeldía. El conservadurismo pareciera significar a una nueva minoría (o una mayoría silenciosa) que enfrenta un prejuicio constante en redes sociales.
En sociedades donde la corrección política dicta el guion, ser conservador implica defender valores tradicionales —para algunos valores anacrónicos— en medio de un mar de redefiniciones. La sociedad dio un giro de 180 grados en tan solo 20 años y aquellos que señalaban hace dos décadas, hoy son señalados.
¿Y ser liberal? El liberalismo que alguna vez defendió la libertad frente al Estado hoy se ha transformado en progresismo militante: proclamar diversidad, reivindicar minorías, expandir derechos. Noble causa, sin duda.
El problema comienza cuando esa nobleza se convierte en absolutismo y se traduce en expulsar, callar o cancelar a quien no repite las consignas del día. El liberal de hoy se proclama abierto, pero con frecuencia cierra la puerta al que discrepa. Preocupante.
He aquí la contradicción más notable de nuestro tiempo: vivimos en sociedades que presumen de “abiertas”, pero que a menudo resultan cerradas a todo lo que incomoda. Lo que antes era normal hoy puede costar reputación, trabajo o, en casos extremos, la vida. Hemos reemplazado la pluralidad por trincheras y el desacuerdo por el linchamiento mediático (“funar” para la generación Z).
La polarización actual funciona como un espejo roto: cada bando mira su fragmento y cree que posee toda la verdad. Los conservadores se refugian en la nostalgia de un mundo que quizá nunca existió, mientras que los liberales se instalan en la fantasía de que el futuro puede aceptar todo, sin limitantes.
Ambos lados olvidan lo esencial: que quien piensa distinto no es un enemigo para destruir, sino un ciudadano con derecho a opinar, a discernir y, por qué no, a equivocarse humanamente.
La violencia y la polarización que vivimos, no son fenómenos espontáneos. Son herramientas. Benefician a ciertas cúpulas que viven de dividir, a las plataformas digitales que lucran con cada insulto convertido en tema del momento.
El odio es rentable; la empatía, en cambio, apenas genera clics. Por eso, mientras unos gritan que Occidente se derrumba por culpa de la “ideología woke”, otros insisten en que el verdadero peligro son los “fascistas del siglo XXI”. Y en el ruido de esas etiquetas, el diálogo desaparece.
Lo más preocupante es que ambos discursos se han vuelto autorreferenciales, encerrados en su propia lógica. El conservador que clama por libertad de expresión se indigna si un artista satiriza sus valores; el liberal que defiende la diversidad se escandaliza si alguien cuestiona sus banderas.
Todos piden tolerancia, pero solo para lo propio. Lo vemos en el Senado, en el país vecino, tras el triste homicidio de Charlie Kirk y hasta en los hechos recientes en la Universidad de Guadalajara.
En buena medida, este mal viene precedido de la herramienta tecnológica que elimina todo el contenido que no nos gusta para darnos a consumir, solo aquello con lo que coincidimos: EL ALGORITMO.
El algoritmo nos muestra un mundo que coincide totalmente con nuestra manera de pensar, de vivir, de vestir, nos lleva a encontrarnos únicamente con el que se nos parece, creando micromundos de verdades absolutas, haciendo parecer al que piensa un poco distinto como ajeno, loco e incluso peligroso. Algo que debe ser callado o eliminado.
Occidente, en 2025, parece olvidar que lo que lo hizo fuerte no fue la homogeneidad, sino la tensión creativa y los equilibrios entre sus diferencias. Quizá el desafío es rescatar el principio básico de que la idea del otro no merece la bala como respuesta.
Solo la palabra, incluso aquella que incomoda, puede mantener vivo un debate que, aunque imperfecto, sigue siendo el único antídoto contra el silencio y la complicidad impuestos por el miedo o la ignorancia.