NACIONALES
El perfil de la nueva lideresa nacional de Morena: Luisa María Alcalde, un producto netamente moreno

Por Redacción Conciencia Pública //
Luis María Alcalde Luján, la joven estudiante de Derecho que apenas 12 años atrás destacaba como protagonista del video promocional de la campaña de Morena rumbo a la presidencia del 2012, hoy se ha convertido en la heredera del mayor legado que ha dejado el presidente Andrés Manuel López Obrador, al ser electa en el VII Congreso Nacional extraordinario, como presidenta del Comité Directivo Nacional de Morena.
Sin embargo, por tratarse de un movimiento creado justamente por López Obrador, se determinó dejar en el cargo de Secretario de Organización a su hijo, Andrés Manuel López Beltrán, a propuesta de Héctor Vasconcelos, quien destacó su trabajo por todo el país desde el 2006, diciendo: “Es alguien que desde el año 2006 ha recorrido la República de norte a sur y de este a oeste, organizando comités, toda la estructura de lo que hoy es el más importante de todo el país”.
Morena es el partido más joven en el país, pero el de mayor crecimiento en la historia de México, ya que en solo 10 años de existencia hoy gobierna en 24 estados, tiene 364 diputaciones 86 senadurías, mil 56 diputaciones locales y mil 699 presidencias municipales, logradas con 36 millones de votos con los que pido conquistar por segunda ocasión la Presidencia de México.
Es decir, le partido más poderoso de México hoy queda en manos de una abogada millennials, que se ha destacado por haber abrevado a gran velocidad los ideales del Movimiento de Regeneración Nacional, desempeñándose como diputada federal, titular de la Secretaría del Trabajo y titular de la Secretaría de Gobernación.
Por decisión de los más de 3 mil congresistas de Morena reunidos en el World Trade Center de la Ciudad de México, acompañarán en la tarea de encabezar el comité directivo a la presidenta, Luisa María Alcalde; como Secretaria General, Carolina Rangel; en la Secretario de Organización, Andrés López Beltrán (hijo de López Obrador); en la Secretario de finanzas: Iván Herrera; como Secretario de Jóvenes, Aaron Enríquez; en la Secretaría de Comunicación, Camila Martínez; como Secretario de mexicanas y mexicanos en el exterior, Alejandro Robles; como Secretario de artes y cultura, Arturo Martínez y como Secretario de Movimientos Sociales, Manuel Zavala.
Vale la pena destacar que como parte de las prohibiciones, los documentos básicos de Morena establecen que los órganos directivos no deberán incluir autoridades, funcionarias o funcionarios, o integrantes de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial de ningún nivel de gobierno.
ALCALDE, UN PERFIL DE LUCHA SOCIAL POR LOS DERECHOS LABORALES
Nacida en 1987, para Luisa María Alcalde Luján era común, desde su niñez, salir a marchar en contingentes de manifestantes con pancartas de demandas laborales, producto de que sus orígenes por la lucha por la defensa de los derechos de los trabajadores, los abrevó de sus padres.
Alcalde Luján es hija de dos grades luchadores sociales de México, Bertha Luján, una persona que ha empeñado toda su vida en defender las causas y los derechos de los trabajadores de México y es hija de Arturo Alcalde Justiniani, el abogado de los trabajadores que los ha defendido del charrismo sindical, el que ha buscado que su salario sea digno y el que los ha defendido de las represiones de los gobiernos federal, estatal y municipal.
Estudió en el Colegio Madrid, fundado por exiliados españoles y famoso por haber acogido también a exiliados de las dictaduras chilena y argentina en los años 70. Una escuela cuyo modelo enfatiza la formación de estudiantes activos y autónomos, con asambleas grupales.
En 2004, aún en la preparatoria, participó en las protestas contra el desafuero de López Obrador. También estuvo en el plantón contra los resultados de la elección presidencial de 2006. Meses después, ingresó a la Facultad de Derecho de la UNAM.
En 2011 Luisa María Alcalde conoció a López Obrador a nivel personal cuando estaba por terminar la carrera y él la invitó a formar parte de Morena. El 2 de octubre de ese año, tomó la palabra en la Asamblea Constitutiva de Morena en el Auditorio Nacional.
Al siguiente año fue nombrada coordinadora nacional de Jóvenes y Estudiantes de Morena. Le tocó construir comités de ese partido en todo el país. Formó parte del templete en el encuentro de jóvenes con AMLO en mayo de 2012, donde se aludió a un relevo generacional.
Con 24 años de edad, llegó a la Cámara de Diputados en el año 2015 por las siglas del Partido Movimiento Ciudadano, aliado de Morena en esa elección. Y en el 2018 tras el triunfo de López Obrador fue designada como titular de la Secretaría del Trabajo y hoy se desempeña al frente de la Secretaría de Gobernación.
ENTREVISTAS
Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

Por Francisco Junco //
“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.
Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.
Un camino desde abajo
Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.
“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.
Retos de una elección sin precedentes
En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.
Dilemas judiciales
Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.
“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.
Una justicia humana y equitativa
Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.
Propuestas claras
¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:
“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.
Deuda histórica con las víctimas
Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.
El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.
En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.
En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.
CARTÓN POLÍTICO
Herida abierta
NACIONALES
Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.
Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.
Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.
Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.
La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.
El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.
Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.
Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.
Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.
Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.
Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.
Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.
Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.
A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.
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