Connect with us

NACIONALES

El Senado convertido en ring: Alito vs Noroña, la riña que exhibe al PRI

Publicado

el

– Opinión, por Pedro Vargas Ávalos

El reciente zafarrancho acaecido en el Senado de la República, cuando el inefable campechano Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, senador de lista nacional, es decir, por autodedazo de la cúpula priista -puesto que él la dirige-, protagonizó reprobable gresca al agredir al presidente de la mesa directiva de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión (Gerardo Fernández Noroña), en compañía de cinco legisladores de su partido tricolor.

La Comisión Permanente celebraba su sesión final del período. En esta se registraron casi cuatro horas de discusión, siendo tema una manifestación en pro de la nación. La deliberación estuvo centrada en la posible intervención de ejércitos extranjeros en México.

Se recordó que Marko Cortés y Lily Téllez, así como Alito, han exhibido, en medios estadounidenses, su postura a favor de una intervención de los vecinos supuestamente para ayudar a los mexicanos en su combate contra el narcotráfico.

En tan larga jornada, se pidió autorización a los integrantes presentes de dicho organismo para clausurar el evento; otorgada, se procedió a entonar el himno nacional; “Alito”, seguido de sus correligionarios, dejó su curul y fue a interpelar, sin respeto a la interpretación del cántico, al presidente del Senado, reclamándole que quería hacer uso de la palabra. Al no recibir respuesta, le berreó: “i Vente para acá…! i Te parto tu madre, cabrón!” El señor Noroña, atinó a decirle: -No vengas a provocar. (Reforma, 28-agosto-2025).

Basta ver los videos que sobre ese suceso se divulgaron, para precisar que de esa manera fueron los hechos. El mismo diario que citamos (nada favorable a la Cuarta Transformación 4T) narra el zafarrancho: “Y vino la zacapela. El mandoble de derecha de «Alito» Moreno, luego empujones, mientras Dolores Padierna a su vez jalaba de un brazo a Noroña para que abandonara el salón. Un colaborador del legislador morenista se interpuso y fue aventado al suelo violentamente por «Alito» quien todavía lo agredió en el piso.

En ese ring en que se transformó por momentos la tribuna, ‘Alito’ no estuvo solo”. En efecto, lo acompañaron cinco correligionarios: el jefe de los diputados, Rubén Moreira, el senador Pablo Angulo, el también diputado tricolor Carlos Gutiérrez Mancilla, quien si soltó golpes; el coordinador senatorial priista Manuel Añorve Baños y el diputado Erubiel Alonso.

Otro diario crítico de la 4T publicó: “En medio de los manotazos y los gritos, ‘Alito’ empujó con fuerza a uno de los colaboradores de Noroña, identificado como Emiliano González, encargado de las redes sociales del morenista (de lentes y vestido con una camisa verde), quien cayó al suelo tras la agresión”.

Allí lo golpearon los priistas, causándole varias lesiones. “Tampoco se salvó de los empujones la vicepresidenta del Senado, Dolores Padierna, quien se interpuso entre Fernández Noroña y Moreno Cárdenas para detener la pelea; sin embargo, tuvo que moverse a un lado para esquivar los golpes”. (El Financiero, 28-VIII-025). Finalmente, el agredido, atosigado por los furibundos tricolores, pudo salir del salón de la casona de Xicoténcatl, sede de la cámara alta de México.

La autollamada “prensa nacional” (solo porque se imprime en la Ciudad de México) dio un trato muy sinuoso al acontecimiento. Dice El Universal: “Termina a trompadas debate legislativo”. Luego Excélsior en grandes letras: “De los gritos y golpes pasan a las denuncias”. Por su parte, Milenio publica: “Pasa el debate de las injurias a los golpes…y al MP”. Confunde El Heraldo de México al divulgar en primera plana: “Alito y Noroña se van a los golpes”.

En igual sentido se expresa La Crónica de Hoy: “Alejandro Moreno y Gerardo Fernández Noroña pelean a golpes durante sesión en el Senado”. Todavía propala el Publimetro: “Alito y Noroña se van a los golpes y arman trifulca en el Senado”. Para darle resabio prosaico, dice el impreso 24 Horas: “Como en cantina”. Otro matutino manifiesta: “Acaba en episodio violento acalorada sesión en Congreso”. (La Razón de México).

Por lo que ve al periodismo local, en El Informador del jueves 28, podemos leer en primera plana: “Como perros y gatos, ‘Alito’ Moreno y Noroña arman trifulca en el Senado”.

Versiones más evidentes, se observan en el diario Contrarréplica: “Enloquece “Alito” y golpea al Presidente del Senado”. El Diario de México, tras un cintillo que enuncia “Senado se vuelve un ring”, complementa: “Alito agrede a Fernández Noroña”. Por su lado, La Jornada, difunde: “Exigen desafuero de Alito tras agresión en el Senado”, y en su punzante Rayuela, expone: “Sí, el desafuero contra el presidente del PRI será la mejor respuesta a la violencia”.

Ahora bien, entre los opinadores, los más connotados como Ciro Gómez Leyva, contrastó la agresión de que él fue víctima a balazos, con la que recibió Noroña, tachando a la inferida al senador como “pinches empujones”.

El dizque “teacher” López Dóriga, calificó como “huída” la actitud de Noroña. La periodista de Fórmula Noticias, Azucena Uresti, anunció que ya no invitará al senador a su noticiero por su actitud provocadora y agresiva. Otros comentócratas han condenado a Noroña y hasta se mofan, como Pepe Cárdenas, quien le pidió mostrara el cachete morado.

Interrogada la mandataria Claudia Sheinbaum, el día 28, en la Mañanera, contestó: “Lo que ocurrió ayer, pues muestra, la verdad, lo que es el PRIAN”. La presidenta recordó su época estudiantil, cuando estaban de moda los “porros” universitarios y evocó: “Cuando vi ayer al presidente del PRI en esta actitud; y a otro diputado del PRI golpeando en el piso a un trabajador de la Cámara de Senadores, me vino a la memoria” una golpiza que dieron los porros a su hermano.

Ahora, pues, “vean lo que son: lo mismo de entonces, los porros de entonces, los de ahora”. Son en consecuencia, por la actitud del dirigente del PRI, unos autoritarios. Y enfatizó: “son el PRIAN, no se nos olvide. Son el PRIAN”, en el cual, el presidente panista, es el jefe del cartel inmobiliario, y el del priismo, el porro.

Alito, buscando engañar a los mexicanos, suscribió declaraciones llenas de epítetos, tildando a Noroña y al gobierno de la 4T, como lo peor: su fin es hacerse la víctima, luego de ser el agresor con alevosía, pues se hizo acompañar de sus secuaces y todo violando el protocolo senatorial. Es impúdico el actuar de este señor que se adueñó del otrora partidazo y lo más seguro es que, como le dijo Alfredo del Mazo, será el enterrador del tricolor.

No se puede tapar el sol con un dedo. Si no se quiere que suceda lo que dijo el exgobernador del Estado de México, los genuinos priistas que sobreviven, algo deben hacer en favor de su histórico instituto, y por el bien de la democracia y de la República, rescatarlo del voraz cuanto farsante, dirigente actual.

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

NACIONALES

Llave al cuello

Publicado

el

– Opinión, por Miguel Anaya

El Senado de la República nació para ser la cámara de la reflexión, el contrapeso, el espacio donde las decisiones se piensan dos veces antes de convertirse en ley. Desde su inicio en el siglo XIX, su existencia buscaba equilibrar al país: la Cámara de Diputados representaría la voz inmediata del pueblo y el Senado, con sus 128 integrantes, encarnaría la visión de más alto nivel de cada estado. En teoría, es la tribuna donde la política alcanza su forma más elevada.

La semana pasada, en lugar de argumentos, lo que retumbó fueron los gritos, acompañados de empujones y amenazas de riña dignas de vecindario enardecido. Lo que debía ser la cúspide del debate nacional se convirtió en un espectáculo más cercano a la arena de lucha libre que al foro legislativo más importante del país.

Conviene recordarlo: la tribuna del Senado no es un micrófono más. Es el escenario que, en teoría, proyecta al mundo la madurez política de México. Allí se han discutido tratados internacionales y reformas constitucionales que marcan generaciones. Y, sin embargo, lo que se ofreció al país no fue altura de miras, sino un espectáculo de pasiones mal encauzadas, una demostración de que, cuando falta el argumento, la violencia sale a flote.

Algunos dirán que la violencia parlamentaria es casi folclórica. En Italia se han lanzado sillas, en Corea martillos, en Taiwán agua y puños. La diferencia es que allá los incidentes son excepción; aquí amenazan con convertirse en método alterno de debate. Al paso que vamos, quizá convenga incluir guantes de box en el reglamento interno.

Lo ocurrido no es simple anécdota, sino síntoma. La violencia desde la tribuna envía un mensaje devastador: si en la Cámara alta se puede insultar y agredir, ¿qué freno queda para la sociedad? El Senado debería marcar la pauta de la civilidad, no reflejar lo peor del enojo social. La tribuna debería ser espejo de lo que aspiramos a ser, no caricatura de lo que tememos convertirnos.

Una máxima, atribuida a distintos autores, menciona que “la violencia comienza cuando la palabra se agota.” En México, la palabra parece agotarse antes incluso de ser pronunciada. Otra frase importante, acuñada por Carlos Castillo Peraza dice: “La política no es una lucha de ángeles contra demonios, sino que debe partir del fundamento de que nuestro adversario político es un ser humano.” Ambas enseñanzas se han olvidado en el legislativo.

Lo más preocupante no es la escena del zafarrancho, sino lo que significa: que en el recinto diseñado para contener pasiones se desbordan las más bajas. Que en la cámara que debía representar la inteligencia del Estado se normaliza la torpeza del insulto. Y que, en la tribuna donde deberían hablar las mejores voces de la nación, se escuchan ecos de cantina.

El Senado no merece ser burla internacional. Mucho menos lo merece el país que lo sostiene. La dignidad de esa Cámara no depende de los mármoles que la adornan, sino de la altura de quienes la ocupan. Y si los legisladores no alcanzan el nivel que la historia les exige, quizá haya que recordarles que la tribuna no les pertenece: pertenece a los ciudadanos que todavía, ingenuos, tercos o soñadores, confían en que la democracia se discutirá con ideas, no con empujones.

En conclusión, lo que vimos en el Senado no es un accidente aislado, sino el retrato incómodo de una clase política que confunde el poder con la prepotencia (¡qué raro!) y la representación con la bravuconería. La patria necesita llaves que abran el diálogo, no llaves al cuello.

Continuar Leyendo

NACIONALES

El ocaso del rebelde

Publicado

el

– Opinión, por Iván Arrazola

El poder, ese viejo escenario donde se forjan héroes y se consumen rebeldes, suele desnudar la verdadera esencia de quienes lo alcanzan. A lo largo de la historia, ha sido capaz de transformar ideales en privilegios y convicciones, en concesiones.

En México, pocos casos ilustran mejor esta metamorfosis que el de Gerardo Fernández Noroña: el opositor combativo que enarbolaba la rebeldía como bandera y que, con el tiempo, terminó convertido en el mismo tipo de político al que solía denunciar.

En este sentido, desde sus tiempos como opositor, lo que dio a conocer al senador Fernández Noroña fue su actitud combativa y su rebeldía. Era el tipo de político capaz de hacer una huelga de hambre ante una decisión injusta del gobierno, el personaje que abiertamente criticaba los excesos de la vieja clase política: sus privilegios, sus viajes y el lujo en el que vivían.

Esa faceta crítica y contestataria la expresó también en episodios como su negativa a pagar el IVA en los supermercados, acciones que ponían en aprietos a trabajadores que, en realidad, poco podían hacer para cambiar los precios.

Sin embargo, todo cambió cuando López Obrador lo incluyó entre las llamadas corcholatas presidenciales. A partir de ese momento, el activismo callejero que había caracterizado a Fernández Noroña se transformó. De la noche a la mañana, subió varios peldaños y se convirtió en parte de la nueva élite política.

Así, cuando fue nombrado presidente de la Mesa Directiva del Senado, su estilo ya no fue el de un perfil austero. Los viajes en primera clase, las salas premier en aeropuertos y los vehículos de lujo pasaron a ser parte de su nueva realidad. Paradójicamente, el mismo político que antes presumía su cercanía con el pueblo y despreciaba a los elitistas, pronto cayó en excesos inconcebibles para alguien que se asumía contestatario. Incluso utilizó al Senado como espacio para exigir que un ciudadano se disculpara públicamente por haberlo insultado en un aeropuerto.

El contraste es aún más evidente si se recuerda que durante años criticó la corrupción de panistas y priistas, y denunció las injusticias contra el pueblo. Ahora, en cambio, mostró una sorprendente falta de sensibilidad.

Respecto al rancho de Teuchitlán, Jalisco, por ejemplo, minimizó la gravedad de lo ocurrido al afirmar que solo se trataba de cientos de pares de zapatos, negando que hubiera indicios de reclutamiento o atrocidades. En otros tiempos, probablemente habría exigido justicia y acompañado a las víctimas.

De igual modo, cuando surgieron señalamientos contra el coordinador de su bancada por vínculos de su secretario de seguridad con el crimen organizado, Noroña llegó incluso a cuestionar la existencia del grupo criminal involucrado. En otra época habría pedido el desafuero del implicado; hoy, en su nueva faceta, resulta difícil imaginarlo asumiendo una postura crítica.

No obstante, sus últimos días como presidente del Senado estuvieron marcados por un cúmulo de escándalos. Investigaciones periodísticas revelaron que era dueño de una casa de 12 millones de pesos.

Aunque intentó justificar la compra con un crédito, sus ingresos como senador y las supuestas ganancias de su canal de YouTube, rápidamente especialistas desmintieron que pudiera generar los 188 mil pesos que asegura el senador. Con soberbia, declaró: “Yo no tengo ninguna obligación personal de ser austero”. Incluso se ventiló que recibe donaciones ilegales a través de sus transmisiones en redes sociales.

En ese torbellino de acusaciones ocurrió un episodio que pudo haberle devuelto algo de legitimidad, pero que terminó mostrando que se trata de un político que vive el privilegio: el enfrentamiento con el líder nacional del PRI. Aunque al principio la conversación mediática giró hacia la agresión que sufrió junto a uno de sus colaboradores, el caso pronto escaló.

El Ministerio Público acudió de inmediato al Senado a tomarle declaración, mientras miles de personas comunes siguen sin obtener justicia pronta y expedita. Esa diferencia de trato encendió aún más las críticas.

La polémica creció cuando la jefa del Estado intervino, acusando a Alejandro Moreno y a la oposición de actuar como porros. En lugar de llamar a la prudencia y a la concordia, reforzó la confrontación y desvió la atención al señalar que la prensa se fijaba más en la casa de Noroña que en las acusaciones de la DEA contra García Luna.

El caso de Fernández Noroña ilustra crudamente lo que sucede cuando los principios se subordinan al poder, ya sea porque este transforma a las personas o porque desde el inicio solo fue una estrategia para alcanzarlo. Hoy, las condenas a la violencia en el Senado son unánimes.

Lo que no parece merecer la misma indignación es la incongruencia. El régimen insiste en convencerse a sí mismo de que “no son iguales”, pero en los hechos muestran que sí lo son o, lo más inquietante, que pueden incluso superar a aquello que juraron combatir.

Continuar Leyendo

NACIONALES

La presidenta, Omar y Marcelo

Publicado

el

– De Frente al Poder, por Óscar Ábrego

A un año la Presidenta está haciendo lo que puede con quien tiene.

Resolver la herencia que le dejó López Obrador no es sencillo.

Una gran parte del país controlado por la delincuencia, finanzas públicas deshidratadas, obras inviables y tremendamente costosas, una nación endeudada brutalmente, un sistema de salud devastado y muchas otras asignaturas como la de lidiar con personajes impresentables por sus vínculos criminales o comportamientos inmorales y corruptos, son parte del pesado costal que carga todos los días Claudia Sheinbaum.

Sin embargo, en este primer aniversario, estoy convencido de que la primera mujer que encabeza el ejecutivo federal está destinada a trascender en la historia.

Podrán muchos no estar de acuerdo en sus postulados, pero ¿qué mandatario en el mundo se escapa de la polémica y la crítica? Ninguno, sea mujer o varón.

La democracia, al margen de sus bases teóricas, siempre corre riesgos colectivos. Así lo demuestra la historia universal.

De cualquier modo, soy de los que opina que Sheinbaum tiene la convicción de lograr mejorar el estado de las cosas que recibió.

Dicho de otra forma, creo en ella.

Y si bien hay temas que pueden ser materia de cuestionamientos duros y legítimos, lo cierto es que en este primer aniversario de su sexenio sobresalen dos personajes que han dado la nota positiva (por no decir sobresaliente) de su gestión: Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana y Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Economía.

De ambos lo único que podría decirse en este momento es que están dando buenas cuentas a la sociedad y a la presidenta.

Los dos tienen algo en común: los escenarios que enfrentan son adversos y en extremo desafiantes.

Omar, pacificar al país en medio de una violencia nunca antes vista.

Marcelo, darle viabilidad productiva a México frente a la inestabilidad emocional de Donald Trump.

Si Claudia Sheinbaum ha tenido un acierto, es haber colocado en esas delicadas responsabilidades a Omar García Harfuch y a Marcelo Ebrard, quienes, llegado el momento, de seguro serán los únicos finalistas de Morena en el aún lejano 2030.

En X: @DeFrentealPoder

*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, escritor, activista social y analista político.

Continuar Leyendo

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.