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NACIONALES

En busca de un nuevo Maquío para el 2024

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Mujeres y Hombres del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

¿Quién va a ser el líder de la oposición contra la 4T en las elecciones del 2024? ¿Saldrá de los partidos políticos? ¿Será un líder empresarial? ¿Será un político o un líder de la sociedad civil? ¿Quién tiene el empaque? ¿Ricardo Anaya, Enrique Alfaro, Alejandro “Alito” Moreno, Alfredo del Mazo, Lorenzo Córdova, Héctor Aguilar Camín, Carlos Loret, Gustavo de Hoyos, Samuel García, Mauricio Kuri?

Tengamos presente que en este proceso electoral para la renovación de la Cámara de Diputados la Alianza “Va por México” integrada por los partidos PAN-PRI-PRD pretendió quitarle la mayoría simple a Morena y aliados, intento en el que fracasó.

Morena logró ganar además 11 de 15 gubernaturas que se disputaron.

En la política hoy vemos cambios inimaginables en el pasado, cuando el villano era el PRI y se aliaban la derecha y las izquierdas para sacarlo del gobierno. Algo que parecía imposible se logró en el pasado proceso electoral: la unión del PAN con el PRI. ¿Quién fue el que lo articuló? Dicen que la alianza la generó el gran capital, la llamada “mafia del poder”, como la acuñó el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador desde que empezó su cruzada para llegar a la Presidencia de México.

Y el personaje se llama Claudio X. González, quien concilió para que los presidentes del PAN-PRI-PRD, Marko Cortés, Alejandro “Alito” Cárdenas y Jesús Zambrano, pudieran sellar ese pacto, superado agravios y prejuicios.

Habrá que ver si esta alianza es capaz de mantenerse en la Cámara Baja cuando se discutan las reformas constitucionales que ha anunciado el Presidente López Obrador: reforma para que la CFE tenga asegurada una participación del 54% en la generación de electricidad del país; reforma para que la Guardia Nacional dependa de la Secretaría de la Defensa Nacional; y reforma para la desaparición de diputados federales y senadores plurinominales a fin de bajar el gasto que registra el sistema de partidos políticos.

¿En cuál de ellas el PRI y el PAN le darán el voto al gobierno de la 4T para que se logren las reformas constitucionales?

LOS APUNTADOS

Sobre los personajes que han levantado la mano o que exploran la posibilidad de ser candidatos presidenciales en el 2024, hay algunos nombres, pero que poco impacto han generado en el electorado. Por un lado tenemos a los que forman parte de los partidos políticos o que están al frente de gobiernos.

Por otro lado, tenemos a aquellos que se han convertido en críticos sistemáticos del gobierno, ya sea desde el sector privado, el intelectual-académico y/o el de los periodistas que se han dedicado a cuestionar las políticas de gobierno del Presidente López Obrador y su estilo autoritario.

En el círculo del gobierno y de los partidos políticos se mueven y hacen camino para estar en la boleta del 2024, el ex presidente de Acción Nacional, Ricardo Anaya, que ha anunciado su interés de volver a contender por la Presidencia de la República y desde hace meses viene haciendo un recorrido por las ciudades y estados del país.

El Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, impulsor de la Alianza Federalista de Gobernadores que quedó diezmada cuando la Fiscalía General de la República solicitó a la Cámara de Diputados el desafuero del gobernador de Tamaulipas, Francisco Cabeza de Vaca; Alfaro quisiera enarbolar el discurso anti- AMLO y anti-4T, pero la indefinición y ambigüedad es su sino. Su problema es que Movimiento Ciudadano sigue siendo un partido chiquito que carece de estructura nacional. Podría intentar construir la alianza con otros partidos, como el PAN, pero no le tienen confianza, por haber rechazado formar parte de la Alianza “Va por México” para enfrentar a la 4T. Hay sospechas de un pacto oculto de MC-Morena, considerando la amistad que ha existido entre Dante Delgado y López Obrador.

En el sector empresarial se ha hecho notar la voz del ex presidente de Coparmex, Gustavo de Hoyos, quien se ha distinguido por su discurso crítico, pero carece del imán que debe distinguir a un líder.

En el sector intelectual-académico se ha señalado que una figura podría ser el actual presidente del INE, Lorenzo Córdova, quien ha resistido los embates del Presidente López Obrador. Está también el escritor Héctor Aguilar Camín, quien abiertamente ha criticado y descalificado al Presidente con frases muy duras.

Y por el lado de los medios de comunicación está Carlos Loret de Mola, que se ha convertido en una de las voces más críticas y que generan la irritación permanente del Presidente López Obrador.

Podría ser que el futuro candidato presidencial y líder de la oposición surgiera de los nuevos gobernadores, bien podría ser Mauricio Kuri, quien ganó la elección a gobernador de Querétaro el pasado 6 de junio.

¿A quién más debemos añadir a esta lista?

Tal vez el futuro líder de la oposición esté en otro lado, podría ser de la sociedad civil, pero no es el fanático y líder de FRENA, Gilberto Lozano.

Aún hay mucho camino por andar y muchas cosas pueden suceder de aquí al 2024.

ENTREVISTAS

Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

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Por Francisco Junco //

“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.

Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.

Un camino desde abajo

Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.

“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.

Retos de una elección sin precedentes

En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.

Dilemas judiciales

Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.

“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.

Una justicia humana y equitativa

Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.

Propuestas claras

¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:

“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.

Deuda histórica con las víctimas

Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.

El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.

En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.

En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.

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CARTÓN POLÍTICO

Herida abierta

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NACIONALES

Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

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Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //

Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.

Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.

Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.

Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.

Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.

La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.

El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.

Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.

Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.

Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.

Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.

Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.

Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.

Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.

A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.

 

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